Y se quedó parado frente a las puertas del INEM - por Pedro Jiménez

Y se quedó parado frente a las puertas del INEM. Pedro Canto Sánchez con 32 años de edad no se podía mover. Se quedó petrificado con la mirada fija en el letrero que decía: Instituto Nacional de Empleo. Delegación de Badajoz. Pasados unos segundos allí seguía él. Pasaron minutos y allí continuaba quieto con la vista clavada en el cartel. Algunos viandantes pasaban a su lado mirándolo con desconfianza. Una anciana le puso un euro bajo sus pies.-– Toma joven pero no te lo gastes en vino–. Pedro seguía inmutable como hipnotizado por algún sortilegio. La tarde se fue marchando como los niños que instantes antes corrían alrededor de Pedro. Cayó la noche pero la aparente entereza de Pedro seguía en pie. Una manada de adolescentes con la mirada perdida en sus respectivos "esmartfones" esquivaron a Pedro pasando éste inadvertido. Mientras una mujer, que al verlo tan chocantemente parado, se cambió de acera disimuladamente por creer que Pedro era un tipo peligroso.
Unas horas después se oyó el golpazo del cierre metálico de un bar que se hallaba a pocos metros de la figura hierática de Pedro. El dueño del bar depositó, bajo sus pies y junto al euro, un bocadillo de morcilla envuelto en papel de plata. – Aquí tiene la cena y abríguese hombre que esta noche va a refrescar– le dijo marchándose el señor hostelero. Comenzaban a aparecer los seres de la noche: Una pareja, ciega de amor, no se percató de la presencia de Pedro y se besaron ardientemente durante unos minutos tan cerca de él que casi parecían un trío. El chico advirtió su presencia. – ¿No tienes otra cosa que hacer? ¡Voyeur de mierda! – y arrastrando a su "enamorada" se perdieron a la vuelta de la esquina. Ya en la madrugada un grupo de jóvenes y jóvenas, ebrios de alcohol y juventud, se agruparon alrededor de la estatua humana, comenzaron pidiéndole fuego y la cosa acabó con un vaso de tubo apoyado en la cabeza de Pedro. Entre risas, el juvenil grupo, se fue alejando.
Comenzaba a amanecer. Un cánido callejero olfateó alrededor de Pedro para finalmente llevarse el bocadillo de morcilla que tenía a sus pies. Pedro seguía pegado en el mismo sitio y sin despegar la mirada del Instituto Nacional de Empleo con un vaso de cubata apoyado en la cabeza y con el bajo de los pantalones orinado por un perro. Un coche de la policía local paró cerca de él. – Buenos días, ¿se encuentra usted bien? – dijo uno de los agentes. Pedro hacía caso omiso. El cabreo monumental de uno de los agentes desembocó en un intento de llave de yudo contra Pedro, pero era imposible moverle tan solo un centímetro, unicamente le volcó el cubata encima haciéndose añicos al estrellarse contra el suelo. A las 10:15 am la zona estaba acordonada y Pedro también estaba rodeado de una cinta plástica fluorescente de la policía local. A las 10:25 am la prensa, televisión y radio ya había llegado. Pedro era noticia nacional y algunas cadenas internacionales ya mostraban su estática figura.
02:05 pm. Las autoridades competentes de Badajoz encabezadas por Jose Miguel Porcuna, excmo. alcalde de Badajoz se presentan ante Pedro para intentar moverlo. 02:10 pm. Pedro no se mueve. 02:55 una máquina excavadora se planta delante de Pedro junto a seis operarios. 04:35 pm. Pedro desaparece de la calle llevado en un camión volquete municipal y en su lugar queda un agujero en mitad de la acera en frente del Instituto Nacional de Empleo.
La cuestión de Pedro crea un fuerte debate de envergadura nacional. La gente se echa a la calle. El presidente de Amnistia Internacional de Badajoz acompañado de otros representantes de ONG´S reclama información sobre el paradero de Pedro. Mientras en todas las plazas de las ciudades se ven pancartas con un lema: "Pedro ha sido el primero pero no será el último".