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Dominica busca ayuda - por lunaclara

Web: http://mhelengm.blogspot.com.es

Cuando abrí la puerta me recibió una humareda asfixiante. Sonaba el teléfono y hacía mucho calor. No estaba en unos baños turcos —aunque gustosa hubiera hecho el cambio por alguien de Estambul—, estaba en la oficina del detective privado Augusto Castillo y el humo provenía de los cigarrillos apagados en el cenicero de su escritorio.
¿Qué hacía yo allí?, me pregunté. No era una rubia despampanante, solo una simple maestra de primaria. Tampoco llevaba sombrero de alas anchas, sino un viejo gorro de lana. Mis gafas eran chinas. Unos vaqueros rotos y un suéter de cuello vuelto sustituían al vestido de noche de la hipotética rubia, y mis comodísimas zapatillas Nike no tendrían igual entre los taconazos de aquélla.
Quería contratar los servicios de ese hombre para traer a mis alumnos de vuelta, y para algo no tan honorable: darle un sustillo de la leche a mi abuela. Detective privado para la clientela de "fuera", ese mundo en el que yo había perdido a mis alumnos; ajustador de cuentas, o eso había oído, para el gremio más minoritario al cual pertenecía mi abuela. Ella era la culpable de que yo estuviera en ese antro. Necesitaba pinturas y moldes especiales para pintar con mis alumnos una pared del patio del colegio, y la muy… había hecho desaparecer a toda mi clase dentro del muro. ¡Qué tonta! Olvidé que uno nunca debe fiarse de una bruja. Por eso, no me bastaba con que el director hubiera llamado a la policía.
Alguien cogió el teléfono.
—Castillo al habla.
—…
—Sí, no te preocupes. Te espero. —Y colgó.
El aire que entró de la calle aclaró un poco el ambiente. Augusto Castillo se levantó de su silla y se dirigió hacia mí. Llevaba una camisa blanca sudada, unos vaqueros negros, el pelo rizado y no habría llegado aún a los cuarenta. Guapísimo. ¡Quién fuera ahora la rubia de bote!
—¿Dominica? —Ante un leve asentimiento de cabeza estrechó mi mano y me llevó a la silla—. Siéntese, por favor.
Debía mantener la cabeza fría, a pesar de la sonrisa perfecta que tenía delante.
—Señor Castillo, gracias por atenderme… —No le dije mi nombre cuando hablamos por teléfono. ¿Quién, entonces? Empecé a sentirme como un pobre pajarillo en una jaula. Los colores subieron a mis mejillas, pero de ira, no por sonrojo. En pie, grité: —¡¿Cómo sabe mi nombre?!
—Su abuela me lo dijo —Respondió sin inmutarse. Y mi abuela apareció a su lado derecho.
—¡Abuela! ¡¿Qué haces aquí?! —No podía estar más enfadada.
—Dominica, cariño, no me hables en ese tono. Augusto nos va a ayudar a…
—¡¿Dónde están mis niños?! ¡Dímelo! —Me abalancé hacia ella para estrangularla, pero Augusto, desde su asiento, alzó uno de sus robustos brazos y se interpuso.
—Deje que su abuela se explique.
—Usted no tiene ni idea de lo que me ha hecho, ¿sabe? —Le dije, indignada, mirándolo a los ojos, señalando a mi abuela con el dedo índice, como hacían mis alumnos cuando querían descubrir al culpable de algo. ¿O sí tenía idea? Su cara parecía decirme que él lo sabía todo.
—Vuelva a su silla. Ahora. —Me ordenó, pronunciando con hincapié cada sílaba. Le obedecí de forma mecánica. ¿Estaría compinchado con ella?, pensé—. Elizabeth, —se dirigía ahora a mi abuela:— cuéntale lo que sabes.
Nunca más iba a confiar en ella, ni en ningún amigo suyo. Sentada en la silla, me quité el gorro y el jersey. El calor era agobiante hasta en mangas cortas. Noté que Augusto me miraba de soslayo.
—Dominica, hija, lo que ha ocurrido no es culpa mía. —dijo mi abuela, retorciéndose las manos—. Como hacía tiempo que no nos veíamos, quise buscarte el mejor material para tus niños, sin usar nada de magia, de verdad, pero no lo encontraba y —bajando la vista añadió en voz más baja— se lo pedí prestado a uno de mis antiguos jefes…
—¡¿Que se lo pediste prestado a quién?! —Grité de nuevo y mi abuela se sobresaltó. No me lo podía creer. El detective intervino:
—Verás, Dominica, tu abuela fue a ver al capo de los brujos, —le miré estupefacta—, ya sabes, el último que sigue vivo.
—Ya sé quién es, gracias —dije con ironía. Mi loca abuela había pedido ayuda a la persona más vengativa de su mundo—. ¿Y se puede saber qué le diste a cambio, eh? —Le pregunté.
—No hay problema, cariño. Hace tiempo tuve algunos flirteos con él, y se los recordé… —contestó con aire inocente.

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23 comentarios

  1. 1. lunaclara dice:

    Hola chic@s!!
    Primero de todo, agradecer a mis correctores sus larguisimos comentarios, y pedirles perdón por no haber ambientado bien y no haber puesto un final con desenlace: no me cabida!! Lo siento.
    Por eso, alado aquí dos enlaces a mi blog, a dos historias de Dominica, la protagonista, y que pueden considerarse previos a esta historia actual. Creo que así se entenderá mejor.

    1) El aquelarre de Dominica
    http://mhelengm.blogspot.com.es/2013/11/el-aquelarre-de-dominica.html?m=1

    2) Arte urbano
    http://mhelengm.blogspot.com.es/2014/12/arte-urbano.html?m=1

    Gracias mil, queridos comentaristas!!!
    Prometo continuar la historia. 🙂

    Escrito el 28 enero 2015 a las 22:24
  2. 2. lunaclara dice:

    Ah! Y esos dos relatos los escribí para Literautas, y están x ahí, en su mes correspondiente.

    Escrito el 28 enero 2015 a las 22:26
  3. 3. julieta blanco dice:

    Aquí tenemos una gran continuación. El primer mes que participé fue el de la escena del patio, y tu relato lo recuerdo porque me gustó mucho. Y me atrevo a decir que la historia aún continúa, ¿no? Sigue así. Te invito a pasar por el mio (: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-22/2560

    Escrito el 29 enero 2015 a las 02:57
  4. Admito que falta explicar varias cosas pero también te digo que para mi cumple con la obligación de un relato: dan ganas de saber mas. Por ejemplo, saber mas sobre ese capo de los brujos y lo sucedido con los niños.
    Me parece muy interesante esa desconfianza de Elizabeth hacia su abuela y esa ultima frase de la abuela, xd. Me hizo reír mucho.
    De aquí a un rato leeré los cuentos que preceden a este.
    Saludos y felicidades.

    Escrito el 29 enero 2015 a las 14:33
  5. 5. Peter Walley dice:

    ¡Qué bueno, la continuación de la historia del patio!

    Me quedo con muchas ganas de más, pero confío en que continúes la historia un mes de estos. De hecho según está creo que puedes tirar por el estilo que sea necesario (hasta el erótico, viendo la última frase de la abuela ;-)).

    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 29 enero 2015 a las 19:01
  6. 6. Diego Manresa Bilbao dice:

    Voy a tener que seguir las historias de Dominica, me han entrado ganas de conocerla jejejeje…
    Muy buena historia!!!
    Un saludo!!!

    Escrito el 29 enero 2015 a las 20:23
  7. 7. tavi oyarce dice:

    Qué importa que la historia no se resuelva, lunaclara, si lo que interesa es ese pedacito de lectura que provoca intriga, y como dicen algunos, dan ganas d seguir la historia.
    Te felicito

    Escrito el 29 enero 2015 a las 21:21
  8. 8. Adella Brac dice:

    Me estaba encantando y de repente, se corta… ¡Ya veo! Me faltan un par de capítulos 😀
    Te sigo en el blog 😉

    Escrito el 29 enero 2015 a las 21:31
  9. 9. chiripa dice:

    Lunaclara,
    Simpática continuación de esta historia por entregas con la que nos entretienes cada mes.
    Me ha gustado mucho la parte introductoria y la descripción que hiciste del detective Castillo.
    Espero con ansias el próximo mes para enterarme más de los deslices de la abuelita. jajaja

    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 29 enero 2015 a las 23:11
  10. 10. Roger/NHICAP dice:

    Hola Lunaclara,
    Recuerdo tu relato del patio del colegio y me ha encantado el giro que le das en este relato. Una historia bien escrita, narrada con mucha frescura. Me gustan las puntualizaciones que va haciendo la proto/narradora, muy logradas y ayudan a la mejor comprensión.
    Como dice Peter, la historia puede avanzar por donde quieras. Un revolcón con el inspector sería un camino pero entrar en el humor surrealista, con la abuela y el capo de las brujas, puede ser la repera.
    Espero un yo be continued.
    Un abrazo

    Escrito el 30 enero 2015 a las 14:14
  11. 11. Miranda dice:

    Hola Luna:
    Como siempre un relato explendido. Como seguidora tuya, recordaba perfectamente la escena del patio, aún así me he releido las dos historias de Dominica, antes de leer esta y me encanta que hayas encontrado unos personajes a los que puedes meter en cualquier decorado, situación y estilo, una autentica mina. Ya te han dado unas cuantas ideas que pueden ser muy divertidas.
    Te espero con la continuación el próximo mes, te seguiré leyendo.

    Escrito el 30 enero 2015 a las 16:15
  12. 12. José Torma dice:

    Que tal Lunaclara.

    Debo admitir que me sorprendio un poco el relato. Para mi eran conocidos los personajes, pero lo senti apurado. NO te lo puedo explicar de otra manera. En un descuido me paso por tu blog para leerlo de nuevo.

    Aun asi, sabes que me gusta como escribes. Tu pluma es de las que mas espero leer cada mes…

    Saludos.

    Escrito el 30 enero 2015 a las 17:55
  13. 13. Iracunda Smith dice:

    Al principio me perdí un poco pero luego recordé la historia del patio del colegio!!
    Es una pena que no te diesen las 750 palabras para ponerle un final, aunque fuese uno de esos abiertos que me gustan tanto 😉
    Seguiré pendiente de tus relatos los próximos meses para conocer la continuación.
    Un abrazo, ¡nos leemos!

    Escrito el 30 enero 2015 a las 20:59
  14. 14. Luis Ponce dice:

    Ya te había leído en el patio del colegio y me gustó soy nuevo pero me estoy enganchando. Tienes material para explayarte. Espero seguirte en las próximas entregas. La personalidad de la abuela se las trae.
    Nos leemos
    Como soy nuevo, recién he puesto mi mensaje en la botella y parece que va a llover.

    Escrito el 31 enero 2015 a las 03:27
  15. 15. Emmeline Punkhurst dice:

    ¡Ay, Lunaclara! Con las ganas que tenía de saber lo que le había pasado a los niños. El relato de cómo desaparecieron es de mis favoritos de los que se han escrito en Literautas. Me recordaba tanto a Mary Poppins, cuando los protagonistas se introducían en los dibujos callejeros… Así que me surge una duda: ¿los rescatarás alguna vez? Pobre Domenica… 😉

    Escrito el 31 enero 2015 a las 16:39
  16. 16. Jose M Quintero dice:

    Hola Lunaclara.
    Me gusto mucho el relato, la parte en que ella se comparaba con la demas rubias fue muy divertido.
    Tambien me gusto que manejaste lo de la magia viene siempre con un precio y la respuesta de la abuela me hizo reir. 😉
    No he leido aun el relato del patio pero ya lo tengo pendiente, entre un rato lo busco.
    Espero pronto leer una continuacion.
    Felicitaciones y nos leemos. 🙂

    Escrito el 31 enero 2015 a las 17:13
  17. 17. marazul dice:

    Hola Lunaclara. Perfectamente me acordaba de la escena del patio y de sus protagonistas; de Dominica, de su simpática abuela y de los demás personajes que pueden surgir alrededor de ellas, al estilo de una saga, a lo Harry Potter.
    Yo también tengo a Mara que es un personaje “comodín” que utilizo para mis historias más divertidas (aún no he presentado ninguna en Literautas, pero todo se andará)
    Me gusta leerte todos los meses porque tienes un lenguaje claro y fresco. A mi eso me gusta.
    Un saludo. Marazul

    Escrito el 31 enero 2015 a las 20:29
  18. 18. Carlos Dauro dice:

    Hola lunaclara, has de saber que después de leer tu relato y un par de comentarios indicando que es continuación de otros relatos, me ha tocado leer los dos primeros capítulos de esta historia, que dicho sea de paso ya me tiene atrapado.
    Me parece una idea genial el ir escribiendo cada mes parte de una historia con las pautas que nos propone literautas. Enhorabuena y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 1 febrero 2015 a las 09:07
  19. 19. David Rubio dice:

    Un relato ecléctico. Al leer lo del muro y los niños me acordé de tu relato de aquel taller. Es una historia atrapante, sabes utilizar esa mezcla de géneros detectivesco con el brujeril, consiguiendo un efecto muy interesante.
    Buen relato.
    Saludos

    Escrito el 2 febrero 2015 a las 23:36
  20. 20. Pato Menudencio dice:

    Buena continuación. Creo que tenemos frente a nosotros una saga de literatura infantil que podría ser muy popular.

    Felicitaciones.

    Escrito el 3 febrero 2015 a las 22:06
  21. 21. Wolfdux dice:

    Mientras lo leía no me acordaba casi de nada del anterior relato y me he visto un poco descolocado (ahora entiendo que pueden pensar mis comentaristas al leer mi historia por escenas, jejeje :·P)

    Haciendo una valoración de este relato, me gusta mucho la ambientación y la forma en que nos muestras toda la trama, en cuanto tenga un hueco intentaré entrar en los enlaces que nos has puesto para rememorar la historia previa a esta escena.

    Felicidades y lástima de la limitación de palabras. ¡Nos leemos!

    Escrito el 5 febrero 2015 a las 16:36
  22. 22. Aurora Losa dice:

    Hola, lunaclara. A mi me gusta cómo, con este relato, continúas el anterior y nos vas enganchando al desenlace, aunque me ha resultado un tanto atropellado, la verdad.
    Se agradece la introducción al texto anterior que haces al principio para aquellos que no lo recuerden o no lo hayan leído (yo sí me acordaba y sabes que las historias de Dominica me gustan mucho, desde su primera aparición en aquel hotel lleno de brujas.)
    Un apunte: las acotaciones de los diálogos que empiezan con mayúsculas me han despistado un poco, yo suelo ponerlas en minúscula y en los libros que he leído siempre van así. De la otra forma hacen creer que se trata de la voz del personaje y confunde. Claro, que es mi opinión y lo mismo soy yo la que está metiendo la pata.
    En cualquier caso, espero ansiosa el desenlace y que encuentren a los niños de una vez. Bueno, y que escribas muchas más historias sobre Dominica y su peculiar abuela. A mi me tienen enganchadísima.

    Escrito el 9 febrero 2015 a las 08:59
  23. 23. Mon dice:

    Ostras me parecio genial y muy fresco tu relato. Tuve que leer los anteriores pues me quedé con ganas de saber mas. ¡Ya soy fan de Dominica! y por supuesto de su abuela cañera.
    Espero continues aventuras con ellas.
    Gracias y hasta la próxima.

    Escrito el 14 febrero 2015 a las 20:22

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