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La noria de Karx - por Karx

Web: https://lanubedekarx.blogspot.com/

El autor/a de este texto es menor de edad

Una mente que gira entre sombras, espejos y cartas del tarot, buscando quién es mientras se atreve a creer en lo imposible.

Si ellos supieran quiénes son, yo sabría explicarles que mi vida solo gira en torno a sus decisiones.

Pero si yo supiera quién soy, quizás no me haría falta conocerlos.

Entre el humo amanecéis, y quizás, seáis mi mejor representación.

¿Quién está, si no sois vosotros?.
Que afortunada soy al no temer de la locura.

Recordar aquellas noches que fueron grandes vivencias:
Las luces resplandecen.
Las risas florecen.
La mente sube.

Mi mejor creación.
¿Y por qué tendría que estar preocupada de parecer loca?

¿Acaso los demás están cuerdos?.
Cada cual con su demencia.

El Joker era un loco más en este mundo de “cuerdos”.

Camino y vuestras sombras me acompañan.
Sensación de protección, amor.
Segura de quien soy.

Aquel día, no estaba en soledad, pero la soledad se dibujó como la sombra de un paraguas sobre mí.

No creí estar mal.
Pero aquel candado en mi cuello era mi propia cabeza montada en una noria.

Si no fuera por aquella promesa sobre mi piel, que empecé a remarcar con un capuchón, quizás —y solo, si no fuera por ella— jamás hubieras aparecido…

No eres mi futuro.
Representas mi pasado.

Y aún así… te creo.
Te creo cuando me adivinas lo que realmente pienso cuando se me olvida y no recuerdo.

Solo te faltarían las cartas del tarot.

Y solo, entonces, quizás, pensaría que estás en lo cierto con más confianza.

O no.

¿Debería creer en esas cartas?
Lo cierto es que sí.
Sí te creo cuando me hablas.

Pero será que no quiero estar equivocándome.

Si me equivocará cambiarías de opinión. Cambiaríais.
¿Cambiaréis?.

No creo que os recuerde.
O quizás lo siga haciendo hasta el día de mi entierro.

He llegado hasta estás líneas y aún no sé a quiénes me quiero referir.

Estoy segura de lo que tecleo.
Pero no sé si referirme a aquellos que mi mente me imagina a menudo,
haciéndome creer que son reflejo de mis propios valores.
O… a los que ponen el espejo.
Siendo ellos, sin duda, la causa de que los tenga, de que tenga estos valores.

Entonces en ese caso —y solo en ese caso— tendría que mencionar muchos tipos de espejos.

No creo que sea lo adecuado para un texto que pretende gustar.
Pero… supongo que, siempre hay gente que le gusta lo enrevesado.

Tanto como a mí me gusta leer por la tarde la República de Platón.

Y pasarme horas pensando si querrá decir lo que realmente entiendo, o el mismo Platón me daría por erróneos estos entendimientos.

Quizás su maestro me haría dudar de estos reflejos.
—¿Qué das por verdad en ti, Karx?
—Mis pensamientos acertados y mis acciones provocadas por ellos
—¿Crees que son acertados?
—Cómo estar segura. Me hacen ser quién soy.
—Pero no sabes por qué los tienes.
—No es cierto, claro que lo sé, Sócrates. Todos mis valores y acciones, yo en sí, soy y son la creación de las influencias que he querido que me influyan.
—Por lo cual tienes control sobre ti misma.
—Claro.
—O solo lo crees —. En este punto, no sabría qué responderle.

Seguro le haría saber que si me estoy equivocando, solo me quedaría seguir caminando hasta que el suelo se caiga y no tenga por donde andar.

Seguro le diría, que en caso de que me equivoque con mi actitud, solo me queda seguirla hasta que el futuro me demuestre mi error.

Y aún así… no creo querer cambiarla.

Solo mejorar lo que ya soy.

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