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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El trato. - por José M Quintero

El autor/a de este texto es menor de edad

—¡Vamos, corre o nos alcanzarán! —gritó el Profesor Rubén a su ayudante sin mirar atrás.
Llevaban corriendo por horas y, aunque estaban en una gran selva, no había logrado perderlos. Aún escuchaba el sonido de los tambores tocados por el líder de la tribu, mientras que los guerreros lo seguían con cualquier tipo de armas en las manos.
No sabía dónde estaban, había perdido su brújula en el camino, así que no sabía si estaba saliendo o entrando más a la selva. Su fiel ayudante, la doctora Miranda lo seguía, corriendo con todas sus fuerzas.
Sabía que esta no había sido buena idea, pero no había tiempo para sentir arrepentimiento en ese momento, y en realidad no se arrepentía, había obtenido lo que buscaba, pensó mientras veía la escultura, parecida a una mujer, en su mano.
Recordó cuando les habló de ésta y de la tribu a sus estudiantes.
—Han habido muchas especulaciones alrededor de esta tribu, una de ellas es que son salvajes, carnívoros y sí, hasta caníbales. —les había dicho, mientras todos lo escuchaban en silencio. —Se dice que hace muchos años la reina cayó enferma, a punto de morir, y cómo agradecimiento los guerreros y los artesanos de la tribu construyeron una figura que la representara.
>>Luego de la muerte de su reina la tribu tuvo varios problemas en la organización y estuvo a punto de desintegrarse, pero llegó un nuevo líder y pudo levantarla. Esa figura aún está en manos de esa tribu, lleva cientos de años con ellos, y aunque muchos arqueólogos la han buscado ninguno ha tenido éxito.
En ese momento les había comentado su plan: internarse en la selva amazónica para robar la escultura y traerla para exhibirla en el museo donde también trabajaba.
Y ahí estaba, dos semanas después, corriendo por su vida y con la escultura en la mano.
—Deberíamos entregársela. —sugirió su ayudante.
—¡Estás loca! —gritó, sin mirar atrás.
—Estoy cansada. —mencionó sobresaltada. Él la ignoró.
—Ya llegamos hasta aquí, ya tenemos la escultura, no podemos detenernos ahora. —le dijo, sin dejar de correr.
Corrieron varios minutos más, hasta que el sonido del tambor dejó de escucharse. Por un momento pensó que se habían rendido y que había ganado él, hasta que sintió un gran golpe detrás de su cabeza.

Cuando despertó se sentía desorientado, no sabía dónde estaba, ni qué hora era. Le tomó un par de minutos poner su cabeza en orden y darse cuenta que estaba amarrado a un gran árbol, intentó desatarse pero fue inútil, la escultura no estaba en sus manos, miró alrededor para ver si no estaba en el suelo, no vio nada.
—Al fin despiertas. —escuchó decir a su ayudante. Ella estaba levantada a un lado de él, la figura estaba en su mano.
—¿Qué sucedió?, ¿por qué estoy amarrado? —preguntó inmediatamente. —¡Ayúdame! —ordenó, señalando las ataduras.
—No puedo, es mi parte del trato.
—¿Qué trato?, ¿con quién? —no entendía nada, estaba totalmente confundido.
—Con ellos. —fue la respuesta de ella, mientras señalaba hacía el interior de la selva. Él lo comprendió.
—¿Cómo…? —esta vez estaba más sorprendido que confundido.
—Conozco la historia de esta tribu, sabía que no íbamos a escapar. También te conozco, sabía que no te ibas a dar por vencido, así que… lo hice, solamente salve mi pellejo.
—Pero… ¿por qué?
—Te lo dije, sabía que serías tan estúpido para luchar hasta el final, que no te ibas a dar por vencido, tu arrogancia no te lo permitiría, así que íbamos a morir, y en realidad no quiero morir.
Él estaba sin palabras, cansado. Abrazó sus piernas con los brazos y posó su cabeza en las rodillas.
—Pensé que éramos compañeros. —dijo en voz baja, casi para si mismo.
—Yo también lo pensé, al comienzo. Pero… tú nunca me viste como tal, para ti solo era la ayudante, y aunque arriesgaba la vida en las excursiones tú eras el que te llevabas todo el crédito. Eres arrogante, vas por ahí jugando a ser Indiana Jones y sin pensar en las demás personas. Ni siquiera te diste cuenta que no todos estaban de tu lado.
No sabía que decir en ese momento, estaba confundido, decepcionado y, por primera vez en su vida, completamente asustado.
—Lo siento. —dijo, con un tono casi inaudible.
—Ya es muy tarde para eso.
Lo era, porque a lo lejos los tambores comenzaron a sonar.

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18 comentarios

  1. Me ha gustado mucho tu relato, no solo está muy bien escrito si no que no te esperas el giro que va a dar la historia.
    Felicidades!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 12:18
  2. 2. Marta dice:

    Guau! Trato sin piedad. Trepidante. Un saludo

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 21:17
  3. Muy bien llevado el relato, quieres seguir leyendo para ver qué es lo que pasa y el final te sorprende. Los diálogos correctos, los que se necesitan.
    Saludos

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 22:06
  4. 4. Ana dice:

    Hola, José,

    Buena historia. Está muy bien estructurada y el ritmo no decae en ningún momento.

    La única pega es que el Profesor está atado a un árbol y de pronto lo vemos abrazar sus rodillas con los brazos. Me ha llamado la atención esa pequeña contradicción.

    Por cierto, te felicito por la ortografía. Da gusto leer un texto bien escrito.

    Sigue así!

    Un saludo

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 09:52
  5. 5. Demetrio Vert dice:

    Hola José. Me tocó en suerte comentar tu relato. Me extiendo mucho en ese compromiso y sabrás de inmediato quien fuí. Seguramente el del comentario más largo.
    Aquí solo comentaré algunos conceptos que ya te observé.
    Muy bien el que los tambores tengan esencia en el relato.
    Buena estructura: presentación, nudo y desenlace. Varios núcleos (importantisimo para que hatya historia). Y un lenguaje fluido.
    Insisto en corregir la sintáxis para que sea más clara su lectura. Correspondencia de tiempos verbales; hacer algunas precisiones; dar una mejor entrada y más corta a la explicación del plan de la aventura; corrección de las rayas; y evitar las descripciones de los reproches de ella en el final. Mejor “mostrar” los reproches, incluso con imprecaciones.
    Tambien lo que dice Ana, ya te lo comenté.

    En general una buena y bonita historia. Bien estructurada, con ritmo y tensión. Y una incógnita muy sutil. ¿Quién golpea al profesor? Es ella ¿no?. Han dejado atrás a los perseguidores (aparentemente), pero si no lo hace ella, ¿qué carta tiene entonces para negociar con los indígenas? Solo puede haber una respuesta. Ella lo golpea y lo entrega a cambio de la estatuilla y su pellejo. En caso contrario apresarían a los dos. Eso significa otro núcleo en tu relato. Un giro inesperado. Tensión. Ritmo. Sorpresa. Cambio en el devenir de la historia. Muy bueno.

    Felicidades.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 10:17
  6. 6. mondregas dice:

    Hola José M Quintero:
    Suscribo todo lo que te dicen de bueno. Te felicito. Por si quieres leer mi relato, está en el nº 56

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 12:05
  7. Me encanto mucho tu historia pero mas ese giro del final que fue épico. Pobre del doctor por ladrón. Quien lo manda a meterse en selvas como esas y robarles estatuillas a las tribus y mas sin saber hacerlo de forma oculta para que no se den cuenta?
    Muy buen relato, excelentemente narrado y escrito.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 14:23
  8. 8. KMarce dice:

    Saludos Jose M.Q.

    Vaya que evolución, cada día se nota cuanto le dedicas a la escritura, pienso que lo tomas en serio, cuidando los detalles de la misma.
    Coincido con la sintaxis que menciona Demetrio, un poco de pulido en algunas frases, y el detallito de estar atado*desatado, hay que ver la escena como un fotograma, el trabajo del editor de fotografía es la concordancia. Pero eso se corrige fácilmente.

    La historia me parece muy buena, con esa pizca de una moralidad subjetiva, en donde a ambos podría cuestionarles sus intenciones de inicio. Bien logrado.

    Te felicito,

    Muchas gracias por pasar por mi relato y tus comentarios gentiles.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 05:30
  9. 9. José Torma dice:

    Hola tocayo, siempre un gusto leerte. Gracias por tu visita a mi texto.

    Te comento del tuyo, mientras lo estaba leyendo, pensaba destrozarte sin piedad por copiar una escena de Indiana Jones, solo que tu mismo te burlas del hecho y pues eso valida la intencion para mi.

    Primero, revisa los singulares y plurales en el primer parrafo, creo que hay un par de inconsistencias.

    Segundo y creo que te lo comentaron ya, si esta amarrado al arbol, debe ser muy dificil agarrarse las rodillas y apoyar la cabveza contra ellas. Falla pequeña.

    Me gusto el giro de que la mujer lo traicione para salvar su vida, porque se aleja de la nocion romantica de que el heroe siempre se queda con la chica.

    Me gusto mucho, felicidades.

    Saludos tocayo, te reitero, un gusto leerte.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 20:46
  10. 10. Leonardo Ossa dice:

    Hola José M. En esta oportunidad has vuelto a quedar dentro del circulo de mis próximos diez a comentar, pero no por eso he venido, pues la pasada ocasión tu escrito llamó mi atención y considero interesante volver a leerte.
    Sobre esta historia tengo la misma observación que hicieron algunos compañeros con respecto al profesor Ruben, a quien vimos amarrado en un momento y en otro ya estaba abrazando sus piernas con los brazos. Por algún motivo nos pareció verlo con las manos atadas hacia atrás rodeando de espaldas al árbol, pero fue solamente nuestra percepción de lo leído, pues se concluye que quizás estuvo sujeto al árbol de otra manera.
    José M. ha sido muy entretenido leerte.
    ¡Saludos!

    Escrito el 2 junio 2015 a las 15:00
  11. 11. marazul dice:

    Hola José M, me encantan las historias de aventuras y en “El trato” se dan todos los ingredientes: una buena ambientación, el profesor codicioso que quiere robar el tesoro que no le pertenece, la ayudante que se venga, los indígenas, que en este caso son los buenos, que se los quieren comer y el final merecido para el profesor malo. Lo que no sé es si la ayudante se va a ir de rositas. No debería José porque además de mala es vengativa. No me ha caído bien. Yo que tú en el próximo capítulo le daba su merecido.
    Escribes bien y tu relato me ha gustado

    Escrito el 2 junio 2015 a las 22:29
  12. 12. Thelma López Lara dice:

    Hola José,

    Muchas gracias por leer mi relato. Te cuento, la joven del relato queda embarazada, por eso los tambores comienzan a sonar en la tribu.

    En cuanto a tu relato, me gustó mucho el contenido de la historia, tiene su inicio, desarrollo y desenlace. Buenos diálogos.

    ¡Saludos!

    Escrito el 5 junio 2015 a las 02:41
  13. 13. Roger/NHICAP dice:

    Hola José M.
    Gracias por tu comentario a mi relato.
    Hasta finales de este mes no podré leer los textos de mayo. No dudes que recibirás mi opinión sobre el tuyo.
    Un abrazo.

    Escrito el 5 junio 2015 a las 09:45
  14. 14. Marcelo Kisi dice:

    José querido, primero vuelvo a agradecerte por tu comentario a mi relato.
    Me pareció muy atrapante tu relato, es una historia que tiene mucho potencial. Al principio me preocupé, porque empieza con una escena tipo Tarzán de los años 60, donde los blancos eran los buenos y los africanos eran los salvajes malvados. Aquí yo me preguntaba: ¿cómo puede ser que esté bien llevarse la estatua de un pueblo? Vamos a ver cómo lo resuelve José. El giro de la historia, efectivamente, vuelve a lo “políticamente correcto”, con una ayudante -y no casualmente mujer- que pone al científico en su lugar. Aquí la reflexión que me surge es acerca de los preconceptos ideológicos que nos guían a la hora de construir nuestros mundos literarios, lo que está bien y lo que está mal, y cómo debemos suspender nuestros juicios a la hora de la lectura o de ver la película. ¿Cómo veríamos hoy Tarzán o cualquier otra película de exploradores? ¿Cómo leerían tu cuento los espectadores de hace un siglo, cuando estaba bien colonizar y “explorar” a los llamados “pueblos primitivos”? Quizás te condenarían por cuestionar el establishment científico de la época y su derecho a apropiarse de objetos con un valor arqueológico enorme. Encima colocaste a una mujer como ejecutora del “crimen” de entregar a un europeo a las garras de una tribu caníbal! No deja de ser un ejercicio intelectual apasionante.
    Ya en nuestra época, los límites entre el bien y el mal se borronean. ¿Estuvo bien la ayudante? A pesar de entender que su jefe ha cometido una fechoría, un crimen de robo y de profanación para con ese pueblo, ella lo está entregando a una muerte segura para salvar su pellejo. ¿Es la buena del cuento? ¿O no hay nadie bueno ni nadie malo? Vuelve el dilema, como en la serie Dexter, el asesino serial de asesinos. ¿Es bueno porque haga “justicia” con los malos y a nosotros los espectadores nos caiga bien el personaje? ¿Son buenos, en general, los vengadores que hacen justicia por mano propia, sólo porque el sistema estatal funcione mal? Bueno, creo que me fui muy lejos, pero el tema de la literatura y la moral es un gran tema, y creo que tu relato, aunque sea indirectamente, lo está abordando.
    Fuera de eso, los ajustes técnicos ya te los han señalado bien los compañeros, así que no me queda sino felicitarte!

    Escrito el 6 junio 2015 a las 12:29
  15. 15. Roger/NHICAP dice:

    Hola José,
    Me ha gustado. Me parece un gran relato muy bien escrito, de excelente construcción y con una narración fresca, fluida y muy cuidada. Has logrado trasladar una idea normal a un texto que atrapa al lector por su claridad y sencilla redacción. Felicidades José.
    Un abrazo

    Escrito el 14 junio 2015 a las 09:12
  16. 16. Wolfdux dice:

    Hola José,

    soy fan de Indiana Jones y del mundo de la arqueología, ¿así que con estas premisas como no iba a gustarme el relato?

    Como ya te han comentado más arriba,a mi también me han descolocado los cambios en los tiempos verbales, pero con una revisión se soluciona en un momento.

    Un giro inesperado para cerrar la historia, felicidades. ¡Nos leemos!

    Escrito el 16 junio 2015 a las 09:37
  17. 17. Leonardo Ossa dice:

    José, gracias por haber pasado a comentar mi historia. Estaré atento a leer tu micro en la participación de este mes.
    ¡Saludos!

    Escrito el 25 junio 2015 a las 05:01
  18. 18. Dante dice:

    Hola José.

    Me gustó muchísimo tu relato. La trama es excelente, la ambientación es extraordinaria y el ritmo frenético no podía ser más apropiado. Me “devoré” este relato de aventuras, y este profesor que, según su asistente, jugaba a ser Indiana Jones, no tiene mucho que envidiarle y sería un digno rival. Con lo que quiero decir que has creado un flor de personaje, pese al estrecho límite de las 750 palabras.

    Te felicito por tu relato y tu calidad narrativa, ya que la forma está muy bien también. La verdad es una grata sorpresa, ya que la página nos advierte de que sos menor de edad. Sin embargo, eso no se nota, ya que tu vocabulario es muy rico y preciso y también lo es tu gramática. Asimismo, la trama está muy bien elaborada.

    Resalto muy enfáticamente otro punto alto del relato: la construcción de los diálogos es excelente y su inclusión muy atinada, muy justificada en función del contexto. Los diálogos permiten que la historia avance fluidamente y también que el lector comprenda el “origen” de esa aventura, cuando indirectamente el narrador muestra el “viaje” al pasado mediante el recuerdo del profesor.

    Además, en vez de simplemente contar las cosas, las mostraste. Mostraste cómo sucede cada cosa, y las imágenes usadas son muy vivas. Se puede imaginar a los exploradores perseguidos, a la tribu y a la selva. Hasta se pueden imaginar los tonos de voz y las expresiones faciales en los diálogos entre el profesor y su ayudante.

    Destaco también otro punto muy importante: en todo momento mantuviste la coherencia entre los tiempos verbales, sin mezclar indebidamente unos y otros. Este es un aspecto al que le concedo mucha importancia, porque cuando no se observa un gran relato puede quedar deslucido.

    Reitero que se trata de un excelente relato. Por eso me permito hacerte algunas observaciones y aportes para que reflexiones sobre ellos y sobre lo que los demás compañeros te han comentado, así podés reexaminarlo y ver si querés dejar algunas cosas o cambiarlas. Todo eso con la finalidad de que este excelente texto brille más todavía.

    La mayoría de las consideraciones que voy a exponer son formales. Los aspectos de contenido a los que me voy a referir son más bien pocos.

    Vamos a los aspectos formales entonces.

    En la introducción, me llamaron la atención estas oraciones: “Llevaban corriendo por horas y, aunque estaban en una gran selva, no había logrado perderlos. Aún escuchaba el sonido de los tambores tocados por el líder de la tribu, mientras que los guerreros lo seguían con cualquier tipo de armas en las manos”.

    “No sabía dónde estaban, había perdido su brújula en el camino, así que no sabía si estaba saliendo o entrando más a la selva. Su fiel ayudante, la doctora Miranda lo seguía, corriendo con todas sus fuerzas”.

    De la lectura y la correlación de esas oraciones, no queda claro si el narrador relata en singular o en plural, es decir, si incluye o no en la oración a la doctora Miranda. Mi impresión es que sí, dado que en el nudo de la historia, en una oración se dice: “Corrieron varios minutos más, hasta que el sonido del tambor dejó de escucharse”. Esto me da la pauta de que la intención narrativa que tuviste es relatar en plural, incluyendo a Miranda.

    Si es así, te sugeriría revisar ese comienzo porque, como podrás notar, algunos verbos están en singular y otros en plural. “Llevaban” y “estaban” están en plural e incluiría a Miranda; “no había logrado perderlos”, “escuchaba”, “había perdido”, “no sabía”, “estaba” son todos verbos en singular.

    Existiría entonces una incoherencia en el número de las personas. Yo sugeriría que pasaras esos verbos al plural, a fin de unificar el modo de relatar y de incluir a Miranda también, dado que ambos son perseguidos, según entiendo por el contexto.

    Con respecto a esta misma oración, si bien es una cuestión muy subjetiva y de escasa importancia, me parece que la expresión “entrando más a la selva”, podría ser reemplazada por alguna más precisa y que cuente con mayor “sonoridad”. A su vez, el verbo “sabía” se reitera. A título de ejemplo, se podría sugerir la siguiente reformulación: “No sabían dónde estaban. Habían perdido la brújula en el camino, por lo que ignoraban si estaban saliendo o si se internaban aún más en la selva…”

    Otro aspecto formal, pero que tiene que ver también con el contenido lo encuentro en el nombre de los personajes. Me parecen que están muy bien, pero no logro darme cuenta si “Rubén” y “Miranda” son nombres de pila o apellidos. Esta confusión viene a mi mente porque existen los apellidos “Ruben” y “Miranda”. Sin embargo, “Rubén” parece ser un nombre de pila, y por el contexto, inferiría que “Miranda” también lo es. En este sentido, te sugeriría que nombraras únicamente con el apellido a los personajes (sobre todo si va antecedido de un título como profesor o doctora) o que uses el nombre y el apellido, es decir, las dos cosas. Esto le daría más “seriedad” y coherencia, y así surge del propio texto, ya que cuando la ayudante le reprocha varias cosas al profesor le dice que juega a ser Indiana Jones. Como ves “Indiana Jones” es un nombre (en realidad Indiana era un apodo, pero todos los que lo conocían pensaban que era el nombre) y Jones el apellido. Sea que en el texto Indiana Jones fuera imaginario (como para nosotros) o sea que fuera un arqueólogo “real” (para la realidad de tu historia), aparece como un nombre discordante con el de los personajes.

    La frase “con cualquier tipo de armas en las manos” al hablar de la persecución, no me “suena” del todo bien. Reconozco que es una opinión personal y que, como tal es discutible. Sin embargo, creo que decir “cualquier tipo de arma” o “armas de cualquier tipo”, sería preferible porque tipo es singular, por lo que arma debiera ir en singular, y en el segundo caso, sí es admisible usar el plural genérico (armas) que puede ir con el singular “tipo”, mediado por “cualquier” que también es singular. De todos modos, este es un detalle menor.

    Otro aspecto formal que quisiera tocar es el de la puntuación. Este tema creo que se compone de criterios objetivos (algunas reglas de la Real Academia Española relativas a la materia) y también tiene una fuerte dosis de subjetividad, esto es de preferencias personales. En otras palabras: cada cual puede puntuar como mejor le parezca, siempre que respete esas reglas mínimas. No obstante, creo que en el tema de la puntuación, siempre debe tenerse en cuenta cuál es la intención narrativa del autor: en cuanto a la forma (cómo quiso contar la historia) y con respecto al contenido (qué historia quiso contar).

    Sobre esas bases, te formularé algunas observaciones y, eventualmente, te sugeriré pequeñas reelaboraciones cambiando algunas palabras. Para eso, voy a poner un asterisco antes de cada párrafo u oración y luego haré los aportes.

    * “Sabía que esta no había sido buena idea, pero no había tiempo para sentir arrepentimiento en ese momento, y en realidad no se arrepentía, había obtenido lo que buscaba, pensó mientras veía la escultura, parecida a una mujer, en su mano”. Esta oración podría reexpresarse así: “El arqueólogo sabía que esta no había sido buena idea. Pero no había tiempo para sentir arrepentimiento en ese momento. En realidad no se arrepentía. “He obtenido lo que tanto buscaba”, pensó para sus adentros mientras veía en su mano la ansiada escultura parecida a una mujer”. Como ves, además de sugerir una puntuación diferente, puse “El arqueólogo”, para salvar la coherencia del número de personas. Más arriba te dije que parece que quisiste relatar en plural. Sin embargo, acá se podría volver al singular, porque el que piensa todo eso es el profesor. Por lo tanto, hay que aclararlo para poder pasar del plural al singular.

    * “—Han habido muchas especulaciones alrededor de esta tribu, una de ellas es que son salvajes, carnívoros y sí, hasta caníbales. —les había dicho, mientras todos lo escuchaban en silencio. —Se dice que hace muchos años la reina cayó enferma, a punto de morir, y cómo agradecimiento los guerreros y los artesanos de la tribu construyeron una figura que la representara”. Este diálogo puede reformularse, variando un poco los signos de puntuación e introduciendo un pequeño cambio con una expresión que sería más adecuada para el profesor: “— Se han tejido muchas especulaciones alrededor de esta tribu. Una de ellas es que son salvajes, carnívoros. Y sí, hasta caníbales —les había dicho, mientras todos lo escuchaban en silencio—. Se dice que hace muchos años la reina cayó muy enferma, a punto de morir, y como agradecimiento los guerreros y artesanos de la tribu construyeron una figura que la representara”.

    * “Luego de la muerte de su reina la tribu tuvo varios problemas en la organización y estuvo a punto de desintegrarse, pero llegó un nuevo líder y pudo levantarla. Esa figura aún está en manos de esa tribu, lleva cientos de años con ellos, y aunque muchos arqueólogos la han buscado ninguno ha tenido éxito”. Respecto a este párrafo creo que se podrían hacer unas mínimas observaciones (subjetivas por cierto) de puntuación y se lo podría reexpresar más o menos así: “Luego de la muerte de su reina, la tribu tuvo varios problemas de organización y estuvo a punto de desintegrarse. Pero llegó un nuevo líder y pudo levantarla. Esa figura de la que les hablaba aún está en manos de la tribu. Lleva cientos de años con ellos, y aunque muchos arqueólogos la han buscado, ninguno ha tenido éxito”. En este contexto, te haría una pequeña sugerencia: para realzar el valor de la estatuilla, ¿no podría vinculársela con la tarea de ese líder que levantó a la tribu? (Digamoslo así: en la recuperación de la tribu, la estatuilla tuvo un papel relevante o fundamental y sus miembros creen que ese líder no podría haber hecho levantar a la tribu sin la estatuilla).

    * “Por un momento pensó que se habían rendido y que había ganado él, hasta que sintió un gran golpe detrás de su cabeza”. En este párrafo, sugeriría revisar la puntuación y cambiar “gran golpe” por “fuerte golpe”. A título de ejemplo, podría expresarse: “Por un momento, pensó que se habían rendido y que había ganado él, hasta que sintió un fuerte golpe detrás de su cabeza”.

    * “Cuando despertó se sentía desorientado, no sabía dónde estaba, ni qué hora era. Le tomó un par de minutos poner su cabeza en orden y darse cuenta que estaba amarrado a un gran árbol, intentó desatarse pero fue inútil, la escultura no estaba en sus manos, miró alrededor para ver si no estaba en el suelo, no vio nada”. En este párrafo, se podrían reexaminar los signos de puntuación e introducir unos pequeños cambios formales, y podría reexpresarse más o menos así: “Se sentía desorientado cuanto despertó. No sabía dónde estaba ni qué hora era. Le tomó un par de minutos poner su mente en orden y darse cuenta que estaba amarrado a un gran árbol. Intentó desatarse, pero fue inútil. Se le hizo evidente que la escultura ya no estaba en sus manos. Miró a su alrededor, quizás con la esperanza de encontrarla en el suelo, pero no vio nada”.

    * “—Al fin despiertas. —escuchó decir a su ayudante. Ella estaba levantada a un lado de él, la figura estaba en su mano”. Esta oración es correcta. Lo que no me “suena” bien, al menos a mi criterio, es la palabra “levantada”. ¿Significaría de pie, o parada? Salvo que se trate de un uso idiomático vendría bien precisarlo mejor, dado que el profesor está atado al árbol y da la sensación de que su ayudante está libre, ya que así se adivina por el contexto.

    * “—¿Qué sucedió?, ¿por qué estoy amarrado? —preguntó inmediatamente. —¡Ayúdame! —ordenó, señalando las ataduras”. En este diálogo, convendría reexaminar la puntuación, y eliminar la coma entre las dos preguntas. En consecuencia, podría reformularse más o menos así: “— ¿Qué sucedió? ¿Por qué estoy amarrado? —preguntó inmediatamente—. ¡Ayúdame! —ordenó señalando las ataduras”.

    Sin embargo, aquí se hace necesario apuntar algo más relativo al contenido, ya que surge una pregunta: ¿cómo señala las ataduras, si está atado a un árbol? Sería conveniente consignar cómo lo hace (por ejemplo, con un gesto de la cabeza, o forzando la soga y tratando de extender, sin éxito, sus manos hacia adelante). O si no, habría que describir cómo está atado a ese árbol (podría estar colgado, pero “atado al árbol” daría la idea de que la soga pasa por su cuerpo y da vueltas alrededor del tronco).

    * “—No puedo, es mi parte del trato”. En este diálogo, sugeriría variar la puntuación, para que quede más “seco” (imagino que esa fue la intención de la ayudante al decir esto): “— No puedo. Es mi parte del trato”.

    * “—Conozco la historia de esta tribu, sabía que no íbamos a escapar. También te conozco, sabía que no te ibas a dar por vencido, así que… lo hice, solamente salve mi pellejo”. Con respecto a este diálogo, sugeriría cambiar un poquito la puntuación, y quedaría más o menos así: “— Conozco la historia de esta tribu. Sabía que no íbamos a escapar. También te conozco, y estaba segura de que no te ibas a dar por vencido, así que… lo hice. Solamente salvé mi pellejo”.

    * “—Te lo dije, sabía que serías tan estúpido para luchar hasta el final, que no te ibas a dar por vencido, tu arrogancia no te lo permitiría, así que íbamos a morir, y en realidad no quiero morir. Él estaba sin palabras, cansado. Abrazó sus piernas con los brazos y posó su cabeza en las rodillas”. En este diálogo creo que se podrían introducir algunas variantes en cuanto a la puntuación: “— Te lo dije. Sabía que serías tan estúpido para luchar hasta el final, que no te ibas a dar por vencido. Tu arrogancia no te lo permitiría. Así que íbamos a morir. Y en realidad, no quiero morir. Él estaba sin palabras, cansado. Abrazó sus piernas con los brazos y posó su cabeza en las rodillas”. Aquí también se plantea un interrogante en relación al contenido, que ameritaría un reexamen: ¿Cómo se abraza las piernas con los brazos y cómo posó su cabeza en las rodillas si estaba atado al árbol? Esto tal vez podría ocurrir si sólo estuviera atado en las piernas, colgado cabeza abajo, a una altura considerable y con los brazos libres. De lo contrario, habría que revisar esto. Y si la posibilidad fuera ésta, habría que describir antes cómo lo ataron al árbol en lugar de decir solamente que lo ataron al árbol.

    * “—Yo también lo pensé, al comienzo. Pero… tú nunca me viste como tal, para ti solo era la ayudante, y aunque arriesgaba la vida en las excursiones tú eras el que te llevabas todo el crédito. Eres arrogante, vas por ahí jugando a ser Indiana Jones y sin pensar en las demás personas. Ni siquiera te diste cuenta que no todos estaban de tu lado”.
    “No sabía que decir en ese momento, estaba confundido, decepcionado y, por primera vez en su vida, completamente asustado”.

    En estos párrafos también podría efectuarse un reexamen de la puntuación, y quedarían más o menos así: “— Yo también lo pensé, al comienzo. Pero… tú nunca me viste como tal. Para ti sólo era la ayudante. Y aunque arriesgaba la vida en las excursiones, tú siempre te llevabas todo el crédito. Eres arrogante, vas por ahí jugando a ser Indiana Jones y sin pensar en las demás personas. Ni siquiera te diste cuenta que no todos estaban de tu lado…”
    “No sabía que decir en ese momento. Estaba confundido, decepcionado, y por primera vez en su vida, completamente asustado”.

    Para terminar con los aspectos formales, quisiera hacerte un breve comentario sobre los diálogos. He notado que ponés el punto y luego la raya de diálogo previa a la acotación, lo que no sería correcto. Por ejemplo: “—Deberíamos entregársela. —sugirió su ayudante”. Debería ser: “— Deberíamos entregársela —sugirió su ayudante”. O bien, escribís la acotación, ponés el punto y después ponés la raya de diálogo. Por ejemplo: “— ¿Qué sucedió?, ¿por qué estoy amarrado? —preguntó inmediatamente. —¡Ayúdame! —ordenó, señalando las ataduras”. Esto no sería correcto. En su lugar debería escribirse: “— ¿Qué sucedió? ¿Por qué estoy amarrado? —preguntó inmediatamente—. ¡Ayúdame! —ordenó, señalando las ataduras”.

    También me llamó la atención este signo: >>. Aparentemente, lo usaste para indicar continuidad de un diálogo cuando sigue éste en un punto y aparte. Para ser sincero, no lo había visto antes. No tengo en claro que sea necesario, ni tampoco que sea incorrecto. De todos modos, tal vez sería más prolijo y conveniente por ser más claro para el lector, usar doble espacio cuando se separa el diálogo de la trama o la trama del diálogo y un simple espacio entre una línea y otra de un diálogo.

    Por las dudas que no lo conozcas, te señalo que hay algunos buenos tutoriales en Literautas sobre los diálogos, como este: https://www.literautas.com/es/blog/post-1936/dando-forma-a-los-dialogos/. Yo lo suelo consultar a la hora de revisar el texto, por las dudas que se me hubiera pasado alguna cuestión formal. Me es de gran ayuda.

    Finalmente me voy a referir a un aspecto de contenido. Si bien no suelo comentar mucho el contenido salvo para elogiarlo o para ofrecer alguna lectura o interpretación diferente, y porque creo que no es posible sugerir aspectos de mejora porque el contenido es un ámbito exclusivo del autor (que es quien imaginó y creó la historia, y la “mejora” podría implicar un cambio de historia), me parece que puedo efectuar un pequeño aporte. Ese pequeño aporte lo puedo efectuar a los fines de que vos analices que te parece, porque trata sobre un punto que hace a la coherencia de la historia.

    En el diálogo con lo estudiantes, el narrador relata: “En ese momento les había comentado su plan: internarse en la selva amazónica para robar la escultura y traerla para exhibirla en el museo donde también trabajaba”

    El punto sobre el que te invito a reflexionar es el siguiente: habría que ver si el profesor le dice eso a los alumnos o si en realidad, esta charla la tiene con otra gente, o bien, si el plan lo dice en un círculo reservado, de gente de su confianza. ¿Por qué digo esto? Porque les estaba confesando a los alumnos un posible delito (un robo de un objeto que hasta tal vez sea patrimonio de la humanidad) y, eventualmente, podría llegar a enterarse algún otro colega, competidor suyo que quisiera conseguir el mismo objetivo. Y así, podría fracasar. De todos modos, esta es una humilde opinión personal, que no es decisiva. Sólo es un punto para reflexionar y nada más que eso.

    Bueno, nuevamente te felicito por tu relato, y quiero decirte que si me he detenido en tantos aspectos es porque considero que el texto tiene gran calidad y obliga a hilar muy fino, para que, junto con los comentarios que han hecho otros compañeros e ideas que surjan de tu reflexión, puedas contar con elementos que puedan hacer brillar más todavía tu obra.

    Espero seguir leyendote.

    Saludos.

    Escrito el 27 junio 2015 a las 06:29

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