Primer beso - por Nathaly Lizbeth Sipiran Morillo

En pie lejos de aquellos colores, ¡Colores! de aquel monstruo…
Personas son engullidas por un “telón” que hace de lengua, a otras las escupe con asco y esa gente sale contenta.
Rojo, Blanco, Azul, banderas ¡qué importa! él sigue tragando gente. Le llaman circo…yo le temo, temo a los payaso, cierro los ojos con los malabaristas volando en el cielo… (Un día un mono me mordió la mano… llore porque me pareció injusto, solo trataba yo de hacer amistad…)
_Permiso –me golpea el hombro una mujer
_Disculpe, Siga… – me retiro del camino con un movimiento de mano.
Me pregunto ¿Cuándo vendrá?, el monstruo sigue merendando sin importarle mis sentimientos. Lo miro y le hago una mueca, pero no perturbo su hambre. Miro mi reloj, Las ocho treinta, la culpa es mía, vuelvo a observar al monstruo que va a merendarme, cierro los ojos y aspiro…ocho cuarenta y la veo
_¡Hola! –Saluda apretando su cartera con ambas manos, una sonrisa asoma en sus labios
_Alex, pensé que no venias – no era una forma de saludar, el ¡hola¡ se me quedo atragantado y el ¿Cómo estás? Ni siquiera lo pensé
_¡Cómo crees! –Amplía su sonrisa, sacándose el chaleco ¡Que silueta!
Me acerco y le toco la mejilla con los labios. Escucho el sonido de la grava, ¡pasos!, me separo rápidamente
_La función comienza nueve y media –sonrió por sonreír, el payaso culpable de mi nerviosismo me mira, veo sus ojos y me mareo- Vamos a dar una vuelta –la incito mientras ofrezco mi brazo para sostenerla, aunque soy yo quien necesita del apoyo, el payaso se retira no sin antes, darme otra mirada
_Bien –accedió con un asentimiento enredando su brazo en el mío
Caminamos un rato. El sol se ha propuesto atormentar y dejara huella en su piel
_Siéntate –le ofrecí con educación
_Gracias –se sonroja. Me gustó y me provocó… me quedo en pie detallándola
_¿Quieres subir a una atracción? –doblé una ceja
_No, prefiero estar aquí – me sonríe de lado.
_Voy por dos coca colas – me apresuré a la máquina expendedora
Puros ¡Nervios! Por mi inexperiencia y mis traumas seguro, acelero el paso con las bebidas en cada mano, casi choco con el payaso que me quedó viendo de manera penetrante como si estuviera adivinando mi sabor, se me escapaba la valentía y apreté la lata, y me bañe el brazo. Alex lo vio todo…
_¿Estás bien? –sus cejas casi se juntaron y sus ojos se clavaron en los mios
_Si solo se me ha mojado la manga de la chaqueta –Le informe quitándomela y maldiciendo al payaso
_Hemos perdido una lata –Dijo ella con el rostro en reflexión- ¿compartimos? –Se sonrojo al proponerlo y yo me puse peor que ella, no quería agradecer al payaso y no lo haría
Compartimos la coca cola y hablamos trivialidades, sentía el hormigueo que me habían contado mis amigos, lo sentía en las manos cuando rozaba sus dedos, en la garganta, en el estómago…
_¿Entonces por qué me invitaste a uno? –Me preguntó
Antes me había sonsacado que aquel monstruo no me gustaba… ¿entonces por qué la invite allí precisamente?, La había invitado por que escuche que le encantaba y a mí me encaba ella, había decidido entonces enfrentar mi miedo, el circo, sus payasos y sus monos, y sus malabaristas solo por ella
_Quiero verte sonreír –Confesé de nuevo encogiéndome de hombros
_Eso es muy tierno de tu parte –su sonrisa me fascinaba, ¿se está acercando?
_Ya va a comenzar la función, vamos –El sudor en mis manos aumentó
_Bien –Dijo soltando una risita, la caballerosidad se iba en mis sudores, así que me apresure a caminar, ella tendría que seguirme
_¡Hey!, espera –Escuché que dijo
_¿Huh? –me detuve en mi escapada
_¿Y si mejor vamos a otra parte? –Encantado
_No, te he prometido esto –Volvió el caballero
_¿Estás seguro? –acorto en siete, los cinco pasos que había adelantado
_Si… -sentí una pelota en la garganta
_Bien… -Susurró
Era inminente, iba a suceder lo que había ido a buscar, cerré los ojos y aspire su aroma, mientras mis manos fueron a parar a su cintura. Sentí caer la chaqueta y la cartera, y sus manos rodearon mi cuello, el beso sucedió, en un roce y en dos…
Deje que el monstruo me devorase, el mono pudo volver a morder mi carne, pero no lo hizo y ni siquiera me fije en él, el payaso se me acerco de todos modos, buscando seguro un agradecimiento que no recibió, ni recibiría…