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El último beso - por Minnie

El último beso.
Decir que estuve ahí sería absurdo, negarlo lo sería aún más. Es solo que la mujer que soy ahora no es ni la sombra de la joven de aquellos años. Así que debo decir que sólo una parte de mi estuvo ahí, aun así guardo gratos recuerdos de mis años mozos.
Fue la mejor noche de mi vida o de esa vida hasta esa noche. Salí con mis hermanas a la disco, estaba segura que el chico más guapo, más bello que pudiera existir, estaría ahí. Lo había visto varias veces cuando iba a la misa con mi mamá todos los domingos. Sus padres frecuentaban la misma iglesia. Recientemente se habían mudado al pueblo, venían de un país vecino. Se le notaba lo bien cuidado y la educación. Su piel blanca y sus ojos risueños me hicieron suspirar desde el primer día que lo vi. Tuve suerte, una tarde un amigo en común nos presentó, desde entonces no pasábamos de un cordial saludo cuando por casualidad nos cruzábamos en la calle. A veces solo nos sonreíamos. Yo sentía algo muy especial al verlo y sentía que era correspondida. Para ese entonces no existían los celulares, la comunicación no era tan directa. No había nada que intercambiar solo miradas y eso lo era todo algunas veces. Las llamadas a teléfonos fijos eran costosas. Así que esperar los encuentros para verlo llenaba todo mi tiempo. Unos y otros nos hacíamos extrañar. La inmediatez de hoy se llevó la magia de la lentitud y la espera de esos tiempos que no volverán. Se llevó el asombro y las sorpresas. Nos desconectó para siempre de las emociones, del mismo amor, para ser más trágica.

La música empezó a sonar "Amores como el nuestro" de Jerry Rivera, salsa romántica. Me invitó a bailar, yo acepté aunque no lo hacía muy bien, solo me dejaría llevar. No fue necesario hacer mucho, poco a poco me llevaba más cerca de su cuerpo hasta quedar casi abrazados.
_ ¡Madre mía que sensación más hermosa!
Lo abrasé con fuerza también, casi no nos movíamos, parecía que estábamos pegados al mismo suelo. Acercó su rostro al mío y en un susurró me preguntó si quería ser su novia. Le dije que sí y lo abracé muy fuerte. Me besó en la mejilla y sonreímos. La noche fue mágica, mi cuerpo reposado en su cuerpo, no paramos de bailar, más bien de abrazarnos. Mis hermanas recelosas no paraban de vigilarnos.
_ ¿Acepaste ser su novia?_ Me preguntaron. Les respondí sí.
_Y nos acompañara a casa, iremos caminando. Su padre no le permite conducir en las noches.
_A nuestra madre no les gustara nada esto. _Dijo mi hermana mayor.

Caminamos solo 20 minutos, eternos y llenos de nervios para mí. Era seguro que procuraría un lugar oscuro para besarme. ¿Que debía hacer? ¿Abrir mucho o poco mi boca? Temblaba de pies a cabeza. Y como un rayo, como una estrella fugaz visitó mis labios. Pude sentir como su boca buscó la mía, la humedeció y se retiró. Menos de un segundo.
_Me besó!_ Y yo no hice nada. _Por Dios! Era incómodo saber que mis hermanas estaban cerca. Una cosa era que nos vieran abrazados y otra muy distinta besándonos.
_ Hazlo de nuevo. _Suplicaba con mi mente. No volvió a intentarlo, cada vez estábamos más cerca del vecindario y había mucha luz. Sería en otra ocasión.
Empecé a soñar, a practicar. Parecía loca haciendo poses frente al espejo. De seguro lo vería el fin de semana. No podía esperar, sonreía sola, me sentía en las nubes. Lo dejaría encantado, no tendría ganas de despegarse de mis dulces labios.
Días después mis amigos me invitaron a una fiesta, me llevé la peor sorpresa de mi vida. Lo primero que vi al llegar al lugar fue a mi supuesto novio, tomado de la mano con una joven muy linda. Ojos cafés y cabello claro, delgada y mucho más alta que yo. Linda y delicada. No tenía fachas de pueblerina por ningún lado. Quedé fulminada. Tenía muchas ganas de llorar, me aguanté. Lo vi fijamente a los ojos desde lejos. No tuve que decir nada, él tampoco dijo nada. Así terminamos algo que nunca empezamos. ¡Que irónico!
Después de un tiempo trató de buscarme, de hablarme. No tuvo éxito. Yo había tomado una decisión. No quería saber nada de él. Mi primera ilusión y mi primera decepción. Mi primer y último beso hasta aquellos días

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7 comentarios

  1. 1. Guiomar de zahara dice:

    Hola Minnie:
    Tu historia desde un principio demuestra desilusión por tiempos pasados. Está bien construida, a mi parecer, pero el recuerdo aún sigue latente y lo narras como si fuera un diario de tu juventud.
    Ahí veo un desacorde en el relato. Recreas muy bien los tiempos de represión en los jóvenes de aquellos tiempos. Salvo alguna cosilla de comas y cosas por el estilo, tu escrito parece real y vivido.
    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 11:07
  2. Buenas, Minnie.
    Tu cuento es nostálgico, como una historia que podría contar la abuela a sus nietos sobre su primer (des)amor. Hay algunas frases que denotan calidez literaria, entre ellas destaco esta:

    “La inmediatez de hoy se llevó la magia de la lentitud y la espera de esos tiempos que no volverán.”

    Lamentablemente, el cuento es demasiado banal, predecible, lineal. La idea de “el último beso” podía explotarse muchísimo. Por otro lado, hay que cuidar el formato, la ortografía (“abrasé” no existe), la puntuación y la forma de armar los diálogos (que es incorrecta).

    Creo que la narrativa está bien y el texto logra empaparte de aquel sentimiento del protagonista. Yo le pegaría una pulida para afinar la parte formal.

    ¡Felicitaciones!

    Si gustás, podés comentarme tus opiniones de mi cuento:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-31/4709

    Escrito el 19 enero 2016 a las 13:19
  3. 4. Alicia dice:

    Hola Minnie,

    Tus primeras palabras me hicieron pensar que estoy leyendo una historia aún más antigua que la época de la canción “Amores como el nuestro” de Jerry Rivera, puede ser la nostalgia con que narras.

    Creo que debes revisar los temas de los acentos de la palabra “solo” entiendo que desde hace algún tiempo no lleva tilde:
    http://dle.rae.es/?id=YJBIl0A|YJBeprw

    Faltan algunas tildes en palabras como: Acompañará, Gustará. Cuando haces la pregunta: ¿Que debía hacer?, faltó la tilde en “qué”, también cuando escribes: ¡Que irónico!, para darle fuerza al texto, podría ser ¡Qué irónico!

    En esta parte del segundo párrafo:… Las llamadas a teléfonos fijos eran costosas. Así que esperar los encuentros para verlo llenaba todo mi tiempo. Unos y otros nos hacíamos extrañar. La inmediatez de hoy se llevó la magia de la lentitud y la espera de esos tiempos que no volverán. Se llevó el asombro y las sorpresas. Nos desconectó para siempre de las emociones, del mismo amor, para ser más trágica…: pasas de pasado a presente sin permitir que el lector entienda el proceso ni porqué lo escribiste.

    También en el segundo párrafo: Unos y otros nos hacíamos extrañar. Para mi no tiene sentido dentro del mismo y ni le quita ni le da sentido la historia.

    La historia está generalmente bien estructurada y la parte de la decepción la hace más nostálgica que al principio.

    Felicitaciones, atreverse es parte del juego de la vida. Con tus propuestas yo aprendo.

    Saludos y espero que mis comentarios te puedan ser útiles.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 12:41
  4. 5. Minnie dice:

    Me gusta cómo escribes. Dan ganas de leerte. Bien narrado, buenos diálogos. Lo único que te diría si me lo permites, es que usaste demasiados personajes para un relato corto, tiende a confundir un poco y también a esperar más de ellos. Da para una historia más larga como una novela. Te sigo leyendo. Felicidades.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 04:33
  5. 6. Minnie dice:

    Me equivoqué, mi comentario es para Luciano Sivori.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 04:37
  6. 7. Minnie dice:

    He releído mi relato y todos tienen razón. Sus comentarios son atinados y por supuesto que los tendré en cuenta para mejorarlo. Muchas gracias.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 15:45

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