Limbo. - por Lilim

¿Trece? ¿En serio? Menos mal que es un trabajo fácil, entrar trincar la pasta y volver a salir… con suerte el fulano tendrá algo de mercancía que merezca la pena vender para conseguir un extra y que compense el trabajo que me está dando este candado… me soplaron que es un buen sitio, el fulano ha ganado una millonada escribiendo chorradas de esas de miedo… pero que casualidad, el trabajito número trece en la casa número trece donde vive un escritor de terror que tiene la puta puerta debajo de una puta escalera solo falta un jodido gato negro para rematarlo y el candadito que no quiere… oh, ya está, menos mal, vamos allá…
Mierda, ¡que susto! A quién se ocurre poner un espejo delante de la puerta, solo me faltaba romperlo para hacer la noche… este tío es raro, raro… de dónde habrá sacado toda esta basura vudú, si no fuera porque yo soy un tipo duro y no me afectan esas cosas empezaría a pensar que hay algo al fondo de ese pasillo, algo aparte de la caja fuerte, claro…
¡Dios! Apesta como si le hubiera muerto el canario, ¿de verdad el tío este vive en este antro de porquería? Si está forrado… bueno, a lo mejor tener la casa así le inspira o algo, el señor sabe que empiezo a tener ideas raras hasta yo, con esa sensación el cogote como si me mirara algo desde ese cuadro o ese crujido del suelo o ¡Joder! Si que tenía gato negro el muy…
La casa no parecía tan grande desde fuera ¿no? Este trabajito se me está haciendo eterno…