ACTUALIZACIÓN - por Zelfus

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ACTUALIZACIÓN

Presentador (Hacia la multitud): -Que se escuche por favor ese fuerte aplauso para despedir a Tribilín, el perro telequinético.

Multitud: Ah!!! Bravo!!!

Presentador (Hacia el ayudante): -¿Estamos listos?

Ayudante (En secreto): -Sí, es la señora de naranja, en la tercera fila.

Presentador: Para el siguiente acto, el mago necesitará la colaboración de uno de ustedes. No me miren así, le pediremos a la paloma Araminta que seleccione a alguien. Traigan el sombrero.

De un sombrero negro de copa, aparentemente vacío, sale una paloma blanca que agita sus alas con alboroto y va volando por el salón hasta posarse sobre el hombro de una señora de edad avanzada, con una chaqueta anaranjada, sentada en la tercera fila.

Multitud: Oh!!!

Presentador (Le habla a la señora pero haciendo que todos escuchen): Ponte de pie por favor y acércate… No seas tímida porque eres la ganadora de la noche. (Hacia el público): Un aplauso de animación para…

Señora: … Constanza.

Presentador: Te molesta que te diga Conste? Muy bien, Conste, voy a necesitar tu teléfono. No te preocupes, con toda confianza que casi nunca se nos pierden… y si pasa, a la salida puedes reclamar una bolsa de crispetas, palomitas, maíz pira o como lo quieras llamar, ¡completamente gratis!

Multitud: Jajaja!!!

Presentador: Vamos a introducir tu teléfono en ésta cajita mágica, que transforma todos nuestros deseos en realidad. Por eso, niños, es tan importante que sepan qué es lo que desean. Conste, por ejemplo, me ha dicho en secreto que está acompañada por su…

Constanza: … nietos. Y mi hijo con su señora.

Presentador: Un saludo para la familia. No se preocupen, con toda confianza que casi nunca se nos pierden los colaboradores… y si pasa, a la salida pueden reclamar una bolsa de crispetas ¡completamente gratis!

Multitud: Jajaja!!!

Presentador: Ahora sí, Conste, quiero que pienses en un animal, pero uno cualquiera. Bueno, pero que sea lo suficientemente grande para que todos lo vean. ¡No vayas a decir hormiga! Mentiras, mentiras, el que quieras, no importa qué tan improbable sea que salga de esa cajita… ¿Ya lo pensaste? Muy bien, escríbelo en este papel, a la vista del público pero que yo no pueda ver, eso. Ahora quiero que metas la mano para sacar tu teléfono. Así, con confianza, tranquila Conste que la mano no se va a perder. ¿No está? ¿No hay nada?

Constanza: Hay un papel, un dibujo de…

Presentador: ¡Un elefante! Justo el animal que habías escrito, ¡un aplauso por favor!

Multitud: Ah!!! Bravo!!! Un éxito!!!

Ayudante (En secreto): El señor junto a la escalera, en la F12.

Presentador: Silencio por favor… estoy recibiendo señales telequinéticas de Tribilín. Me dice que uno de ustedes nos debe acompañar para recuperar el teléfono de la señora. Debe ser la persona ubicada en la silla F12.

Multitud: Oh!!!

Presentador: Señor, acérquese por favor. No sea miedoso que le voy a presentar a una amiga. Ella es Conste y usted es…

Señor: Roberto.

Presentador: Roberto corazón de elefante, muy bien. Con ese corazón tan grande, va a tener que acompañar a Conste en la expedición para recuperar el teléfono a través de la ¡Jaula Glúfica! Pero antes de entrar cuéntenos, ¿le gustan las monas?

Roberto: Eh…

Presentador: Sí, las monas, chimpancés, micas, no me refiero a las rubias.

Multitud: Jajaja!!!

Presentador: Ahora sí, como se dan cuenta ésta es una jaula de barrotes gruesos. Nada se escapa de aquí. En este pequeño espacio van a entrar Conste y Roberto, eso es, y para que la magia suceda necesitamos estar cubiertos por el velo de noche. Carrastasplás, ¡han desaparecido! ¿Los queremos de vuelta?

Multitud: Sí!!!

Desde la jaula, en medio del humo, sale una mona montada sobre un elefante bebé.

Presentador: Que se escuche el fuerte aplauso para nuestros colaboradores, que ya pueden pasar por su bolsa de crispetas.

Multitud: Jajaja!!!

Presentador: Son un público excelente, nunca crezcan!

En un espacio oscuro y pequeño, Constanza y Roberto empiezan a reírse un poco de la situación, preguntándose cuánto tendrán que esperar. Se cuentan de su viudez y su soltería, de su negativa de ir al circo, y de cómo era de bonito cuando se creía en la magia. No saben que pasarán horas allí, las suficientes para que germine la semilla que en ellos han sembrado. No saben que a Cupido también le tocó actualizarse.