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El Portal - por Osvaldo Mario Vela Sáenz

El Portal
Un hombre solo necesita un vistazo de frente al espejo para darse cuenta que la figura plasmada ahí, confiesa algo en lo que nunca recapacitó a profundidad; el tiempo no perdona. Arrugas surcaban su rostro. La mirada cansada de su propia imagen le decía que los mejores años de su vida se agotaban sin remedio. La voz de Eliza a sus espaldas le hizo desviar la vista a la parte alta del espejo. Ahí en la pared de atrás se veía colgar un cuadro del rancho que fuera del abuelo.
–¿Qué tanto te ves Rolando?
Se dio la vuelta para contestar. Sabía que su compañera no aprobaba sus ratos de aparente ausencia ante al espejo sin saber que lo que en realidad ocupaba su atención era la enmarcada fotografía a sus espaldas.
–Eliza no tengo mucho que admirar de mi persona, más bien, concentraba mi atención en el cuadro del bosque
–Pues, si lo quieres ver a placer, voltea y míralo directo.
—Ya lo intenté, pero al hacerlo mi mente permanece en blanco.
–Eso, es cada día más notorio, me preocupas.
–No me entiendes. Lo que trato de decir es que cuando veo la escena del lago y la casa a través del reflejo, mi conciencia se llena de recuerdos del bosque que bordea el acuífero. El espejo es un portal abierto a un lugar de tiempos tiernos donde dejé muchos amigos.
–¿Amigos en un bosque? Ahora que le cuente esto al Doctor Valle creo que te va a aumentar la dosis del medicamento para tus alucinaciones.
La sutil amenaza de su compañera no le importaba; ahí en el bosque había tenido unos amigos muy especiales entre ellos Ruperto el ciervo, cuyas enormes astas le daban el dominio del entorno. También, Don Bombón el conejo y su compañera la Bombona. No faltaba la realeza con la zorra y su elegante vestir; él la llamaba Cleopatra y a su fiel compañero Marco Antonio. Luego dos traviesas ardillas quienes llevaban los nombres de Chip y Dale. Dos pájaros totalmente negros que piaban como dementes; las “Urracas Parlanchinas” además de cientos de pajarillos que con sus trinos llenaban el bosque de música: todos ellos, eran seres diferentes pero no le asustaban; ni él a ellos.
–En nada me beneficia lo que le puedas decir al Doctor ni a ti tampoco; así es que mejor guárdatelo.
–Lo que sí pienso hacer mañana es mandar quitar el espejo y el cuadro para substituirlos con nuestro cuadro de bodas y la fotografía grande de nuestros hijos.
–Esa sí me parece una gran idea, prométeme que lo harás. Así la gente que nos visite sabrá que de verdad hemos sido muy felices. Por lo pronto, vayamos a cenar.
Al terminar la cena se dirigió de nuevo al vestíbulo, esa noche sería la última para poder visitar el lugar favorito de sus recuerdos. Arrimó un sillón reclinable el cual nunca había usado. Mueble que parecía estar destinado para la despedida de esa noche. Lo situó justo frente al espejo y se reclinó con fuerza hasta quedar cómodo en él.
Fijó su vista en el espejo y como por arte de magia se vio transportado a la arboleda. Conocía de ese lugar todas sus veredas y vericuetos. De pronto, algo raro e insólito llamó su atención, en aquel vergel el silencio era total. Extrañado, caminó y caminó por atajos que le eran familiares hasta que el cansancio lo venció. El fuerte tronco de un frondoso sauz de hojas tristes, que parecían cobijarlo, le sirvió de respaldo; se quedó dormido.
Cual suave repiquetear de un despertador, la música de la naturaleza sacudió su sueño. Al abrir los ojos se vio rodeado de todos sus amigos, Ahí estaba Ruperto, Cleopatra, Marco Antonio, Bombón y Bombona, las ardillas, las urracas y cantidad incalculable de pajarillos que hacían de su trinar una sinfonía. Saludo a todos a un tiempo con un ¿Cómo han estado? La respuesta de sus amigos todos al unísono. “Muy Bien” lo llenó de una alegría nunca antes experimentada; podía escucharlos claramente. La plática entre ellos se volvió eterna, tenían tantas cosas que contarse.
Mientras tanto Rolando en su casa, en aquel sofá de descanso; con una sonrisa dibujada en sus labios, no escuchaba ni el llanto ni los lamentos a su alrededor.

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19 comentarios

  1. 1. Roger7NHICAP dice:

    Hola Osvaldo,
    Qué onda compañero, un placer leerte. Me gusta la ternura que envuelve el cuento y, también, recordar palabras y frases que aprendí en los tres años que pasé en tu lindo país: “¿Qué tanto te ves Rolando?”
    Has creado una historia entrañable sobre la nostalgia de aquellos tiempos felices de nuestra infancia. Me parece una encantadora parábola plena de amor donde se agradece la sencillez y naturalidad del texto que suena a poesía romántica.
    Buen trabajo Osvaldo, felices fiestas y te mando un abrazo.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 11:44
  2. 2. R. R. Gómez dice:

    Pensaba que me matarias deL aburrimiento con una larga descripción de un hombre mirandose al espejo. Pero no, me he equivocado. Me atrapó al instante y le cogí mucha empatía al señor (BUENO ES QUE YO TAMBIEN ME LLAMO ROLANDO Y ME IMAGINE VIEJO Y TODO. ME IMAGINÉ EN TODO EL RELATO) y más me sorprendí cuando en verdad no era yo el que me miraba al espejo, sino miraba un cuadro que estaba detrás. (DEMASIADA EMOCIÓN)

    Y estabá loco. O eso creian. ja ja ja…

    Me metí de lleno al relato. Te felicito. Es hermoso y hablas directo al asunto. Lo que debe de saber el lector.

    Espero que leas el mio. Es el 139 y deja tu comentario.

    Saludos

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 20:42
  3. 3. Luis Ponce dice:

    Hola Oswaldo:
    Primero agradecer ru generosidad en mi relato. Me has abrumado.
    Del tuyo sólo,puedo decir que el manejar el desgaste de la mente humano es muy difícil sobre todo cuando se debe al deterioramiento por la avanzada edad. La teoría del regreso a la infancia no está lejos de la realidad, pero encontrar en ella el camino de salida me parece no solamente romántico sino ideal. Claro que necesitas a tu alrededor alguien que pueda soportarte y quererte como lo hicieron tus padres cuando eras niños.
    Me ha gustado el enfoque sereno y natural, para dar por finalizada una vida.
    Como siempre es fácil y agradable leerte.
    Te felicito y deseo las mejores escrituras para el año que comienza, que sea lleno de satisfacciones escritas.

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 18:57
  4. 4. Verso suelto dice:

    Me parece muy bello, lo admiro porque a mi me resultaria imposible escribir algo asi, en un lenguaje tan próximo a la poesia.Enhorabuena. Si puedes pásate por el mio, 137

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 19:33
  5. 5. Leonardo Ossa dice:

    Hola Osvaldo, me estaba demorando un poco en venir a leerte por mis ocupaciones, pero encuentro como siempre en tus relatos una magnifica historia, ¡qué bonita!
    La atmósfera que vas pintando con ese vocabulario sencillo nos va narrando una historia para la que no se espera ese final. El texto nos transmite algo de esa paz en la que muere el personaje, y en lugar de sentir pena por “los llantos o lamentos a su alrededor” lo que se siente es alegría por la placidez del protagonista.
    Osvaldo sabes transmitir muy bien esa conexión entre el ser humano y el ambiente natural que todos buscamos de una manera u otra.
    Pos estos días pre-navideños donde las congestiones vehiculares son cotidianas, los centros comerciales están atestados y la gente va de afán de un lado para otro, resulta como un oasis leer tu historia “El Portal”, pues por ese portal nos trasladamos mentalmente hacia nuestro propio “lugar de tiempos tiernos”.
    ¡Felicitaciones Osvaldo!
    Un abrazo

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 20:50
  6. 6. Mª Luisa Pérez dice:

    Es un relato entrañable y muy poético, pero tendrás que perdonarme si te digo que me cuesta leerlo y es la forma que utilizáis en tu país para construir las oraciones (aunque no sé exactamente cual es). Aquí en España suenan un poco raras.
    Pero enhorabuena por lo que transmites.

    Escrito el 20 diciembre 2015 a las 18:55
  7. 7. beba dice:

    Hola, Osvaldo: me encantó tu cuento lleno de poesía y ensueño. Creo que lo mejor para el final de la vida es estar sano,(tornillo suelto más o menos), y en paz; y mucho de esta bendición se va fabricando a lo largo de la vida.
    No tengo nada especial que señalarte para mejorar; así que sólo van mis parabienes, y los mejores augurios para estas Fiestas.

    Escrito el 24 diciembre 2015 a las 00:55
  8. 8. Vardolac37 dice:

    Gracias Oswaldo por tu comentario sobre mi relato. La verdad que el tuyo es una pasada, por un momento me sentí cuando era pequeño, recordando un poco mi infancia. Como dice un dicho:“recordar es vivir”

    Lo cierto es que también me ha gustado tu relato,y te felicito porque no es fácil a veces lograr esa conexión entre el protagonista y el lector, en tu caso sí.

    Me ha gustado el final porque deja abierta a la imaginación, creo que eso fue lo que intenté hacer en mi relato.

    Escrito el 24 diciembre 2015 a las 01:44
  9. Un hermoso relato, muy lleno de tristeza, sentimiento y en cierto grado positivismo.
    Mientras leía, podía ver claramente cada escena, incluyendo a los amigos de Rolando. El final no me lo esperaba. Considero que es perfecto. Me gustó mucho. No, debo decir que me encantó mucho.
    Excelente relato.
    Como siempre, un placer leer tus relatos.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 24 diciembre 2015 a las 17:51
  10. 10. Jose Luis dice:

    Hola Osvaldo

    Gracias por pasarte por mi relato y por tu comentario. Lo justo es que ahora yo lea el tuyo y escriba mi opinión. Aquí va.

    Tu cuento está preñado de nostalgia. Es como si el protagonista, en realidad, nunca hubiera madurado y su alma nunca hubiera envejecido. Es un poco una fábula sobre una persona que no quiere crecer y que prefiere evitar la realidad, sumergiéndose en su propio mundo de fantasía. Lo narras bien, con una atmósfera que atrapa, aunque el final es inesperado.

    Un saludo

    Escrito el 24 diciembre 2015 a las 18:37
  11. 11. Peter Walley dice:

    Hola Osvaldo,

    Buen relato, me fue gustando cada vez más según avanzaba hasta llegar al final que creo es inmejorable. Enhorabuena.

    Gracias por pasarte por mi relato, y felices fiestas.

    Escrito el 26 diciembre 2015 a las 09:04
  12. 12. Wolfdux dice:

    Un relato que se puede interpretar de diferentes formas, pero todas ellas excelentes. Un estilo directo que nos mete de lleno en la historia. Felicidades Osvaldo. Un abrazo.

    Escrito el 26 diciembre 2015 a las 12:15
  13. 13. KMarce dice:

    Saludos Osvaldo:
    Muchas gracias por leer mi relato y tus comentarios siempre son bienvenidos.

    Me siento un poco fuera de lugar, porque nadie te ha dicho nada que corregir; sabes que respeto mucho tu trabajo y lo admiro mucho; sin embargo me cuesta celebrarlo sin decirte lo que he encontrado. Así que me da hasta vergüenza ser la primera.

    Creo que la palabra “acuifero” no es un término muy usado, considero que el uso simple de la palabra “aguas” quedaría más natural.
    Has colocado algunas comas en los diálogos, que a mi parecer deberían obviarse, después de: pués, esa, sin ellos queda más fluído.
    El personaje de Eliza no me gusta, no parece comprender a su esposo, me recordó a la esposa de Lot. Sin embargo el personaje de Rolando, es enternecedor y me ha gustado su manera sencilla y pacífica de ser.
    Creo que lo que más me gusta de tu relato es la introspección del personaje a sus recuerdos alegres; pese a llevar una vida feliz (su familia), tiene esa nostalgia por aquellos tiempos de inocencia. Así que la narrativa de esas emociones que él siente, me causaron más impresión que los diálogos. Me hubiera gustado que usaras solo narrativa; creo que su fuerza sería mayor.

    Que me ha gustado mucho, el contenido de tu historia, es algo que nos ha pasado a todos, ese recuerdo de un tiempo X en la vida, ese lugar especial en la memoria, los amigos reales o imaginarios en la infancia, y todo aquello que causa profunda paz y alegría. Tal como dijera Leonardo O, no sentimos pena de Rolando, porque es cómo si su vida no acaba ahí. Ha regresado al lugar en donde se es siempre niño. Es como dijera Gandalf: “Con esa visión, morir no es tan trágico”.
    Y esa esperanza que queda al final, ha dejado alegría.
    Te felicito por escoger esta historia. ¡Nos leemos!

    Escrito el 26 diciembre 2015 a las 22:37
  14. 14. marazul dice:

    Hola Osvaldo
    Cuando leí el título “El Portal” pensé que nos ibas a contar un cuento de Navidad; nada que ver con el portal de Belén, es verdad, pero si con una enseñanza de serenidad ante lo inevitable.
    El sentido que has dado a tu historia es muy humano. Y la relación que mantiene Rolando con el espejo muy filosófica. Eliza pone el punto realista y rompe el ambiente poético en general que logras. Sin embargo creo que es un personaje necesario para realzar más el momento.
    El punto simpático lo ponen esos personajillos (don bombón y la bombona;las ardillas y las “urracas parlanchinas”….)
    Muy agradable de leer como nos tienes acostumbrados, Osvaldo.
    Ah….!espera que en cuanto a la forma y, como bien dice KMarce, algún pequeño fallo he visto: “…..recapacitó a profundidad”. Creo que mejor sería decir: “recapacitó en profundidad”
    Un abrazo y mis mejores deseos para el próximo año 2016
    Marazul

    Escrito el 28 diciembre 2015 a las 22:14
  15. 15. José Torma dice:

    Compadre Osvaldo, ya habia tenido el placer de leerte previo al recopilatorio y te reitero mi gusto por tus letras. Un abrazo y que este 2016 las musas nos sean benevolas y nos permitan seguir contando historias.

    Un abrazo y felicies fiestas.

    Escrito el 29 diciembre 2015 a las 00:41
  16. 16. Vespasiano dice:

    Hola Osvaldo:
    Primeramente agradecer tus amables impresiones a mi relato y los cariñosos deseos de felicidad que nos has enviado. Hecho este que retribuyo plenamente.
    Con relación a tu historia me ha parecido entrañable.
    Para mí que ya soy mayorcito me vienen a la memoria visiones de aquellos años de mi infancia y juventud, las cuales estoy reuniendo en pequeñas historias que he titulado “Los recuerdos del abuelo” y que algunas ya he colgado en mi blog.
    Cuando llegué al punto donde dices: “ Arrimó un sillón reclinable el cual nunca había usado”. Pensé «Bueno, ahora Rolando se caerá del sillón y se romperá la cabeza». Pero no, has terminado la historia de manera mucho más dulce y poética, como debería ser la muerte de una persona bondadosa.
    Enhorabuena.
    Feliz Año Nuevo.

    Escrito el 3 enero 2016 a las 18:20
  17. 17. Marcelo Kisi dice:

    Hola Osvaldo!!
    Primero agradecerte tus generosas palabras para mi relato de este mes, me alegro que lo hayas disfrutado!
    El tuyo me pareció sencillamente dulce, el personaje de Rolando me emocionó porque me hizo acordar de mi padre ya fallecido: tierno, dado, apacible, sabio y dócil en su vejez. Pensé cómo era posible que tan fácilmente accediera Rolando a quitar ese espejo, si era lo que más atesoraba, lo que tanto le brindaba en sus últimos días. Pero así son algunos seres especiales, de una bondad infinita, a los que nada parece hacer enojar, porque saben que lo importante son otras cosas.
    En fin, me hiciste emocionar y te lo agradezco.
    Te deseo un estupendo y literario 2016!!

    Escrito el 9 enero 2016 a las 21:29
  18. 18. Pato Menudencio dice:

    Un relato escrito con mucha simpatía. En el mejor sentido de la palabra.

    Saludos.

    Escrito el 18 enero 2016 a las 19:50
  19. 19. L.M.Mateo dice:

    Hola Osvaldo:

    En primer lugar, perdona la tardanza.

    Tratar temas como las enfermedades mentales tal y como lo has hecho tú, demuestra una gran maestría. Esa ternura serena que respira el relato, es fantástica.

    En el aspecto formal, ya te han comentado casi todo los compañeros, pero voy a añadir una cosita:

    Recuerda que los incisos de los diálogos van marcados por rayas y no por guiones (más cortos).

    Hoy he aprendido contigo que a los “sauces” se les llama “sauz” también, así que gracias por ampliar mi vocabulario.

    Un abrazo.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 23:55

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