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La Soledad del Alma - por PILA GONZÁLEZ

Web: http://www.destinonewzealand.com

LA SOLEDAD DEL ALMA

Siempre consideré que aquellos que deseaban la muerte eran seres desagradecidos de la vida. Sin embargo, hoy puedo afirmar sin ningún pudor ni orgullo perdido, que acallar para siempre esta mente perturbada y sin esperanzas es el único anhelo que me queda.

No existe nada peor que sufrir la soledad del alma. Uno se consume por dentro de una manera tan trágica y fatídica que, en varios momentos, se llega a considerar la posibilidad de un suicidio, para así terminar con este eterno sufrimiento. Pero más, que nada, de silenciar nuestros pensamientos. Ponerles una mordaza al ser interior que nos avasalla con planteos y sentimientos de dolor y pésimas interpretaciones de los hechos ocurridos.

Lamentablemente no puedo ni siquiera disponer de este último deseo. Ojalá pudiera hacerlo. Ojalá consiguiera de una vez por todas ponerle fin a una existencia (si se la puede referir como tal) que ya no tiene razón de ser. Espero algún día encontrar la paz que creo merezco, porque considero que no hice nada malo en mi vida para soportar semejante injusticia y padecimiento.

Ni siquiera el accidente que me llevó al estado donde me encuentro ahora fue por mi culpa. Lo recuerdo muy bien, y también recuerdo los días posteriores sin poder mover un musculo de mi cuerpo. Tal cual como estoy ahora. Recuerdo y tengo plena consciencia de todo. Del camión envistiendo de frente a mi auto en el cruce de las rutas 7 y 30. Del dolor insoportable después de la colisión. De los gritos de auxilio de las personas que se iban acercando. Del grito ahogado de manera desesperada que no podía emitir. Todo. Cada instante lo tengo grabado.

Me acuerdo cuando llegaron los paramédicos y me subieron a la ambulancia. ‹‹Esta inconsciente pero viva. Hay que llevarla urgente al hospital››, decían. De la llegada a la sala de urgencias. De las interminables y maratónicas operaciones para salvar lo que quedaba de mi organismo. Pero sobre todo recuerdo, y es como un puñal clavado en el medio del alma, es la interminable, perpetua y solitaria espera. El doloroso y mortal silencio.

‹‹Lamento decirles que entró en un estado de coma después de las operaciones y no podemos saber cuando va a despertar. Solo les pedimos paciencia y que la acompañen en este difícil momento.››, decían los doctores que me atendían a mis familiares. ¡Paciencia! ¿Cómo podía pedir paciencia? Si yo sentía todo. Vivía todo, y no podía dominarme para hacérselos saber.

Como olvidarme del llanto desconsolado de mis padres. De la promesa de que me iría a espera por siempre de mi amado novio. De los diagnósticos de los médicos y de las nuevas intervenciones quirúrgicas para tratar de arreglarme. Cada segundo de mi mísera vida después del accidente lo tengo guardado en un libro dentro mio que quisiera desecharlo, pero, contra mi pesar, no puedo.
No pude moverme. No pude hablar. No pude comunicar que seguía allí con ellos. Que por el momento seguía siendo la misma de siempre, pero que notaba que algo estaba cambiando, que algo se estaba rompiendo. Era presa de mi propio cuerpo, ahora soy presa de mi mente.

Llevo cuatro años muerta. Cuatro años desde que se me apagó la luz. En ese tiempo pude comprobar que la peor sentencia para un ser humano es ser condenado a una soledad eterna.

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4 comentarios

  1. 1. Ana Delicado dice:

    ” Espero algún día encontrar la paz que creo merezco, porque considero que no hice nada malo en mi vida para soportar semejante injusticia y padecimiento.”
    Esta parte es brutal. Genial compañera.

    Escrito el 29 noviembre 2013 a las 10:22
  2. 2. Eunice dice:

    Creo que sabes plasmar muy bien los sentimientos, queda reflejado sobre todo en la primera parte del relato. No es mi género favorito pero reconozco que narras de una manera muy emotiva.

    Escrito el 29 noviembre 2013 a las 12:19
  3. 3. Marier dice:

    Me gustó el contenido y cómo lo narraste Genial el final: “Llevo cuatro años muerta. Cuatro años desde que se me apagó la luz. En ese tiempo pude comprobar que la peor sentencia para un ser humano es ser condenado a una soledad eterna”.

    Felicitaciones!!!

    Escrito el 5 diciembre 2013 a las 22:01
  4. 4. Constanza dice:

    Me ha gustado tu relato. Tiene un punto de angustia que supongo que es lo que pretendías al escribirlo. Gracias por compartir.

    Escrito el 5 diciembre 2013 a las 23:47

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