Sin respuestas. - por Almudena

El sobre estaba vacío. Llevaba un buen rato sentada en esa silla con el sobre en la mano. Al principio derramó alguna lágrima, pero ahora mismo su estado era de absoluto estupor.
Creía que ahí encontraría las respuestas a sus preguntas, pero ni si quiera ese descanso le había sido otorgado. Durante los próximos años siempre dedicaría buen parte del día a buscar respuestas en su cabeza a las preguntas que se había creado ella misma, y lo peor era, que ninguna respuesta que ella se diera lograría contentarla. Así que viviría derrochando un poco más de su energía en algo que no servía para nada. Supuso que ese era el castigo final.
Siempre su punto débil: el no poder controlar las cosas,le atormentaba, hasta tal punto que alguna vez temió por su cordura.
Y ahora él se había marchado y no había un por qué, ni un dónde, ni un con quién. Solo el silencio y un sobre vacío en el que ponía su nombre.
Siguió sentada en la silla, intentando encontrar respuestas mirando a la pared, sin lágrimas, guardándoselas para los próximos días, los próximos años… Cuando su cabeza decidiera volver esta historia y no pudiera controlar el torrente de posibilidades que tenían por respuesta todas esas preguntas.
El poder que tenía un sobre vacío.