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La verdad del Rey - por Carlos Cortés

—Tuoni, necesito pedirte algo.

Esto extrañó a Tuoni, la hembra de topo. Hacía mucho tiempo que servía al ciervo Tapio, Rey del Bosque, y nunca le había dirigido la palabra de esa forma.

—Sí, majestad. —contestó ella—. ¿De qué se trata?

—Estoy cansado, Tuoni. Llevo tiempo metido en esta guerra y me siento mayor para sobrellevarla. Quiero a alguien capaz de decirle la verdad a un rey.

Tuoni sabía que el ansia de expansión del Rey Tapio era grande, por eso llevaba años enzarzado en la guerra con el Reino de los Lobos. Nadie en el bosque le llevaba la contraria, pero las bajas empezaban a ser numerosas.

—¿Y si hacemos venir a Jumala, el águila? Siempre ha tenido buena vista para estas cosas. Para cualquier cosa, en realidad.

—Majestad —dijo Tuoni, mirando la lista de miembros de la Corte—. Me temo que Jumala se ha quedado ciego. Un cuervo del ejército de los lobos hizo de las suyas.

—Vaya, no sabía nada. ¿Dijo algo tras eso?

—Sólo que sobrevolaba la zona del lago en el momento del ataque, y que lo último que vio fue a Pekko portando algo.

—¿Pekko? ¿Esa liebre mentirosa? —dijo el rey ciervo—. ¿Quién le ha dado permiso para entrar en esas tierras?

—Nadie. Ahti ha visto cómo merodeaba el lago los últimos días.

—No me acordaba de Ahti. Trae a mi presencia a esa rana. Siempre está croando de aquí para allá; seguro que me puede decir la opinión que los vasallos guardan hacia mí.

—Imposible, Rey Tapio. Se ahogó ayer en el lago.

—¿Que se ahogó? ¿Una rana?

—Sí. Un lobo enemigo resbaló a su lado, cayó encima suya, y se acabaron hundiendo hasta el fondo del lago. Y allí siguen.

—¿Es que me queda algún vasallo vivo y con buena salud? —Argumentó el rey, ya enfadado—.

—Pues precisamente…

—¡No, Pekko no! ¡No voy a aguantarlo!

—Majestad, —Tuoni no perdía la paciencia; estaba acostumbrada a lidiar con el rey—. creo que puede ser interesante hacerle una visita. Lo que quería decirle es que Ahti la rana, vio como Pekko desenterraba cerca del lago una reliquia humana. Ha intentado venderla en el bosque, argumentando que tiene el poder de decir siempre la verdad.

—¡Pero cómo no me lo has dicho antes! ¿Entonces crees que es cierto lo de esta reliquia humana?

—Si fuera cosa sólo de la liebre, lo dudaría. Pero todo el mundo coincide. Vale la pena investigar.

La madriguera de la liebre no estaba cerca, así que partieron rápidamente. Tapio sabía que los humanos habían desarrollado mágicos objetos, capaces de crear fuego de la nada. Ese conocimiento antiguo se lo había transmitido su padre, y su abuelo a su padre antes que él. Uno que mostrara siempre la verdad no resultaba una idea descabellada, y lo necesitaba. La ironía de todo era que se hallaba en poder del ser menos sincero del reino.

Llegaron a la madriguera él y su sirviente, Tuoni.

—Hoy es tu día de suerte, Pekko. —Dijo el rey, de muy buen humor—. Vas a servir a tu rey. Así que dame la reliquia y te desearé una larga vida.

—No va a ser tan fácil, majestad.

—¿Vas a convertir este bello gesto de altruismo en un banal intercambio de favores? ¿Así eres?

—No es eso, majestad. Este espejo ha pertenecido a mi padre, y le guardo cariño. Puedo dejárselo, pero no desprenderme de él.

—¿’Espejo’ se llama la reliquia? ¿Debería creerte?

—No me crea a mí, crea al espejo. Siempre dice la verdad. —Dijo Pekko, la liebre, sacando la reliquia—.

El rey cogió el espejo con cierto nerviosismo. Al acercarlo a su rostro, observó su reflejo. Se quedó mirándolo.

—¡Maldito, has engañado al rey! —Tuoni echaba chispas—. ¡No es la verdad, es sólo su reflejo!

—No, Tuoni. —Respondió el rey tranquilamente—. Es lo que buscaba. Muchas gracias, Pekko. Te recompensaré.

Tuoni no creía lo que veía. Pensaba que la liebre sabría más. Pero el rey estaba satisfecho, y volvieron a palacio. Allí, el Rey Tapio habló con Tuoni.

—Quiero que mis ejércitos enarbolen una bandera blanca en todos los frentes. Es hora de acabar con esta guerra absurda.

—Majestad, ¿me he perdido algo? Ese espejo sólo tenía su reflejo. ¿Cómo le ha hecho cambiar de opinión?

—Eso es lo malo, Tuoni. —Dijo el rey, más triste que nunca—. Que un reflejo siempre muestra la verdad.

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7 comentarios

  1. 1. Jose Antonio dice:

    El relato me ha gustado, no he previsto el final en ningún momento, lo que me ha sorprendido. Felicidades.

    Escrito el 17 diciembre 2015 a las 18:34
  2. 2. A.R.Payán dice:

    Buenn relato..me ha sorprendido la originalidad del texto. Los diálogos los encuentro bien planteados y se entiende bien.
    La verdad que poco más puedo decir.

    Escrito el 17 diciembre 2015 a las 22:43
  3. 3. barojo dice:

    Coincido con los compañeros en que es un buen relato. Ayer, en una lectura rápida, me pareció muy confuso con tantos nombres tan raros. Quizás alguno (rana, águila,…) se podría suprimir. En la segunda y tercera lectura me ha gustado mucho, me parece muy bien escrito. La historia es muy original y me gusta que el elemento de que la liebre mentirosa sea portadora de un objeto que muestra la verdad.
    Me quedo con la intriga de saber qué verdad ve Tapio en el espejo, tal vez, que es demasiado viejo.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 12:06
  4. 4. Carlos Cortés dice:

    ¡Muchas gracias a todos por los comentarios! La verdad es que tenía una historia en la cabeza más larga que las 750 que se permiten, me hubiera gustado hacerla más larga y poder explicar más cosas.

    ¡José Antonio, me alegro mucho que así sea!

    A.R. Payán, muchas gracias por tu apreciación. He intentado que fuera lo más fluido posible.

    barojo, gracias por haberlo leído más de una vez. Lo de los nombres tiene una explicación; son nombres de dioses de la mitología finesa: Tapio (rey) es dios del bosque, Jumala (águila) el dios del cielo, Ahti (rana) dios de las profundidades… Así que los use así. Lo del final he intentado que la verdad que viera fuera precisamente que no se gustaba lo que veía; que era un ser egoísta y que sus súbditos estaban muriendo por su culpa, por provocar una guerra.

    ¡Gracias a todos!

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 22:13
  5. 5. Caciba dice:

    Muy original, es cierto. No se parece a ninguno de los que he leído hasta ahora. Y me parece muy difícil hacer diálogos, yo no me atrevo aún.
    Enhorabuena. Fue muy agradable leer tu relato.
    Un saludo

    Escrito el 20 diciembre 2015 a las 20:45
  6. 6. Leonardo Ossa dice:

    Hola Carlos, un texto que se ciñe con claridad al concepto de fábula y además con tintes mitológicos. Me ha parecido muy bien ambientado, con buen manejo del vocabulario.
    ¡Felicitaciones!
    Que tengas un feliz fin de año.
    Saludos.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 04:59
  7. 7. beba dice:

    Hola, Carlos:
    me gustó mucho tu fábula.
    ¿Cuál es la verdad del espejo? ¡Que el Rey está vencido por la edad y la soledad? ¿Que la paz es el mejor de los objetivos?
    Está muy bien lograda, con buena técnica y vocabulario pulcro y correcto.
    Felicidades.

    Escrito el 1 enero 2016 a las 18:55

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