Fuego Fatuo - por W.R.Masher

Fuego Fatuo

La joven Mawui se escabullía entre carpa y carpa. Sin que London, el Dueño del circo “Lonsirc” supiera q se había ido.
Al llegar a su destino. Cal le pregunto
– ¿Te has escapado otra vez?
-Sí, es que necesitaba verte Cal. Se rumorea que ha llegado otro huésped al Lonsirc. Está en estos momentos entrenando en la carpa Maire. ¡Vamos! tengo una mordida curiosidad.
Cal y Mawui espiaron desde afuera de la Maire.
Dentro y en medio de los cuatro escenarios circulares estaba el, sosteniendo un aro que luego se apago.
Se subió al medio del escenario más grande, arrodillándose, tocando el suelo con ambas manos, una línea curva de fuego salió de cada una, la cual se expandió por todo el interior de la inmensa carpa, que al poco tiempo tuvo todas sus paredes, techo y asientos cubiertos por una pared de fuego que no tocaba el suelo.
Cal se asusto
Mawui acerco su mano por el interior tocando las llamas.
-No quema dijo, se siente frio.
Ella sabía que el aro que había sostenido él con anterioridad y que ahora estaba en el suelo, no se había quemado, es mas no tenía marcas y los asientos aún no se consumían.
En ese instante el muchacho, giro rápidamente, con su mano extendida apagando todo el fuego sin dejar rastro alguno. Luego incendio una cuerda enrollada al lado suyo con solo levantarla y por último la arrojo extendiéndose esta y formando pequeños círculos de fuego a su alrededor.
London interrumpió, la escena.
-¡Magnifico muchacho! Sigue entrenando.
Las muchachas escondidas se retiraron.
Mawui espero la noche para salir de su carpa.
Con la luces apagadas y caminando despacio algo la derribo cuando salía.
-Soy Cheyton el nuevo, Vine a verte, dijo
-¿A mí? ¿Porque me buscarías?
-Te observe en la Maire y quisiera que me respondieras… ¿Qué eres?
-¿Porque respondería eso a un extraño?
-Porque sé muy bien que tu también me observaste y que tienes tanta curiosidad como yo de ti.
– Nunca supe de donde provino mi familia, éramos viajantes cuando tan solo era un bebe, hasta que fueron asesinados, yo sobreviví, me encontraron y por mi apariencia al no poseer cabello y si una cola y patas tan grandes como las de un canguro, me trajeron aquí
-Yo soy un solitario que simplemente maneja el fuego, que normalmente no quema y ¿cómo lo consiguió? ni él lo sabe.
Somos distintos pero iguales, no sabemos cómo ocurrió lo que nos hace diferentes. ¡Acompáñame quiero mostrarte algo!
-La luna como veraz es tan diferente a los otros satélites pero aun así sigue brillando y es tan hermosa y única como tú.
El muchacho la tomo de la mano robándole un beso, un beso de distintos pero iguales.
Mawui quedo sonrojada y en silencio. Cuando ella había tocado el fuego de Cheyton tanto él como ella habían sentido una conexión, como si se hubiesen conocido de toda la vida, aunque su orgullo en un principio no quiso verlo.
Los meses pasaron y Cheyton avanzo en sus prácticas junto con Mawui y su amor fue inseparable. Hasta aquel día
– Mawui debes alejare de mi. Mi fuego no quema a aquellos de corazón puro y bondadoso, y me temo que practicando me he quemado ambas manos, eso indica que el fuego sabe que haré daño a alguien de alguna forma.
Mawui lloro dentro de la carpa Maire. Hasta que se dio cuenta de que tal vez Cheyton podía cambiar esa predicción tomando otra elección cuanto esto llegara a pasar.
Corrió en busca de su amado quien se encontraba arrodillado y London sostenía un cuchillo apuntándolo.
– ¡Mawui ¡ grito Cheyton
El fuego no era perteneciente a mí, era de mi madre. London siempre quiso poseerlo, piensa que puede ser usado para el mal. Lastimo a mi familia buscándolo. Mi madre murió ese día pero el fuego vino a mí y a cambio de dejar con vida a mi hermano prometí que entrenaría al fuego para luego dárselo y la única forma de quitármelo es matándome.
-¡Cheyton el fuego quema a los que no tienen un corazón bondadoso y London carece de este! grito Mawui
El fuego avanzo por el cuchillo hasta darle una terrible muerte al dueño del Lonsirc.
Es día el fuego había hecho su predicción al quemarle la manos a Cheyton porque el carecería de un corazón bondadoso en el momento de asesinar a London.

W.R.Masher