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Decisión - por SpinnerDark

Web: http://trazosyrasgos.wordpress.com/

La bofetada resonó en el local. El camarero, sorprendido por el sonido, levantó la mirada tras el mostrador. Al otro lado de la barra, el desconocido con la cabeza gacha dejó de juguetear con los hielos de su bebida para prestar atención a la escena. Mientras a Jack, con cara de atónito y los ojos cerrados, se le va enrojeciendo la mejilla, justo en el lugar del impacto.
– ¿No vas a decirme nada más?
El grito de la joven sentada a su lado le hace volver a abrir los ojos con cautela. Al mirarla, aquellos sentimientos vuelven a florecer como el primer día que se conocieron. Sus grandes ojos azules, ahora enrojecidos por las lágrimas, lo miran con dureza. Allí donde Un mechón de su larga melena cae con suavidad sobre su hombro, tapándole una oreja. Tiene la boca abierta de par en par. Sus labios están pintados con la delicadeza de una dama, y cada vez que los observa lo único que desea es besarlos apasionadamente. Pero no puede.
Cuando agacha la mirada, intentando olvidar lo que su corazón desea, ella se levanta, tirando al suelo el taburete con un gran estruendo.
– ¡Maldita sea Jack! –levanta la mano para volver a asestarle otra bofetada, pero la deja tendida en el aire. Lanza una inspiración entre los dientes y una lágrima se escapa de su lagrimal para correr libremente por su mejilla. Lentamente baja la mano, dejándola reposar sobre la barra–. No lo comprendo… Todo lo que hemos pasado juntos y ahora… ¿nada?
Jack mantenía una dura batalla interna. Giró el cuerpo sobre la superficie de cuero de la banqueta y agarró la taza de café con las dos manos, todavía humeante. Sopló en su interior y dio un largo trago.
– Ya me has oído nena, se acabó.
La mujer le golpeó con el puño cerrado sobre el hombro, y salió de aquella cafetería, moviendo su larga melena hacia atrás. Cuando a campanilla de latón anunció vivamente la apertura de la puerta a Jack le recorrió una extraña sensación por todo el cuerpo, y no fue capaz de mirar atrás. Y así la joven se perdió en la oscuridad de las calles de Nueva York.
– Menudo numerito se ha montado, Señor Lemarck. –el individuo del otro lado de la barra se había acercado y se sentó junto a Jack. Se quitó el sombrero con lentitud y lo dejó sobre la madera barnizada de la barra.
– Edward, creo que ya has trabajado suficiente por hoy –Dijo Jack. Giró de nuevo sobre el taburete y se quedó de frente mirando a su compañero–. Si dejas las llaves sobre la estantería ya cerraré yo el local.
– Como usted quiera señor Lemarck. –sus palabras estaban cargadas de preocupación–. Muchas gracias.
El joven camarero se afanó en recoger sus cosas y dejar las llaves donde le había dicho. Cuando abrió la puerta acristalada del local, el suave tintineo de la campana se volvió a escuchar. En cuanto se quedaron a solas el hombre trajeado se llevó la mano bajo la chaqueta del traje y se quedó apuntando con el arma a Jack.
– Mira que me ha costado encontrarte. ¿Quién se lo iba a esperar del pequeño Jacky? Pero mírate, después de tanto tiempo sigues obedeciendo como un perrito amaestrado. Así me gusta.
– Thomas, prométeme que no le pasará nada a ella.
– No creo que estés en situación de poner condiciones. –Dijo Thomas.
Un sonido metálico llamó su atención. Jack había abierto su mechero de queroseno y lo sujetaba junto al taburete. Bajo sus pies había colocada una gran bolsa de viaje.
– ¿Te crees que me vas a asustar con eso? No he venido hasta aquí simplemente por una bolsa de dinero. Estoy aquí porque nadie me la juega y sale con vida, ¿entiendes? Acabaré contigo y todo lo que te rodea, incluso tu preciosa muñequita –le colocó la boca de la pistola sobre el pecho, mientras amartillaba el seguro–. ¿Tus últimas palabras?
– Nos veremos en el infierno.
Con una sonrisa de oreja a oreja, Jack lanzó el mechero al aire, detrás de la barra. Unas horas antes lo había preparado todo a la perfección. Sabía que Thomas no dejaría que otro se llevara la satisfacción de acabar con un traidor. De un modo u otro, él nunca habría salido vivo de aquella situación. Y por eso, qué mejor que salir volando por los aires junto con el gran jefazo de aquella organización mafiosa.

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3 comentarios

  1. 1. Aradlith dice:

    Me ha gustado mucho tu relato. Una pregunta (que ya te hice hace poco) ¿te has inspirado en The Darkness para escribirlo?

    Escrito el 29 abril 2013 a las 21:47
  2. 2. spinnerdark dice:

    ¡Muchas gracias por tu comentario! La verdad es que desconocía por completo el cómic que me comentaste, así que todo digamos que estaba en mi miente. 😀

    De nuevo, ¡muchas gracias!

    Escrito el 30 abril 2013 a las 18:28
  3. 3. lunaclara dice:

    Felicidades! Tu relato es muy entretenido y esta perfectamente escrito, de lo mejor que he leido hasta ahora.

    Escrito el 2 mayo 2013 a las 22:08

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