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Negras vidas ejemplares - por Max Rayo

NEGRAS VIDAS EJEMPLARES

BAR PHILLIS, 1 de la mañana

CAMARERO
“Esta es la mejor hora. La mayoría de los clientes ya se han largado y ya tengo casi todo el bar recogido. Solo quedan mis favoritos, una puta pelirroja y su chulo. A esta hora se toman siempre un par de wiskis triples.

Ese cabronazo la saca del cuartucho de mierda donde la tiene follando todo el día para que le dé el aire. Siempre a esta hora. Seguramente tendrá que arrancarla del colchón, porque su cuerpo se debe quedar pegado con tanto sudor, esperma y vaselina. Ella había sido muy guapa, una mujer de bandera. Ahora huele agrio, tiene la mirada perdida y le cuelgan las tetas. Solo su pelo rojo sigue vivo, a juego con su vestido.

Él es un energúmeno, maneja a varias tipas por el barrio. A golpe de tortazos y pinchándoles caballo, las tiene sometidas a un régimen de “trabajo” inhumano, a treinta tipos por día. Sería capaz de vender a su madre por un puñado de céntimos. Un campeón. Solo se pega con mujeres y con tipos que lleven gafas.

¡Vaya! Ha vuelto a venir aquel tonto del haba con pinta de pardillo. Me vuelve a pedir un vodka, como la semana pasada. Tiene la mirada fija en la portería de al lado, está esperando a ….”

PARDILLO
“Carajo, sí que tarda mi nena. Me encanta su olor a limpio, a niña muy bien, de muy buena familia. Pechitos como dos flanes, me encanta sorberlos, y un culo tan apretado que no sacaría nunca mi polla de ahí. Solo de pensarlo, se me pone dura. Cuando llegue la meteré en el coche y le follaré la boca hasta que me corra. A la muy guarra le encanta que le meta la polla hasta la campanilla. Con una mano la cojo de la nuca y le voy marcando el ritmo, y no suelto por muchas arcadas y gemiditos que haga. Uf, me estoy poniendo malo. Como no llegue rápido, acabaré metiéndola dónde sea…”

PUTA
“Este tío de la barra me está mirando can cara de hambre. A ese cabrón le hace falta una mamada y un repaso de bajos. Quizás le pueda sacar 30 en vez de los 20 que pide Rocco. Parece mentira lo barata que me vende. Así no hay manera de conseguir pasta para pagar material. Y me hace falta un chute rápido, que ya me está entrando el tembleque. Si espero cinco minutos, puedo camelármelo cuando Rocco salga a hacer la ronda, follármelo en su coche, e ir rápido a pillar y así no le doy a Rocco la mitad.”


ROCCO
“Fíjate que puta es la tía que está pensando en follarse al tío de la barra en cuanto yo salga a hacer la ronda. Además de puta, idiota. Como si yo no me fuera a dar cuenta. Se cree que me chupo el dedo. Y en cuanto agarre pasta, se va corriendo a comprar a Fredo. Como si a Fredo no le vendiera yo el jaco. Todo el negocio es para mí, hasta cuando se creen que me la pegan. Soy la leche. Ya lo decía mi madre: “este nene vale mucho, llegara muy lejos”. Y aquí estoy, llevando cuarenta putas y diez camellos. Un imperio. Me largo a controlar el bar de la esquina, que me parece que también se pasa de listo. Y a esta zorra ya la pillaré. No sé si justo ahora o después… Nadie se ríe de Rocco”.

Rocco sale del bar. La puta se acerca al hombre que está acodado a la barra, se acomoda a su lado, saca un cigarro y le pide fuego. Antes de encenderlo, humedece sus labios carmín muy lentamente con la punta de su lengua juguetona, y luego los cierra alrededor del cigarro como si lo estuviera besando. Casualmente, un tirante de su vestido cae lánguidamente, revelando un poco más su apretado escote, un par de pechos que en su día eran macizos. La puta le coge la mano, la lleva a su boca y empieza a chuparle un dedo muy despacio mientras le mira directo a los ojos.

El camarero disimula, hace ver que está muy concentrado en lavar los últimos vasos, pero esconde una sonrisa mientras piensa “No te preocupes pardillo, tú vete con la puta que yo me ocuparé de tu niña cuando venga a buscarte. Tengo planes para ella y ninguno bueno. Rocco es un cabronazo, pero siempre paga bien la carne fresca.”

FIN

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