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REPASO DE UNA VIDA - por Candela S.

REPASO DE UNA VIDA

Me giré al escuchar sus pasos lo esperaba desde hacía mucho tiempo, incluso llegué a pensar “no vendrá” pero ahora le oigo y mi corazón late con más intensidad.
Lo primero que veo es su silueta larga, que se proyecta en el pasillo perpendicular a mi puerta. Esa silueta que conozco, tan bien, su tacto, su aroma, su sonido.
Han pasado muchos años desde que lo conocí, pero guardo en mi baúl de los recueros ese instante como si terminase de ocurrir.
“Todo lo que he vivido a su lado”
Yo sentada en esa mesa del bar de la universidad, junto a mis compañeras de clase con mi bolso lleno de proyectos; mis estudios, un coche, un trabajo, una casa.
Estábamos hablando de lo que haríamos al salir de clase, era fin de semana, pensábamos ir al cine y a dar una vuelta por la ciudad, es primavera.
Ese fin de semana hicimos lo que habíamos planeado, pero juntos con los chicos. Yo siempre me encontraba al lado de Enrico y creo que jamás he dejado de estarlo. Durante los años de estudios universitarios siempre estábamos juntos; estudiando en la biblioteca, en el bar, en los descansos,…
Me fui de viaje con mis padres, sólo una semana. Estaba perdida, hasta ellos lo notaron, no sabía qué hacer. Compré las típicas revistas de prensa rosa y me aburrí aún sin comenzar a leer. Lo intenté con un libro “El perfume” de Patrick Suskind, me gustó.
Regresamos a casa y tuve la sensación de comenzar a respirar otra vez, por la tarde me reuniría con el grupo, lo habíamos planeado antes de irme.
Llegue al punto de encuentro “Tasca el Rincón” en la calle Mayor. Menciono que había un aroma que me atraía hacia nuestra mesa vacía, sólo había un libro sobre ella, me acerque para leer el título, “El perfume”.
Oí que me llamaban a mi espalda. Me di la vuelta y quien estaba allí era Aria, la hermana de Enrico, solo la reconocí por su voz, estaba vestida de negro, despeinada, grandes ojeras, sus ojos rojos, un pañuelo en las manos.
Tiró encima de la mesa un periódico con un titular:
“Grave accidente en la carretera este fin de semana dos muertos, un herido grave y una persona ilesa, todos de la misma familia”
Aria se acercó a mí y me dijo, “sólo pronuncia tu nombre y vengo a llevarte al hospital, no voy a dejar que él también muera”. Me cogió de una mano y tiró de mí.
Lo siguiente que tengo gravado en mi mente es estar frente a una ventana y al otro lado una cama toda llena de aparatos, cables, mangueras ¡no podía verle!
Mi vida se paró en ese momento y no volvió a ponerse en marcha hasta 5 meses después.
Estando en el hospital recibí las primeras llamadas para entrevistas de trabajos, y comencé a compaginar mi vida laboral con las visitas a Enrico.
Allí en la cama del hospital, evoco ese primer contacto de su piel con mi mano, ese aroma, el mismo que me envolvió en La tasca el Rincón, cuando descubrí su libro. Luego ese roce de nuestros labios, su mano entrelazada con la mía y yo leyendo. Esa mirada que cada día se llenaba de más vida.
Ya fuera del hospital vino la recuperación en casa, comenzando por el día a día, las curas, el cuidado con las comidas, la gran dependencia que tenía de los demás, luego la rehabilitación, las consultas de seguimiento. Así dos años de solo vivir para él. Según iba avanzando en su recuperación aumentando su independencia.
En casa, mencionar nuestros momentos de complicidad íntima; su mano en mi cara, en el cuello, en mi espalda, atrayéndome a su lado. Y yo sentada en el borde de la cama, acercándome a él, , apoyando mis manos sobre sus hombros, su mirada que me llenaba con su fuerza, el movimiento de su nariz, al pasar el aire, sus labios rojos, el contacto con los míos, nuestras lenguas rozándose suavemente. Su sabor en mi boca… ¡Mis padres a punto de pillarnos!.
Y ahora soy yo la que estoy en el hospital, casi no me quedan fuerzas, ningún tratamiento ha funcionado. Pienso en Enrico, vuelvo a ser causa de su sufrimiento.
Lo oigo venir, veo su sombra acercándose y decido terminar, nos volveremos a reunir no sé si pronto o tarde. Me abandono y cierro los ojos, incapaz de seguir mirando.

Mayo 2013
Candela S.

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1 comentario

  1. 1. lunaclara dice:

    Decido terminar? Como? Que?… Es una historia muy bella. Los giros de ahora enferma el, ahora enfermo yo, estan guays, enganchan, hacen que quieras leer mas… Me hubiera gustado saber que quiere decir “decido terminar”, y por favor, que no sea lo que estoy pensando. Felicidades Candela!!

    Escrito el 29 mayo 2013 a las 22:26

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