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Desencantada - por M. H. Heels

Web: http://mhheels.wordpress.com

Me giré al escuchar sus pasos, hacia la ventana, dándole la espalda a la puerta. No quería que notara que había estado llorando. Era su Reina y no podía mostrar debilidad.

Escuché a aquel hombre detenerse en la puerta abierta. Necesitaba unos instantes para recomponerme o me volvería a echar a llorar. El hombre se movía inquieto, algo había pasado.

-¿Ya está hecho? – pregunté intentando que mi voz sonara lo más fría y seca posible.

-Sí mi Reina. Está hecho.

La respuesta era clara, pero su tono de voz me hizo dudar de que fuera cierta. “Me estoy obsesionando” dijo una parte más racional de mi cabeza. Si el hombre decía que estaba hecho debía ser así, conocía perfectamente las consecuencias de mentirme. Le despedí haciendo un gesto con la mano y conté cada uno de los 27 escalones que tenía que bajar, asegurándome de que no estaría allí, antes de darme la vuelta.

Eché agua fría en la jofaina y me lavé la cara intentando que la hinchazón de mis ojos bajara. Ya era lo suficientemente fea como para añadir unos ojos hinchados y una nariz roja por haber estado llorando. Al pasar por delante del espejo sentí la tentación de destaparlo y echar una rápida mirada. “No. Aún no” pensé. Miré hacia abajo comprobando que el corpiño aún se me ajustaba demasiado y marcándome una odiosa barriga. “Unas cuantas lunas más y me libraré de tí” pensé mientras pasaba una mano por encima.

Cuando dejé de notar los ojos pesados y hundidos, llamé a la campanita para que vinieran mis doncellas.

-Preparadme el baño de leche y los barros para la cara – les dije cuando llegaron.

-Mi Reina, me envían de las cocinas ¿va a comer hoy? – dijo la más joven.

-No. Diles a ese atajo de gordos holgazanes que hoy tampoco tienen trabajo y que ya pueden ir inventándose algo que hacer porque como vuelva a verles dormir encima de los sacos de harina no volverán a despertar. – En cuanto terminé de hablar fui consciente de mi mal humor. – Tráeme una manzana – dije a la muchacha antes de que desapareciera corriendo por la puerta.

Me metí en la bañera hasta el cuello y dejé que las doncellas me aplicasen los barros en la cara mientras aguantaba como podía su cháchara incesable:

“¡Oh mi Reina que piel tan tersa tiene!”, “todas las muchachas del reino envidian su belleza”, “Nadie es tan esbelta como usted…”

Me ponían enferma. No eran más que un puñado de muchachas asustadas que sabían lo que debían decirme. Pero yo sabía la verdad. Mi piel no era tersa y hacía años que no era esbelta. Las arrugas cortaban mi cara y, a pesar de mis esfuerzos, no conseguía volver a entrar en los vestidos ni en los corsés de hacía años. Estaba vieja, fea y arrugada.

-¡Fuera de mi vista! – las grité saliendo de la bañera.

No podía aguantar más mentiras. Mi humor había empeorado. Me senté frente al espejo tapado y comencé a peinarme el cabello. Era lo único que me gustaba de mi cuerpo: mi larga melena, suave y brillante. Entonces el sol se reflejó de manera extraña en el mechón que estaba cepillando y lo vi: un cabello completamente blanco, burlándose de mí, gritándome “vieja” con su brillo.

Estallé. No pude aguantar más y estallé. Lancé el cepillo contra la pared y tiré todos los frascos de perfumes de mi tocador gritando y maldiciendo hasta que me quedé sin voz. Arranqué la tela que cubría el espejo con ambas manos y me quedé frente a él desnuda, observando mi propia decadencia. Respiré hondo y, una vez más, me enfrenté a la verdad con auténtico terror.

-Espejito, espejito, di, ¿Quién es la más bella de todas las mujeres?

-Blancanieves – respondió el espejo sin ningún tipo de compasión.

Quise llorar, quise gritar, quise romper el espejo y acabar con todo. Una vez más deseé la muerte de Blancanieves y quise matar también al Cazador por haberme mentido. Quise lanzar un hechizo sobre el mundo y que todos murieran, incluso quise acabar con mi propia vida y dejar de sufrir de aquella manera.

Sin embargo no hice nada, únicamente cerré los ojos, incapaz de seguir mirando.

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8 comentarios

  1. 1. Eunice dice:

    Muy buena adaptación. Siempre se narra todo desde el punto de vista de Blancanieves pero nunca desde el de la madrastra. Me ha gustado mucho.

    Escrito el 28 mayo 2013 a las 18:31
  2. 2. Filias dice:

    Qué prisma tan interesante, Heels. Tiene mucha fuerza y me ha gustado mucho. Enhorabuena.

    Escrito el 28 mayo 2013 a las 18:54
  3. 3. Aradlith dice:

    Ya veía yo que de brujas iba el cuento… Pero no me esperaba a la de Blancanieves, la verdad.
    Hubo un momento en el que me acordé de la Condesa Bathory… La idea de la eterna belleza está tan extendida que es normal que coincidan en algunos puntos.

    Escrito el 28 mayo 2013 a las 23:48
  4. 4. Anna dice:

    La madrastra era una mujer atormentada y solo tu has sabido verlo. Muy buen trabajo. Felicidades!

    Escrito el 29 mayo 2013 a las 09:46
  5. 5. M. H. Heels dice:

    Eunice, me alegra que te haya gustado. La verdad es que siempre he tenido debilidad por los “malos” (son los mejores) y los pobres no tienen oportunidad de contar su parte de la historia..

    Filias, me alegra mucho que te haya gustado 🙂

    Aradlith, las brujas son geniales… la verdad es que todas las mujeres pecamos de la búsqueda de la eterna belleza (puede ser por “culpa” de tanta princesa divina) y, si lo piensa bien, la historia en realidad podría ser de cualquiera.

    Anna, como le he dicho a Eunice, tengo debilidad por los “malos” de las historias, me parecen tremendamente interesantes y llenos de matices (mucho más que los buenos, que suelen ser un poco sosos jeje) y esta bruja en concreto yo siempre la he visto así, como una mujer atormentada por tener que vivir a “la sombra” de alguien perfecto.

    A los cuatro, muchas gracias por pasar por aqui y por comentar. Un abrazo. Nos leemos

    Escrito el 29 mayo 2013 a las 21:06
  6. 6. Enrique dice:

    Genial, que buena tu originalidad, nunca se me hubiera ocurrido ponerme en la piel de la madrastra, y veo que ella también como todo ser humano también tenía su historia, sus angustias, sus terrores, sus horrores al enfrentar la vejez. Y aparte como dibujas y testimonias el drama en particular de la mujer frente a los síntomas del deterioro provocado por los años. La verdad ME SACUDISTE. Gracias.

    Escrito el 29 mayo 2013 a las 23:33
  7. Me ha gustado ese cambio de perspectiva. En general, mene encantan. De que vi que era la reina, me sonreí a mi misma :-)Magistral.
    Saludos

    Escrito el 30 mayo 2013 a las 08:33
  8. 8. Josep Garcia dice:

    Ya lo han dicho todo. A mi también me pareció por un momento que derivaba en baños de sangre. Buen punto de vista el de la madrastra. Blancanieves nunca me cayó simpática.

    Escrito el 1 junio 2013 a las 17:20

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