Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Entre las sombras - por Leosinprisa

Destapó el registro y se precipitó por la estrecha tubería sin temer atorarse. Sus muchos años de entrenamiento en la emblemática nave Proa Cortada, la mejor escuela de asesinos, le capacitaban para ello. No sin merecimiento, había sido elegido para esa misión tan importante y se esperaba la cumpliera con éxito.

Nar Xaxa se relamió de placer pensando en las prácticas, con voluntarios forzados, que durante su larga estancia bajo los auspicios de la temible Hilandera, había matado. Sus proyectiles certeros, cuando las víctimas se creían a salvo, o el mero deslizar de sus cuchillas dentro de aquellos cuerpos, en sus centros de dolor, disfrutando de esos últimos instantes, donde la vida se apagaba en sus ojos y la expresión de terror, de la muerte cubriéndoles, les marcaba el rostro.

La propia Hilandera lo eligió. Una mujer de fino cuerpo, cuyo semblante estaba siempre tapado por una tela blanca, inscrita con los símbolos de odio y traición. Su sensual voz hablándole sobre cuán afortunado había sido, no le evitaba estremecerse ante su presencia. Todos sabían lo peligrosa que era y el respeto, nacido del puro terror ante todos sus movimientos, paralizaba mente y cuerpo de quienes la rodeaban.

Sabía que ella disfrutaba de ese poder y del miedo que transmitía a cuantos rodeaba. Daría cuanto le restaba de existir, por haber saboreado ese conocimiento, la satisfactoria sensación de que nadie puede tocarte y que toda vida, puede ser sofocada con la gracia y soltura que su maestra poseía.

“Eso es poder” pensó el sagaz asesino. Él solo podía aspirar a ser una imitación, un burdo aprendiz que con dificultad demostraría sus dones en aquel memorable día. Su presa era alguien muy codiciado. Podría jurar, no existía una prueba mayor a que someterse, pero gracias a sus habilidades, podía darse por muerta.

Había dejado un notable rastro a sus espaldas. Ocho guardias, tres vigilantes de élite y un oficial de la Línea Sacra, aunque este último, probablemente aún seguiría con vida. Los demás fueron fáciles, pero el oficial se negaba a morir y tuvo que precipitarlo, por una de las laderas de la gigantesca montaña donde se encontraban. Más por desgracia, los integrantes de la Línea Sacra eran reacios a comportarse como el resto. Eran unos bastardos, duros y desafiantes. Justo el tipo de retos que gustaban a Nar Xaxa, aunque no había podido dedicarle el tiempo que hubiese deseado, tenía una misión que cumplir y no tenía motivos para entretenerse. La Hilandera, no se lo perdonaría.

Se arrastró, sin dificultad, por el angosto tubo de ventilación. Sus huesos se combaron, los órganos de su cuerpo, se acomodaron al escaso margen. Solo un reducido grupo, selecto y secreto, era capaz de tal hazaña, hasta llegar a un pequeño habitáculo, donde se ensanchaba y podría sentarse para una corta espera.

El tiempo era esencial. Aunque dudaba de que encontrasen los cadáveres, el cuerpo de seguridad no era tan estúpido, como para no sospechar algo pasaba. Pero ese mismo desconcierto, jugaba en su favor. Había dejado pequeñas pistas, pruebas no concluyentes, desviarían su atención y les provocaría errar, lo suficiente para darle ese tiempo que necesitaba.

“Haz que tus enemigos duden” decía su maestra a sus alumnos. No podía darle más la razón, la duda era una poderosa aliada y sabía aprovecharla en su beneficio.

Empezó a montar su arma. Era un rifle de precisión, unas piezas de exquisita elaboración que costaban una fortuna. Podía atravesar uno de sus proyectiles, una pared del metal empleado en las naves espaciales de guerra, con más de diez metros de espesor, sin perder su potencia, ni su trayectoria. Las balas, eran un secreto su creación y ni el propio Nar Xaxa, lo conocía.

“Da igual, hoy tenéis un nombre marcado” volvió a pensar, mientras miraba por un pequeño orificio el lugar donde su víctima, en escasos momentos, ocuparía su lugar. Una sala abarrotada, donde diversos representantes se congregaban, a la espera que el máximo dirigente imperial, llegara al puesto de honor.

—Ahí estas —dijo, suspendiendo el silencio al que hasta ese momento se había sometido. La bala se introdujo suavemente en la recamara y con calma, producto de un acto reflejo al cual ya estaba condicionado, apuntó.

Iba seguido de dos mujeres, con esa pobre escolta le acompañaban unos tamborileros, a la antigua usanza, flanqueándolos. El ilustre hombre se acercó al asiento y de improviso, le miró justo al punto de mira, sintiendo sus escrutadores ojos. Hizo una vigorosa señal y los tambores comenzaron a sonar…

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

7 comentarios

  1. 1. grace05 dice:

    Muy buena historia. Me gustó las descripciones de sensaciones y sentimientos de un “verdadero asesino”, el “poder” que se debe sentir al saber que en sus manos esta la vida y la muerte. Como siempre muy bien escrito y narrado.
    ¡Felicitaciones!!!!
    Te invito a comentar 33

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 23:08
  2. 2. Trescatorce dice:

    ¡Hola!
    Me ha gustado mucho la historia, pone muy bien en situación, y crea empatía con la asesina. Me ha encantado el personaje de la Hilandera.
    Enhorabuena.
    ¡Saludos!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 16:40
  3. 3. Jimmy Conway dice:

    Muy buenas León. Como nuevo por estos sitios me sorprende lo bien que escribís algunos. Me gustó mucho la historia pero más auntu forma de escribir. Gracias y que vengan muchos más.
    P.D Coincido con trescatorce, Hilandera moooola!!

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 18:12
  4. 4. ILLARGUIA dice:

    muy afortunado por llegar a tu relato, Leo. A mí me han encantado los nombres de los personajes, La Hilandera, con sus connotaciones al destino ineludible de La Parca, y el de Nar Xaxa, inidentificable si no es en la mente del autor, deduzco que puede derivar de algún videojuego manga tipo Nar-uto.
    Tambores ninjas. Un abrazo.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 18:29
  5. 5. José Torma dice:

    Que tal Leo, creo que ya te habia dicho que tu seudonimo es la onda, porque es la verdad. No puedes leer con prisa tus relatos. Estan llenos de detalles que se van saboreando. Yo aun estoy incomodo por la sensacion de claustrofobia de estar en un tubo acomodandose para disparar.

    Muy bueno, entretenido y con mucho trasfondo.

    Felicidades.

    Escrito el 1 junio 2015 a las 23:55
  6. 6. Fabián dice:

    La idea me gusta mucho y está muy bien escrito (dejando de lado algunos fallitos), pero creo que la introducción se come demasiado espacio del relato, y cuando empieza lo interesante es casi al final.

    •Forma
    El tono de la narración es el ideal, muy sobrio, frio, al grano,etc, sin recrearse demasiado en metáforas.

    Algunas observaciones que fui haciendo:

    “Destapó el registro“
    No acabo de entender eso del “registro”, ¿se refiere a una compuerta/rejilla?

    En algunas frases faltan artículos:”…se esperaba QUE la cumpliera… “, “…como para no sospechar QUE algo pasaba…“, “…pruebas no concluyentes, QUE desviarían su atención…“

    Cuidado con las repeticiones:“…miedo que transmitía a cuantos rodeaba. Daría cuanto le restaba…“

    La puntuación creo que se puede mejorar, hay algunas frases que podrían ser largas perfectamente, pero que las has ido cortando con comas que entorpecen la lectura; además de que se podrían reordenar:

    “Se arrastró, sin dificultad, por el angosto tubo de ventilación. Sus huesos se combaron, los órganos de su cuerpo, se acomodaron al escaso margen. Solo un reducido grupo, selecto y secreto, era capaz de tal hazaña, hasta llegar a un pequeño habitáculo, donde se ensanchaba y podría sentarse para una corta espera“

    “Se arrastró sin dificultad por el angosto tubo de ventilación. Sus huesos se combaron y los órganos de su cuerpo se acomodaron/adaptaron al escaso margen, hasta llegar a un pequeño habitáculo, dónde se ensanchaba y podría sentarse para una corta espera. Solo un reducido grupo, selecto y secreto, era capaz de tal hazaña.”

    •Contenido
    Aquí pasa algo curioso, creaste un personaje bastante solido con la Hilandera, está muy bien construida con ese trasfondo que nos das y tiene mucho carisma. Pero, por otro lado, apenas te queda espacio para el protagonista. Dicho de otra manera, me cuentas mucho sobre un personaje que no está en la escena (6 párrafos de introducción), y los sucesos de la trama llegan pasada la mitad del relato, dejando al protagonista con muy poco espacio para hacer nada (como dentro del tubo de ventilación : D)

    Otro detalle que no se si lo entendí bien”…una pared del metal empleado en las naves espaciales de guerra“ ¿Está ambientada en un mundo futurista? Éste tipo de detalles de ambientación siempre es mejor darlos al principio, o antes de llegar a la mitad del relato, para que el lector se ubique “espacialmente” lo antes posible. Podrías haber hecho un hueco en esa introducción de 6 párrafos para mencionar algo sobre la ambientación.

    Se nota que no es algo que se te ocurrió para este taller, por que tiene mucha solidez sobretodo el personaje de la Hilandera.
    Está muy bien escrito y narrado, con claridad, en ningún momento me he perdido ni mucho menos.
    Pero hay que tener claro el tiempo que le dedicamos a cada personaje, por que el protagonismo se lo puede llevar otro.

    Buen trabajo.

    Escrito el 3 junio 2015 a las 10:02
  7. 7. Christian Joseph White dice:

    Una ingeniosa manera de usar el requisito del mes de Mayo, me gustó. Saludos!

    Escrito el 4 junio 2015 a las 00:47

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.