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Bang bang - por A. Cifuentes

Allí estaba de nuevo con aspecto distraído, haciéndose pasar por un viajero más, pero pegado a mi culo todo el rato.
Sin duda era uno de los hombres de Harry.
En los últimos seis meses habían caído tres de los nuestros: "el pulga", "corto" y Marcos.
Todos ellos auténticos profesionales del sector. La bofia dijo que fueron ajustes de cuentas entre bandas. Pero de eso, nada de nada.
Recogieron el dinero de las apuestas como cada semana y "bang bang". Cinco minutos después estaban fiambres y el dinero voló.

Se subió al tren detrás de mí, en Vermont. Se sentó tres asientos más allá y leyó durante todo el viaje la misma página del periódico.
En el andén ya me fijé en él. Cojeaba ostentosamente de la pierna izquierda, pero tenía la pinta en la que nadie se fija. Cualquier persona que lo tuviese que identificar no podría decir nada más que era cojo, el resto de rasgos eran totalmente comunes.
Supongo que en cuanto llegase a Richmond y recogiese el dinero de las apuestas me vaciaría el cargador en la cabeza y listos.
Pero esta vez Harry no se saldrá con la suya.
Al llegar Richmond fui directamente hacia el bar de la entrega. Si me seguía en la misma dirección seguro que era uno de sus matones.
Y así fue.
Le esperé en el callejón que hay junto al bulevar y al pasar por allí, después de asegurarme de que no habían más invitados a la fiesta, le hice la presentación de mi bareta. "Bang bang", dos salvas y fuera.
Me miró con cara de asombro antes de desplomarse sobre los adoquines malolientes.
Su cara fue genial. Hay auténticos profesionales en el gremio. Parecía no saber de que iba el tema.

Me dirigí tranquilamente hacia el bar, el Phillies. Ese que parece que se ha hecho famoso por un cuadro de no sé qué pinta gaitas.
Y allí estaba. Un pedazo de jaca impresionante. Pelirroja, con vestido bien ceñido y pegada a la barra como una ventosa.
Tenía tiempo hasta que llegara mi contacto, así que me acerqué a ver si podía pillar bocado.
Me senté a su lado. Tenía anillo. Bien. Esas son las mejores, tienen mucho más juego que las otras.
Me pedí un café y le lancé el primer tiento.

– "Calor hoy, ¿eh?"
– "Sí", dijo ella.

En ese momento llegó mi contacto. Se sentó al otro lado de la barra y me miró fijamente. Le hice un gesto con la mano para que se esperara y me dejara acabar la faena.
Aquella gatita estaba en el bote.

El barman me miraba fijamente. Estaba más pendiente de mi actuación que de atender a mi contacto, que esperaba pacientemente.

– "Esta noche iré al Gino's a comer unos buenos spaguetis. ¿ Me querrías acompañar?" Le dije.

Ella me miró fijamente a los ojos y me dijo:

– "No, estoy esperando a mi marido."

Uff, gancho directo al hígado. No tenía ningún problema en lanzarme la caballería en el primer round.
Como si a mí me importara si venía su marido o no.

Esperé unos diez minutos, recogí el dinero de mi contacto discretamente cuando iba al lavabo y … a por ella de nuevo:

– "Parece que se retrasa un poco, ¿no?". Le dije al volver.

– "Seguro que está al caer". Me contestó ella.

Mi contacto se marchó y yo me quedé media hora más hablando con la gatita.

Le ofrecí acompañarla y no lo rechazó. Estaba en el bote.

Cuando salimos del bar ella se quedo más atrás y le dio una nota al barman.

– "Le he dejado no para que cuando llegue mi marido venga al hotel" Me comento.

Empezó a caminar en dirección al hotel. Cruzamos un par de calles y me llevó por lo que parecía un atajo.
Estaba buscando algo en el bolso, me imagino que las llaves del hotel.

Me empezó a hablar de su marido, cosa que a mí no me interesaba para nada, pero bueno:

– "Viene en tren desde de Vermont para ir al médico. Tienen que operarle de una pierna. Es una operación muy cara y yo estoy recogiendo algo de dinero, aunque él no lo sabe."
– "En-ti-en-do"

Bang bang

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2 comentarios

  1. 1. lunaclara dice:

    La verdad es que la lectura de tu relato se hace muy agil, y el tono desenfadado engancha desde el principio. Que fuerte! Es lo q he pensado ante ese final. Extraña q una “jaca” (muy fuerte, tambien) tan guapetona tenga un marido cojo, pero en fin, Dios los cria y ellos se juntan. Felicidades!

    Escrito el 30 abril 2013 a las 22:19
  2. 2. Giriel dice:

    Te confieso algo, yo fuí una de tus comentaristas y de los tres relatos, este es el que más me gustó, a pesar de que algunas palabras no las entendía. Exitos!

    Escrito el 6 mayo 2013 a las 14:29

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