El amigo de Adri - por Dan S.

El amigo de Adri.

Julia cargaba lo que parecían las cuatro bolsas mas pesadas que jamás sostuvo.El traqueteo del ascensor hacia que se clavasen,aún mas,en sus doloridas manos ya maltrechas por las largas jornadas laborales.
– Espero que Adri se haya portado bien,solo he bajado cinco minutos – pensó mientras exhalaba por la boca,pero a medida que se acercaba a su planta,ya podía escuchar los fuertes golpes que Adri propinaba a sus nuevos tambores.
– !Esta vez le va a caer una buena! – farfulló mientras buscaba las llaves,que se movian nerviosas en sus manos,a la vez que escuchaba como el ruido se agravaba.
Conforme el ascensor subía de planta y Julia se aproximaba a su casa,el sonido se iba haciendo mas atronador.
Para cuando Julia alcanzó la cerradura,el sonido le parecía ensordecedor,cada vez mas estridente.Ensordecida y furiosa,consiguió meter la llave y girarla.
– !Adri,basta! –gritó empujando la puerta con el hombro.
El sonido cesó repentinamente,pero no pudo ver al pequeño,así que dejó caer las bolsas y corrió a la cocina,de donde le habia dicho que no se moviese.
-!No fuí yo! –gritó el niño.
Allí estaba Adri,sentado en el suelo rodeando las piernas con sus brazos,observando sus tambores con cara de enfado.
-Le dije que parase,!pero no queria!
La faz de Julia se tornó de enfado,a una seriedad pura. –¿otra vez Adrián? –le dijo con firmeza –!no pienso discutirlo otra vez! – levantando el dedo indice con autoritarismo.
-Te lo juro mamá!fué Nico,yo no!le dije que parase pero no me escuchaba!- gritaba el niño completamente apenado.
-Ya basta Adrián! – interrumpió la madre –ya tienes once años,los fantasmas y los amigos imaginarios no existen!
-!Pero ya no es mi amigo! –replicó el niño –se porta mal y no me hace caso,!quiero que se vaya! –Adrián bajó la cabeza apenado y empezó derramar lo que parecían lagrimas sinceras.
Julia ignoró la compra y se acercó al niño –Adri,eso depende de ti mi amor,tienes que entender que está en tu imaginacion y yo poco puedo hacer para que lo comprendas –le dijo suavizando el tono intentando que se calmara.Ella tambien debía calmarse,las excesivas horas de trabajo y las tareas domesticas que la esperaban,no ayudaban a que siempre llegara a casa de buen humor,no podía transmitirle a su hijo esos sentimientos.
-¡Es verdad! –gritó Adri –¡me dice que me quiere hacer daño,me grita que me odias!
-¡Adri ya basta! –exclamó la madre – sabes que eso no es verdad,dile que se vaya y se habrá acabado –
-¡Pero está aquí y no quiere irse!,dile que no quiero verlo mas,!dile que se calle!,!que me deje!,!no quiero verlo mas! –El estado del pequeño parecia agravarse,de sus ojos ya enrojecidos manaban lagrimas de desesperacion,si le daba otro brote psicótico,Julia deberia volver a recurrir al tratamiento que tanto mustiaba al pequeño cerebro de su hijo. -¡Dile que pare! –continuaba gritando el niño. -¡Dice que papá se fue porque nos odiaba!,!dice que va a matarme!-
Julia le dio la espalda a su hijo para recoger las bolsas,tampoco quería que la viese empezando a llorar,no queria que pensase que su paranoia podía afectarle también a ella,que por supuesto,tambien lo hacia.Varios sonidos como de un crujir seco comenzaron a sonar a espaldas de Julia mientras se agachaba y agarraba las asas de plastico. -¡Mamá,mamá! –escuchó al niño a sus espaldas.Los crujidos se volvieron mas ruidosos,desagradables,y los gritos de Adri se tornaron en llantos de dolor. -¡Mamá ayúdame,mamá! –Los ojos de la madre se abrieron expresando la mayor de las alertas.Julia se giró rapidamente apretando con sus puños aquellas asas de plastico,sin tan siquiera sentir el peso de estas.Al ver a su hijo,volvió a dejar caer la compra al suelo,su expresion ahora cambió a asombro y terror.Tapandose la boca con sus manos y dejando escapar un grito entre estas,vió a Adri,con sus pequeños brazos retorcidos a su espalda de una forma humanamente imposible,y una mueca de dolor en su cara,que casi la deformaba. –Ma..má…!ayúdame!.. –intentaba decir el niño mientras su cuello giraba lentamente entre grotescos crujidos.Julia cayó a plomo sobre sus rodillas.Los tambores comenzaron a sonar.