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Lo que trajo la noche - por Olivia

Se giró al escuchar el grito. No podía creer lo que estaba viendo. Se frotó los ojos dos veces como si éstos la estuvieran engañando. No, no. No podía ser. Pero parecía cierto. No estaba soñando. Anduvo un poco sobre sus pasos, como queriendo confirmarlo. Llevaba toda la tarde entrando de una tienda a otra para terminar de comprar todo lo que había pensado para su familia y amigos. «Cada Navidad me pasa lo mismo: tengo tiempo de sobra y el último día antes de Nochebuena, ¡a buscarlo todo!» Seguía sumida en sus pensamientos, con una mezcla de tedio, emoción y sentimiento de culpa por no hacer las cosas como se suponía que debía. «No me organizo, no sé cómo lo hago pero siempre es así, como todo lo que hago» La calle estaba repleta de gente. Las tiendas también. Por algo no era la única en ultimar sus compras de Navidad, aunque a ella se lo pareciera. Esa era una de las calles más céntricas de la ciudad. En apenas ciento cincuenta metros albergaba una treintena de locales con las más variopintas propuestas para llamar la atención de los viandantes. Las consabidas firmas de ropa a buen precio que pese a sus diferentes nombres pertenecían al mismo empresario, un par de jugueterías enfrentadas no solo en la calle sino en su constante competición de precios, bares, cafeterías y hasta un pequeño restaurante de «comidas del mundo» que logró situarse allí hacía cuarenta años cuando nadie daba nada por él ni por su futuro porque esa calle no parecía interesante a ojos de los vaticinadores de éxito comercial. Al estar en ese privilegiado punto urbano, en la época de Navidad cerraban el paso a los coches y se convertía en calle peatonal. Parecía increíble que el resto del año pudieran convivir peatones, coches, bicicletas o camiones sin problema y ese día no cupiera ni una aguja. De algunas tiendas salía música ambiental o algún villancico para participar en la calidez navideña y para atraer a los clientes al comercio. De hecho era un bonito espectáculo. Al principio de la calle, como queriendo presidirla, había un gran árbol engalanado con lazos rojos y luces perfectamente dispuestas de abajo arriba que simulaban tender una red de seguridad a la estrella de la copa. Ella seguía dándole vueltas: «Me falta la bufanda del abuelo y ya está. Además ya está oscureciendo y pronto va a hacer más frío. Y yo que quería comprarme algo. Pero no, ya no tengo tiempo. ¿De dónde sale tanta gente? ¡Uff! Qué agobio, me duelen las piernas, los pies y las manos de llevar todas las bolsas. ¿Por qué hacen estas bolsas con asas que cortan la sangre de los dedos? ¿Por qué la gente habla tan alto? ¡No puedo más!» Su cara empezaba a desencajarse del cansancio, a la vez que intentaba avanzar todo lo rápido que el gentío le permitía y con la mirada perdida, ahora en el cielo de color rosa, ahora en la muchedumbre que la precedía para evitar echarse encima de quién tenía delante. Entonces sucedió. Un grito desgarrador que no parecía ni humano sonó a sus espaldas. El instinto de protección le hizo girar la cabeza. No podía creer lo que estaba viendo. Se frotó los ojos dos veces, como si éstos la estuvieran engañando. No, no. No podía ser. Parecía cierto y no estaba soñando. Anduvo un poco sobre sus pasos, como queriendo confirmarlo. No había nadie más que ella. Ni detrás ni delante suyo. No se oía nada. Un silencio sepulcral reinaba en la calle. Ni música, ni villancicos, ni voces, ni tiendas. Nada. El cielo iba perdiendo su color rosado para convertirse en un azul oscuro con aquel halo anaranjado de la noche incipiente. Empezaban a aparecer las primeras estrellas o planetas cercanos y una luna llena blanca, grande y sonriente. Un cielo despejado, sin nubes. Precioso.

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7 comentarios

  1. 1. Wyrell dice:

    Hola Olivia, qué tal?

    Ahora que tengo algo de tiempo libre aprovecharé a pasar por los textos que más pueda del taller, tú estás en esta lista 🙂
    Empezamos:

    Me costó un poco entender de qué va el texto, pero esto puede que sea por cómo está estructurado el mismo (ya hablaré de esto) pero, al releerlo, el resultado no me desagradó. Una situación cotidiana por la que seguro todos hemos pasado, esto es el ir a comprar los regalos para las fiestas. Yo personalmente lo odio, no me gusta hacer regalos, demasiadas variantes :/

    Si dijera que el texto se lee fácil y rápido no estaría siendo honesto. No sé si será por la forma en la que la web ordena los textos que copiamos y pegamos en world o la casi inexistencia de más párrafos, pero se me hizo difícil centrar la lectura. Procura hacer los párrafos un poco más cortos, esto ayudará a mantener centrado al lector y el texto resultante se verá más bonito, te lo aseguro.

    Ignorando lo que ya mencioné sobre los párrafos, no encontré mucho más para corregir, tal vez los compañeros que sigan puedan darte más concejos en esta área.

    Para terminar, el texto me gustó. La descripción de la escena hace que me vea inmerso en la situación, bien logrado esta parte.

    Un saludo.

    Escrito el 17 enero 2017 a las 20:14
  2. 2. Tarquino dice:

    Es bastante difícil leer este relato, me parece que además haces una descripción muy detallada del ambiente, pero según mi criterio, no agrega, no atrapa.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 05:15
  3. 3. Olivia dice:

    Hola Wyrell y Tarquino:

    Muchas gracias por vuestros comentarios.
    Solo decir que está hecho así aposta. El personaje está sumido en sus pensamientos y un poco absorto y fundido en un ambiente navideño que debe explicarse, especialmente el haber una multitud porque después de un determinado hecho, todo desaparece. Justo el contraste pretende ser lo que da el aire de misterio.
    Quizás no lo he conseguido. Lo de párrafos más corto, sin embargo, es una carencia que tengo porque no es la primera vez que me lo dicen. Muchas gracias a los dos.

    Escrito el 20 enero 2017 a las 00:18
  4. 4. Escorpión dice:

    Mi saludo Olivia.
    El fuerte del texto está en las últimas líneas ” el instinto…”, mi sugerencia: trata de eliminar la mitad de lo que expresas arriba y verás que el texto gana fuerza e impacta más al lector.

    Escrito el 20 enero 2017 a las 04:38
  5. 5. Angy Miró M. dice:

    Buenas noches.
    Eres uno de os textos que me toca comentar, así que, allá voy.
    Me ha costado mucho leerlo, incluso me ha llegado a dar pereza, porque no tiene estructura alguna. Me explico: no tiene separaciones, párrafos, espacios… Para que un texto pueda despertar interés y se entienda tal y como lo pretendes transmitir, necesita esos espacios. Debes dejar respirar al relato. quiero mencionar brevemente también que hay algunos momentos en los que la falta de puntuación dificulta la lectura.
    Por otra parte, veo que has hecho una especie de “ringkomposition”, un desarrollo circular en el que el texto empieza como acaba, lo cual es bastante interesante si se lleva a cabo con corrección. No está mal, pero queda camino.
    Por lo demás, no es un contenido que atrape o aporte ideas trascendentales, pero se vela intención.
    Ánimo en tu camino de escritura.
    Un saludo.

    te dejo aquí mi texto para que lo destripes:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-40/7074

    Escrito el 23 enero 2017 a las 01:49
  6. 6. María Esther dice:

    Hola Olivia,me uno a los compañeros que encuentran dificultosa la lectura.Tiene buena descripción, el ambiente bullicioso te contagia,pero la verdad que se prolonga un poquito.
    Con sinceridad te digo que no comprendo el final. Lo leí varias veces y no hubo manera de interpretarlo. No sé si fue un sueño y el grito la despertó. Tampoco me quedó claro lo que veía.
    A lo mejor estoy con sueño,y por eso las ideas no aclaran.
    Nos seguimos leyendo, con perseverancia.
    Saludos Maritel en el 98.

    Escrito el 23 enero 2017 a las 04:02
  7. 7. Olivia dice:

    Muchas gracias, María Esther por tu opinión. La idea es dejar al lector con la duda de lo que pasa al final. Ni yo lo sé…;))

    Escrito el 27 enero 2017 a las 18:48

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