Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

Diciembre - por @HenkoSlowLifeR.

Vuelve diciembre…
Y, sinceramente, la cosa pintaba gris tirando a negro.

Este año estaba decidida a que fuese diferente, a romper con la farsa. Decidí que no, que no me quedaba con la familia. Porque esos otros once meses vivíamos en un mundo de prisas, de poca presencia y de mucho “sálvese quien pueda”. Llegaba la Navidad y, de repente, todo se convertía en comilonas y regalos, como si se acabara el mundo y tuviéramos que comprar la paz a base de tarjetas de crédito y empachos.

Pero este año… la echaba de menos más que nunca.
La añoraba en el alma.

Cuando era pequeña, la abuela y yo preparábamos durante todo el año un mapa. Un mapa para encontrar la Navidad. No la de ahora. No la de los anuncios. Sino esa Navidad donde los corazones vuelven a encontrarse de verdad, donde los besos y los abrazos valen infinitamente más que una barriga llena de turrón y juguetes cogiendo polvo en las estanterías.

La abuela me contaba cuentos. Me hablaba de un lugar mágico: el país de los sueños.
Allí —decía— vivía un guía turístico muy especial. No era como los que salen en la tele con su banderita y su discurso aprendido. Este guía te llevaba por cada rincón de los sentimientos, de la empatía, la ternura, ese amor que realmente une a las personas. Tenía un mapa mágico, uno que solo revelaba el siguiente destino cuando eras capaz de ver… pero no con los ojos, sino con el alma. Te pedía sentir, no mirar.

Pero cuando ella se fue, todo cambió.

Fue el asesinato de la verdadera Navidad. Así, sin adornos. Un crimen. Porque la abuela era la única capaz de unirnos, como ese pegamento fuerte que sirve para cualquier material. Pegaba diferencias, suavizaba rencillas, transformaba silencios tensos en respeto y cuidado.
Sin ella, la magia se evaporó y solo quedó el envoltorio vacío.

Este año he dicho basta.
Me he plantado.

He decidido que voy a buscar su mapa. Que voy a convertirme en ese guía turístico para quien quiera sentir y escuchar de verdad.

Quizá —solo quizá— cuando tenga mi propia familia, consiga parecerme un poco a ella.

Pero como me decía siempre, con esa sonrisa que lo iluminaba todo:

—Si crees, puedes.

Y yo creo.
Creo en su mapa.
Creo en su guía.
Y creo en esa Navidad que no se vende en tiendas.

Es mi camino.

Comentarios (4):

Codrum

18/12/2025 a las 20:46

Hola, HenkoSlowLife:

Primero darte las gracias por tu comentario en mi texto. Han sido pocas palabras, pero me hizo mucha ilusión que te gustara. Ya me dirás por qué te llamó la atención el nombre de Mara.

Tu relato siento decirte que no me dejó sin palabras, todo lo contrario. Tengo ganas de decir miles pero se me atoran en la garganta porque creo que se me metió algo en el ojo y eso ha hecho que solloce.

¡Quiero conocer a esa abuela! ¡Quiero descubrir el mapa junto a ella!

“como si se acabara el mundo y tuviéramos que comprar la paz a base de tarjetas de crédito y empachos.” Esta frase me encantó.

Tu texto es moralizante pero no moraliza. Es intenso pero no cursi. Creo que has encontrado un equilibrio muy bueno entre mensaje y relato.
La acidez con la que habla la protagonista y su reivindicación final están muy bien logradas. Es toda una declaración de intenciones.

Tratas temas muy de estas fechas; consumismo, fachada, hipócritas…

Muchas gracias por pasarte por mi relato y “obligarme” a leer el tuyo. Me ha dejado mal y buen sabor de boca. Mal por el tema que tratas y bien por la calidad del texto.
Te felicito.

!Buen trabajo!

Pd: si quieres contestar a mi respuesta, te pido por favor que lo hagas en mi texto. Así será más fácil de encontrar .

Diana T

19/12/2025 a las 08:51

Hola HenkoSlowLife.

Coincido con Codrum, tu texto es muy bueno, poético y hermoso. Estaba por irme a dormir, y entré aquí para buscar algo para leer antes, y oh vaya. Siento cómo me llenó de paz, y como un halo de calidez se forma en mi pecho.

Nos hablas de amor y de familia, y de tradiciones perdidas. Lo que dices es muy cierto, ya que en la actualidad, el consumismo nos ha consumido lentamente; pero sobre todo, nos hablas de esperanza y del deseo de ser mejor de lo que conocemos.

Gracias por dejarme leer este dulce relato. Saludos y te deseo una Navidad como la que añora tu protagonista 🥰

Enzo Farías Molina

19/12/2025 a las 14:15

Un entrañable relato. Es muy cierto que cuando falta el pegamento mágico que es la matriarca o el patriarca, una parte de las celebraciones familiares se va con ellos, y lo que antes era tan simple como juntar a la familia, comienza a costar tanto, cada vez más y mejores excusas para no llegar. En fin, aprecio mucho tu narración, movió algo en mi, y con eso ya lograste el objetivo. Saludos!!!

Ancilo

19/12/2025 a las 19:22

Me gustó mucho tu relato.

Un beso hija

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *