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El guía gris - por Yiye

Web: http://elsurcodelplumin.blogspot.com.es

Recordaba perfectamente aquel lugar. Había pasado cientos de horas en sus aulas, recorrido decenas de veces sus pasillos, e incluso visitado el despacho del director en alguna ocasión. Sin embargo, aquel no parecía el colegio que Alicia conocía. Tampoco había pasado tanto tiempo. ¿O sí? Ya no estaba segura. Recordaba haber estado allí la semana pasada. ¿Y ayer? No podía recordar qué hizo ayer. Ni siquiera sabía qué día era.

—Pareces confusa, chiquilla —oyó una voz a su espalda. Se giró sobresaltada pero no vio a nadie.
—¿Quién anda ahí?
—Un amigo —contestó la misma voz.
—¿Cómo que un amigo? ¿Dónde estás?
—Tranquilízate, ya te he dicho que soy un amigo. Hace tiempo que no tengo nombre, así que puedes llamarme así si quieres. Y sabes muy bien donde estoy —una fuerza invisible le agarró el hombro, helándole la sangre—, solo que no puedes verme. Ni a mí ni a nadie desde ayer, ¿me equivoco?

No entendía qué estaba pasando. ¿Qué era aquello? ¿Un amigo invisible como en su película favorita? ¿Alguien gastándole una broma? Supuso que en cualquier caso lo más educado era contestar.

—Eso no es cierto, esta misma mañana he visto a mi madre antes de venir a clase.
—¿Seguro? ¿Recuerdas haber venido desde tu casa?
—Claro que… Espera. No, no ahora que lo dices. Ni siquiera recuerdo cómo he llegado aquí.
—No te preocupes, pronto verás todo más claro —la tranquilizó Amigo—. Es normal al principio: los recuerdos vienen y van, y el tiempo pasa de manera confusa.
—¿De qué hablas? ¿A qué día estamos?
—Viernes, 17 de septiembre de 1999. Once menos cinco, para ser exactos.
—Es la hora del recreo, pero…—se detuvo al darse cuenta de lo que eso significaba. Normalmente a esa hora el patio estaba lleno de niños jugando y gritando, pero allí no había nadie—. ¿Dónde están los niños?

Era cierto: no parecía haber nadie en el colegio. A través de la valla tampoco se veía movimiento en la calle. Solo un semáforo controlando un tráfico inexistente.

—Tú sabes qué está pasando, ¿verdad?
—Así es. Puedo mostrártelo si quieres, pero ya te advierto que no va a ser agradable.
—No me importa.
—En ese caso acompáñame —contestó Amigo haciéndose por fin visible y mostrando a Alicia su aterrador aspecto. Ante ella se encontraba encorvada una pálida figura de más de dos metros, con una melena oscura y descontrolada que nacía en una calavera con la mandíbula destrozada y que llegaba hasta las rodillas. Cojeaba arrastrando los pies y balanceando unos finos brazos que acababan en afiladas garras. A pesar de todo, lo más impactante de su aspecto era una total falta de simetría, que se hacía más evidente con lo que parecían los restos de un ala colgando de su hombro derecho.

—No tengas miedo, si quisiera hacerte daño ya lo habría hecho. Solo quiero ayudarte —dijo con suavidad al ver el miedo en los ojos de Alicia, que tras debatirse entre el terror que le inspiraba aquella criatura y la curiosidad, finalmente logró armarse de valor para seguir sus pasos. Cruzaron el campo de fútbol y el porche y se adentraron en el jardín.

—¿Estás preparada?
—Sí —asintió Alicia fingiendo más confianza de la que realmente tenía.
—No es cierto, nadie lo está nunca. Pero no importa. Necesito que me traigas unas rosas, ¿crees que podrás hacerlo?
—Claro.

Se suponía que los alumnos no podían entrar en el jardín, pero lo cierto era que lo único que separaba el patio y el jardín era una barra a la altura de la cintura, por lo que todos los niños se habían colado alguna vez a recuperar un balón o para hacer trampas jugando al escondite. Así que ya sabía perfectamente donde tenía que buscar las rosas. Se encaminó decidida hacia el centro preguntándose qué tendrían que ver las rosas con todo aquello y de pronto se dio cuenta. No podía reconocer las rosas. Todas las flores parecían iguales. ¿Cómo podía no haberse dado cuenta antes? Por eso el colegio se veía diferente aquella mañana.

—¿Por qué veo todo en blanco y negro? —se volvió con la respiración entrecortada.
—Porque aquí no hay más colores.
—¿Aquí?
—En el plano espectral. El mundo de los muertos, si así lo entiendes mejor.
—¿Estoy muerta? —preguntó mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
—Eso me temo. Cuando despertaste hace un rato estaba todo el colegio en el patio guardando un minuto de silencio en tu memoria.

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8 comentarios

  1. 1. hupacal dice:

    Hola Yiye!

    Yo corregí tu texto, ya te dije que me gustó y que me encantó la descripción del guía. Espero que hayas tomado en consideración mis mejoras 🙂

    Como yo valoré el tuyo, te dejo que me la devuelvas, me gustaría que valorases el mío: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-19/1913

    ¡Hasta pronto! 🙂

    Escrito el 28 octubre 2014 a las 23:49
  2. 2. Yiye dice:

    Muchas gracias, tanto por lo bueno como por lo menos bueno. Mañana mismo empezaré el tour por los relatos de los compañeros y haré una visita en el tuyo también.

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 02:44
  3. 3. Ana dice:

    Hola, Yiye! Yo soy otra de las que valoró tu texto. Como te dije, me gustó mucho la temática utilizada, así que lo disfruté bastante. Me pareció tan entrañable el guía!

    Espero que te sirvieran los comentarios que te escribí, que van con todo el cariño. Si te interesa leer el mío (sin compromisos, eh!), te comento que es el 32.

    Un saludo. Espero seguir leyéndote por aquí en el futuro 😀

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 15:37
  4. 4. Sebas Cano dice:

    Hola Yiye, soy el tercer comentarista. Reitero lo dicho por hupacal y Ana: el guía es un crack y los comentarios se hacen con todo el cariño del mundo, que aquí estamos todos para aprender. Sigue así. Un saludo.

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 19:17
  5. 5. Yiye dice:

    Pues muchas gracias a los 3. Entre todos los comentarios he visto cosas que puedo mejorar tanto de este relato como de otras cosas que estoy escribiendo actualmente, sobre todo cuando uso narradores en tercera persona, que aun estoy familiarizándome con ellos.

    Por supuesto que me he pasado por vuestras escenas, encantado. Era lo menos que podía hacer tras recibir 3 análisis tan útiles. Ojala siempre fueran así.

    Normalmente aquí suelo confesar de donde he sacado la idea para la escena, así que para quien esté familiarizado con el mundo del anime: la saqué del episodio “La llamada de Dragomon” de Digimon.

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 21:32
  6. 6. Ana dice:

    ¿Digimon? ¡Curiosa fuente de inspiración! A mí me hizo acordarme ligeramente de otro anime, Death Note, por la descripción del guía (que me recordó al aspecto extraño y bizarro de los Shinigamis) y por la relación que tienen con la muerte.

    Por cierto, si no lo has visto, yo lo recomiendo siempre a todo el mundo 😛

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 00:48
  7. 7. Yiye dice:

    Hombre, por supuesto que lo he visto. De hecho, sí que pensé un poco en Ryuk y Rem a la hora de la descripción.

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 08:49
  8. 8. Aurora Losa dice:

    Jolín, Yiye, qué relato más… no encuentro las palabras; es conmovedor e inquietante. Lo que másinteresante me ha parecido, es el hecho de que, a pesar de saber en todo momento que está muerta, nos vendas una historia que resulta sorprendente porque no cae en tópicos.
    Si me tengo que quedar con algo, me quedo con la descripción de la Muerte.
    Enhorabuena una vez más

    Escrito el 3 noviembre 2014 a las 12:16

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