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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La isla - por Javier García del Río

La isla

“Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro”, a excepción de mi mujer Esther y yo, no vive nadie más, la isla la compró mi abuelo muy barata, a principios del siglo XX y digo que ha ocurrido un milagro porque hemos traído al mundo una nueva criatura, nuestro hijo al que vamos a llamar Antonio. Para bautizarlo tendremos que remar hasta el pueblo de Pontejos lugar más cercano de la costa peninsular. Pero eso no es problema, lo hacemos todas las semanas, para ir a buscar provisiones.
La vida en la isla es tranquila, -de momento-, tememos que nuestra paz se rompa cuando a alguien le dé por querer investigar y adentrarse en nuestro entorno.
-Paco, deberías ir a colocar los carteles de “privado” –es mi esposa, su preocupación, ahora con el niño llega a límites insospechados.
-Ya voy, Esther, ya voy, recuerda que nos invadan nuestra tranquilidad, también es un problema mío.
Los días iban pasando y nuestro hijo crecía, se nos estaba escapando de las manos y veíamos como su infancia poco a poco, pasaba delante de nuestras caras, sin poder hacer nada al respecto, lo que ocurría era lo más natural del mundo, el pequeño, Antonio, crecía y era lo que debía de pasar.
Una tarde, oímos como si alguien silbase en el embarcadero, silbaba una melodía muy conocida, salí de casa a investigar y allí estaba, sentado sobre unas piedras, y los pies metidos en el agua.
-Oiga, no ha leído el letrero –le dije muy airado-
-No he visto ningún letrero –contestó-
Era cierto, el mismo lo había arrancado y yacía en el suelo.
-Porque lo ha tirado, esto es una propiedad privada, debe de marcharse ahora mismo.
-Lo siento pero creo que eso es imposible, no tengo embarcación y la persona que me trajo hasta aquí, no volverá a buscarme hasta las ocho de la noche, pero de todas las formas, como que esta isla es privada, explíquemelo, porque no lo entiendo.
-Márchese, antes de que me dé un arrebato, no quiero complicaciones y fuera de mi hogar.
Me di la vuelta y subí por el sendero que se dirige a la vivienda, al llegar mi esposa estaba nerviosa y asustada.
– Haz algo Paco, temo por nuestro hijo.
-Si he de decirle con otros medios que abandone nuestra propiedad –fui al desván y cogí la escopeta del calibre doce, de cañones paralelos, la alimenté con dos cartuchos y salí al encuentro del intruso.
Cuando llegué al embarcadero no había nadie, se había ido o cambiado de posición, por lo que seguí buscándole hasta dar con él, estaba husmeando entre los matojos mirando hacía la casa, no se percató de mi llegada.
-Le dije que se marchara que no quería problemas –al verme se asustó, creo que por la escopeta-
-Si, si me voy pero deje de apuntarme con eso, dicen que las armas las carga el diablo.
Sin mediar más palabras, apreté el gatillo impactando en el pecho del visitante, muriendo al instante. Recogí su cuerpo y lo llevé al otro extremo de la isla, en donde la costa forma enormes acantilados, lo deposite sobre la tierra y pensé en arrojarlo al mar, pero era un peligro porque si encontraban el cadáver se sabría que fue causa de un disparo, su muerte, por lo que me fui a la vivienda y cogí unas herramientas regresando al lugar en donde había depositado el cuerpo, pero cual sería mi sorpresa, ya no estaba allí, pensé que me había equivocado de lugar, por lo que lo busqué pero no, no me había equivocado y el difunto allí no estaba.
Mi vida, cambió radicalmente, pero no busqué la razón de la desaparición del difunto, el quehacer diario de Esther y los juegos de nuestro hijo, hacían de aquel lugar como si no hubiese pasado nada, y a mi durante el día me transmitían tranquilidad, solo las noches eran de insomnio total y mi vida se iba apagando, mi mujer se dio cuenta y estando desayunando, comenzamos a hablar sobre el asunto:
-Paco, no quería decirte nada sobre lo último que nos ha ocurrido, pero el cadáver lo hice desaparecer yo, lo incineré en el horno de quemar los desperdicios, era mi hermano que había venido a extorsionarnos porque tenía necesidad de dinero debido a su drogadicción.
Yo quedé estupefacto, no entendía nada, y han pasado más de veinte años y sigo sin saber si la versión que me dio mi mujer era real.

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8 comentarios

  1. 1. Julieta Blanco dice:

    Hola! Tu historia me pareció interesante, me atrapó en un comienzo, pero creo que tiene algunos problemas, sobre todo de puntuación.
    Te doy algunos ejemplos. Cuando pones: “pero de todas las formas, como que esta isla es privada, explíquemelo, porque no lo entiendo.”, entiendo que faltan los signos de interrogación, y la tilde: “pero de todas formas, ¿cómo que esta isla es privada?. Explíquemelo, porque no lo entiendo.”
    También en esta parte: “-Si he de decirle con otros medios que abandone nuestra propiedad “, iría una coma después del “si”, ya que no se trata de un condicional.
    Y en esta parte: “pero era un peligro porque si encontraban el cadáver se sabría que fue causa de un disparo, su muerte, por lo que me fui a la vivienda”, entiendo que quieres aclarar cuando dices “su muerte”. Yo lo hubiese puesto entre paréntesis y no entre comas.
    Te recalco esto y no es de quisquillosa, lo hago porque los errores de puntuación pueden cambiar completamente el sentido de una historia.
    El final me resultó confuso, para lo bien que venía la trama. ¿Cómo que no entiende? ¿Por qué no pregunta? ¿Por qué no averigua?
    ¡Creo que debes seguir practicando! Evidentemente tienes buenas ideas y buena predisposición, pero sólo escribiendo y escribiendo se logra mejorar. ¡¡Ánimos!!
    Te invito a comentarme =)
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-21/2254

    Escrito el 28 diciembre 2014 a las 18:00
  2. 2. Félix dice:

    interesante exposición, muy bien llevada y con un final inesperado dejando en el aire si la versión de la espos es o no cierta y el porqué de sus miedos a preguntar….es un final muy “especial” y original, como para poder seguir en otra ocasiónn con la historia.

    Escrito el 28 diciembre 2014 a las 21:48
  3. 3. Jordán dice:

    Antes de nada quiero decir que he leído Pontejos y supe que conoces muy bien lo que es la costa y lo que es el mar -uno, que suele comer anchoas muy a menudo-. En cuanto a tu relato, repetir un poco lo que ha dicho Julieta en el primer comentario. Los signos de puntuación y el orden de algunas frases. La idea es original y se entiende muy bien, aunque me hubiera gustado ver como se identificaban entre el hermano y la esposa -conflicto morboso hubiera sido aajja. En líneas generales es un buen texto.

    Escrito el 28 diciembre 2014 a las 22:21
  4. Hola Javier!

    Creo que tenes una idea interesante aquí. El concepto general me gustó, el comienzo me enganchó bastante y el estilo narrativo me parecio curioso, como si el protagonista estuviese narrando al lector lo que esta pasando mientras lo vive en tiempo real; pero hacia el final me he quedado algo confuso, habría que pulir un pelín ciertos detalles para conseguir una coherencia logica que no choque con el lector, ya que esto puede provocar que el lector se salga del relato, hay que tenerlo siempre atrapado a nuestras lineas.

    Me explicare con algunos ejemplos:

    La isla fue comprada por el abuelo del prota y, aunque no se hace mención en ningún momento de cuanto tiempo llevan viviendo allí, esperan al nacimiento del niño para poner carteles de “propiedad privada” por la isla, ¿no sería mas logico ponerlos el mismo día que decidieron vivir ahí?, ya que dan la sensación, tanto el prota como su esposa, de ser personas muy celosas de su intimidad.

    La muerte del intruso me pareció algo forzada. Cuando el protagonista lo encuentra husmeando, creo que el susto que se lleva al ver el arma hubiese sido suficiente como para llevarlo de vuelta al embarcadero y llamar a la policía o alguna autoridad para que se hiciesen cargo. ¿No crees que el disparo es muy presipitado?, mas teniendo en cuenta de que es padre de familia. Imaginate la de cosas que se le pasarían por la cabeza al protagonista cuando esta encañonando al hombre: “¿quien es?”, “¿y si es solo un viajero?”, “dispararle traería consecuencias”, “¿y si me encarcelan?”, “¿que será de mi esposa e hijo si no estoy yo aquí?”. ¿Realmente le vale la pena al protagonista matar a un desconocido sin tener un motivo?. Otra cosa sería si el intruso representase alguna amenaza de verdad hacia la mujer o el hijo, dejar entrever un destello metalico de un posible cuchillo o pistola en el cinturón, algún detalle asi para que el lector no piense: “¿pero por que lo ha matado?”

    Leyendo el final no acabo de entender al narrador. Al principio nos cuenta cosas de la isla y del nacimiento del hijo, a la vez que atiende a su mujer y le contesta: “-Paco, deberías ir a colocar los carteles de “privado” –es mi esposa, su preocupación, ahora con el niño llega a límites insospechados.
    -Ya voy, Esther, ya voy, recuerda que nos invadan nuestra tranquilidad, también es un problema mío.”
    Como si el protagonista nos estuviese narrando su día a día, pero al final dice que han pasado mas de veinte años, o sea que nos contaba, a nosotros los lectores, sucesos de su vida a modo de anecdotas, por lo cual esos dialogos yo los hubiese redactado de otra manera, por ejemplo que también salgan de la memoria del protagonista:

    Usare este momento como ejemplo: “-Paco, deberías ir a colocar los carteles de “privado” –es mi esposa, su preocupación, ahora con el niño llega a límites insospechados.”

    Recuerdo que mi esposa estaba muy preocupada por el niño en esa epoca, y me pedia constantemente que colocara los carteles de “propiedad privada” por la isla, al final acabe haciendole caso solo para que pudiese estar tranquila.

    De esta manera no se mezclan estilos narrativos, y parece que el protagonista nos esta contando una anecdota, un momento importante de su vida, etc.

    Bueno, he de decir que es la primera vez que comento en un relato del blog (lo descubrí en octubre), y espero no parecerte muy pesado.
    Soy muy tikis mikis con los detalles y acciones que mueven a los personajes, y por eso creo que siempre es mejor pararse e intentar meterse en sus pieles para conseguir reacciones coherentes y logicas.

    Un abrazo

    Escrito el 28 diciembre 2014 a las 22:53
  5. 5. Ariadna dice:

    ¡Hola Javier! ¿Que puedo decir? La historia es interesante, parte de una premisa buena y te atrae el descubrir quien es el hombre desde que aparece. Aún así tiene sus fallitos que una vez pulidos puede dejarla redonda. En lo de la puntuación no diré mas ya que ya lo han comentado y estoy 100% de acuerdo.
    A mi lo que mas me desconcertó fue el tiempo verbal. Pasas del presente al pasado sin motivo aparente, haces saltos de tiempo desconcertantes y al final, como ya dijeron, hablas en presente a pesar de que dices que pasaron 20 años. Desconcierta bastante la verdad. Yo creo que quedaría mejor todo en pasado ya que abarca tanto tiempo o si no hacerlo en forma de diario con distintas entradas.
    Espero que te sirvan los comentarios. Un saludo

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 15:40
  6. 6. juana Medina dice:

    Buena idea sin trabajar. Adhiero a los comentarios de Fabián y Ariadna. Creo que se trata más que nada de un esquema en el que en los apurones aparecen los saltos en los tiempos verbales y otros problemas de sintaxis ya señalados. Quizá si desarrollaras más la relación anterior de los hermanos, y luego el momento del crimen, la historia ganaría mucho. Pareciera como si te asustaras de haber hecho matar a tu personaje. Tiene mucho para ganar. Saludos

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 20:12
  7. 7. Marcelo Kisi dice:

    Hola Javier!
    Daría la sensación que estás emprendiendo esta aventura de escribir ficciones, y aquí los compañeros están reconociendo tu potencial. Estás en buenas manos con ellos, todo lo que te dicen es “tarea para el hogar” 😉 . Coincido con ellos, tu historia es interesante, y hay que arrancar desde tus ideas e ir mejorando. Como gran virtud de tu escritura: la simpleza. Sea lo que fuere que hagas para mejorar tu técnica, no pierdas esa facilidad para contar acontecimientos terribles con esa simpleza aterradora: “Sin mediar más palabras, apreté el gatillo impactando en el pecho del visitante, muriendo al instante.” Es cierto que la muerte puede no encajar demasiado, sonar exagerada. Y también, que esta frase específica tiene problema, gramaticales, demasiados gerundios juntos que cambian el sujeto de la oración, ojo con eso. Pero esa simpleza y la velocidad con que con que ocurren cosas terribles como si nada, tienen potencial de virtuosismo, y esa cualidad sigue hasta el final, sin dar descanso. Como dicen los compañeros, a seguir escribiendo y mucho! Felicitaciones!

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 20:54
  8. No voy añadir ninguna critica constructiva, porque sería repetir lo que ya te han expuesto los compañeros: tiempos verbales y algún signo e puntuación.

    Por otra parte el relato me pareció muy original, la idea me ha gustado mucho. Creo que si lo pules un poco sacarías algo bastante interesante.

    Un saludo y te animo a que sigas escribieno

    Escrito el 1 enero 2015 a las 14:53

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