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Los Tiempos del Amor - por Dante Tenet

Miro al tren perderse, en ese punto, donde las vías se juntan, el viento de otoño, barre la estación,levanto el cuello de mi abrigo y camino por la soledad del andén.
Vuela mi sombrero, me inclino a recogerlo y la veo, acurrucada en un rincón, llorando, me aproximo, me recibe con una expresión de infinita tristeza.
Es tan joven, pregunto que le pasa, me contesta con un mohín y seca las lagrimas de su mejilla, con los puños del saco.
La invito a tomar algo caliente, despierta en mi vagos recuerdos que no termino de fijar, rehúsa en principio, como si desconfiara de ese extraño, pero, me mira con atención, una chispa se enciende en sus ojos y acepta.
Caminamos hasta la cafetería, que permanece abierta, esta vacía, un mozo en el mostrador, indica con la cabeza que nos sentemos en cualquier mesa, le pregunto que quiere tomar, y me contesta sin hablar, con un encogimiento de hombros.
Pido dos cafés, la miro, esta como encogida en la silla, cada tanto un sollozo involuntario se le escapa, le pregunto su nombre. No contesta, solo me devuelve la mirada, un largo silencio permanece entre nosotros, que solo es interrumpido, cuando nos traen lo pedido.
No digo nada, revuelvo lentamente el café, sin dejar de mirarla, ella hace lo propio, pero su mirada permanece en el pocillo.
—Ana —dice de pronto, —me llamo Ana —continua, sin levantar la cabeza, —yo soy Pedro, ¿por que lloras? —pregunto, estas palabras, hacen caer la última de sus barreras y comienza a contar su historia.
Escucho en silencio, a la parquedad del principio, la sustituyó una catarata de emociones, recuerdos y sentimientos encontrados, no quise interrumpirla.
Volvía siempre, todos los años, a ver partir el mismo tren en el que ella se había ido, dejando solo en el andén, a su amor.
La historia sonaba un poco como la “Penelope” de Serrat, pero había algo en ella que llamaba mi atención y no alcanzaba a discernir que era exactamente.
De pronto, un relámpago con su flash, cruza la ventana e imágenes del pasado, golpean mi mente, no, no puede ser, esta Ana no puede tener nada que ver con aquella, que me dejo en esta misma estación, prometiendo regresar y nunca mas volvió.
Levanto la cabeza para mirarla nuevamente, pero delante mio, ya no hay nadie…

Un año ha pasado desde aquel episodio y sigue dando vueltas en mi mente, todo fue tan real, que no puedo aceptar que haya sido simplemente una ensoñación.
Hoy he vuelto al anden, a la misma hora, el viento con su llovizna, también esta presente, no se realmente que me ha traído, la mujer aquella, no puede ser quien me dejo hace tantos años.
Camino hacia el final del andén, no hay nadie a la vista, las penumbras del atardecer empiezan a adueñarse de todos los espacios, cuando estoy por marcharme, escucho una voz que me llama —Pedro, Pedro, amor no te vayas, un escalofrió recorre mi nuca, giro lentamente y ahí bajo un alero, la veo, esta igual que hace un año, no se mueve, al cabo de un momento, voy a su encuentro.
No llora, esta sonriendo, me tiende las manos y dice —has vuelto, ¿podrás perdonarme?, sus manos están frías, muy frías, las farolas al moverse con el viento, proyectan sombras que alteran su rostro.
Sin salir de mi asombro le digo —¿quien eres?, me mira, su expresión cambia, la sonrisa se apaga lentamente, vuelve la tristeza y pregunta —¿como, no sabes y entonces por que has venido?, no se que responder, estoy muy confundido, —¿por que te marchaste, sin terminar el café, hace un año? —pregunto, me devuelve una mirada inquisitiva y su rostro parece envejecer, ya no es la chica joven, ahora es una mujer de mediana edad, que con un tono imperativo inquiere —¿nunca, te preguntaste por que no regrese , poeta?.
¿Poeta?, solo Ana me decía poeta de esa forma, como si fuera mi nombre.
Una tormenta eléctrica, con sus rayos ilumina la escena, es ella, pero no puede ser, era una joven y ahora es una mujer de mi edad
Me mira con el ceño fruncido y con un gesto, indica que la siga, se dirige a la boletería y regresa con dos pasajes, al llegar dice —viajaremos juntos, entenderás todo.
Un tren arriba en ese momento y en el nos marchamos…

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6 comentarios

  1. 1. Veronica dice:

    Enhorabuena por tu capitulo! Esta es la primera vez que comento un texto en esta página y la primera que publico también.He encontrado tu texto con muchas pausas al leerlo. Quizá necesites mas conectores que hagan la lectura más amena. Por ejemplo:

    En “Vuela mi sombrero, me inclino a recogerlo y la veo, acurrucada en un rincón, llorando, me aproximo, me recibe con una expresión de infinita tristeza” podrías haber escrito:

    “Vuela mi sombrero, me inclino y mientras lo recojo la veo acurrucada y llorando en un rincón. Decido aproximarme y me recibe….”

    Por lo demás está muy bien 🙂

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 18:47
  2. 2. Seilof dice:

    Hola, Dante:
    Opino lo mismo que Verónica faltan conectores. Da la impresión de que vas a saltos.

    Los párrafos de la primera mitad son demasiado cortos. Eso es un error que encontraras explicado en libro sobre técnicas de escritura.

    La parte que necesita trabajar este texto son los personajes, no has conseguido que empatizara con ellos.
    Por lo demás tiene potencial la idea.

    Te invito a pasarte por mi capítulo (nº 225) y comentar, te dejo el enlace:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-32/5024

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 11:43
  3. 3. Juana Medina dice:

    Hola Dante:
    En el lenguaje y en la idea se adivina el poeta. En cuanto a las consignas y retos has cumplido sobradamente. La intriga es sufucuente para seguir leyendo.
    Los comentarios de Seilof y Verónica son absolutamente atinados y no quiero redundar sobre el tema, pero fijate por favor en las comas (son también uno de mis grandes problemas) Ej:”Miro el tren perderse en ese punto donde las vías se juntan, el viento de otoño barre la estación,etc lo hace más fluido además de que no se deben separar sujeto y verbo.
    Sé que son cosas que ocurren cuando nuestras manos siguen el ritmo interno sin pensar lo que hacemos en términos sintácticos, pero vale la pena revisar un poco.
    Volviendo a lo esencial: ¿a qué mundos nos llevas, Dante? Quiero seguirte!
    Un saludo

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 16:59
  4. 4. Diego Manresa Bilbao dice:

    Hola Dante,
    Gracias por tu comentario!
    En cuanto al tuyo, me ha gustado la idea, un poco confusa pero lo importante era el reto, has dejado el gusanillo de querer leer mas.
    Me fallan los signos de puntiacion, necesitas mas puntos y comas en vez de comas: y los dialogos no se escriben asi, queda lioso.
    El resto, muy bien.
    Nos leemos!

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 17:27
  5. 5. Otilia dice:

    Hola Dante Tenet,
    Tu narración me hace pensar que los personajes están muertos al final. ¿Si?.
    Reto cumplido, quiero saber más de la historia.
    Para mí, uno de los aspectos más complejos de nuestro idioma son las reglas de puntuación. No es mi idea corregir tu escrito, pero veo muchas comas.
    Saludos

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 18:52
  6. 6. Nic-Is dice:

    Hola Dante.
    Tu historia es muy dulce y misteriosa. También me pregunto si alguno de ellos es un fantasma o algo así. Lo que es seguro es que lograste el cometido. Me enganchaste desde el principio y quedé picada.
    Sobre lo formal, ya te dijeron prácticamente todo. Te comparto esta entrada que me recomendó Lesly Bosco, y que me ha servido mucho. http://www.tintaalsol.com/2010/10/guiones-signos-puntuacion-en-dialogos/
    También creo que podrías mejorar tu texto si revisas el manejo de los tiempos verbales.
    Y muchas gracias por tus amables palabras. Seguiré tu participación en las próximas escenas.

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 03:30

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