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Margarita y Los Animales - por José Antonio Borrás Delgado

Margarita salió de su casa, con total tranquilidad, llena de felicidad, el día que se presentaba por delante brillaba con un resplandor especial igual que ella. Se había arreglado y acicalado, lo mejor que sabía. Se pintó los ojos, y los labios, se dio colorete y se peinó con dos trenzas largas, su pelo rubio largo hasta la cintura.
Había elegido su vestido blanco con flores bordadas en azul, como aquel cielo luminoso. Que tanto le gustaba a ella. Desayuno y se dispuso a salir con su amiga, la visita de aquel día era muy importante.
Su madre no estaba contenta, Margarita no tenía claro el concepto de arreglarse, mucho menos el de pintarse adecuadamente. Cuando se miraba en el espejo, siempre le reflejaba a una joven hermosa y bellísima. Ella no sabía que vivía en medio del bosque, sola con su madre y su perra Niñamosa.
Cuando su madre le pedía que se limpiara la cara y volviese a pintarse, pero un poco menos y lo hiciera mejor, guardando los contornos. Ella se sentaba paciente frente su espejo, sin llegar a comprender lo que su madre le pedía. No tenía nada que limpiar, nada que arreglar, sus trenzas, eran preciosas. Sus ojos eran hermosos y su mirada suave y dulce como la miel. ¿Porque debía quitarse la pintura? Si era tan bonita. Niñamosa la miraba sentada a su lado y al verla tan feliz ella también se alegraba. Se subía sobre sus piernas, dándole lametones en la cara, llevándose en cada uno de ellos, algo del maquillaje, siempre excesivo. Si su perra y su espejo le decían que era muy linda. ¿Qué le pasaba a su madre? ¿Tendría celos de su belleza?
Volvía a salir de su cuarto para presentarse ante su madre, tenía que pasar otra vez por su vigilancia. ¿Qué le esperaría ahora? ¿Autorizaría su paseo por el bosque? Ya estaba cansada, quería salir a jugar, sus amigos la esperaban, estarían impacientes y Niñamosa, ya no podía aguantarse las ganas de salir corriendo.
Su madre la miraba como solo una madre sabe mirar, con ojos de amor, con el cariño que toda madre siente por sus hijos. Ella sabía que su hija era muy especial, su forma de ser no la hacía inferior, solo distinta. Era feliz saliendo al bosque, a jugar con sus amigos imaginarios, con los animales que ella decía que eran sus compañeros de juegos, con los que hablaba y los que le contaban historias increíbles. Con los que se sentía feliz o a veces discutía, llegando a casa enfadada, porque el conejo Cristino, aquel día no se había querido juntar con ella.
¿Qué pasaría con su hijita cuando ella no estuviera, ella era una mujer mayor. No tenía dinero para llevarla a un centro donde la pudieran cuidar. No tenían familia que se hiciera cargo de una mujer de cuarenta años, pero que seguía siendo una niña. Aquella preocupación la estaba matando ¿Que haría, que sería de ella?
Margarita se fue al bosque, junto a su fiel amiga, las dos corrían sin control, como dos niñas pequeñas, llenas de vida y alegría. Allí a lo lejos estaban esperando todos sus amigos, la esperaban a ella. Se habían reunido en asamblea, todos los animales del bosque habían decidido que se harían cargo de ella, cuando llegase aquel desgraciado momento, la ausencia de su madre. Pero les quedaba un problema que solucionar, querían que su mamá, se fuera tranquila, sabiendo que se quedaba en buenas manos. ¿Pero cómo se lo podían comunicar? A ella no la creía, por muchas veces que se lo había dicho. Y Niñamosa, no era capaz de decirle nada, solo de emitir aquellos ruidosos ladridos.
Uno de ellos debía tomar forma humana para transmitirle el mensaje, ¿Cómo hacerlo? No les quedaba más remedio que acudir a él. El viejo y malhumorado, el gran mago Filtruck.
Nadie se quería acercar a su territorio, si alguno se aventuraba por allí, terminaba en la cazuela del viejo. Pero era necesario hacerlo, aunque algunos cayeran en la operación. Aquella empresa era lo más importante para ellos. Margarita lo merecía. Cristino se ofreció voluntario, Niñamosa lo acompañaría, con ella a su lado no correría peligro. Margarita estaría a salvo.

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5 comentarios

  1. 1. barojo dice:

    ¡Hola José Antonio! Espero que te sea de utilidad mi comentario.
    Me gusta la historia que cuentas, algo que te hace pensar y plantearte cosas, aunque creo que se podrían variar algunas cosas que mejorarían el relato.
    En primer lugar, veo algunos usos de los signos de puntuación que no me convencen:
    – Pondría punto después de “llena de felicidad” en lugar de coma y quitaría alguna coma, aunque el uso de los signos de puntuación es muy personal.
    – Hay un “desayunó” sin tilde y una interrogación no cerrada.
    – Quitaría “pero” de “… una mujer de cuarenta años, pero que seguía siendo una niña”. De nuevo, esto es muy subjetivo y no queda mal en absoluto, aunque tal vez repites mucho “pero” a lo largo del texto.
    – La frase que hace referencia a que vivían solas en el bosque la veo desubicada. Creo que podrías esperar un poco más a revelar ese dato.
    Creo que resuelves muy pronto lo importante del texto. En mi opinión quedaría mejor narrar la salida de la niña con los animales y no revelar hasta el final que es especial. Así el lector vería algo raro en la amistad de la niña con los animales y estaría intrigado hasta que lo descubriera al final.
    Finalmente, no entiendo muy bien la última frase. Margarita estaría a salvo. ¿Por qué?
    ¡Espero haberte ayudado! Saludos

    Escrito el 17 diciembre 2015 a las 18:03
  2. 2. Jose Antonio dice:

    Hola Barojo, sin duda tienes toda la razón. Muy acertadas todas tus observaciones. Un saludo.

    Escrito el 17 diciembre 2015 a las 18:22
  3. 3. A.R.Payán dice:

    Hola
    El relato está bien planteado, el mensaje se entiende.
    Decir que me sumo a todo lo dicho por barojo. Tambíen he visto estas cosillas:

    ‘como aquel cielo luminoso. Que tanto le gustaba a ella…’ Yo cambiaría el punto por una coma, porque es una continuación de la otra oración.
    Aquí pasa lo mismo ‘Cuando su madre le pedía que se limpiara la cara y volviese a pintarse, pero un poco menos y lo hiciera mejor, guardando los contornos. Ella se sentaba paciente frente su espejo,… cambiaría el punto por coma, para terminar la frase, de la otra manera se queda a medias.
    En esta oración ‘todos los animales del bosque habían decidido que se harían cargo de ella, cuando llegase aquel desgraciado momento, la ausencia de su madre…’ creo que poddría quedar mejor se harían cargo de ella cuando llegase aquel desgraciado momento,…
    Veo que dejas las oraciones a medias, describes o explicas algo, pero antes de terminar la explicación pones un punto y seguido.
    Un saludo, espero servirte de ayuda.

    Escrito el 17 diciembre 2015 a las 22:35
  4. 4. Rinconillo y Cortadete dice:

    Es una historia entrañable porque expresa, en forma de cuento infantil, los miedos muy justificados que tienen los padres de los que depende un hijo con discapacidad. También nos presenta los normales problemas de relación paterno-filial, pero en este caso entre una madre y una hija especial. Está resuelto de forma fantástica por esos animales que yo entiendo que son amigos imaginarios, o eso dice la madre. Porque si fueran reales y pasea por un bosque con una mentalidad de niña, a pesar de su edad, afronta muchos peligros y no se comprende que la madre, tan pendiente de ella, se lo hubiera permitido.
    Por tanto, no tengo muy claro que esta historia sea consistente en todos sus aspectos, y también creo que debería cuidarse más la puntuación y redacción de las frases. Es una idea interesante y toca un tema muy sensible. Se podría mejorar y te animo a que lo hagas dejando patente la idea, mediante esa imagen de los animales protectores, de que la sociedad debe ocuparse de estas personas especiales.

    Escrito el 20 diciembre 2015 a las 12:49
  5. 5. Leonardo Ossa dice:

    Hola José Antonio ¿cómo has estado? creo que es la primera vez que te leo. La historia me ha parecido una especie de variante del cuento de “Caperucita roja”, pero quedan varios interrogantes sin responder, por ejemplo ¿por qué es importante el maquillaje para el personaje? ¿Qué tan confiable es Filtruk? ¿Por qué finalmente Margarita estaría a salvo?
    En la primera línea de tu texto hay dos palabras que terminan en “idad” y entonces al leerlo, se crea una sonoridad un poco molesta. Podrías decir: “Margarita salio tranquila de su casa, llena de felicidad”
    José Antonio, espero volverte a leer más adelante.
    Que tengas felices fiestas de fin de año.
    Saludos.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 04:46

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