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Mi más grande error. - por Naniis

Web: http://dianaleiiva.blogspot.com

El autor/a de este texto es menor de edad

Me giré al escuchar sus pasos, pequeños golpes sobre el piso del supermercado. Estábamos en el área de los lácteos; allí donde nos habíamos visto por primera vez.

Caminó lentamente hacia mí, tambaleándose un poco hacia un lado mientras agarraba dos tipos de quesos diferentes.

-¿Cuál me recomiendas?- preguntó inocentemente, alzando los productos en el aire. Los miré un instante.

-Eres intolerante a la lactosa- le recordé como si nada, señalando los empaques- Y odias el queso amarillo, en especial cuando está entre dos panes.

Sonrió como si lo hubiera descubierto y dejó de nuevo los quesos en el refrigerador.

-No creí que lo recordaras… Perdón… – agachó la cabeza.

Suspiré largamente y el frío de los refrigeradores convirtió mi aliento en vaho. ¿Por qué siempre se disculpaba? ¿No era yo la que le había hecho cosas terribles?

-No, no- tomé fuerzas y entrecerré los ojos lentamente- Perdóname tú.

Bufó, negando con la cabeza. Su abundante cabello negro se alborotó y deseé acomodarlo con los dedos, pero ya no tenía ese derecho.

-Fue hace tanto tiempo…- rió débilmente- Éramos muy jóvenes…

Lo miré con el corazón en la mano.

-Te engañé cuando éramos novios- recordé sintiendo un nudo en la garganta- y con tu mejor amigo.

Hizo una expresión dolida que me hirió en el alma, era su turno de reprocharme todo ¿Por qué no lo hacía?

-No es para tanto…

¿En serio? ¿No era para tanto? Aquellos días en los que él me había entregado todo el amor que una persona podía dar; aquellos tiempos en los que mis padres se divorciaron y lo único que deseaba era llamar su atención… sí, esos momentos en los que no supe valorar su amor incondicional.

Él siempre me repetía lo mucho que me amaba, en cambio yo nunca creí que lo dijera en serio. Tal vez porque mis padres también se amaron una vez, y, al final, yo no fui lo suficientemente buena para mantener su amor unido. Nunca fui lo suficientemente buena para nadie.

-¿Y cómo te va con John?- cambió de tema, inspeccionando un bote de yoghurt.

-El año pasado nos divorciamos- respondí secamente- Nuestro hijo ya está en el colegio…

Tragó saliva intentando sonreír. Yo ni siquiera hice el esfuerzo.

El tema era tan doloroso para él como para mí. Había salido embarazada de mi hijo con John, cuando él y yo aún estábamos juntos. Tuve el descaro de embarazarme de su mejor amigo a sus espaldas.

Nos quedamos callados.

-Oye…- susurré, mis ojos ardían. Inhalé y le tomé la mano débilmente; estaba tibio, me daría fuerzas para continuar- sé que nunca te lo dije pero… creo que… ahora tengo las cosas más claras y… yo te…

“Yo te amo”

“No te amé, pero te amo ahora”

Las palabras se quedaron atoradas en mi garganta cuando una mujer joven se acercó hacia nosotros con expresión tímida y un hermoso bebé de cabello negro en brazos.

-Eh…Cariño- Me observó un momento y después lo miró a él, quien se giró rápidamente al oírla-

Ahí fue cuando le sonrió, de la misma manera que me había sonreído cuando éramos novios. Y se me rompió el corazón, tal y como yo se lo rompí a él.

Tardé muchos años en comprender mis sentimientos por él. Demasiados, demasiados años.

¿Entonces qué esperaba yo al confesar mis sentimientos? ¿Que decidiera amarme como lo había hecho antes? ¿Que olvidara todo el daño que mis acciones adolescentes le habían ocasionado a su puro y demasiado noble corazón?

No, claro que no, pero la esperanza es más fuerte que la razón.

Me presentó a su esposa, mas no escuché su nombre; pues los oídos me palpitaban y sentía que en cualquier momento caería al vacío para ya no salir; aunque sabía muy bien que un corazón roto no llegaba a tales extremos.

Les sonreí muchas veces, fingiendo alegría.

-Por cierto- me dijo cuando él y su esposa ya se iban- ¿Querías decirme algo hace un rato? No te escuché muy bien.

-Oh- fingí no recordar la conversación- Creo que no era nada.

Me sonrió y vi en sus ojos añoranza, incluso un poco de cariño. Pero nada de amor. Se despidió de mí con un beso en la frente, me abrazó fuertemente y tomó de la mano a su esposa.

Se besaron frente a mí, como cualquier pareja lo haría. Caminaron hacia las puertas del supermercado; que se abrieron automáticamente y yo, como la cobarde que soy; cerré los ojos, incapaz de seguir mirando.

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1 comentario

  1. 1. lunaclara dice:

    Me ha gustado mucho tu relato. La forma sencilla de contarlo, con las palabras suficientes. Lo que mas me ha sorprendido es el giro inesperado de la aparicion de la mujer de el… Lo vas anunciando poco a poco y queda genial. Felicidades!!

    Escrito el 29 mayo 2013 a las 23:01

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