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Violets - por Moona

Web: http://moonanet.blogspot.com.es/

Y llegó el día esperado. Al poco de mudarse a New York, Kate puso un anuncio en la sección de contactos del periódico. Tras cartearse con algunos interesados, sólo Jack pasó el filtro. Semanalmente, Kate iba a la oficina de correos a por su carta, y la leía feliz según llegaba a casa, relajada, sentada en el alféizar de la ventana con vistas al río Hudson. Jack propuso intercambiar fotos, pero ella prefería conocerle en persona. Finalmente, esa noche se verían las caras.

En la oficina, la mente de Kate retozaba en el azul del cielo saltando de nube en nube, sus ojos se mostraban soñadores y su boca exhibía la sonrisa de quien guarda un secreto. La jornada parecía interminable, pero tocó a su fin. En casa, intentó relajarse. La voz de Sinatra cantando Begin The Beguine impregnaba el ambiente. Se sentía romántica, danzaba girando por el salón con un almohadón del sofá, que soltó de nuevo camino del dormitorio, donde preparó el vestido de manga francesa, sus zapatos negros de tacón, un bolso de mano y… violetas para el pelo. Ese fue el detalle elegido para que Jack la reconociera. Él, por su parte, llevaría una corbata violeta.

Kate se vistió, se recogió la melena pelirroja, colocando las violetas, y se miró satisfecha. Se puso carmín en los labios, perfume en su largo cuello y en las muñecas, y salió de casa. Paró un taxi indicándole el bar de Little Italy donde habían quedado, normalmente muy concurrido los viernes noche.

Ilusionada, llegó puntual al bullicioso bar. Buscando el esperado color violeta, se dirigió hacia el fondo, y encontró un hueco junto a la barra. Desde ahí veía la entrada, se sintió segura. No había ni rastro del que pudiera ser Jack. Pidió un refresco y esperó, desoyendo algún piropo, atenta a la puerta del bar mientras las parejas entraban y salían riendo. Acabó el refresco, y pidió otro. Kate esperó y esperó, y ya harta, decidió marcharse y no ser la boba a la que habían dado plantón. Abriéndose paso, aturdida, fue arrasada por un hombre que salía como una tromba y cayó al suelo. Se torció el tobillo, y se levantó como pudo, buscando su bolso, que había escapado en la caída. Lo vio, lo agarró y salió furiosa de allí.

"¡Menuda idiota crédula!", pensó. ¡Se había hecho tantas ilusiones! Se alejó caminando, y las lágrimas caían, imparables. Al abrir el bolso para sacar un pañuelo, descubrió que le faltaba la cartera. Debió salir del bolso en la caída. No tenía más opción que caminar hasta el Greenwich Village, su barrio. Varias manzanas después, el tobillo le ardía y recordó vagamente haber visto un par de dólares en un bolsillito interior… Rebuscó y ¡ahí estaban! Realmente necesitaba una pausa, y entró en un bar.

Estaba casi vacío. Había una pareja al fondo medio discutiendo, un hombre cabizbajo y el camarero. Pidió un bourbon y, enfadada, se quitó las violetas del pelo y se concentró en sus pensamientos.

El hombre cabizbajo pidió la cuenta y sacó la cartera.

—¡Eh! ¡Esa cartera es mía! —dijo Kate al verla.

Él la ignoró.

—¡Es cierto! Compruébelo.

—¡Amigo!, ya ha oído a la señorita —gritó el joven del fondo—. Devuélvasela si no quiere problemas.

—¿Problemas? —preguntó.

Por toda respuesta, el joven abrió la chaqueta y dejó ver una placa de policía, y el hombre no dudó en devolvérsela. Kate la cogió sin intentar comprender, y viendo que no era su noche, pagó y se largó, despacio y cojeando por culpa del tobillo.

Según dobló la esquina, entró un joven al bar.

—¡Jack! —saludó la mujer.

—¡Vaya nochecita! —dijo acercando el whisky que le sirvió el camarero—. Llegué demasiado tarde.

Les contó, abatido, cómo el destino había hecho que no llegara a su cita. Había tomado un taxi con tiempo, pero en pleno recorrido, el taxista sufrió un infarto y tuvo que auxiliarlo, conduciendo él mismo hasta el hospital más cercano.

—Cuando llegué al bar, no había ni rastro de la chica que debía llevar una violeta… ¡como ésa! —exclamó sorprendido al verla—.

Le contaron que la llevaba en el pelo una joven pelirroja que salió justo antes de entrar él.

—¡Corre, muchacho! —dijo el camarero—. No pierdas tiempo. Cojeaba, no andará lejos.

Jack se levantó raudo y, recordando que no había pagado, se detuvo en la puerta, pero la mujer le dijo:

—¡Ve tras ella, bobo! Ya pago yo. No puedo resistirme a una historia de amor.

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8 comentarios

  1. 1. Carlos dice:

    Es una historia divertida. Seguramente tú también te has divertido escribiéndola. Acabo de empezar en Literautas, si tienes tiempo podrías echarle un vistazo a mi entrada “noctámbulo a la fuerza” me gustaría saber tu opinión. Hasta pronto, nos leemos.

    Escrito el 30 abril 2013 a las 00:39
  2. 2. Moona dice:

    Muchas gracias por asomarte y comentar, Carlos. Me alegro de que te gustara. Me pasaré por tu entrada, eso seguro, pero ahora me voy pitando a cenar por ahí 🙂

    Escrito el 30 abril 2013 a las 20:53
  3. 3. lunaclara dice:

    Esta muy bien escrito tu relato. Se lee rapido y las descripciones son las adecuadas para poder imaginarte como son los protagonistas. Me emocionó ver que aun existen hombres que saben lo que quieren y luchan por ello. Hubiera estado guay leer el encuentro…

    Escrito el 3 mayo 2013 a las 15:36
  4. 4. Moona dice:

    Lunaclara, no sabes la ilusión que me hace recibir comentarios. He saltado del sofá y he hecho la ola por toda la casa brincando feliz 🙂 Y si, además, descubro que te ha gustado, me dan ganas de hacer piruetas. A raíz de los acertados comentarios que recibí, hice algunos ajustes, y libre ya de la restricción de las 750 palabras, amplié un poco el relato, e hice un pequeño cambio al final. Por si quieres leerlo, dejo aquí el link: http://moonanet.blogspot.com.es/2013/04/nighthawks.html.

    Nos leemos, linda 🙂

    Escrito el 3 mayo 2013 a las 17:21
  5. 5. lunaclara dice:

    Anda! Claro que voy a leerlo! Que bien! Yo tb tengo blog: mhelengm.blogspot.com.es

    Ademas, si nosotr@s no nos animamos a seguir escribiendo, ¿quien lo va a hacer?
    Venga! Animo y a por esos relatos ocultos en lo mas profundo de tu memoriaaaa!!!

    Nos leemos!

    Escrito el 3 mayo 2013 a las 21:04
  6. 6. Moona dice:

    Añadida a mi lista de blogs, Lunaclara 🙂

    Escrito el 4 mayo 2013 a las 17:06
  7. 7. Carlos Dauro dice:

    Me encanta el ritmo de la historia, deliciosa por cierto, y un final que dejas abierto, en mi caso imagino un final romántico y feliz.

    Escrito el 5 mayo 2013 a las 19:03
  8. 8. Moona dice:

    Mil gracias por tus comentarios, Carlos. Aunque, como dices, lo dejo abierto y tras salir Jack del diner puede pasar de todo, confieso que soy una romántica incurable y por supuesto imagino que, como poco, Jack alcanza a Kate, y se miran a los ojos, y charlan por fin cara a cara, y… 🙂

    Escrito el 6 mayo 2013 a las 10:56

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