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DESOLACIÓN - por Romi

El autor/a de este texto es menor de edad

Oyó un pequeño suspiro, que terminaba en agonía. Se prolongó hasta la quinta avenida y retrocedió sin vida.
No había ni siquiera un alma en aquella villa, era de noche con media luna y solo veías dos turistas en aquella cafetería.
La soledad se sentía y con el ambiente muy pesado, una música se oía. Se acercó una guapa señorita, que con su hermosura intento cautivarle para que le pagara un cóctel de frutas. Sin que se diera cuenta él cayó en su farsa finura, y le solicitó al mozo el mejor cóctel que tenían. Pero quedó tan mal con aquella jovencita, que se fue afligido tan ágil que ni siquiera pagó la factura.
Abandonado sin ninguna compañía, recorrió todo el barrio de punta en punta, a ver si se pasan las horas como mentiras de un día. El termómetro de un cartel luminoso marcaba cero grados, el frío pasaba por sus huesos como del primer rechazo de un beso.
Y después de dos horas constantes, encontró un bar al lado de un motel. Entró en él y sin cerrar los parpados, pensó "¿estoy soñando o este lugar ya entre?".
Miró a los lados y divisó en la esquina a una muchacha muy conocida. Al mirar al bar se dio cuenta de algo estremecedor era el mismo mozo. Con sus dos dedos de la mano derecha se hizo un leve pellizco que dio todos los datos de lo que pasaba en aquella desierta villa. Haciendo fuerza es la garganta pudo digerir lo que le atormentaba, muy despacio se acercó a la chica, le tocó el hombro queriéndola darle la vuelta y cuando ella lentamente se volteó, él se cayó fuertemente al suelo haciendo un verdadero ruido extremo.
Muy confundido y dolorido solo pudo abrir uno de los ojos, haciendo un gran esfuerzo para mantenerlo, aunque solo pudo contemplar algo muy borroso, reconoció unas figuras humanas que estaban rodeándolo. Sorprendido se levantó de un salto sin recordar el dolor que aun sentía por el golpe. Miró a los lados y habían desaparecido, solo encontró una puerta media abierta que asomaba una tenue luz, muros pintados de un color que te daba suspense con redes de hilos pequeños que tenían varias presas vivas en ellas.
Aliviado pensando que todo era un profundo sueño sin despertar, salió de la habitación y observó en una de las columnas del bar, una figura masculina de gran estatura y corpulento. Que se acercaba a él con un objeto pequeño, de punta filada.
Distraído, el hombre hizo un rápido movimiento hacia él y traspasó la ropa que se ensangrentó al segundo.
Sintió que no respondía su cuerpo y con sudor en los ojos se desplomó hacia el suelo, haciendo que todas las esponjosas nubes lloraran formando charcos de lágrimas.

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