La maldición, - por Alta Tensión

El autor/a de este texto es menor de edad

La maldición:
Todos evitavamos mirar. Como cuando sientes curiosidad pero sabes que lo que verás… no te gustara ni un pelo.
Yo en concreto, intentaba evitar la mirada de cualquiera y evitaba mirar a cualquiera.
Solo una mirada… y era tú final.
Todo se veía en los ojos.
Todo.
Y eso lo sabían muy bien los soldados que no paraban de mirarnos.
Por eso llevaba gafas de sol, como más personas.
Eso hubiera sido normal ayer… tal vez, con el echo de que era la feria y había mucha luz… pero hoy…
Seamos realistas, hoy todos estavamos tensos y nerviosos. Teníamos miedo, y era mucho.
No había nadie que nos diera una explicación razonable, los soldados no contestaban, y la gente no sabía porqué por alguna extraña razón a algunos les brillaban los ojos de esa forma tan… espeluznante…como a mi.
Yo era una de esas personas que esta mañana, al verse en el espejo, no pudo reprimir un grito al ver sus ojos.
Los míos, en concreto, eran de un verdes fosforito, brillantes como linternas…
Demasiado llamativos.
La gente hacía sus conclusiones y hipótesis, pero realmente nadie tenía una explicación que fuera… como decirlo… concluyente.
Hablaban de la feria, de los comerciantes extraños que habían venido a vender sus productos raros y de muchas cosas más.
También mencionaban a los soldados que por alguna extraña razón, estaban en los limites del pueblo… vigilandonos.
Habían muchos rumores, pero ninguno sacaba algo que nos sirviera para saber que estaba pasando.
Pues, como a unos les pasó en los ojos, a otras personas se les habían agrandado los pies, de un día para otro tenían el cabello blanco o sus uñas habían crecido peligrosamente y ahora eran como navajas afiladas.
Terrorífico.
Estavamos confusos, y no comprendíamos nada.
Pero de una cosa que si estábamos seguros, era que todo esto. Todas estas cosas raras, habían empezado esta mañana.
Y lo curioso es, que no recordábamos la noche anterior. Recordábamos a ver ido a la feria.
Recordábamos a ver comprado botellas y comidas extrañas. Recordábamos, probar las cosas sin pensarlo dos veces como nos lo habían dicho pero… nada más.
A partir de eso, todo estaba negro.
Y yo, quería recordar.
Había preguntado, y no era el único que todavía de alguna forma oía el sonido de algo cortando el aire a su paso.
Un sonido parecido a disparos.
Y unas palabras.
''Buenas noches, señores y señoras. Espero que los elixires, sean de su agrado''