Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

Al cabo de un año - por Susana LunaR.

Web: https://lunasinsandia.blogspot.com/

Ya no duermo. Poco o nada fue lo que logré conciliar el sueño anoche. Me levanto de la cama y me quedó mirando fijamente mis pantuflas; se hacen grandes sobre mis huesudos pies. Arrastrándome me dirijo a la ducha, de forma queda mientras mi cabeza sigue murmurándome sobre el abandono, los divorcios, la muerte de mis familiares y los muchos desengaños que he tenido cuando he creído encontrar el amor. En el espejo del baño veo con horror mis ojeras marcadas. He bajado 20 kilos desde que soy consciente de cómo mi estado ha ido en franco deterioro. El fantasma de mi pasado aún me atormenta.

La regadera expulsa el agua que me moja; yo sin inmutarme, veo un punto fijo sobre la pared mohosa; hace tiempo que no limpio el baño. Restriego mi cabeza fuertemente con el champú mientras una sed de venganza me consume repentinamente. Deseo secretamente que él desaparezca de la faz de la tierra, para no recordarlo nunca más. Ya lo he hecho desaparecer de alguna forma, llevando a cabo mi plan de eliminar cuanta cosa de color verde me encuentro. Plantas, libretas, ropa. Detesto haber hilvanado mis mejores deseos a su existencia. Sin duda, hay cosas que inevitablemente me seguirán recordando a él.

Termino cansada de la ducha, me he puesto de mal humor, y eso que apenas amanece. Entre el sueño y los arrebatos mi día tiene pinta de ir de mal a peor.

Me dirijo a la cocina y me preparo una rebanada de pan con café; hacer algo más elaborado supondría tener que esperar, y poca paciencia tengo en estos tiempos.

He escrito lo que he hecho durante esta mañana porque escribir me libera, y en caso de que no lo haga, sigo el plan de desahogo a través de las letras que son mi forma preferida de expresión.

No deseo ir a trabajar hoy. La rutina se ha vuelto automática entre recibir la visita de pacientes, tomar las muestras, realizar los análisis de sangre, y así todo el tiempo hasta las dos de la tarde de cada día.

Creo que el único momento grato de mi día es este, cuando me siento a escribir y reflexionar sobre todo lo que ha sucedido y cómo me siento.

Tal vez sea la oportunidad de salir adelante, de comenzar a organizarme y dejar el tedio de una vez por todas. Pero no, son solo palabras.

Palabras que nadie lee, que a nadie importan, y que quizá nadie desee saber. Porque, a fin de cuentas, todos son perseguidos por su propio fantasma, planean su propia venganza y, a veces, fraguan su propio plan para salir delante de alguna manera.

¡Pero que optimista me he descubierto hoy a mí misma! Creyendo que todos tienen un plan para avanzar, cuando en realidad hay muchos que ni siquiera piensan en la posibilidad de un plan, sino que sumergidos en su propia desesperación se empujan hacia un precipicio, donde el fin propio es su única salida segura.

Ojalá que otros puedan, como yo, desahogarse en el papel, encontrar un plan seguro, que les de aliento de vida, deseos de continuar.

Porque no hay fantasma eterno, ni venganza duradera, si el plan no es otro que vivir, a pesar de las dificultades.

Comentarios (3):

Pilar (marazul)

19/10/2025 a las 17:55

Hola Susana, te comento: has escrito un relato intimista en donde la protagonista-narradora- nos describe su estado de ánimo. Es a través de sus pensamientos/escritos como descubrimos sus problemas personales.
Comienzas con una descripción: que no ha dormido, que se acaba de despertar y que se encuentra en un estado cercano a la depresión por las causas que señalas en el texto.
Después descubrimos que el fracaso amoroso es, entre otros, la causa de su lamentable estado de ánimo actual: dejadez, pereza…Ni tan siquiera una reparadora ducha consigue mejorar su ánimo.
Me ha llamado la atención el significado que le das al color verde. ¿Tal vez fuera el preferido de su ex?
Más adelante es cuando el lector va descubriendo —a partir de lo que la misma protagonista nos cuenta— que la única posibilidad de salvación para ella es: la escritura. Es lo que la salva del precipicio.
El lector agradece ese final esperanzador.
En cuanto a la parte formal te apunto un par de cosillas:
— Sobra el acento en quedó, que debería de ser quedo.
—No está muy claro cuando en el primer párrafo escribes: “de forma queda mientras mi cabeza…”
Son despistes que puedes corregir fácilmente.
En cuanto a las palabras obligadas encuentro que están bien enlazadas con el resto del texto.
Encantada de haberte leído, Susana
Un saludo

Daniel Calleja

19/10/2025 a las 19:05

Susana, has construido un hermoso relato donde, pese a la tristeza con que comienza, tiene un dejo esperanzador a medida que avanza. Me encanto la forma en que incluyes las palabras del reto, lejos del contexto más común cuando uno piensa en fantasmas. Describes con claridad el estado de ánimo de tu protagonista y la causa principal de su desazón. El tono intimista contribuye a empatizar con ella y ese refugio en la escritura nos conecta de manera directa. En lo formal, distracciones que todos tenemos: una ya te la marcó Pilar, la otra, en este párrafo “que les de aliento de vida” el “de” lleva tilde, porque es una forma del verbo dar. Un gusto leerte. Felicitaciones.

Susana

20/10/2025 a las 01:42

Saludos compañeros!! Gracias por sus comentarios enriquecedores. Perdonen ante todo mis faltas de ortografia. También estoy encantada de recibir sus observaciones, correcciones y felicitaciones. ¡Nos seguimos leyendo!

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *