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MOFY - por CARMELILLA

MOFY

Las gotas del rocío anunciaban que el nuevo día esperaba expectante su turno. El insistente repiqueteo que los picos de los verdis (pequeños pajarillos) marcaban en los troncos, se iba amortiguando según la luz del sol iba asomando, tímida, sobre las copas de los árboles. El discurso de los grillos calló en espera de que se volviera a apagar la luz. Los susurros, amortiguados por el manto de hojas muertas, de multitud de animalillos diminutos y nocturnos, cesaron. Todos los sonidos que ofrecía el silencio nocturno, se fueron disipando con el despertar del nuevo día.
Mofy, duende vigilante del bosque, debía finalizar su jornada laboral con el pregón de lo atisbado durante la noche para mantener la seguridad de todos los duendes del bosque durante el día. Pertenecía a una familia de duendes vigilantes, por lo tanto nocturnos y con una visión privilegiada, capaces de vislumbrar en la oscuridad y sin ningún tipo de dificultad a muchos kilómetros de distancia. Su trabajo, solitario, nocturno e importantísimo, era ver los peligros que acechaban en los límites del bosque y pregonarlos para que los duendes que despertaban cada mañana los tuvieran en cuenta y se mantuvieran a salvo. Durante generaciones, su familia se había dedicado a lo mismo y desde hacía 150 años era el turno de Mofy.
Vivía en una pequeña casa de madera sobre el árbol más alto. Desde hacía años, ningún otro duende del bosque había visto a Mofy. Cuando el sol abría del todo sus ojos, Mofy cerraba los suyos, no sin antes acabar su trabajo. Así pues, en ese nuevo amanecer, arrastró los pies hacia el viejo espejo, más viejo que el propio Mofy y comenzó el baile entre la pareja que formaban ambos para buscar los aún tímidos rayos del sol y estos, al encontrarse con el espejo, escupían sus reflejos en todas direcciones, reflejos que Mofy con su baile convertía en mensajes de advertencia que los duendes agradecidos, recibían creyéndose que Mofy era su guardián y el que los mantenía con vida: tres pasitos para delante, cuatro para atrás, cinco giros sobre sí mismo, varios círculos a la derecha, varios círculos a la izquierda y vuelta a empezar un ratito más. Ritual que se repetía todos los amaneceres desde hacía 150 años.
Y desde hacía 150 años, los reflejos del espejo anunciaban lo mismo:
“No salir del bosque; al norte gigantes de más de 3 metros de altura, con grandes bastones y locos por encontrar comida, merodean permanentemente; al este, sátiros de gran tamaño habitan en los montes persiguiendo ninfas, buscando duendes para hacerlos esclavos domésticos, están borrachos todo el día; al sur, en el mar de plata vive el gran Kraken camuflado en su forma de isla y alimentándose de todo el que se posa sobre él; al oeste, el subsuelo está poblado de drow, engendros que los elfos expulsaron de sus vidas por tratarse de criaturas malvadas y que buscan ansiosamente venganza entre los pobladores del bosque”
Y con estos mensajes, los duendes, desde hacía 150 años no salían del bosque, echando de menos ese otro mundo que, al parecer, había desaparecido y del que sus antepasados habían podido disfrutar.
Un día Mofy se descuidó en su trabajo, amaneció con rapidez y cuando quiso darse cuenta el sol estaba ya bien despierto, corrió hacia el espejo sin tener en cuenta que sus pies eran grandes y torpes, tropezó y calló de bruces sobre la hojarasca que se acumulaba alrededor del árbol dónde vivía. De camino a la hojarasca golpeó el espejo cambiándolo de lugar. Mofy perdió el conocimiento. El espejo recibió los rayos de sol que luego escupía con furia en una única dirección. Las hojas recibieron el calor continuo y concentrado que el espejo les mandaba y comenzaron a arder. Primero las hojas y luego con rapidez, el resto .Las llamas sobrepasaban las copas de los árboles. Los duendes corrieron despavoridos en todas direcciones, salieron del bosque por el norte, por el este, por el sur y por el oeste. Mofy , recuperado de la conmoción y amparado por su anonimato, corrió y salió por el este.
En el norte, fueron recibidos por el valle de la luz, en el este, por playas salvajes y cálidas, en el sur, por la ciudad élfica de Eguoven y en el oeste, por montes suaves repletos de acogedoras cuevas.
La impresión dejó a los duendes sin habla y a Mofy además sin vista, aún tuvo tiempo de gritar: “se acabó la broma”…

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12 comentarios

  1. 1. Elvi dice:

    Me gusta tu historia y la forma de narrarla. Con tu imaginación nos trasladas al mundo orínico de los duendes, he llegado a ver a Mofy y a respirar el aire de su verde e idílico bosque.
    Carmelilla, le ha hecho falta al texto reposo y repaso. Esto es el gran error de todos o casi todos.
    Los paréntesis sobran y alguna que otra coma.
    No me queda claro con quien frente al espejo baila Mofy y sus palabras finales no las entiendo. No me lo imagino como un ser sádico.
    Puedes hacerlo perfecto, recuerda el repaso.
    Buenas noches y días felices.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 19:36
  2. 2. CARMELILLA dice:

    Melvi, tienes toda la razón, me falta reposo y repaso y me sobra impaciencia e ilusión.
    Mofy baila con el espejo y con él mismo y sí, Mofy es mentiroso y si quieres sádico, le ha tocado ese papel, quizá en otro próximo le reinserte socialmente (es una broma)
    Muchas gracias Elvi por tu comentario y tienes toda las razón, reposo y repaso, reposo y repaso, lo intento la próxima.
    Buenas fiestas para ti también.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 19:44
  3. 3. Isolina R dice:

    Hola, Carmelilla:
    La idea está bastante bien. Pero le falta un poco de trabajo más. Creo que merece la pena que lo revises y le corrijas algunos fallitos.
    “Mofy” se repite once veces, si no he contado mal. Con dejarlo en cinco o seis bastaría.
    “Duende” o “duendes” también se repite, creo que unas diez. Con cinco sobraría.
    “Ciento cincuenta”, con letras, no con números.
    En: “tropezó y calló” debería ser “cayó” (de “caer” pues “calló” es de “callar”)
    En: “alrededor del árbol dónde” debería ser “donde”.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 00:30
  4. 4. Manoli VF dice:

    Aparte del tema de la forma que ya te han apuntado, Carmelilla yo voy añadir algo sobre el contenido:
    Al principio se me ha hecho muy lenta la escena con la descripción lenta de los elementos (silencio nocturno, repiqueteo de los grillos…) más tarde, en la parte central no queda muy claro el personaje de Mofy, sobre todo en lo que respecta a esa parte sádica, cierto que puede ser un personaje trampa, en plan mentiroso, pero de ser así a mí me han faltado pistas que lo corroboren.
    Finalmente, la forma en la que cierras el relato queda un poco en el aire, ese: “era broma” me ha sonado demasiado a travesura simple. Creo que si repasas estos conceptos y le das otra vuelta el relato mejorará considerablemente, porque la escena como cuento está muy bien.

    Un saludo y felices fiestas.

    Escrito el 20 diciembre 2015 a las 20:31
  5. 5. Wolfdux dice:

    Coincido con lo dicho, hay que darle un poco más de reposo al texto, lo que más me ha llamado la atención es la escritura de los números, que como bien han comentado hay que hacerlo con letras. Referente al final, no es que me parezca precipitado, sino que falta algo de información para detectar la verdadera personalidad de Mofy.

    Un saludo.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 13:38
  6. 6. Peter Walley dice:

    Hola Carmelilla,

    Me ha gustado como has ido llevando el relato justo hasta el final, que me ha parecido algo precipitado. Quizás tenías algo más largo en mente, de ser así yo acortaría un poco la parte inicial para que la final se pudiese desarrollar.

    En cuanto al contenido, tampoco me quedó claro por qué Mofy se quedó sin vista. Una idea (si lo decides modificar) podría ser que los demás duendes corriesen en las otras direcciones sin encontrar peligros y que Mofy se fuese justo en la única en la que había un peligro con el que no contaba.

    En cualquier caso tienes imaginación y me gusta tu forma de redactar, es un buen relato. Gracias por pasarte por el mío.

    Saludos y felices fiestas.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 15:18
  7. 7. CARMELILLA dice:

    Hola a tod@s, está claro que tengo que repasar y reposar, lo de los números ni me había dado cuenta, otra señal de mi precipitación.
    Peter, Mofy se quedó sin vista porque salió a la luz después de 150 años viviendo nocturnamente.
    Gracias por vuestras apreciaciones ya estoy deseando que llegue la siguiente escena para ver si lo hago mejor.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 16:21
  8. 8. Sandra Adrian dice:

    Hola Carmelilla, gracias por pasarte por mi relato e indicarme las cosillas que fallan. Muchos habéis coincidido con lo del final que no se entiende, pues bien, quise dar a entender que la reina siguió siendo egoísta y que fue el bosque quién la transformó en zorro por no saber ser buena reina, por aclararlo de algún modo. Así que tendré que seguir trabajando los recortes y también he de acostumbrarme a dejarlo reposar un poco más.

    Vamos con lo tuyo, me ha gustado el relato, duendes, como yo, supongo que nos visitó la misma musa ese día jeje. Ya te han indicado varias cosas que he visto, pero hay una repetición más que creo que se podría cambiar; en el segundo párrafo la palabra nocturno está dos veces en dos líneas muy juntas. Esto a mejorar, pero por lo demás muy bien, el bailecito de Mofy está muy gracioso, me ha hecho sonreír.

    Ah, también coincido con Peter en que me esperaba que a Mofy le pasase algo malo, pero bueno, esto ya son cosas de cada uno. A mí me gusta mucho hacerles cosas malas a los malos.

    Seguiremos por aquí para hacerlo cada vez mejor, esta es mi segunda participación y estoy contenta de poder contar con gente como tú. Gracias, nos leemos!

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 17:42
  9. 9. beba dice:

    Hola, Carmelilla.
    Mil gracias por tu visita y tus conceptos; no había llegado aún a tu historia porque somos una montaña de gente.
    Me imagino que le robas tiempo al tiempo para escribir, si tienes hijos chicos, o adolescentes. (Digo, por lo de las notas). No debe ser fácil poner en remojo al cuento. Ahora, ya no es mi caso.
    No tengo mucho más para decirte que lo que te han señalado; a mí me ha sonado como cuento oral. Los detalles que ya te marcaron hacen a la transformación de lo oral en escrito literario. Por ejemplo, usa pronombres en vez de repetir nombres; cambia el orden de sujetos y predicados, para que no todas las oraciones tengan la misma estructura; usa sujetos tácitos; y sobre todo relee todo lo que puedas, para reacomodar e impactar mejor.
    Ojalá te haya sido útil. Un abrazo y mis mejores augurios.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 19:50
  10. 10. Clau Cruz dice:

    Hola, Carmelilla.

    A pesar de las anotaciones que acertadamente te han hecho, la historia en sí, me ha gustado. Me parece que a Mofy no le quedaba nada más al saberse descubierto, que hacerse el gracioso pretendiendo que todo había sido resultado de una broma.

    Gracias por tus comentarios a mi relato, espero ir mejorando gracias a todos ustedes.

    Feliz año.
    Bendiciones.

    Escrito el 28 diciembre 2015 a las 20:07
  11. 11. Leonardo Ossa dice:

    Carmelilla ¿cómo has estado? Te cuento que me gusto la descripción que haces al comienzo, pero es necesario hacer algunos ajustes que ya te han indicado los compañeros, en las acotaciones anteriores.
    Espero volver a leerte.
    Espero que tengas un año 2016 con muchos éxitos en todos tus propósitos.
    un abrazo.

    Escrito el 31 diciembre 2015 a las 02:34
  12. 12. Vespasiano dice:

    Hola Carmelilla:
    Primeramente gracias por pasarte por mi relato y comentar.
    Después de unos días de vacaciones paso a leer tu relato que me ha parecido muy imaginativo y descriptivo.
    “…corrió hacia el espejo sin tener en cuenta que sus pies eran grandes y torpes, tropezó y calló de bruces sobre la hojarasca que se acumulaba alrededor del árbol dónde vivía. De camino a la hojarasca golpeó el espejo cambiándolo de lugar”.
    Llegado a este punto me confundo. Si tropezó y cayó (bien corregido por Isolina) en la hojarasca, como dices después: “De camino a la hojarasca…” Si ya estaba en ella.
    Como en mi relato también en el tuyo el espejo es el causante del fuego que acaba en este caso con la mentira de Mofy y de sus antepasados que han tenido prácticamente secuestrados a todos los duendes del bosque durante tantísimos años.
    Bello cuento.
    Feliz Año Nuevo.

    Escrito el 6 enero 2016 a las 17:23

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