Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La gran gambeta - por Dante

Mientras saboreaba el último café en la mañana de ese domingo tan especial, Florentino Saravia intuyó que era el momento indicado para hacer un balance de su existencia. En aciagos días que prefería no recordar, tuvo que abandonar sus sueños de ser futbolista por causa de la temprana pérdida de sus padres. Con dos pequeñas hermanas que criar y sin otra opción, siguió la tradición familiar y se convirtió en el peluquero del barrio El Remanso. Pero a pesar de a todo, el saldo era ampliamente positivo: el negocio marchaba bien, sus hermanas crecieron sin que les faltara nada, y se casó con Úrsula. Y ella, el amor de su vida, era la madre de Margarita y a Marcos, dos inseparables gotas de agua que lo llenaban de alegría y orgullo. Esas luces y aquellas sombras eran tan ciertas y tan suyas como su inquebrantable sentimiento por el Club Atlético Vulcano.

Si algo lo hacía sumamente feliz, era que sus hijos compartieran su gran pasión. A sus dieciocho años, Margarita enalteció al club cuando fue elegida Reina del Carnaval. Y Marcos… ¡Llegó a ser el dueño de la “diez” del primer equipo, su capitán y su máxima estrella! Era un jugador exquisito que en cada partido derrochaba toda su magia sobre el verde césped. Tal vez por sus delicadas facciones heredadas de su madre, o porque en algunas oportunidades parecía que podía volar o hacer algo sobrenatural, lo apodaban “el ángel”.

Ese domingo treinta de junio de 1968 “el ángel” podía transformarse en leyenda, dado que iba a participar en el desafío más importante de la historia de la institución. Si Vulcano ganaba, sería campeón y condenaría a descender de categoría a Royal Club, su clásico rival. Con más ganas que nunca, se preparaba la excursión definitiva a Parque Libertad, sede del campo enemigo.

Sin embargo, la calma de la mañana de esa jornada perfecta se quebró de improviso. Reiterados y prolongados timbrazos enfurecieron a Florentino que, ante tamaña insistencia, abrió la puerta a regañadientes. Su asombro fue mayúsculo cuando en el umbral encontró a Pipo, el canillita, jadeando y extremadamente pálido. El jovencito traía la peor de las noticias: Marcos había sido agredido salvajemente por el Gordo Quiroga, jefe de la barrabrava de Royal, junto con varios de sus esbirros. Como consecuencia del artero atentado, “el ángel” se hallaba en el hospital.

La familia arribó de inmediato al centro asistencial, donde el médico de guardia informó que si bien la víctima estaba fuera de peligro, debía permanecer internada unos días. Al entrar en la habitación, casi fueron atropellados por una enfermera que había sido requerida de urgencia y salía muy apresurada.

Pese al dolor y la indignación, la certeza de que su hijo se recuperaría permitió que los padres previeran otras derivaciones del hecho. Así, coincidieron en que lo mejor sería que el Tato Vallejos, mandamás de la barra de Vulcano, no se enterase de lo que había ocurrido. Si eso sucedía, era seguro que correría sangre. Mucha. Había que evitarlo a toda costa, por lo que Florentino decidió que él mismo debía anoticiar a Don Antonio Volpe, el director técnico, y a las autoridades del club. Dado que el tiempo escaseaba, partió rápidamente para cumplir su cometido.

A Margarita, en cambio, sólo le preocupaba la amalgama de tristeza, rabia y deshonra que experimentaba. Para remediar su sufrimiento y el de su hermano, le juró que ese mismo día el Gordo Quiroga pagaría caro su crimen y que recibiría el castigo más humillante. Acto seguido, en un mínimo descuido de su madre, se escabulló.

—Disculpe, ¿no vio una tijera en esa mesita? —preguntó la enfermera ingresando nuevamente al cuarto. Úrsula respondió negativamente y se percató de que Margarita había desaparecido.

Poco después, Florentino llegó al vestuario donde el equipo estaba reunido y comunicó la fatal novedad. La desolación y el silencio se enseñorearon en el lugar. Nadie sabía qué hacer, y en el instante de mayor desconcierto, el ruido de un pesado portón abriéndose llamó la atención de los presentes.

—Vamos Don Antonio, ¿qué espera para darle la charla a los muchachos? —espetó Margarita entrando al recinto para sorpresa de todos—. Y vos papi, hacé tu parte —agregó sonriendo mientras blandía una tijera.

De la manera más extraña e inesperada, la suerte de Vulcano había quedado en manos de Florentino. No podía fallarle: en la tribuna, mientras la hinchada coreaba “Saravia”, “Saravia”, los tambores comenzaron a sonar.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

58 comentarios

  1. 1. Karen Katia dice:

    Hola Dante.
    Me gusto tu historia mas que nada por que lo relacione con ciertos clubes latinoamericanos muy conocidos. Espero no estar equivocada.
    Y aunque Margarita era reina del carnaval crecer al lado de un padre y un hermano futbolista algo le habian enseñado tanto como para asestar un buen gol.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 20:31
  2. 2. Denise dice:

    Bien narrado, por algún motivo me gusta el estilo de crónica periodística que le diste.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 22:48
  3. 3. Demetrio Vert dice:

    Hola Dante. No es una novedad que dominas el don de la escritura. Una historia interesante, que habla de situaciones difíciles, de empeño y de éxito. De desgracia y serenidad. Y de falso orgullo exaltado que solo puede traer nefastas consecuencias. Me quedo en la duda de qué es lo que el padre hace al final. ¿Lo mata? ¿Lo capa? ¿es este el castigo más humillante?
    En cuanto a la forma pienso que la fase de presentación ocupa demasiado espacio en el relato. Un buen nudo y un desenlace indeterminado.
    ¡Qué facilidad tienes para los nombres! ¡Gordo Quiroga! ¡Tato Vallejos! ¡Don Antonio Volpe! Y que acertados. Solo leerlos y ya te imaginas el personaje.
    Enhorabuena.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 09:40
  4. 4. Miranda dice:

    Hola Dante:
    He llegado a tu relato, despues de leer tu comentario a KMarce, junto al que tambien realizó Dario Vert. Queria felicitarte por tu capacidad para hacer comentarios constructivos. Es imposible comentar así a todos claro, pero me ha parecido ejemplar y queria hacertelo saber.

    Además de eso, ha sido una grata sorpresa tu relato, lo que más me ha gustado, porque me parece especialmente bien trabajado es la descripción de los personajes, es facil imaginarselos con pequeñas pinceladas consigues grandes definiciones. Recursos aprovechados al maximo.

    Enhorabuena por las dos cosas.

    Te invito a pasarte por el mio

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-26/3521

    Un saludo

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 15:20
  5. 5. Tinta Negra dice:

    ¡Buenas Dante! Primero agradecerte infinitamente tu elaborado comentario a mi trabajo, me dejaste sin palabras suficientes de agradecimiento, podría decirse que es el mejor que he recibido nunca, me pareció el de un crítico profesional que lleva toda la vida haciéndolo. Abandoné la soledad del escritorio y sentí que alguien se había divertido conmigo. Me diste mucho ánimo, gracias por tu generosidad. Y sin más dilación paso a comentar tu relato. Siento no poder aportar nada para mejorarlo, la forma es impecable, sabes escribir muy bien y aunque lo miré con lupa por si se te perdió alguna coma ni que sea, veo que nada escapó a tu revisión. Estoy con Demetrio en cuanto a los nombres de los personajes(también lugares), te sitúan en la escena y la llenan de realismo, bien escogidos, pero bueno suele pasar cuando alguien maneja bien el vocabulario. El estilo me gusta porque los términos no son nada simples pero tampoco rebuscados(para mi personalmente es lo que marca la diferencia entre el que sabe y el que no), ejemplos de expresiones que me agradaron: “inquebrantable sentimiento” “sumamente feliz” “enalteció al club” “se quebró de improviso” “reiterados y prolongados timbrazos enfurecieron” “tamaña insistencia” “previeran otras derivaciones del hecho”…es decir, que lo entiende todo el mundo pero no todo el mundo podría decirlo tan bien. A mí también me hubiera gustado saber qué pasó con esas tijeras jejeje(mente depravada la mía) pero es elegante que le dejes ese esfuerzo a nuestra imaginación. Dante te seguiré leyendo, no te quepa duda. ¡Un fuerte abrazo compañero y hasta la próxima!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 19:24
  6. 6. Mª Carme Bureu dice:

    Hola Dante.
    El futbol no me gusta. Me ha gustado tu escritura por el dominio que tienes del lenguaje. Leyendo el relato me parecía estar escuchando un comentarista de futbol, que sueltan toda clase, de expresiones muy marcadas. Demuestras tener mucha imaginación.
    Lo que hace el futbol y la familia, y viceversa. Has generado un buen relato enhorabuena.
    Saludos.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 19:44
  7. 7. PAULATREIDES dice:

    Comienzo como Mª Carme Bureu.

    Hola Date.

    El fútbol no me gusta.

    Dicho esto, añado: si no existiera el fútbol, no podría haber leído esta genialidad. ¿De dónde sacas esos nombres?

    El párrafo introductorio me ha resultado fantástico (la frase inicial me ha recordado a Gabo) y bien podría ser utilizado para “vendernos” casi cualquiera historia que ocurriera en “ese domingo tan especial”.

    He tenido que recurrir al diccionario en dos ocasiones para buscar “canillita” (palabra que tiene un origen muy singular) y “barrabrava”, si bien ésta última la he encontrado separada, “barra brava”.

    Sobre el asunto de las tijeras, que cada uno se imagine lo que crea oportuno.

    Es un placer leerte.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 10:42
  8. 8. Tim Galano dice:

    Hola Dante de nuevo, una historia muy bien contada, coincido con paula en la calidad del primer párrafo, vaya la primera frase ya nos invita a conocer qué pasó el resto de aquel domingo. Enhorabuena!!

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 13:34
  9. 9. KMarce dice:

    Saludos Dante.

    He empezado con la lectura de quienes me han comentado, y he leído a vista de pájaro el tuyo; porque sé que tiene mucho análisis y quiero hacerlo con mucha calma.

    He disfrutado el tuyo, pese a que soy de las personas que solo ven del futbol la final, cuando es la Copa Mundial, por dos terribles cosas: No me gusta el fútbol, y cuando decido irme con un equipo, si veo el partido ese equipo pierde… :S Sí, nunca me invitarán a ninguna barrabrava por obvias razones.
    Pero me he enternecido con tu relato, la pasión de un jovencito que se convierte a su vez en padre y les hereda a sus hijos esa mismo amor a un equipo. Siempre he pensado que la familia debe de tener algo en común, una afición, un hobbie. Me ha gustado esto mucho, quizá porque mi familia no es aficionada a ningún deporte.

    Coincido en lo bien redactado y narrado de tu relato. Una historia plena en setecientas cincuenta palabras. Y yo a mi entender, he comprendido que Margarita pide el corte de su melena para sustituir a su hermano convaleciente, si son dos gotas de agua, se pondrá un buen “bra” y seguro que atajara algún penal, porque me la veo jugando con su hermano que le ha dado también la técnica, creo que sería una “venganza justa” ver como pierde el contrario en manos de una mujer. Pero… creo que volverás a sonreir de nuestros comentarios y las conclusiones que sacamos de tu relato, porque ese espacio abierto, seguro traerá muchas observaciones.

    Nuevamente te agradezco tu tiempo en mi comentario, ya te daré algunas palabras por aquél lado, cuando acabe de comentar a quienes gentilmente lo han hecho.

    Felicidades Dante,
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 22:08
  10. 10. Ryan Infield Ralkins dice:

    Muy futbolistico el relato y con lo que me gusta ese deporte. Narrasde forma excepcional y admiro tu capacidad para usar tantos nombres en una historia corta y no liarte. Yo me hago un ocho.
    Que mas me queda por decir? Tan solo felicitarte por este futbolistico relato. Hiciste un gol.
    Saludos.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 23:57
  11. 11. Leonardo Ossa dice:

    Hola Dante. He ido conociendo a través de los comentarios que haces y de tus historias, la calidad del trabajo narrativo que realizas. Tengo mucho por aprender. Espero ir asimilando un poco de cada observación y de cada escrito que nos presentas.
    ¡Saludos!

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 04:02
  12. 12. Dante dice:

    Hola a todos! Muchas gracias por sus comentarios. Me alegro que les haya gustado el relato, y si algo me ha llamado la atención y me enriquece, es la variedad de sus puntos de vista. Esta es la segunda vez que participo del taller y por lo que veo en mi caso y en el de otros compañeros a los que he leído y comentado, la experiencia es siempre positiva sea que se reciban elogios, observaciones o críticas cuando se hacen con buenos fundamentos, con sinceridad abriendo a los demás la subjetividad de cada uno y sus gustos personales y, fundamentalmente, con respeto. Nuevamente, les agradezco la generosidad de haber leído el relato y de haber dejado sus comentarios.

    A los que no los he leído todavía, prometo ir leyendo y comentando.

    Tal como lo hice en “La maldición” adoptaré el mismo “método” para agradecer los comentarios, aclarar dudas e intercambiar ideas. Primero, efectúo este agradecimiento general. Luego, lo haré en particular, sea de manera personalizada, sea agrupando a varios comentaristas que hayan referido a un mismo punto. Lo que sí advierto por adelantado es que usaré mayúsculas, consignando la palabra “para” y luego sus nombres o seudónimos. Aclaro este tema de las mayúsculas porque algunas personas en internet (fundamentalmente en foros o chats, aunque Literautas es otra cosa) interpretan que es equivalente a un grito o a una descortesía. Sólo uso las mayúsculas para que les sea más fácil ubicar las respuestas dado que el resto del texto está en minúsculas.

    Antes de seguir creo que también debería hacer unas referencias con carácter general. Como habrán notado, y así surge de algunos comentarios, he utilizado algunas palabras que no son tan conocidas por todos, o al menos en sus países se usan otros términos equivalentes.

    Creo que se habrán dado cuenta por algunos giros y expresiones que la historia se ambienta en la Argentina. La ciudad no la nombré y, en cierto modo, es imaginaria (aunque tiene un par de “datos” alterados, inspirados en nombres reales que han sido convenientemente deformados, je je). Los nombres de los clubes son ficticios.

    Esto, por dos razones: primero, para asegurar algo más de verosimilitud a la historia, dado que por más que sea ficción, si hubiera referido a equipos reales al narrar hechos pasados, nadie que conociera un poco o decidiera informarse “compraría” el relato; y segundo, para evitar cualquier distorsión o interpretación que por el amor por algún equipo nos puedan desviar del eje que aquí es literario (y esto lo dice, alguien que le gusta tanto el fútbol como leer o escribir).

    En este contexto, y si bien traté de usar la menor cantidad de palabras “raras” posibles, tampoco las sacrifiqué a todas, a fin de que la narración no se resienta ni pierda fluidez.

    Por las dudas, hago un breve repaso por esas palabras:

    “Gambeta” equivale a “regate”

    “Barrabrava” o “barra” es algo más o menos equivalente a lo que los ingleses llamaban hooligans. Yo diría que hoy en día es mucho peor. En la época del relato, tenían “lo suyo” pero no llegaban a los extremos de la actualidad. De todos modos, y dejando de lado el costado violento o delictivo (que como surge del relato, ven que lo tienen) sea por pasión o por conveniencia, muchas veces aportan ruido y colorido al espectáculo, ya que en la cancha forman parte de la “hinchada”. Esta palabra, que a veces la verán separada, otras veces unida, o simplemente escrita como “barra” designa primariamente a una colectividad de individuos generalmente exaltados y actual o potencialmente violentos que se reúnen por causa de un equipo de fútbol o de los partidos que éste juega, pero también puede referir a cada individuo o a cualquiera de los que forman parte de ese colectivo.
    “Hinchada” es el equivalente de lo que en España se conoce como afición. “Hincha” es el aficionado.

    “Clásico rival” da lugar al partido que se conoce como el “clásico”. En algunos países se le llama “derby”. Es lo mismo. No sé si llega a percibirse en el relato, pero traté de transmitir la idea: cuando un clásico se juega, se paraliza la ciudad y literalmente se parte en dos.

    “Canillita” es el vendedor callejero de diarios (periódicos). En ocasiones también venden revistas o pequeños libros y fascículos de colección.

    Confieso a todos en general un sacrificio argumental que tuve que hacer: en la idea original, Florentino no tomaba café. Tomaba mate. Como esta es una bebida que puede que no todos conozcan (es una infusión particular de Argentina, Uruguay y hasta donde sé, del sur de Brasil), decidí cambiarla. Además, si hubiera estado tomando mate, aunque puede hacerlo solo, en general se estila compartirlo con alguien mientras se conversa. Y un domingo a la mañana es ideal para eso. Así que de esa manera se hubiera complicado redactar el comienzo. Además, como este hecho está en el primer párrafo, bien al comienzo, me pareció mejor que perdiera un poquito de naturalidad y ganara en claridad. Después de todo, ¿en qué lugar se deja de tomar café?

    Bueno, después de estos “chismes” de la trastienda del relato, vamos a los agradecimientos y respuestas en particular.

    Saludos a todos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:22
  13. 13. Dante dice:

    PARA KAREN KATINA:

    Hola Karen.

    Me alegro que te haya gustado mi historia. Como habrás visto en el agradecimiento general, hiciste bien en relacionarlo con clubes latinoamericanos. No sé si serán tan conocidos. Si los llegás a conocer, me muero de la emoción, porque ese clásico es uno de los más coloridos que hay (no lo voy a decir, pero entre líneas sabés por qué moriría de la emoción si los conocieras a esos dos equipos, ja ja). Espero entonces que no estés equivocada 😉

    En cuanto al segundo párrafo de tu comentario, sólo me queda decir: buena lectura. ¡Qué agudeza! Por razones de extensión, el final tuvo que ser éste para que se pueda incluir la frase objeto de la consigna. Lo que imaginé iba más o menos en esa línea que vos comentás. En el relato, sólo lo dejé “entre líneas” a partir de algunas pistas que veo que detectaste.

    Gracias por tu lectura y por tu comentario. Proximamente leeré y comentaré tu relato.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:23
  14. 14. Dante dice:

    PARA DENISE:

    Hola Denise.

    Que bueno que encuentres bien narrado al relato. Eso me alegra.

    En cuanto al “estilo de crónica periodística”, yo no lo había percibido así, o por lo menos, creo que a nivel consciente no lo planifiqué así (lo que no quiere decir que en la realidad no haya salido como una crónica periodística). Tu enfoque es interesante. Releeré el texto un par de veces a ver si puedo detectarlo. Aún si no lo lograse, creo que tu percepción es válida y me alegro que te haya gustado el relato.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:24
  15. 15. Dante dice:

    PARA DEMETRIO VERT:

    Gracias por tus cálidas palabras respecto de mí y por tu acertada síntesis de la historia.

    Ahora voy a aclarar tu duda. Quien promete la venganza es Margarita (la hija), no Florentino (el padre). El castigo más humillante, entonces, lo promete Margarita. La tijera está en manos de Margarita y se la “ofrece” a su padre. En cuanto al castigo más humillante, no me correspondería decir cuál es. Sí podría revelarte las “pistas”. Sin embargo, los comentarios de Karen y de KMarce lo tornarían innecesario. Te sugiero que los veas. Ahí está cuál es el “castigo más humillante”, o al menos una posible lectura. De todos modos resalto: no nos olvidemos que es un partido en el que se jugaba mucho más que un partido… Y no habría que perder de vista que Florentino es peluquero. Por otra parte, las dudas que se te plantearon resultan comprensibles: la tijera conduce hacia ellas, dado que se trata de un objeto cortante que puede servir para cualquiera de esos destinos.

    Es muy atinada tu observación formal en cuanto a que la fase de presentación ocupa demasiado espacio en el relato. Es verdad que, en general, es preferible dedicarle más espacio al nudo y al desenlace (sobre todo al nudo). La idea original era darle más espacio a estas dos partes, pero las razones de extensión lo impidieron. Puede que encuentres que en lo formal no luzca tanto un inicio tan extenso. No sería incorrecto ni infundado. Sin embargo, existe un motivo que justifica ese pequeño sacrificio: en ese inicio más largo se brindan algunas pistas que son claves para la trama, sobre todo para el final.

    Me alegro que hayas calificado como bueno al nudo, ya que me costó encontrarle el punto justo tanto por razones de extensión como de coherencia de la trama.

    El desenlace es indeterminado, en parte, por el límite de extensión. Pensé otros posibles finales, pero dado que iban a exceder ese límite consideré que esta era la alternativa más viable y que encajaba bien con la consigna de los tambores. Tal vez si lo reescribo en otro ámbito, con más extensión el final definitivo cambie, aunque esta parte va a quedar. No sé si será indeterminado o no ese “final definitivo”, pero mientras tanto este me gusta y me pareció apropiado porque pocas cosas deben ser tan indeterminadas como el resultado de un clásico justo antes de jugarlo y como las últimas decisiones que deben tomarse para afrontarlo.

    Con respecto a los nombres, te contestaré en un comentario aparte junto con otros compañeros que se han referido al punto.

    Proximamente leeré y comentaré tu relato.

    Gracias nuevamente por tu comentario.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:24
  16. 16. Dante dice:

    PARA MIRANDA:

    Hola Miranda:

    Gracias por pasar por mi relato, leerlo y además comentarlo. Te agradezco también por tus felicitaciones. En cuanto a los comentarios, intento que sean constructivos y tiendo a pensar que si no todos, la gran mayoría de los participantes aspira a lo mismo. Todos nos beneficiamos cuanto más constructivos sean los comentarios. Yo creo que un comentario puede contener elogios, observaciones (apreciaciones menores si se quiere), críticas (apreciaciones de mayor peso de carácter negativo -en el buen sentido de la palabra y no como sinónimo de destructivo-) o aportes (simples sugerencias, propuestas o recomendaciones que no encuadrarían en las categorías anteriores). Puede contener algunas o todas esas categorías. Pero en todo caso, deben formularse con respeto y partiendo de estas bases: (1) que la objetividad absoluta no existe, o al menos no en literatura. Lo que no quita que sí haya criterios más o menos objetivos lingüísticos o extra lingüisticos (ejemplo, algunas nociones lógicas); (2) que esos criterios más o menos objetivos, si se los conoce, deben ser utilizados, propuestos y formulados en argumentos fundados; (3) que en el ámbito artístico en general, como en el literario en particular, al igual que en la vida, la subjetividad juega un rol importante. En la subjetividad están nuestros sentimientos, emociones, convicciones y gustos. Se puede hablar de una “inteligencia emocional” y las convicciones, aunque subjetivas, pueden tener una base racional. Con los gustos, ya no sucede tan así, y bien reza el dicho popular “sobre gustos no hay nada escrito”. Algo te gusta o no te gusta. Los gustos son el bastión último de la subjetividad y deben ser respetados aunque no coincidan con los nuestros; (4) un análisis adecuado debiera integrar aspectos objetivos y subjetivos, exponiendo fundamentos en cuanto sea posible en ambos campos, salvo en el ámbito del “puro gusto”. A veces es posible decir “me gusta porque…”, pero otras veces no; (5) siempre hay que dejar en claro desde dónde se comenta, si desde un punto de vista objetivo o uno subjetivo. En el primer caso, debería indicarse una fuente o algún sustento que nos avale, sin que esto desacredite el trabajo del compañero, porque no corresponde y porque podemos estar equivocados. En el segundo, o cuando se integren aspectos objetivos y subjetivos, dejar siempre a salvo que se trata de “mi opinion”, “mi criterio”, “mi parecer”, “mi punto de vista personal”, o que se habla “personalmente” o que simplemente se trata de mi gusto o preferencia; (6) Nunca se debe personalizar la cuestión: estamos analizando obras, no a la persona. Personalizar pone a la defensiva y hace que el otro sienta una agresión; (7) nunca se deben utilizar expresiones como “te equivocaste”, “está mal”, “el relato es malo”, “x es incorrecto” (aún cuando según un criterio objetivo lo sea, pues esto puede explicarse de manera respetuosa) ni ninguna otra similar que pudiera ser despectiva, peyorativa o susceptible de ser malinterpretada y de lastimar u ofender al compañero; (8) en lo posible, resulta tan interesante como conveniente efectuar el análisis desde un doble punto de vista: el de lector y el de autor, ya que como autores podemos referir a cuestiones técnicas, de estilo o a decisiones personales y hasta justificarlas bien, pero no siempre como lectores puede que las advirtamos y sea necesario algún replanteo. Este doble punto de vista puede dar lugar a intercambios de opiniones, donde los compañeros pueden elogiar, observar, criticar o aportar, y nosotros podemos aclarar, justificar y hasta discrepar como autores. Pero después habrá que ver como lectores qué opinan, si fuimos claros o no, y si el posible defecto de claridad lo padeció uno o varios, o bien, por qué se dio esta situación; (9) siempre conviene disociar en el análisis a los personajes del autor, y al narrador del autor. Sobre todo cuando el narrador es protagonista y escribe en primera persona; (10) como corolario de lo anterior, los comentarios deben ser formulados con respeto hacia el compañero y con “cariño” hacia el relato (como creo haber leído en un tutorial de cómo efectuar comentarios en Literautas), aún cuando el análisis pudiera “destrozarlo” constructivamente. La idea, creo es que ayudemos al compañero y que éste nos ayude a nosotros y que después de los intercambios de ideas, los relatos salgan fortalecidos. Eso no sucede si no nos respetamos y si no valoramos que la obra del compañero es fruto de su creatividad, esfuerzo y trabajo, aún cuando no nos guste. Estas bases las combino con una convicción personal que ya le he manifestado en alguna oportunidad a Demetrio Vert, indicando que coincidimos bastante en nuestro modo de analizar y comentar. Al igual que él, yo me concentro en la forma. Esto no quiere decir que desdeñe el contenido. Todo lo contrario. Si bien yo les manifiesto a los compañeros si la historia me gusta o no, siempre dejo en claro que es mi gusto personal. Como te dije me detengo más en la forma que en lo atinente al contenido, salvo que detecte una grave incoherencia, me cuesta más formular críticas y observaciones porque quien imaginó, concibió y estructuró la historia es el/la compañero/a y, por ende, con sus recursos y los aportes que podamos hacerle (eventualmente, con observaciones y críticas), es quien puede crear la mejor versión de la historia. Pienso que, exceptuando casos de extremo mal gusto (aquí no me refiero al criterio subjetivo, sino al recurso inútil a cosas desagradables, poco estéticas y ofensivas, sin necesidad y con mala intención o con desaprensión del lector/espectador o de un grupo, sociedad, decoro o criterios éticos y morales) o graves incoherencias o contradicciones, no es posible para el observador externo “tocar” el contenido. El contenido, desde un punto de vista subjetivo, me podrá gustar o no, lo podré preferir más o menos o no preferirlo en absoluto, y de acuerdo con criterios más o menos objetivos, podré analizarlo. Pero no cambiarlo, porque si lo cambio, varía la historia. En cambio, la forma sí puede ser analizada desde el punto de vista subjetivo y/u objetivo y pueden sugerirse más cambios, porque en todo caso, se trata de contar la misma historia de otra manera, o al menos de una más aconsejable, conveniente o pertinente en relación al contexto o tipo de historia, o de un modo que haga brillar más al contenido. En definitiva, como me dijo Demetrio en un comentario suyo y yo concuerdo, la forma hace en gran medida a todo aquello que hace que se escriba bien. En resumen: en cuanto a la forma suelo dispensar elogios, observaciones, críticas y aportes. En lo atinente al contenido, en general trato de elogiarlo si me ha gustado o convencido o si tengo fundamentos y excepcionalmente, hago algún que otro aporte, siempre remarcando que es a título personal. Más excepcionalmente aún, puedo formular alguna observación. Y muy excepcionalmente, para los casos que ya te describí, podría hacer alguna crítica. Este es, en síntesis, el modo en que trato de manejarme para que los comentarios sean constructivos.

    Perdoná que me haya extendido en esto de los comentarios, pero sé que es un tema que te preocupa por alguna mala experiencia. Dado que has tenido la deferencia de agradecerme mi modo de comentar, quería mostrarte cuáles son los criterios que sigo. Aún así, me puedo equivocar y en algún caso no seguirlos. Pero espero nunca perder el respeto hacia los demás.

    Gracias también por tu opinión del relato, en cuanto a que manifestás que fue una grata sorpresa. En lo atinente a las descripciones, usé un criterio inverso al que utilicé en “La maldición” aquí recurrí a pequeñas pinceladas, allí las descripciones fueron más extensas. Incluso se suscitó un interesante intercambio de opiniones entre distintos comentaristas y yo, pues había dos puntos de vista diferentes (no todos opinaban igual). De eso concluí que la cantidad e intensidad de la adjetivaciones y de las descripciones depende de la historia que queramos contar, de la intención que tengamos, del contexto y de otros parámetros que tengamos en vista. No creo que describir o adjetivar tenga que estar sujeto a normas generales, pero sí hay que estar atentos a que sean convenientes para nuestra historia. Como ves, es una opinión personal que comparto con vos haciendo referencia también a ese intercambio entre diversos compañeros porque veo que te interesan los comentarios constructivos y también la cuestión de las descripciones. Por lo que veo entonces, mi conclusión tuvo una aplicación práctica y al menos desde tu punto de vista ha sido exitosa ya que lograste imaginar a los personajes. Me doy por satisfecho entonces que los recursos hayan sido utilizados de modo pertinente.

    Finalmente, te agradezco tu invitación a pasar por tu relato. Próximamente voy a leerlo y a comentarlo.
    Gracias nuevamente por tu comentario.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:25
  17. 17. Dante dice:

    PARA TINTA NEGRA:

    ¡Hola! Soy yo el agradecido por tus cálidas palabras. Me alegro que te haya dado ánimo. Me pareció un trabajo excepcionalmente bueno y muy creativo, e intenté de ser lo más constructivo posible afirmando que me gustó y argumentando por qué.

    Te agradezco también tu análisis de mi relato, y me quedo con tu frase acerca del estilo que te gusta. No creo lograrlo siempre ni estoy seguro de proponérmelo siempre, pero creo que has suministrado un interesante parámetro: un punto de equilibrio para que el modo de expresarse no sea ni demasiado simple ni demasiado alambicado. Tal vez en los diálogos esto pueda tener una aplicación relativa, porque hay que adaptarse al modo de hablar del personaje, pero cuando se trata del narrador en tercera persona, me parece que si tu apreciación no tiene aplicación en todos los casos, al menos la tendrá en la mayoría de ellos.

    En cuanto a los nombres, haré un comentario aparte, ya que Demetrio también refirió al tema.

    Con respecto a los lugares, ya dije algo en el mensaje de agradecimiento general: son en parte inventados y en parte, “deformados” de la realidad.

    Acerca de qué pasó con las tijeras, no te olvides que se las ofreció la hija al padre peluquero y por causa del equipo de sus amores… Por lo demás, como dijo Demetrio, el final es indeterminado, y como vos decís, eso deja esfuerzo a la imaginación del lector. Como dijo Paula Treides, “Sobre el asunto de las tijeras, que cada uno se imagine lo que crea oportuno”. Sin embargo, tomando como base algunas de las “pistas” que están en el relato, te invito a leer los comentarios de Karen y de KMarce. Lo que ocurre después del sonido de los tambores, lo dejo a tu imaginación…

    Yo también espero que nos sigamos leyendo, y a todos los compañeros que han comentado aquí les recomiendo la lectura de tu trabajo para que, en el caso que quieran hacerlo, lo lean y hagan sus aportes.

    Un abrazo.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:25
  18. 18. Dante dice:

    PARA Ma CARME BUREU:

    Hola Ma Carme Bureu.

    Gracias por tu comentario. Lo valoro especialmente porque te centraste en lo literario, a pesar de que el tema sobre el que versa el contenido no te gusta. Hay que tener grandeza para eso, y vos lograste ir más allá de un tema que no te gustaba para analizar el texto con tu inteligencia y tu sensibilidad. Me alegro que te haya gustado y sobre todo, me quedo con tu frase que sintetiza bien el relato “lo que hace el fútbol y la familia, y viceversa”.

    Dado que he sido uno de tus comentaristas anónimos, voy a reiterar acá lo que dije en el tema general: recomiendo la lectura de tu trabajo a todos los compañeros que han comentado aquí para que, en el caso que quieran hacerlo, lo lean y hagan sus aportes.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:26
  19. 19. Dante dice:

    PARA PAULATREIDES:

    Hola Paula.

    Debo reiterarte lo que le expresé a Ma. Carme Bureu. Te agradezco tu comentario y lo valoro especialmente porque te centraste en lo literario, a pesar de que el tema sobre el que versa el contenido no te gusta. Hay que tener grandeza para eso, y vos lograste ir más allá de un tema que no te gustaba para analizar el texto con tu inteligencia y tu sensibilidad.

    Me conmoviste con tu comentario por calificar el relato como genialidad, tal vez refiriéndolo a los nombres, y, sobre todo, porque decís que te recordó a Gabo. Honestamente, no creo estar a esa altura ni creo que llegue a estarlo, pero el hecho de que se hayas hecho la asociación y me lo hayas manifestado me llena de alegría como autor, y me motiva para seguir escribiendo. Tuve más en vista a otros autores que han trabajado esta temática, pero tal vez esa asociación pueda haber tenido lugar porque la idea era relatar una historia simplemente compleja. Simple y mínima por un lado, pero con un cariz con ciertas complejidades. Simple y mínima por la cotidianeidad de algunos personajes y por tratar de algo simple de personas simples, comunes y corrientes (en el buen sentido de las palabra, y dentro de las cuales me incluyo) como es la pasión por el fútbol y el desarrollo de la vida de Florentino que no logró su sueño pero pudo ser feliz como un hombre de familia. Relativamente compleja, porque aparecen varios personajes, y porque se puede vislumbrar cómo el fútbol involucra a muchas personas y también puede tener trascendencias sociales positivas o negativas, según qué se haga con esa pasión colectiva. O tal vez la asociación haya podido venir por los nombres inventados de barrios y clubes en una ciudad “indeterminada”, no nombrada. Como sea, todavía no caigo y estoy muy contento que mi humilde relato te haya recordado a un gigante, de quien tengo mucho para aprender y disfrutar.

    Y en particular, me interesó el análisis que hiciste del párrafo inicial señalando que con esa expresión de “domingo tan especial” podría “vender cualquier historia”. Esto lo tendré en cuenta porque una formulación simple puede ser tremendamente efectiva en el contexto adecuado y pese a su apariencia, puede constituir un inicio poderoso. Trataré de no olvidarme de tu apreciación y espero poder aplicarla nuevamente cuando sea oportuno.

    En cuanto a las palabras que tuviste que buscar en el diccionario, lamento que eso haya sucedido, pero las razones por las que tuve que usarlas las expuse en el comentario de agradecimiento general. Sin ellas la historia hubiera perdido naturalidad y no hubiera sido coherente con la ambientación.

    Lo de las tijeras es como vos decís: que cada cual imagine lo que crea oportuno. Sin embargo, los comentarios de Karen y KMarce van en una dirección interesante al respecto.

    Lo de los nombres, lo dejo para un comentario aparte ya que Demetrio Vert y Tinta Negra aludieron al respecto.

    Te agradezco nuevamente por tu comentario, y también digo que es un placer leerte. Próximamente voy a leer tu nuevo relato y lo voy a comentar.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:26
  20. 20. Dante dice:

    PARA TIM GALANO:

    Hola Tim.

    Te agradezco por tu comentario y me alegra que te parezca una historia muy bien contada. Dado que coincidís con Paula, me remito a lo que le expresé a ella. Tendré en cuenta este recurso y espero darme cuenta y utilizarlo nuevamente cuando sea oportuno. Próximamente voy a leer tu nuevo relato y lo voy a comentar.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:27
  21. 21. Dante dice:

    PARA KMARCE:

    Hola KMarce.

    Gracias por tu comentario. Como ya se lo manifesté a Ma. Carme Bureu y a PaulaTreides, lo valoro especialmente porque no te gusta el fútbol, y a pesar de eso, pudiste “ver más allá” y tuviste la generosidad de que tu inteligencia y sensibilidad pudieran analizar el relato.

    Si le vas a un equipo y siempre pierde, en lunfardo (jerga rioplatense) se diría que sos “mufa” o “yeta”. Los hinchas (aficionados) tratan de “mufar” a los contrarios y recurren a las “cábalas” (supersticiones futboleras que suponen les traen suerte) a favor suyo. Pero no es por esta razón que no te invitarían a ninguna barrabrava. Es más simple: sos una persona de bien.

    Si algo me agradó de tu comentario, es que a pesar de que trata de un tema que no te gusta o al menos no te interesa, logró llegar a tu subjetividad y te enterneció. Es verdad que es bueno que en la familia haya algo en común, algún deporte o hobbie. Pero aún cuando el relato no pretende dar ninguna moraleja, aunque de todos modos pueda extraerse alguna, como lo expresa impecablemente Demetrio Vert al referir a un “falso orgullo exaltado que solo puede traer nefastas consecuencias”, lo cierto es que lo que une a la familia es el amor y la pasión común refuerza esos lazos. Y la combinación de ambos, sin dudas es muy poderosa. Tal vez esa combinación sea uno de los motores que mueven esta historia.

    Me alegro también que lo encuentres bien narrado y relatado, y que encuentres una historia plena pese al límite de 750 palabras. Podría escribirse en un ámbito más extenso, e incluso podría cambiarse un poco. Pero dentro de todo, creo que encajó bien dentro del límite, tal vez mejor que mi relato anterior.

    Si bien no me gusta hablar de correcto o de incorrecto y menos todavía de “decir” cómo debe interpretarse el texto, no me queda más remedio que admitir que lo comprendiste perfectamente. Esto sin perjuicio de las interpretaciones que puedan o quieran hacer o imaginar los compañeros, siempre que sean coherentes con los límites que surgen de las “pistas” que están dispersas por el texto. Lo del buen “bra” que imaginaste, no pude plasmarlo por razones de espacio. Aunque dudé un poco, si lo reelaboro en un ámbito extenso creo que no lo dudaré más. En la idea original, Margarita, además de hablarle al técnico y al padre, le reclama al médico del plantel que le de una faja.

    He sonreído con sus comentarios, cierto. Porque si algo me gusta es que cuando quedan algunos espacios abiertos, lectores atentos e imaginativos como ustedes (que además son buenos autores que conocen y emplean interesantes recursos) pueden enriquecer al texto con sus interpretaciones. Y también me pueden llamar la atención en algún caso. Creo que en ese “llenado” disfrutamos todos, escribiendo y leyendo. Algunas veces algunos textos serán más abiertos, otras más cerrados. A mayor “apertura”, más cantidad y en general, también calidad de conclusiones. No estoy seguro de ser capaz de escribir uno totalmente cerrado, porque aún cuando la respuesta a un enigma sea una y solo una, el final también puede ser abierto, o bien, pueden quedar algunas cuestiones indefinidas o indeterminadas aún cuando esa “única respuesta” se revele.

    Gracias por tu comentario nuevamente. Nos leemos.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:27
  22. 22. Dante dice:

    PARA RYAN INFIELD RALKINS:

    Hola Ryan. Tu caso es en parte inverso al de Ma. Carme Bureu, PaulaTreides y KMarce porque te gusta el fútbol, y por lo que veo mucho. Me alegro que te haya gustado un relato que trata de un tema que te gusta mucho. Gracias por tus elogios relativos a mi forma de narrar.

    En cuanto a la cantidad de nombres, te tengo que confesar algo: dudé si podía utilizarlos porque al fin de cuentas, un relato breve se asemeja a un cuento (podremos discutir si son lo mismo o no, pero por lo menos se asemejan), y ambos giran siempre en torno a pocos personajes principales. Resolví la cuestión otorgándole mínimo espacio a los que no fueran protagónicos o tuvieran un rol destacado en la historia, y señalé un dato mínimo para poder identificarlos. Como habrás notado, la historia está ambientada (a propósito) en una época donde las comunicaciones no estaban tan desarrolladas como hoy. Tuve que elegir a un personaje de cierto impacto que fuera útil como mensajero. Me pareció conveniente un jovencito vendedor callejero de diarios que pudo haber presenciado la agresión, o pudo haberse enterado en ocasión de su trabajo o pudo ser testigo de cómo lo socorrían a Marcos para llevarlo al hospital. El Gordo Quiroga es fundamental. Sin él, difícilmente Marcos quedaría fuera del partido pero cerca de la familia para posibilitar que Margarita haga el intento que bien refiere KMarce. El Tato Vallejos aparece como “contrafigura” del Gordo Quiroga. Si hay un clásico y uno de los rivales tiene barrabrava, el otro la tiene que tener. Y cada barra tiene que tener un jefe. Como arreglan las cosas con violencia, si agreden a su club o a su símbolo, van a responder en consecuencia. La enfermera casi pasa desapercibida pero es fundamental, por su relación con la tijera, que como habrás visto al leer el relato y los comentarios de los compañeros, es un objeto que tiene incidencia en el nudo y en el final. El director técnico es un punto obligado: sin él no hay equipo. Las autoridades del club se mencionan tangencialmente, porque es esperable que vayan con el equipo al encuentro de visitante, y son las que junto con el técnico pueden “administrar” la información para que no se entere el Tato Vallejos. Y son los que pueden decidir cómo reemplazar a Marcos. Si no hay quien pueda resolver ese problema, me parece que sería inútil relatar la agresión y eso no conduciría a ninguna parte. La hinchada (que incluye aquí tanto a los “barras” como a los aficionados comunes apasionados como Florentino) como “colectivo” es otro personaje fundamental. Sin ella, no aparecen los tambores. Con respecto a Florentino, Margarita, Marcos y Úrsula creo que no hay mucho para explicar.

    Bueno, asumí un riesgo y en cierto modo rompí los cánones incluyendo tantos personajes, pero había una justificación y por suerte, ello fue funcional a la historia y varios lectores lo han encontrado atinado.
    Agradezco también tus felicitaciones. Pero no sé si yo hice un gol. Eso queda para después del sonido de los tambores ;).

    Gracias nuevamente por tu comentario. Proximamente voy a leer tu relato y lo voy a comentar.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:28
  23. 23. Dante dice:

    PARA LEONARDO OSSA:

    Hola Leonardo. Gracias por tus elogios hacia mi trabajo narrativo. Yo también tengo mucho que aprender de vos y de todos los compañeros. Todos podemos aprender de todos, y esa es la idea que creo que inspira a Literautas y nos motiva a permanecer y continuar.

    Próximamente voy a leer tu relato y lo voy a comentar.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:28
  24. 24. Dante dice:

    PARA DEMETRIO VERT, TINTA NEGRA Y PAULATREIDES:

    Este comentario lo hice aparte, dirigido a ustedes tres porque refiere a los nombres.

    Demetrio considera que son apropiados y PaulaTreides pregunta de dónde los saqué. Vamos al tema.

    Los nombres del Gordo Quiroga y el Tato Vallejos los “encontré” de una manera bastante simple. Los apellidos tenían que ser comunes pero no demasiado como “Pérez” o “González”. No podían ser difíciles ni estrambóticos. Estos personajes (en la vida real hablo) rara vez tienen apellidos raros (aunque hay algunas excepciones). En general, su nombre viene precedido de algún apodo. Gordo es un apodo que tiene que ver con lo físico. Tato es un sobrenombre más vinculado al nombre (aunque hay gente con este apodo que tiene distintos nombres). No quise que el sobrenombre sea “igual” en uno y otro caso (ejemplo: dos físicos, dos por nombres. Mejor uno y uno).

    Florentino es un nombre que me vino a la mente, porque tenía que ser una persona nacida más o menos en la década del 30 (Hay que tener presente que Marcos y Margarita tienen 18 años en el ’68). Tenía que sonar un poco antiguo, con cierta presencia y con cierto colorido de época. Ahora tengo presente que tal vez Paula recordó a Gabo por “Florentino Ariza”, personaje de “Amor en tiempos del cólera”. No hay relación entre uno y otro, sobre todo si se tiene en cuenta la historia de Ariza que pudo estar con la mujer amada siendo ya anciano, mientras que Saravia se casó con la mujer que amaba. Pero si se tiene en cuenta que esa novela está ambientada entre fines del siglo XIX y principios del XX, es decir una época anterior a la fecha presunta de nacimiento de Florentino Saravia, muestra que es un nombre que podría utilizarse hacia esa época (de hecho, el padre de Florentino Saravia podría haber sido un contemporáneo de Florentino Ariza, de haber sido todos ellos personas reales). En otras palabras: no hay relación entre un personaje y otro, pero el recuerdo de Paula (aunque vino por otro lado), vino bien para mostrar la viabilidad de la inclusión del nombre.

    Úrsula es un nombre germánico. En la idea original (más extensa), este personaje iba a ser descripto con más detalle (por ejemplo, que era la muchacha más bonita del barrio) e iba a ser descendiente de algún fundador del club. (Esto se explica porque muchos clubes argentinos antiguos fueron fundados por inmigrantes extranjeros. De este modo, este personaje podía tener un nombre un tanto “raro” y tener rasgos notoriamente europeos). Ese nombre germánico, nos podría dar la idea del aspecto físico de ella. Aspecto físico que tiene gran importancia, porque el narrador nos dice que una de las razones por las que a Marcos le dicen el ángel eran las delicadas facciones heredadas de su madre. Como Marcos y Margarita son dos “inseparables gotas de agua”, fácil es darse cuenta que son mellizos. Si Marcos heredó las facciones de Úrsula, seguro que Margarita también, lo que los hace extraordinariamente parecidos. Adivinen: ¿dónde está la diferencia más notoria? (No las super evidentes, sino otra de la que se podría ocupar Florentino por inclinación profesional).

    Margarita me vino primero a la mente. No sé si habré acertado o no, pero cuando imaginé al personaje, casi “vino” la historia, y de ella “nació” Marcos y su descripción. Margarita llevó a Marcos y a Úrsula. Creo que Margarita, además, es un nombre viable para el año 1950. No me consta que haya sido tan común, pero se lo podía encontrar.

    Marcos tiene este nombre porque podía ser usado en 1950. No me consta que haya sido tan común, pero se lo podía encontrar.

    El apellido Saravia, me vino a la mente junto con otros. Descarté los otros y me quedé con este. Encajaba con los nombres, y lo imaginé también en la voz de un relator de fútbol de radio, al relatar las jugadas, o en la voz de la hinchada, y mal no sonaba. Al contrario.

    Pipo es un apodo. Suena simpático, hasta donde sé encaja con la época y me pareció apropiado para un canillita.

    Don Antonio Volpe es un caso aparte. Es mi preferido. En realidad, es un homenaje. Está inspirado en una persona real, que lamentablemente falleció el año pasado. Lo recuerdo con mucho cariño. Cuando pensé en el técnico, creí que tenía que ser parecido al que tuve en mente. Es un homenaje a un muy buen técnico, muy inteligente y correcto, no muy conocido, excelente persona, querido y respetado hasta por sus rivales. Para pintarlo, me quedó grabada una anécdota en una entrevista. Allí él decía que le ponía triste que a los chicos en las divisiones inferiores les dieran el mensaje de que había que poner “garra” (esto, según el alcance que se le de a la palabra puede implicar ganar a cualquier costo). Y que se quedaran sólo en eso y no les dijeran: “vamos a proponernos jugar bien”. O sea: le preocupaba no sólo poner esfuerzo, sino jugar bien, y no admitía que se les enseñe a los jóvenes a que hay que ganar a cualquier precio. El humilde homenaje está en la posición que el equipo ocupa en esta ficción (seguramente gracias al trabajo del personaje) y por la incidencia que su astucia pudiera tener para enfrentar ese partido decisivo. Como se imaginarán, el nombre, obviamente no es real. Pero el apellido “Volpe” no es casual. Volpe en italiano significa “zorro”. “Don”, le confiere cierta dignidad y respeto, y revela que el personaje tiene cierta edad. No diría que en la historia es viejo, pero sí que tiene varios años. Y si se pensara que “Don” es sinónimo de viejo, el nombre se traduciría como “viejo zorro”. Dado que el sinónimo de “director técnico” a veces es el “estratega”, la astucia es fundamental. Además, zorro traducido al inglés es “fox”, y ahí ya el sonido del apellido es parecido al de la fuente de inspiración. No voy a decir más porque si no puedo condicionar lo que pasa después del sonido de los tambores.

    Los nombres de los barrios son una “deformación” por vía de uso de sinónimos. No diré más para evitar problemas, je je.

    Los nombres de los clubes también tienen cierta significación. “Vulcano” me vino a la mente por el cuadro de Velázquez “La fragua de Vulcano”. En ese cuadro, el dios aparece en una herrería o taller. De esa asociación surge que Vulcano es un club que, originariamente, fue fundado por gente relacionada con el trabajo. Los primeros socios y jugadores fueron obreros. “Royal Club” traducido sería algo como “Club Real”. Quise reflejar un club de origen más aristocrático. (No diré la nacionalidad de los fundadores para evitar problemas, je je). Más aún, por razones de espacio no entraron los apodos de los clubes: “herreros” vs. “patricios”. Bueno, a no dar más datos de los nombres de los clubes para que la pasión no nos desborde, je je.

    Bueno, espero haber satisfecho su curiosidad acerca de los nombres, y espero que como dice Demetrio Vert, hayan podido imaginar bien a los personajes. Incluso mejor que yo.

    Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 08:37
  25. 25. Demetrio Vert dice:

    Hola Dante.
    Uno de los aspectos mas interesantes de tus comentarios, y de aquellos pocos que también lo hacen, es describir el proceso de creación, en este último comentario referido a los nombres.
    Sucede que yo intento hacer lo mismo, exactamente tal y como tú lo explicas, pero no tengo ese don. Juega también en mi contra que por por aquí no hay tanta variedad ni de nombres ni de motes. Es claro que la emigración europea a Sudamerica ha fornido a esta región infinidad de nombres propios, apellidos y motes. Añade a eso la habitual perspicacia vuestra y tendremos el coctel completo. De veras, dedico horas buscando y probando nombres y motes adecuados a los personajes y siempre quedo insatisfecho. Lo dicho, tienes un don para eso.

    En cuanto al final de la historia, ahora para mí está claro. Lo siento, se me escapó la profesión del padre y el parecido de los hermanos, indicantes que realmente están en el texto.

    Un saludo.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 16:17
  26. 26. Marcelo Kisi dice:

    Hola Dante!
    Es el primer relato tuyo que leo, y lo disfruté mucho, a pesar de que el fútbol no es lo mío. Pero en definitiva, los relatos de fútbol no son sobre fútbol sino sobre todo el “alrededor humano”. Historias de pasión, de afectos, de autosuperación, de lealtades. Es ese “alrededor” el que plasmás tan bien. Narrás exquisitamente bien, simple y sin rebusques, en un estilo sin pretensiones que se ajusta a la trama.
    El único dilema que tengo es con el final, y lo comparto con vos como una reflexión nomás. Reconozco que soy un poco más clásico para eso, pero si bien no soy fan los finales abiertos, tampoco los odio. El problema es que aquí no se trata de un final abierto, sino de un final concreto y cerrado pero que no se devela, sino que se invita a adivinar, como si fuera un acertijo, y los lectores deben ser sagaces (y no holgazanes como yo) para comprender por sí mismos. Creo recordar en viejas revistas de entretenimiento que hacían eso: te contaban un cuento que terminaba medio misterioso y abajo aparecía la pregunta: ¿Cuál será el “castigo más humillante de Margarita”? ¿Por qué le entrega la tijera a su padre en el vestuario de Vulcano? La respuesta en la última página.
    No digo que esté mal o bien -coincido con Miranda en que no hay mal o bien por aquí-, sólo te confieso mi vivencia estética, artística: terminé con un gusto a frustración por no entender. Solamente yéndome a “la última página”, es decir a los comentarios de Karen y KMarce (que son genias indiscutibles, sobre todo relativamente a mí 😉 ) pude enterarme cuál era EL final, porque había uno solo posible.
    Te lo dejo como reflexión, a ver qué opinás: la de si un relato no debiera sostenerse por sí mismo, sin necesidad de ser apuntalado por comentarios de otros lectores, que no siempre van a estar presentes.
    Fuera de eso, coincido con los compañeros en el talento que tenés para construir personajes y situaciones entrañables (incluido el final, que una vez que me enteré cuál es, me encanta!)
    Bravo!

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 19:37
  27. 27. tilly dice:

    Hola Dante, antes que nada quería agradecerte el esfuerzo y el empeño que pusiste en corregir mi relato. Es un honor tener un critico tan buono y espero que sigas haciendolo y animandome. Te habran estrañado mis giros de parrafos,lo entendio. El problema es que soy italiana ,aunque llevo viviendo en españa mucho tiempo y me gusta escribir en español. Aprenderé mucho de ti. Ahora vamos a tu relato, acertados los personajes, los nombres , la ambientaciín , no entendía muchas de ellas pero me daba igual porque me suonaban bién y eso es lo importante. lo unico que no tengo claro es el final , te agradecería que me lo aclarases. un saludo cariñoso

    Escrito el 1 junio 2015 a las 14:32
  28. 28. El Ciervo Alado dice:

    Bien relatado. Vas a un ritmo excelente. He encontrado que no usas la sangría en los punto y aparte. Igualmente felicitaciones, buen texto. Los hechos son verídicos? Si no, lo parecen. Al igual que Tilly, no entiendo mucho el final. Entiendo que va a jugar Florentino en el equipo pero… ¿Para qué la tijera? ¿Para matar a Quiroga? No me quedó muy claro. Este relato parece centrado en Argentina o Uruguay. El fútbol a mi me gusta y los conflictos entre barrabravas son terribles y no hay que dejarlos pasar.

    Felicitaciones y, si quieres leer mi relato es el 4, https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-26/3400.

    Escrito el 1 junio 2015 a las 15:56
  29. 29. Fotógrafo dice:

    Un placer leer tu relato. No voy a añadir más elogios que los que han dicho los demás compañeros, en los cuales estoy de acuerdo.
    Ahora te voy a decir algunas cosas que no me han parecido correctas, que tampoco nos vienen mal que nos la digan. Aunque es solo mi opinión.
    Los elogios hacen que nos pongamos muy gordos y nos relajan, bajando la guardia a la hora de corregir nuestros trabajos.

    -“Mientras saboreaba el último café en la mañana de ese domingo tan especial”. Como lector me pregunto ¿y por qué es un domingo tan especial? Se da por echo que ya es especial(todavía no ha ocurrido “lo especial”) Yo lo hubiera cambiado por “Mientras saboreaba el último café en la mañana de un domingo que iba a ser especial”. Por cierto yo he cometido el mismo error en mi relato, y al principio también. Aprovecho para decirte que te pases a leerlo y me ayudes con él.
    -“se casó con Úrsula. Y ella, el amor de su vida, era la madre de Margarita y a Marcos, dos inseparables gotas de agua que lo llenaban de alegría y orgullo.” Esta parte, aunque seguidamente describes que son sus hijos, crea confusión. No se sabe bien si los hijos de Úrsula son de él también.
    -“Tal vez por sus delicadas facciones heredadas de su madre, o porque en algunas oportunidades parecía que podía volar o hacer algo sobrenatural, lo apodaban “el ángel”.”. A mí, es solo mi opinión, no me gusta mucho esta parte. Le da al personaje un aire afeminado, y no es que yo sea machista, pero siendo un futbolista… No sé, no me cuadra “delicadas facciones”.
    -Lo del final abierto hay que atar muchos cabos para hacerse una idea del desenlace. Lo veo demasiado complicado, será porque yo soy algo torpe para eso. Lo siento.
    -Si el final, como dice un compañero, puede ser que la hermana salga al campo como si fuera el hermano, no es un final muy verosímil. Creo que no haría falta que jugase ella para que ganase el equipo (por muy bien que juegue, que tampoco lo comentas); el Vulcano iba a ser campeón por lo que estaría arriba de la tabla y el Royal iba a descender, por lo que estaría de los últimos. Con un suplente hubiera bastado para ganar al Royal; no por goleada porque no jugaba la estrella, pero sí sin problemas.
    Felicidades por este gran relato y espero que te sirva de algo mi comentario.
    Saludos.

    Escrito el 2 junio 2015 a las 13:15
  30. 30. grace05 dice:

    Hola Dante: Me dejaste sin habla. Mi relato de este mes tiene relación con el tuyo, aunque mis musas no pudieron inspirarme un historia tan conmovedora y cruda.
    Soy argentina y conozco de la violencia de la barrabrava, que en estos momentos asolan tanto nuestros estadios. También conozco de las ilusiones de adolescentes que su mayor anhelo es jugar al fútbol y por una razón u otra no pueden llegar y se dedican a trabajar, estudiar y jugar como hobby. Lo tengo en mi casa , mi hijo que ya tiene 21 años y este año ya “colgó los botines” (en lo profesional. Como verás tu historia “caló hondo” en mi sensibilidad. Recreaste una situación que puede ser tan real como la vida misma.
    Un placer leer tu trabajo. ¡Felicitaciones!!!!!
    Te invito a comentar 33

    Escrito el 3 junio 2015 a las 00:02
  31. 31. Dante dice:

    Hola Marcelo Kisi:

    Gracias por tus cálidas palabras. En cuanto a tus elogios, me quedo con esa impecable expresión “el alrededor humano”. Justamente, quise centrarme en ese aspecto y veo que lo has advertido.

    En cuanto al dilema que planteás respecto del final, dejame decirte que más allá del planteo, me encontré con un interesante punto de vista respecto de la clasificaciones de los finales. Me has hecho reflexionar si es posible dividirlos sólo en abiertos y cerrados. Me encantó esa categoría “final concreto y cerrado que no se devela sino que se invita a adivinar”.

    Ahora veamos la aplicación de tu enfoque al relato y tratemos el dilema, si es que fuera posible.

    Creo que la aplicación de la categoría que has traído es relativa.

    Es cierto que es bastante concreto, pero no es del todo cerrado. Hay dos cosas que quedan abiertas: si Florentino acepta o no (el texto dice “no podía fallarle” en el sentido de “cómo le va a fallar” o “no debe fallarle”. Pero podría haberle fallado). De todos modos, podrías considerarlo cerrado si interpretás que “no podía fallarle” implica que aceptó la propuesta de su hija. Pero lo que subsistiría como final abierto es lo que ocurre después de que los tambores suenan y aún después de que Florentino acepte la propuesta de Margarita. Eso necesariamente iba a quedar abierto porque la frase final invita a ello: los tambores comenzaron a sonar, pero no se dice que hayan dejado de hacerlo, ni qué sucedió después. De los relatos que he leído y comentado, diría que todos o por lo menos casi todos terminan con un final abierto.

    Antes de los tambores, más que un final abierto o cerrado, tal vez sea una mixtura entre final natural y flotante. Y después de los tambores, es abierto, ya que lo que debería seguir después es el partido en sí, el que aquí no se narra.

    Estos comentarios los hago en relación a la clase de final que creo que tiene el relato. Esto no quiere decir que te guste ni que te deba gustar. El final puede gustarte o no. Tanto si te gusta como si no te gusta estás en tu derecho y lo respeto.

    Y sobre todo, no sólo respeto sino que te felicito por haberme traído un interesante concepto: el de la lectura como vivencia estética y artística.

    En este sentido, veo que no en tu caso no he cumplido con el objetivo que hubiera querido lograr. Más que remitir a una última página para la solución, quise dejar algunas pistas desperdigadas en el texto para reunirlas en el final y así, adivinar o “cerrar” (según prefieras) la elección de Florentino y si la imaginación del lector le “pide” y le “entrega” más (siempre que le haya gustado la historia), que -valga la redundancia- imagine el después de esos tambores, el partido.

    De todos modos, tengo muy presente tu respetuosa observación. Te confieso que llegué a este final después de evaluar otras posibilidades y, sobre todo, porque un desarrollo más completo de la historia hubiera excedido el límite de las 750 palabras. Me gustaría poder desarrollar este relato en un ámbito más grande, probablemente un cuento más extenso. En ese caso, voy a tener en cuenta tu observación como un elemento más a la hora de analizar y decidir. Puede que cambie o que no cambie el tipo de final, pero lo que es seguro que la decisión la voy a meditar teniendo en cuenta esta observación.

    Viendo que después me contás que al haberte enterado cuál es el final éste te encantó, lamento que la vivencia estética de la lectura no haya sido del todo agradable.

    Sin embargo, y sin dejar de reconocer y resaltar la inteligencia y sensibilidad de KMarce y de Karen, no creo que sean “genias” en relación a vos. Pueden ser genias sí, pero no en desmedro tuyo. Considero que también sos un lector inteligente y creo que un autor inteligente también, porque de lo contrario no me hubieras movido a la reflexión con tus observaciones. No te limitaste a decir sí o no o me gustó o no. Diste fundamentos y muy buenos, que como te dije, los tendré presentes antes de decidir si mantengo o cambio la opción estética.

    Lamento especialmente lo que decís acerca de la sensación de frustración. Yo la achacaría más a una característica de mi narración que a tus condiciones particulares. Sin incurrir en el binomio “correcto/incorrecto” que acá, como bien decís, no corre, creo que pudo haber tenido que ver que el relato es bastante ágil (según parece surgir de los comentarios de los compañeros) y algunas pistas sutiles están dejadas como a “la pasada”, y por allí, la atención del lector se ha concentrado más en los hechos en sí que son lo que le ha interesado. Esto también tiene que ver con que como lectores o espectadores a veces concentramos nuestra atención sobre algo en particular. A veces sucede de modo voluntario, otras involuntario. Y no hay nada de malo en eso.

    Me gustaría poder llegar a un equilibrio en el cual no variase este estilo de escritura (relativo a las “pistas”) y que a su vez facilite la concentración de la atención de todos los lectores en los mismos puntos, para tratar de que así el mayor número goce de una experiencia estética y artística más agradable. No sé si será posible lograrlo, pero al menos tengo ese deseo.

    La reflexión que me has dejado en torno a “si un relato no debiera sostenerse por sí mismo, sin necesidad de ser apuntalado por comentarios de otros lectores, que no siempre van a estar presentes”, es muy aguda y me ha movido, valga la redundancia, a la reflexión. Me pedís que te diga que opino, así que lo haré a continuación.

    Es verdad que aquí uno “aprovecha” porque tenemos la oportunidad de que se den estos ricos y fluidos intercambios y que en otro contexto eso podría no ser posible. También es posible que a mi relato lo leyera una sola persona, o varias aisladas, o que no lo leyera nadie. Es un riesgo que corro como autor, y que todos los escritores lo han corrido, lo corren y lo correrán. Todos, absolutamente. Sin embargo, una vez que escribimos y publicamos algo (en el sentido más amplio de la palabra que no sólo incluye este taller sino hasta el mero acto de escribir a mano en un papel o de imprimir o mecanografiar una hoja y dejarla volando al viento), nos abrimos al mundo y a quien quiera leer el texto. Más aún, podría ocurrir (sería saludable si pasara porque estaríamos haciendo arte), que la obra se nos independizara y dijera por sí cosas que ni siquiera soñamos o quisimos decir. Y que así llegara a la subjetividad y a la inteligencia de los lectores. Así, también potencialmente, y aún cuando fuera improbable, podría suceder que un grupo de personas con intereses comunes o sólo conocidos, lean el mismo texto, nuestra obra. Allí, las múltiples posibilidades interpretativas darían lugar al análisis y el intercambio. Si les agradó la obra, estoy casi seguro que disfrutarán también analizándola y cambiando los puntos de vista. Y en todo caso, aún cuando el lector esté solo, siempre podrá “dialogar” con su propia imaginación y con el texto, con los límites y las posibilidades interpretativas que ofrece. La idea, en suma, no es que los comentarios lo apuntalen para disfrazar o paliar defectos sino como que se de a modo de consecuencia de una gozosa experiencia estética anterior. Nosotros nos abrimos al crear la obra. Los lectores, al leerla y al compartirla. La idea de abrir algunos sentidos, significados, de dejarle “huecos” al lector para que rellene durante el desarrollo de la historia y/o de recurrir a los finales abiertos remitiéndolo a su imaginación, fomenta que las experiencias estéticas sean diferentes y los intercambios más ricos. Esa es al menos la intención que persigo que, como ves, no es la de que los comentarios apuntalen al texto. El relato debe sostenerse por sí mismo, pero los comentarios deben apuntalar a la experiencia estética y a los intercambios que pudo haber motivado el texto. Que se corran riesgos al tener esa intención y que no siempre se concrete, es otra cosa.

    Marcelo, una vez más. gracias por tus respetuosas y agudas observaciones. Próximamente leeré y comentaré tu relato.

    Espero que nos sigamos leyendo.

    Saludos.

    Escrito el 3 junio 2015 a las 03:34
  32. 32. Dante dice:

    Hola Tilly:

    No tenés por qué agradecerme por mi comentario. Hice lo que creí oportuno y necesario, y considero que todos merecemos la atención de nuestros compañeros, porque es lo que nos hace mejorar y disfrutar como autores y lectores.

    No tenía la menor idea que no fueras hispanohablante nativa. La verdad no lo hubiera sospechado. Cuando leí el texto, por algunos modismos, o formas de construir las frases, sumado al paisaje descripto, supuse que eras española. Ahora que me enteré que sos italiana y que te gusta escribir en español, no dudes que en cuanto me sea posible, seguiré animándote y comentando tus textos. Desde ya te pido que no dejes de escribir. Seguí haciéndolo y seguí disfrutándolo.

    Por otra parte, he dicho muchas veces que trato de “no aclarar” los finales o de “revelar” todo del texto. Prefiero que surja de los intercambios entre los compañeros y que, en su caso, mis aclaraciones sean mínimas. Me gusta más que sea la imaginación del lector la que llene huecos y complete los finales cuando sean abiertos.

    Sin embargo, en tu caso podría hacer una excepción. Al no ser hispanohablante nativa, el esfuerzo que tenés que hacer para leer el relato es mucho mayor. Nos pasaría lo mismo a nosotros si hablaramos italiano e intentáramos leer en italiano. Por más que nuestro nivel fuera muy bueno, puede que algo “se nos escape”, sobre todo si el texto es corto y el ritmo de la narración es algo rápido.

    Te sugiero leer algunos comentarios de los compañeros. En especial te recomiendo el de Karen (el N° 1) y el de KMarce (el N° 9). Si todavía no se entiende el final, en tu caso particular lo voy a explicar porque creo que al no ser hispanohablante nativa, se justifica que haga esa excepción. Por favor decime si después de leer esos comentarios lo entendiste o no.

    En cuanto a la ambientación o algunas palabras, puede que no las hayas entendido, o que te sonaran raras y más parecidas al italiano. Sucede que la historia está ambientada en la Argentina, aunque los equipos son ficticios y los nombres de los barrios también. A la ciudad no se la nombra. Los modos de hablar de los personajes y algunas palabras usadas son distintas al español de España. Si algo no se entendió, me gustaría que me digas qué es lo que no entendiste, así puedo aclarártelo. Tal vez te pueda servir a la hora de leer autores argentinos.

    Espero seguir leyendo tus textos.

    Saludos.

    Escrito el 3 junio 2015 a las 04:05
  33. 33. Dante dice:

    PARA EL CIERVO ALADO:

    Hola Ciervo Alado. Gracias por tu comentario.

    En cuanto a la aclaración del final, te comento que en general no suelo “explicarlos”. Sí doy algunas pistas o aclaraciones puntuales. Sin embargo, en el caso de Tilly y el tuyo haré una excepción. Te recomiendo leer mi respuesta a Tilly y los comentarios de los compañeros que quieras, pero sobre todo el comentario de Karen (N° 1) y el de KMarce (N° 9). Si todavía el final no se entiende, te hago las aclaraciones necesarias.

    Lo que sí te adelanto: Florentino no va a jugar en el equipo :). Y las tijeras no son para matar a Quiroga. Te dejo una pista más: ponete en el lugar de Margarita y preguntate, ¿para qué le darías una tijera a un peluquero? Si todavía no se entiende, haré la aclaración que corresponda.

    Acertaste: el relato está ambientado en Argentina. Aunque la historia se cuenta en el pasado, los conflictos entre barrabravas son terribles. Tal vez mucho menos que hoy en la época en que transcurre la historia, pero siempre podía y puede ocurrir algo grave si ellos están cerca.

    Por otro lado, dado que me preguntaste te aclaro: los hechos no son verídicos. Al decirme que lo parecen, te agradezco el comentario, porque significa que el relato es verosímil. Esto significa que es creíble.

    Te agradezco también tu observación acerca de la sangría. En general uso sangría cuando escribo en otras circunstancias, pero no la he usado aquí ni en el relato anterior porque esta es la segunda vez que participo del taller y no estoy muy al tanto de cómo es el formulario. Por lo que veo, no usa alineación justificada, con lo cual si usara las sangrías tal vez no quede del todo alineado. De todos modos, tomo nota de tu observación y voy a prestar atención a ese detalle en los textos de los compañeros a ver si ellos lograron resolver lo de la sangría. Si es posible usarla, empezaré a usarla como corresponde.

    También te agradezco la invitación a leer tu relato. Próximamente voy a leer tu relato y lo voy a comentar.

    Saludos.

    Escrito el 3 junio 2015 a las 05:07
  34. 34. José Torma dice:

    Hola Dante.

    Que maravilla de relato, precizo y al punto, todas las expresiones las entendi bien, ya que la “porra” mexicana es un producto de la argentina “barra”. Incluso creo que muchos de los canticos que utilizamos aqui, tienen sus raices alla.

    Soy fanatico del futbol, lo vivo y lo sudo, pero mis pies planos y mi poca calidad me impidieron jugarlo jaja pero eso no hizo que disminuyera mi gusto por verlo.

    Lo mejor de tu relato, como lo ves por los comentarios, es que esta tan bien narrado, que atrapa tanto a seguidores como a los que no.

    Muchas gracias por este relato futbolero y gracias a KMarce por quitar de mi mente la idea de que las tijeras habrian cortado un rabo por ahi jaja

    Saludos y muchas felicidades.

    Escrito el 4 junio 2015 a las 16:37
  35. 35. beba dice:

    Hola, Dante:
    Coincido en un todo con los comentaristas anteriores; y como vieja docente argentina, con el dolor que supone para el país la vergüenza de nuestro fútbol(que a mí tampoco me atrae).
    Has logrado un relato excelente y emotivo.
    Felicitaciones. El mío es el 135.
    Y, si no te molesta mucho, te pido pases por este otro,
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-26/3363#comment-40087; a ver si puedes aportar más al comentario.
    Gracias.

    Escrito el 4 junio 2015 a las 20:59
  36. 36. Marcelo Kisi dice:

    Hola Dante!
    Gracias por tu respuesta a mi comentario y por el tiempo y la energía que dedicás, tanto a la escritura como a los comentarios y a este intercambio, que desde ya enriquece la lectura y definitivamente enriquece la “vivencia estética y artística” de la que hablamos. Y no puedo menos que estar en un todo de acuerdo con vos en cuanto a que, en un sentido amplio, la palabra acerca de la obra resignifica la obra. Y bueno, si es entre nosotros solamente (o si uno solo lo lee, o si miles) eso en principio importa menos, aunque solo en principio.
    Fuera de eso, si no contesto tan rápido y tupido, es nada más por una cuestión de tiempo. Algunos compañeros ya saben que me gusta también incursionar en el comentario analítico como tan bien lo hacés vos. Ya vienen meses más laxos y mi aporte será más fluido. Gracias también por tu generoso comentario a mi relato. Veo que en tus comentarios das un paso más allá, y no solo comentás los relatos en sí, sino que también comentás los comentarios acerca de ellos. Eso se llama poner pasión! Además lo hacés con mucha inteligencia, afecto y respeto.
    Abrazos, de nuevo gracias y por supuesto que nos seguimos leyendo!!

    Escrito el 6 junio 2015 a las 10:53
  37. 37. Dante dice:

    PARA FOTÓGRAFO:

    Hola Fotógrafo:

    Gracias por tu comentario, y también por tu punto de vista. En lo personal, creo que cuando son emitidos con respeto y con fundamentos, elogios, observaciones, críticas y aportes, todos suman. No necesariamente debemos estar de acuerdo ni con los elogios ni con las críticas, pero siempre nos pueden mover a la reflexión porque muestran ópticas distintas a la nuestra y pueden aportar elementos que en un reexamen, deben estar en pie de igualdad con las opciones que hemos elegido. De ese nuevo juicio, puede que nos mantengamos en nuestra postura original, que utilicemos la sugerencia del compañero, o que el juego de uno y otro extremo haga nacer otra idea distinta, probablemente integradora de ambas (si pueden conciliarse) o superadora (si no pudieran conciliarse).

    Te agradezco también que hayas pasado directamente a las observaciones y críticas, porque a mí me da la oportunidad de hacer algunas aclaraciones y seguir compartiendo la “trastienda” del proceso creativo. Luego, vos y los demás compañeros pueden seguir aportando como lectores y como autores. Tanto al escribir como al leer, una relectura no viene mal, y tus aportaciones me han hecho releer el relato para poder referirme a ellas.

    En cuanto a la primer observación, me has manifestado que: “-“Mientras saboreaba el último café en la mañana de ese domingo tan especial”. Como lector me pregunto ¿y por qué es un domingo tan especial? Se da por echo que ya es especial(todavía no ha ocurrido «lo especial») Yo lo hubiera cambiado por «Mientras saboreaba el último café en la mañana de un domingo que iba a ser especial». Por cierto yo he cometido el mismo error en mi relato, y al principio también. Aprovecho para decirte que te pases a leerlo y me ayudes con él”.

    Lo primero que tengo para decirte es que he pasado por tu relato, que comentaré al terminar de agradecerte tu comentario al mío, y supongo que el error al que hacés referencia está en la observación que te hizo PaulaTreides. Si ese es el caso, no se trata del mismo supuesto, porque en mi relato la expresión “ese domingo tan especial” está en el comienzo, mientras que el hipotético error que te marcara Paula, es el siguiente: “«Pero quiso Dios que a tan dichoso estado le llegara su fin.» Esta frase revela que algo va a ocurrir (y además es algo malo) y alerta al lector que espera que algo suceda. Sin esa información, lo que va a ocurrir golpeará más fuerte en la mente de quien lee”.

    La frase: “Pero quiso Dios que a tan dichoso estado le llegara su fin” se encuentra en el nudo de tu relato, no en el inicio. Por eso creo que Paula te dice, con buen tino, que si no se le da esa información lo que ocurra después golpeará más fuerte en la mente de quien lo lee. No creo que hayas cometido un error. Creo que Paula te ha señalado cómo optimizar un recurso, que no es lo mismo.

    En otras palabras: considero que si el narrador es omnisciente, o si es protagonista en primera persona que evoca tiempos pasados que sentimental o emocionalmente lo han marcado y quiere impactar al protagonista, puede usarse alguna palabra que ya de algo por sentado. En tal sentido, apunto que la expresión “tan especial”, si bien tiene cierta carga positiva, es en realidad neutra. Algo puede ser especial para bien o para mal, pero lo seguro es que es importante. Si una frase así se usa al inicio, creo que puede tener impacto e invitar al lector a que siga leyendo para tratar de descubrir qué pasó. No tanto para descubrirlo como un enigma sino por la intriga que surge de la natural curiosidad humana. En cambio, en el nudo, una frase así, sin ser incorrecta, podría ser poco efectiva o menos efectiva.

    Si no me equivoco y relacionás esta observación con la que te hiciera PaulaTreides, fijate que en su comentario a este relato, ella resalta positivamente haber utilizado al inicio la expresión “ese domingo tan especial”.
    Por lo demás, en caso de que yo receptara tu observación y cambiara “ese domingo tan especial” por “que iba a ser tan especial”, me parece que no habría mucha diferencia porque quien expresa una u otra idea no es el lector ni el escritor. Es el narrador, y éste es uno omnisciente, que todo lo sabe y que, por haber relatado en tiempo pasado, conoce también “cómo termina la película”. En todo caso, utilice la expresión elegida por mí, o la que me sugerís, creo que se trataría de un “pícaro desliz” del narrador, algo que “se le escapa” (“sin querer queriendo” diría el Chavo) como para seguir interesándonos como lector. Si no, se trataría de un hombre tomando café en su casa en una mañana de domingo, lo que no tendría, prima facie, nada de interesante. Por otra parte, si bien esta última variante podría utilizarse si se quisiera crear un clima de planicie, indiferencia, costumbrismo, normalidad, etc., sería un riesgo muy alto en un relato tan corto, donde si no se pasa directamente a la acción, por lo menos hay que prepararla de modo que atrape al lector. Por supuesto que todo lo que te he expuesto es opinable, pero me parece oportuno señalar las razones de mi elección.

    Y ya que he comparado algo de tu relato con el mío, aprovecho para decirles a quienes lean tu comentario y todavía no hayan pasado por tu relato (el N° 12) que lo hagan porque no se van a arrepentir. Los invito a pasar por allí y a dejar sus aportes, pero me atrevería a garantizarles que, sin perjuicio de las observaciones que pudieran hacer, literariamente habland lo van a disfrutar.

    En cuanto a tu segunda observación, de que no quedaría claro en una oración (aunque se aclare después) si son hijos sólo de Úrsula o de Úrsula y Florentino, tengo que decirte que esa parte introductoria me costó mucho. Por un lado, por razones de espacio, y por el otro, porque tenía que encontrar el modo de “presentar” al protagonista y su historia de vida, mostrando poco pero sólo lo relevante que le permita intuir al lector qué es lo valioso para él y comprender por qué o cómo actúa o puede llegar a hacerlo. En otras palabras: por qué podría hacer cosas que nosotros en nuestra vida no las haríamos, o por qué puede importarle lo que para nosotros es irrelevante. Qué son las cosas que lo llevaron a ser quién es y cómo es.

    Sin embargo, en el fondo, lo que importa es que Florentino los trate como hijos a ambos, más de si es padre biológico o adoptivo, o aún si Úrsula fuera viuda o madre soltera (lo que para la época en que se ambientó el relato, si no hubiera sido un escándalo, por lo menos no hubiera sido muy bien visto). Por otra parte, supongo ahora, que pude haber cometido este desliz temiendo que por “aclarar” demasiado, resultara reiterativo después o me costara conectar con el desarrollo de la trama, o que ésta perdiera fluidez y se volviera una acumulación de detalles informativos. De todos modos, tomo nota de tu observación y en caso de reelaborar este texto en un ámbito más extenso, veré si puedo encontrarle la vuelta para aclarar este punto sin que se concreten esos riesgos a los que creo que temí.

    Vamos ahora a tu observación de las “delicadas facciones” de Marcos. La idea no era darle un aire afeminado al personaje. Aunque es una lectura viable, creo que hay que reparar en que tiene una hermana melliza, muy parecida a él y a que no es más que un adolescente, o como mucho una persona muy joven (sólo tiene dieciocho años). Como además es muy habilidoso (dato que surge del texto porque se lo elogia con varias palabras), podría suponerse que o no llegó a todo su desarrollo físico o que es de baja o mediana estatura o apenas alto, y que, en todo caso, es más bien delgado. Todos estos rasgos, que también permite el texto, no necesariamente implican un aire afeminado. Y para quien leyera (como en tu caso) que le da un aire afeminado, si se tiene en cuenta el fanatismo por sus equipos que muestra el texto que había en esa ciudad, imaginate qué podrían decir los cánticos de la hinchada (afición) de Royal… Por cierto, en la época en que se ambienta el relato serían bastante más suaves que los de hoy. En uno u otro caso, existen razones que avalan esa descripción del personaje y que la justifican razonablemente, más allá que puede ocurrir que a nivel de preferencias no a todos les guste. Señalo esto porque vos decís “no me cuadra”, lo que yo lo asocio con que “no cierra” o “no encaja”, más que con “no me gusta”. Asimismo, estas pinceladas para imaginar a Marcos son el “trampolín” que permiten a Margarita idear el plan de la venganza.

    Con respecto a tus observaciones en relación del final abierto, tengo que decirte que algo no me gustó para nada: no acepto ni puedo aceptar que digas “soy algo torpe para eso”. No acepto que alguien se llame torpe y menos todavía alguien con una creatividad como la tuya, que puede escribir muy bien y que puede formular observaciones con respeto y fundamentos. Podremos discutir si mi opción estética fue acertada o no, si el final es pertinente o no para la historia, pero no voy a aceptar que digas que sos torpe porque hayas tenido alguna dificultad con el final.

    En cuanto a esa posible dificultad, yo creo que, como le decía a Marcelo Kisi (quien me manifestó una inquietud similar) puede tener que ver con el ritmo del relato. De hecho, uno de mis comentaristas anónimos elogió como uno de los puntos fuertes el ritmo del relato, que apenas se dio cuenta ya lo había terminado de leer, y en los puntos flojos o críticas, me dijo “no nos has dado un final” y a su vez, planteó algunas dudas sobre las tijeras. Obviamente que respeto el análisis de mi comentarista anónimo, pero si lo relaciono con algunas partes del comentario de Marcelo Kisi y con el tuyo, me parece que no es que se trate de un final muy complicado. Sí es verdad que hay que atar algunos cabos. No muchos, pero sí algunos. Y en ese sentido, el ritmo de la narración puede hacer que cuando el lector se deja llevar, las pistas se diluyan un poquito. Creo que con una relectura basta, y que pase esto no creo que hable mal del lector ni del relato. Aunque, por supuesto, si al lector no le ha gustado alguno de los dos aspectos, nada tengo para decir al respecto. Sólo me cabe respetar su apreciación y sus gustos personales.

    Ahora corresponde hacer algunas apreciaciones en cuanto a tu última observación, según la cual considerás que el final no es muy verosímil si la hermana sale al campo como si fuera el hermano.

    Es cierto que tal vez no haría falta que jugase ella para que ganase el equipo. Al menos en esta versión del relato que debió ceñirse al límite de las 750 palabras no se dice tampoco si, efectivamente, lo va a hacer o no. Eso también depende de lo que decida otro personaje: el director técnico, y tal vez, los dirigentes del club. Pero también hay un dato muy importante que podría inclinar la balanza para el lado para que juegue: no se tenía que enterar de lo ocurrido el jefe de la barrabrava de Vulcano, porque si eso pasaba en un día tan especial como ese, donde estaban en juego tantas cosas (esto lo van a poder entender muy especialmente los apasionados por el fútbol), los problemas podían salir del estadio y podía desatarse una espiral de violencia.

    En cuanto a los puestos en la tabla es cierto que Vulcano estaba arriba y que Royal ese año estaba abajo. Pero puede ocurrir que vulcano necesitara esos puntos para no quedar segundo y que no alcanzara con un empate, mientras que Royal sólo se salvaría del descenso ganando. Si bien estos datos no se colocan expresamente, pueden adivinarse y, como ves, ambos equipos tenían los mayores estímulos para salir a ganar, a jugarse el todo por el todo. Y todo eso, potenciado por la extrema pasión propia y la extrema rivalidad hacia el otro, ya que para un futbolero, pocas cosas van a tener tanto sabor como arruinarle un campeonato a tu clásico rival o salir campeón en su estadio. Ni que te digo si además lo hacés descender de categoría. En ese contexto, no tener a Marcos había calado hondo en el ánimo del plantel. Podría suponerse también que para llegar alto en la tabla eran un buen grupo humano, de buenos compañeros, y que siendo la estrella un jovencito, todos se hubieran encariñado con él. Se podría imaginar aquí cómo lo vería el director técnico a Marcos. Además, que pese a su corta edad Marcos fuera el capitán del equipo, dice mucho acerca de su personalidad y su influencia sobre el equipo. Esas circunstancias son las que podrían justificar que Margarita ocupe el lugar de Marcos, aún cuando con un suplente tal vez hubiera bastado para ganar. Digo “tal vez”, porque cada clásico es un partido aparte, y aún con todas las estrellas en la cancha y estando al tope de la tabla, se pueden perder. Hay muchos elementos psicológicos que juegan, y siempre está el factor suerte. Si así no fuera, el “folklore” del fútbol sería inexistente. Partiendo de la base que el relato está ambientado en Argentina, si tuviera que arriesgar una hipótesis diría que la pasión por el fútbol y todo el colorido, el ruido y la creatividad de las hinchadas no sería nada si los clásicos no se vivieran así.

    Dejo para el final algo que ponés entre paréntesis acerca de Margarita: que tampoco comento cómo juega. Es cierto. El narrador no nos dice como juega. Eso se lo deja para que el lector lo imagine, pero le da ciertas pistas: en la descripción de lo parecidos que son. No es nada inocente el adjetivo utilizado al lado de la metáfora; en que Marcos (a quien Margarita se parece) es el capitán del equipo; en el detalle de que fue elegida Reina del Carnaval (lo que no sólo requeriría belleza); en la situación psicológica en que está frente a su hermano (donde sufre un “cóctel” de emociones) y en la cantidad de tiempo en la que idea y ejecuta el inicio del plan; en el modo en que entra al vestuario y el tono en que le habla al director técnico y a su padre. Uniendo esas pistas físicas y psicológicas, cada lector puede imaginar cómo podría jugar Margarita. De hecho, Karen Katina arriesgó una hipótesis en su comentario.

    Pero tanto este “hueco” como el final abierto, invitan a que si al lector le gustó el relato, siga “disfrutando” la lectura, rellenándo los huecos o imaginando o adivinando el final según prefiera, siempre que los límites del texto lo permitan.

    Gracias nuevamente por tu comentario. Ya mismo voy a comentar tu texto.

    Saludos.

    Escrito el 6 junio 2015 a las 17:11
  38. 38. El Ciervo Alado dice:

    Hola Dante! Desde ya muchas gracias por tu comentario en mi relato. Estoy de acuerdo con lo que dices y te autorizo a “hilar finísimo”. Para mí, cuanto más mejore en la escritura y en estos textos mejor. Lo que no entiendo es lo que dices acerca de presentarlo en otro lado de Literautas (si me lo podrías explicar, genial).
    Ya he comprendido el final de tu historia y gracias por comentar en agradecimiento. Si me respondes respóndeme en mi relato y desde ya GRACIAS POR TODO!
    Nos leemos!

    Escrito el 6 junio 2015 a las 18:11
  39. 39. Dante dice:

    PARA GRACE05:

    Hola Grace.

    Gracias por tus elogios. Me alegro que te haya gustado el relato. Más sabiendo que sos argentina y que tenés pasión por el fútbol y que tus hijos también la tienen.

    Lo que decís de la crudeza de la historia, lo de la violencia de la barrabrava es cierto. Lamentablemente nos han dejado sin algo que era lo más lindo de la cancha: el “duelo” folklórico de hinchadas, local y visitante. Esto está presente en el relato, porque, para darle más verosimilitud (básicamente: que pudiéramos pensar sin celulares, sin internet y con pocos teléfonos, con lo que costaba tener uno en ese entonces) lo ambienté en otra época. Hoy sin dudas ese punto ha empeorado.

    Lamento que tu hijo no haya seguido jugando profesionalmente, si es que ese era su deseo. Espero que, como Florentino en la historia, sea feliz en su vida.

    Y aquí hago otra referencia, basándome en la que vos me diste. Tal vez sin pensarlo, a la violencia de la barrabrava se le “contrapuso” otra cosa bien argentina (y que lamentablemente en muchos casos se está perdiendo): la solidez de los vínculos de familia. Y también se coló algo que nos define: la “picardía”. Entre líneas, y ni te digo si pudiera desarrollar este relato como un cuento más extenso o en un ámbito distinto pero obviamente más extenso, quedaría una paradoja moral para analizar acerca de la picardía: ¿Vulcano (y todos los partícipes) estarían recurriendo a una trampa? ¿Sería una trampa? ¿Sería justificable? Como ves, perguntas bastante argentinas… Creo que el título tiene que ver con eso. Otro dato que me interesaría destacar, y que se podría extraer del texto, aunque no tuve como intención “dejar moralejas”, aunque cada cual pueda, más allá de lo literario, hacer análisis y extraer conclusiones. Ya que hablaste de los jóvenes y sus ilusiones, y también compartiste lo de tus hijos, creo que del texto surge claro algo: Florentino no pudo cumplir su sueño de ser futbolista y se las arregló para ser feliz por otro camino. Esto dice mucho psicológicamente. Pero sobre todo, y esto es lo mejor, no obligó a su hijo (como lamentablemente sucede a veces) a seguir los pasos que no pudo seguir él. Compartían la misma pasión y se alegraba de eso, y alentaba a su hijo a que continuara por ese camino. Aquí, sin buscarlo, entre líneas, creo que he tocado otro punto “bien argentino”, que muchas veces, y de modo lamentable, se ve en las categorías inferiores. Si leés el comentario N° 24 donde a varios compañeros les dejé un mensaje por una referencia que me hicieron a los nombres de los personajes, verás que hay uno que está inspirado en una persona real, lamentablemente fallecida. Un director técnico que era una gran persona y se apenaba cuando en la mente de los jóvenes se quería poner la idea del ganar por ganar en lugar de hacer las cosas bien y disfrutar. Si eso se llevara más allá del fútbol, creo que daría para analizar y hablar mucho. De reelaborar la idea en un ámbito más extenso, imagino que el homenaje va a ser mayor y más nítido, porque creo que este personaje tiene bastante para aportar. En suma: ambienté el relato en la argentina, pero intenté que llegara también a personas de otras nacionalidades y por suerte parece que he logrado el objetivo.

    Con respecto a tus musas, seguramente te inspiraron una buena idea. Las van repartiendo bien: a cada cual le inspiran una buena pero distinta, cosa que no se repitan y no sea todo del mismo color. Voy a leer tu relato y lo voy a comentar, no lo dudes.

    Finalmente, te dejo otro dato: en el relato de Ciervo Alado, agradeciéndole un comentario que te hizo, en el que le decís que sos de Huracán. Bueno, no me cargues. Yo tampoco fui a la final de la Copa. Con esto, creo que te imaginarás que ciudad, y qué clubes inspiraron la historia… Porque en lo que a musas se refiere, sin esa “rivalidad de base” no se me hubiera ocurrido nada. Sin un clásico colorido, que puede paralizar una ciudad y partirla en dos, tal vez esta historia no se sostendría.

    Nuevamente gracias por tu comentario.

    Saludos.

    Escrito el 6 junio 2015 a las 20:21
  40. 40. Dante dice:

    PARA JOSÉ TORMA:

    Gracias por tu comentario. Me alegro que esas expresiones que eran necesarias para el relato y que tal vez podían no entenderse, pudiste entenderlas.

    Me alegro también que lo hayas disfrutado como fanático del fútbol. Si bien no he pretendido dejar ninguna moraleja, creo que el texto permite, con lo que dice y con lo que no, que cada cual haga su lectura y también, si quiere, que saque algunas conclusiones. Como ves, y yo me estoy dando cuenta ahora por los comentarios de los compañeros más que por las intenciones que tuve al escribirlo, hay varias cosas del fútbol más que el fútbol mismo, que se condensan todas juntas en el relato. Las malas y las buenas.

    Te agradezco nuevamente tu comentario. Próximamente voy a leer el tuyo y lo voy a comentar.

    Saludos.

    Escrito el 6 junio 2015 a las 20:25
  41. 41. Dante dice:

    PARA BEBA:

    Hola beba:

    Gracias por tu comentario y por los elogios, que valoro muy especialmente porque provienen de alguien a quien no le gusta el fútbol que es el tema alrededor del cual gira mi relato.

    También debo decirte que me honra que como “vieja docente argentina” hayas comentado mi relato. Y en ese carácter, me parece también muy bien que resaltes la vergüenza para el país que supone la violencia en nuestro fútbol. Aún cuando no tuve la intención, o al menos, no la plena intención, creo que si este humilde relato sirve para reflexionar al respecto, bienvenido sea.

    Próximamente voy a leer tu relato y lo voy a comentar. Y en cuanto termine de comentar a algunos compañeros a quienes les adeudo unos aportes, pasaré por el que me sugeriste a ver si puedo contribuir con este otro/a compañero/a también.

    Saludos.

    Escrito el 6 junio 2015 a las 20:29
  42. 42. Darkristal dice:

    Hola!
    me gustaría decir que el football no me gusta, pero hay tantos que han dicho lo mismo aquí que tendré que decir, que el football me gusta tanto como trabajo pesado el primero de enero, durante un lunes, a primera hora, después de madrugar con resaca y haber tenido insomnio.
    Bueno, ahora si, he de decir que, aunque el football no me gusta, la historia ha sido entretenida.
    Bueno, en realidad fue como estar comiendo el almuerzo a la luz de la pantalla de la televisión mientras un reportero habla con palabras extravagantes para llamar la atención.
    Es decir, un trabajo interesante, con noticias relevantes, pero con palabras que me llevaron a wikipedia y luego a san google XD
    Me imagino también que el español aquí usado es de argentina, tal vez por eso me mareo con algunas palabras.
    Por cierto, esto tal vez requiera otra leída, pero debido a que me has dado permiso para imaginarme que ha hecho con las tijeras, pues, me imaginare que la señorita ha esperado al momento donde mas publico rodeaba al agresor, para clavarle las tijeras en la pierna y cuando el tipo grite del dolor, cortarle la lengua y dejar que se desangre mientras la gente que la rodea trata de detenerla e.e

    Por cierto, buen trabajo, te ha quedado bien pro XD

    Escrito el 6 junio 2015 a las 21:47
  43. 43. Dante dice:

    PARA DARKRISTAL:

    Hola. Gracias por tu comentario. Lo valoro especialmente porque no te gusta el fútbol, siendo que el relato trata de ese tema.

    Si, como decís en tu comentario, quisieras releer el relato, en el comentario N° 12 hice algunas aclaraciones. Ahí se pueden ver los significados de algunas palabras que son propias del español de Argentina y por qué fueron usadas.

    En cuanto a las tijeras, te doy permiso para imaginarlo. Pero si leés esa nota y ves lo que es un barrabrava y releés el relato, tal vez cambies de opinión ;). Las pistas conducen a otro lado, pero, por ahora, como hay límite de 750 palabras y los tambores comenzaron a sonar… Se pueden imaginar muchas cosas.Sin embargo, para evaluar que tan doloroso puede ser el castigo, también hay que ver qué es lo que más le duele al ofensor. Que casualmente es lo que no te gusta: el fútbol.

    Te agradezco nuevamente tu comentario. Próximamente voy a leer tu relato y lo voy a comentar.

    Saludos.

    Escrito el 6 junio 2015 a las 22:11
  44. 44. Darkristal dice:

    Dante (ok, mi personaje favorito de un juego se llama así, pero jamas en la vida imagine que iba a llamar así a algún humano XD) con los detalles extra me has dejado totalmente picado, quiero ver la venganza, pero el cupo se ha acabado :c
    Pero bueno, eso solo muestra tu buen desempeño con tu relato, así que sigue así, en tu próximo relato me pasare por si hay mas venganzas(así no sean relacionadas con este relato) XD
    PD: no soy de españa, unos cuantos términos si se me hicieron familiares, pero Gambeta y regate me llevaron a diccionarios para saber que son XD

    Escrito el 6 junio 2015 a las 22:33
  45. 45. José Torma dice:

    Dante, me paso solo a saludarte y agradecerte tu extenso comentario a mi relato. Un gusto tratar con personas como tú.

    Escrito el 7 junio 2015 a las 00:13
  46. 46. Fotógrafo dice:

    Hola Dante.
    Como muy bien dices —que por cierto, te felicito por tan extenso y bien logrado comentario—, hay cosas que debemos o podemos estar de acuerdo, y otras que no.
    Una de las cosas que no estoy de acuerdo contigo es con el concepto que tienes de “narrador omnisciente”. Sé que sabes bien lo que es, pero creo que confundes “lo conoce todo acerca de la historia y los personajes” a la hora de plasmar algunos hechos en el relato. Yo a lo que me refiero es que porque lo sepa todo, no puede narrar lo que le venga en gana, más si es para indicar algo que da por hecho que ha ocurrido antes de tiempo, algo que nadie sabe qué ha ocurrido, ni el lector, ni ningún personaje, solo el narrador. Cada uno escribimos por algún motivo: por pasión, por fama, por dinero,por aprender algo nuevo, por que nos da la gana, o yo que sé…
    Lo que sí sé es que aunque no hay que escribir para agradar a nadie, sí hay que pensar en el lector, debemos ponernos en su lugar y decir: “¡Eh! Un momento, esto no le cuadraría (no encajaría, como tú muy bien dices) a quien vaya a leer esta parte”. Esto se consigue, que es difícil, yo lo intento, olvidando que somos el escritor y no conocemos nada de la historia. Solo leerla como si fuéramos un lector anónimo.
    Te pongo un ejemplo de una historia con narrador omniscente: fulanito se pelea con menganito en la calle tras una fuerte discusión, menganito le propina un terrible puñetazo en la cara que lo tumba al piso: fulanito, desde el suelo, se lamenta de que con esa herida de siete centímetros en el pómulo tan horrible, lo botarán de la obra de teatro que se estrena esta noche, pondrán a un sustituto.
    ¿Cómo sabe fulanito que tiene una herida horrible de siete centímetros en el pómulo? ¿Acaso tiene un espejo y un metro? y ¿Cómo afirma(porque se supone que el narrador está narrando bajo el punto de vista de fulanito) que pondrán un sustituto, puede ser que sea el punto de vista del narrador no de fulanito, pero crea confusión y no es verosímil.
    En tu caso y en el mío (que me refería a esta parte que viene en el principio:”Tres días después de tan trágico suceso”) aunque no tenga nada que ver con lo anterior, pero sí en que tenemos que ponernos en el pellejo del lector, adelantamos algo que aún no ha sucedido y no se trata de una prolepsis, porque es el principio, no hay un salto al futuro. Es algo que estamos narrando porque sabemos lo que va a ocurrir y lo hacemos de una manera que damos por sentado que el lector también lo sabe, esa es la impresión que da.
    Todo esto es lo que yo pienso, que puedo estar equivocado, pero… ahí lo dejo.
    Bueno decirte que es un placer charlar contigo por aquí, aunque me gustaría que fuese en persona, tomando un café, un mate, un tinto de verano o lo que sea. La cuestión es conversar a gusto de algo que nos apasiona.
    Muchas gracias por tus palabras hacia mí. Ya leeré tu comentario cuando tenga más tiempo y te contestaré como buenamente pueda…
    Saludos desde Málaga.

    Escrito el 8 junio 2015 a las 19:57
  47. 47. ILLARGUIA dice:

    Buenas tarde Dante, aquí ya son buenas noches. Es un placer leer y relato y comentario en tan buena armonía. Me ha asombrado, en primer lugar el de KMarce, no caía yo en la posibilidad, del cambio de personaje, sin olvidar el control antidoping, pero me ha parecido un relato asombroso y genial. Yo estoy de acuerdo contigo en la utilidad de crear muchos personajes y definirlos, todos tienen su propia personalidad y deben aflorar en un relato. El problema de los relatos a 750 es que todos, o al menos el 99% se quedarán abiertos. Es muy difícil definir una historia en tan poco espacio.
    Debo reconocer, en segundo lugar que me he interesado por distintos aspectos de tu historia, que no estaban comentados, aunque reconozco que no he leído todos ellos. Por ejemplo, el contraste del barrio El Remanso, con el tono general. La fecha, merece un párrafo aparte. Según me informo, el domingo 23 de junio del año fatídico de 1968, fue la peor tragedia argentina en un estadio de fútbol, 71 muertos en la puerta 12 en un partido entre Boca y River. La verdad que una semana después, momento en el que sitúas tu acción, es verdaderamente temerario comprar una entrada para otro partido de cariz tan similar. De todas formas esta vez no pienso devolver la entrada.
    Un abrazo compañero.

    Escrito el 8 junio 2015 a las 21:08
  48. 48. Demetrio Vert dice:

    Hola a todos.
    ¡Bravo! Hay que ver la ingente cantidad de ideas y opiniones que ha generado un simple relato de 750 palabras, y más teniendo en cuenta que la mayoría de los comentaristas opinan que es un buen relato. Yo también lo pienso.
    ¡Bravo!, otra vez. Para mí significa la pasión que sentimos por escribir, y escribir bién.

    En cuanto a la fusión autor-narrador estoy de acuerdo Fotógrafo. En muchas obras, algunas de renombrados autores, se puede distinguir esta confusión. Sucede cuando se narran las cosas que dice fotógrafo, y también cuando el narrador omnisciente aporta opiniones propias, sean las que sean, sin ponerlas en boca de personaje alguno. No es lo que sucede La Gran Gambeta, pero es muy fácil caer en semejante error.
    El consejo de Fotógrafo de distanciarse del texto colocándose en el lugar de un lector cualquiera es muy bueno, aunque a veces no lo consigamos.

    Placer de leeros. Relatos y comentarios.

    Escrito el 9 junio 2015 a las 17:54
  49. 49. Vespasiano dice:

    Con el mayor cariño y aprecio te digo que estoy asustado de hacer cualquier comentario a tu relato con miedo a que me sueltes una parrafada de mas de tres mil quinientas palabras.
    ¿De donde sacas tanto tiempo para responder a cada uno de los que te comentan?
    Yo he vivido en Brasil y sé muy bien lo que representa el futbol allí y para todos los paises sudamericanos.
    Pero infelizmente no es un deporte que haga amigos, los hinchas de un equipo son irreconciliables con los del equipo contrario y más aún si son equipos de la misma ciudad.
    De cualquier manera gracias por tu historia. Felicidades.
    Yo como soy aficioanado de un club modesto aquí en España no tengo problemas ni intención de pelearme con nadie por causa del futbol.

    Escrito el 11 junio 2015 a las 20:57
  50. 50. José M Quintero dice:

    Hola Dante.
    ¿Que te puedo decir luego de 50 comentarios?
    Quiero felicitarte primero que todo por un gran trabajo, me gustó mucho. Es increible lo que puedes hacer con 750 palabras, me pregunto que haras con algo mas largo como una novela.
    Como ya dije es un excelente trabajo y espero leerte en los proximos talleres. 🙂
    PD: te invito a comentar el 43.

    Escrito el 16 junio 2015 a las 00:57
  51. 51. Leonardo Ossa dice:

    Hola Dante. He leído nuevamente los comentarios que hiciste sobre mi texto, para intentar fijar en mi mente las observaciones hechas. Permite expresar mi admiración por esa capacidad que tienes de comentar a tantas personas en este blog, y de hacerlo en forma amplia. Todas tus anotaciones tienen una enseñanza, un aporte valioso. Nuevamente muchas gracias por dedicar tiempo a todos. Estaré atento a tu participación del presente mes.
    Un abrazo.

    Escrito el 25 junio 2015 a las 05:11
  52. 52. Dante dice:

    PARA DARKRISTAL

    Gracias por tu segundo comentario. Acerca de la venganza (o mejor dicho de los detalles de la venganza) tal vez se podrían revelar en una reelaboración del relato en un cuento un poco más largo. :).

    En cuanto a “otras venganzas”, habrá que ver. Algunas historias imagino por ese lado, pero creo que son para más que 750 palabras. Como veo que te interesa el tema, si escribo alguna historia así te avisaré por si estuvieras interesado en leerla. No obstante, trato de que las historias traten de temas diferentes (lo que no quiere decir que siempre lo logre).

    Saludos.

    Escrito el 26 junio 2015 a las 00:58
  53. 53. Dante dice:

    PARA JOSÉ TORMA:

    Gracias José. El gusto es mutuo.

    Saludos.

    Escrito el 26 junio 2015 a las 00:59
  54. 54. Dante dice:

    PARA FOTÓGRAFO:

    Gracias por tus comentarios tan respetuosos. Es un placer poder intercambiar puntos de vista, coincidir y disentir, respetuosamente y con buenos fundamentos.

    Lo del café, el mate, el tinto de verano “o lo que sea” suena muy bien :). Adhiero totalmente a tus palabras: “La cuestión es conversar a gusto de algo que nos apasiona”.

    Escrito el 26 junio 2015 a las 01:01
  55. 55. PARA ILLARGUIA dice:

    PARA ILLARGUIA:

    Gracias por tu comentario y tus apreciaciones sobre los límites del relato, sus posibilidades y la creación de muchos personajes. Valoro mucho ese aporte porque, en teoría, los cuentos y los relatos breves deberían tener pocos personajes. Sin embargo, al haber escrito el relato me di cuenta que tal vez no siempre sea así, y me llamó la atención que muchos de ustedes (entre ellos vos) hayan aprobado esa decisión estética que rompió un poco esos cánones. Lo tendré en cuenta a futuro. No quiere decir que siempre en los relatos aparezcan muchos personajes. Pero si sirven a la historia, no titubearé en darles lugar. Aún corriendo el riesgo de que los cánones de la “cantidad de personajes” suelen decir otra cosa…

    En cuanto al barrio El Remanso, en realidad más que una creación es una “deformación” del nombre de un barrio real. Los nombres de los barrios son una “deformación” de lugares reales. Pero para darle más verosimilitud a la historia los nombres de los clubes son inventados y no se dice el nombre de la ciudad ni cuál es la categoría. Aún cuando sea ficción, en algo tan cotidiano como el fútbol creo que se corre el riesgo que el lector “asocie” y piense: “hey, pero esto no pasó” y allí, por más verosímil que intrínsecamente pudiera ser la construcción literaria, se vendría abajo como un castillo de naipes al mínimo toque.

    Con respecto a la fecha, tenés razón acerca de ese fatídico 23 de Junio de 1968. Fue una tragedia lamentable. Confieso que no pensé en ese detalle. Quise ambientarlo en el pasado para “liberarnos” un poco de lo que para nosotros es cotidiano (celulares, internet, etc.) que hubieran impedido contar esta historia, y elegí el año 1968, medio al azar, pero también algo intencionalmente. Más que nada, traté de buscar un momento de “evolución” táctica, cuando algunas figuras posicionales estaban mutando a la par de los esquemas, para así ubicar al jugador estrella como un “jugador distinto”. La elección de la fecha fue más por ese lado porque, reitero, no tuve en cuenta ese detalle que bien mencionás.

    Sin embargo, y aún cuando es cierto que es verdaderamente temerario comprar una entrada para un partido de un cariz tan similar, creo que la cancha hubiera estado llena hasta reventar. Justamente porque era un clásico y se jugaba el todo por el todo. La pasión que reina en los clásicos en el fútbol argentino es desbordante, y puede dar lugar a las mejores cosas, o a veces, lamentablemente, a las peores.

    Me alegro que esta vez no devuelvas la entrada. De todos modos, el cine y la boletería siempre están abiertos y son todos bienvenidos.

    Gracias nuevamente por tu comentario.

    Un abrazo.

    Escrito el 26 junio 2015 a las 01:13
  56. 56. Dante dice:

    PARA DEMETRIO VERT:

    Gracias por tu nuevo comentario y por tus palabras de apoyo.

    Tenés razón en lo relativo al consejo de Fotógrafo acerca de imaginarnos y colocarnos en el lugar de un lector cualquiera. Si bien yo siempre trato de disociarme del narrador (sobre todo cuando es en primera persona), es una técnica “pura de escritor”, mientras que la que propone Fotógrafo creo que es común al escritor y al lector y sin dudas puede enriquecer la labor al escribir. La tendré en cuenta. Sólo espero poder aplicarla.

    Finalmente tengo que agradecerte el plural que utilizaste: “Placer de leeros. Relatos y comentarios”. Yo te he agradecido por tus aportes y comentarios a mi relato, pero lo hago aún más por el respeto y el gusto con el que te has dirigido a los compañeros porque esto muestra que las cosas salieron bien para todos: yo disfruté al escribir el relato, ustedes disfrutaron al leerlo y comentarlo, yo he vuelto a disfrutar leyendo los comentarios e intercambiando, y veo que vos también has disfrutado leyendo los comentarios de los demás. Creo que las cosas salieron bien porque los intercambios se multiplicaron y todos salimos ganando. Es mi deseo que esta experiencia se repita, no sólo en mis relatos sino en los de todos los compañeros. Cuando sucede algo así, creo que gozamos como lectores y aprendemos como escritores. Rescato y resalto esta actitud tan positiva que tuviste.

    También ha sido y es para mí un placer leerte.

    Saludos.

    Escrito el 26 junio 2015 a las 01:49
  57. 57. Dante dice:

    PARA VESPASIANO:

    Gracias por tus palabras. No tengas miedo de hacer comentarios 🙂 (aunque por las dudas seré breve).

    No siempre tengo tiempo para responder a cada uno de los que me comentan, pero intento hacerlo. Cuando encontré por casualidad a Literautas, vi que era algo que me podía ayudar y así, después de mucho tiempo de no escribir nada, pude “obligarme” a hacerlo y pude (y puedo) disfrutar haciéndolo. Así que trato de hacerme tiempo, a veces lo logro, otras no, para comentar a los demás y responder los comentarios. Mi idea es que tanto cuando yo comento en los relatos de los demás como cuando comentan en el mío, responder y relacionar mi comentario o respuesta con el texto y con al menos algunos de los aportes de los demás, porque creo que eso fomenta el intercambio respetuoso de puntos de vista que nos enriquecen como lectores y como autores. No quiere decir que lo que yo diga deban implementarlo los demás, ni que lo que otras personas digan sea obligatorio para mí. Simplemente ayuda a la reflexión, y gracias a esos intercambios algunas veces observadores neutrales confirman y celebran nuestras decisiones creativas, otras veces nos hacen ver que algo estuvo errado o fue inconveniente y tienen razón, y otras tantas, surge algo distinto y superador de la propuesta original nuestra y de las observaciones ajenas. O bien, las ideas que quedan dando vueltas en esos intercambios también le sirvan a cualquiera de los participantes para cerrar un proyecto empezado o para encarar uno nuevo. Si no hubiera tratado de encontrar el tiempo en estas primeras intervenciones, tal vez no estaría participando del taller. Espero poder encontrar tiempo en las ediciones sucesivas, así puedo aportar y me puedo beneficiar con lo que aportan los demás, en una retroalimentación virtuosa entre todos.

    Pasando a tu comentario en sí, lo agradezco y lo valoro mucho porque parte de tu experiencia personal y así, fusiona realidad y ficción, vida y literatura. Sobre todo es interesante porque nos mostrás sintéticamente las realidades de Brasil y España en relación al fútbol.

    Con respecto a lo que decís que no tenés problemas ni intención de pelearte con nadie por causa del fútbol, creo que está muy bien y que es un buen mensaje, y hasta podría ser una buena lectura al relato (aún cuando creo que no lo efectuaste como un análisis sino que lo escribiste como un simple comentario al pasar, pero no por eso menos cierto o menos importante). Yo tampoco tengo la intención de hacerlo (aunque me apasiona el fútbol), y algunas cosas que puse en algunas respuestas iban un poco en broma. Pero como nunca se sabe quién puede llegar a leer el relato, “deformé” nombres reales o los inventé, para que la historia sea más verosímil y nadie se perdiera en peleas o algo así. No estoy de acuerdo con las peleas, pero sí estoy de acuerdo con las bromas entre distintos equipos (me encanta hacerlas y me encanta agudizar el ingenio para responder a las que me hacen), pero también quise evitar esto, porque creí que podría desviar la atención de quienes leyeran hacia cosas que no son literarias ni encuadran con la consigna del taller. He ahí otra razón por la cual “deformé” o inventé nombres de equipos y lugares y omití otros, como el de la ciudad.

    Gracias nuevamente por tu comentario, y si bien interpreto que tu párrafo inicial es una broma, por las dudas aclaro: podés pasar cuando quieras por los relatos que publique aquí y hacer los comentarios que desees.

    Saludos

    Escrito el 26 junio 2015 a las 22:58
  58. 58. Dante dice:

    PARA JOSÉ M. QUINTERO:

    Gracias por tu comentario y por tus palabras de aliento. Y sobre todo, por el voto de confianza (ojala algún día pueda escribir alguna novela 🙂 )

    Yo también espero que nos sigamos leyendo en los proximos talleres.

    Saludos!

    Escrito el 27 junio 2015 a las 03:34

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.