El Último Beso - por Kevin Porras

Y allí estaba yo, en aquella cálida noche de navidad, rodeado de mi familia, pero solitario en mi mundo; un mundo que antes era nuestro, pero que ahora es soló mío porque huiste abruptamente de él.

Por mí pasaban los recuerdos de aquella trágica noche, y los veía como si hubiera sido testigo de aquel triste acontecimiento: iban los dos (él era yo) felices, disfrutando del camino; un camino hermoso, rodeado de árboles y montañas, con la luna y las estrellas iluminando aquella noche que parecía mágica.

Ella iba manejando, el camino estaba solitario; una cálida cabaña en medio de la montaña los esperaba; por el camino escuchaban la mejor música que hasta ahora habían escuchado. En cada recta del camino aprovechaban para demostrarse su amor con uno o varios besos.

Era ya muy de noche, el camino tenía poca iluminación, pero eso hacía la noche aún más especial, era su primer noche de vacaciones siendo novios y nada ni nadie la arruinaría, sería sencillamente perfecta.

Con el camino desolado, entraron en una recta que parecía no tener fin, con eso descansarían de tantas curvas, se dieron esta vez no uno, sino tres apasionados besos mientras ella manejaba, la recta aún parecía no acabar, entonces aceleraron un poco para llegar más rápido, el auto, una minivan 2014 color blanca, hizo rugir su motor para demostrar que estaba en buena forma; iban ahora a 60 km/h (o como prefería decir él por su amor a la física, a 16,66 m/s); luego a 70 km/h y hasta 80 km/h. La recta al fin parecía acabar, entonces oprimió ligeramente el freno para disminuir la velocidad a la vez que soltaba un poco el acelerador para poder tomar correctamente la siguiente curva; sin embargo, el carro parecía no reaccionar, y el susto iba apoderándose de Andrea; giró el volante un poco hacia la izquierda, a la vez que soltaba completamente el acelerador y apretaba a fondo el freno, pero este aún parecía no responder; había un hueco enorme en la carretera que no pudieron evitar, el vehículo se desequilibró, y sólo hasta ahora el freno pareció reaccionar y de forma muy brusca, el auto derrapó y parecía tener vida propia, pues seguía sin obedecer las instrucciones que ella le daba. Mientras tanto, Juan (yo) sólo le decía con toda calma; "tranquila amor, todo va a estar bien", "mierda, nada va a estar bien, no tengo control de este estúpido carro"; y en ese momento, impactaron contra la montaña que los observaba imponente al lado de la vía. El auto no resistió y se volcó, quedando ellos prensados debajo de él.

"Juan, ¿querés comer algo?" le preguntó su madre, pero su mente no quería nada en ese momento; habían planeado volver el 24 por la mañana para pasar navidad en casa junto con la familia de Juan, pero en cambio, ahora él sólo tiene una silla vacía a la par. El dolor helaba su pecho y dolía más que mil agujas.

"Andreaaaa, amooor, ¿dónde estás?" y como un susurro una voz muy débil decía "aquí"; olvidando su dolor, salió, y sin importarle si estaba o no sangrando (ahora me doy cuenta que su ropa estaba como si se hubiera bañado en sangre); fue a buscarla, y la encontró adolorida, llorando y con dolor en todo su cuerpo. "Espera amor, voy a pedir ayuda" se alejó unos metros y llamó al 911 a pedir una ambulancia, a pesar de que sólo sabía que estaban en medio del camino que juntos iban tan felices recorriendo.

Al fin terminó la llamada y volvió donde estaba ella. "Cómo estás amor?" "Mal. Nuestras vacaciones se fueron, pero yo te amo" "No digas eso, tendremos después nuestras vacaciones. Yo también te amo"

En ese momento, le dio un beso que significaba el fin de sus vacaciones, pero el inicio de un amor que sería eterno, significaba dejarla ir, pero también su libertad de volver a los brazos del Padre. Ese, era para esa relación tan especial que había nacido entre ellos, el último beso. Ella no estaría más junto a él; abruptamente había dejado de recorrer un camino que era la vida de ambos, una vida llena de sueños y anhelos que esperaban cumplir juntos, pero ahora, una parte de esa vida se acababa y él tendría que aprender a sobrevivir sin ella, su amor, su princesa no estaría más con él, y todo eso se reflejaba en ese triste, pero a la vez especial último beso.