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Y después, ¿qué? - por Miriam Torres
Web: http://historiasdethai.blogspot.com.es/
No puedo creer que mi mejor amigo me la haya jugado de esta manera… Ni siquiera sé si seré capaz de perdonarle por esta traición…
Aquí estoy, con la chica que me gusta desde hace un año y con quien todavía no he cruzado palabra. La primera vez que la vi fue justo aquí, en el ascensor. Regresaba de la universidad a mi bola, como siempre, con los auriculares puestos; y le di al botón para subir a mi casa, en el cuarto. La puerta estaba a punto de cerrarse cuando una caja se interpuso en su trayectoria, bloqueándola para volver a abrirse. Y ahí estaba ella, cargando una pesada caja de cartón y haciendo equilibrios para que no se le cayese un grueso diccionario de alemán que asomaba por las solapas. Pude leer su nombre escrito sobre el cartón con rotulador negro: Patricia. Me quedé parado como un idiota cuando se puso a mi lado para darle al botón. Iba al tercero, justo el piso que pusieron en venta unos meses antes.
Desde entonces, mi colega siempre me pregunta por la vecina del tercero, me insinúa cosas y me presiona con frases del tipo: “¡Tío! ¿Cuándo piensas hablar con ella?” o “¡Venga ya! ¿No eres capaz de bajar a pedirle sal?”. Y me cabrea muchísimo porque se pone muy pesadito. Pero lo de hoy ha sido el colmo… Hemos quedado para estudiar unos temas de la evaluación que tenemos la próxima semana y la hemos visto entrar en el portal. Le conozco y es un liante… Por eso le he dicho que subiésemos por la escalera, pero no me ha hecho caso, como siempre. Se ha puesto detrás de ella y le ha dicho “hola”. Ella nos ha mirado y ha respondido con esa preciosa sonrisa que siempre luce. Lleva unos mechones de su cabello rubio recogidos con horquillas negras, mostrando su cara de niña y sus ojos azules de mirada dulce.
El ascensor ha llegado al bajo y ha abierto las puertas. Han salido los vecinos del quinto, un matrimonio muy mayor y agradable; y otra de las vecinas del tercero con su perro chihuahua. Como dos verdaderos caballeros, hemos dejado que Patricia subiese antes que nosotros. Después he subido yo, y por último mi colega, que una vez dentro se lleva las manos a la cabeza diciendo: “¡Tío! ¡Me he dejado los apuntes en clase!” El muy idiota ha salido del ascensor y las puertas se han cerrado. La situación no tendría la menor importancia si no estuviésemos parados entre el segundo y el tercer piso, atrapados en el ascensor. Y estoy seguro de que no es una casualidad… Con el mal rollo que me dan estos trastos… Cuando salga de aquí, se va a enterar el muy capullo…
– Bueno, Carlos… – dice – ¿Tu amigo espera algo con todo esto? – la verdad es que no tengo ni idea, pero me sorprende que sepa cómo me llamo.
– Mi amigo ya puede ir buscando campo para correr…
– No seas tan duro con él, hombre. – se ríe – Esto no está tan mal.
– ¡Cómo que no está tan mal! ¡Estamos encerrados en un ascensor!
– Quizá sea la única manera de que podamos hablar tú y yo. – se acerca… Mucho… – ¿Hay algo que tengas que decirme?
No me gustan las preguntas trampa, esas en las que digas lo que digas quedas mal. Pero ahora mismo no puedo pensar. Estoy agobiado de estar aquí encerrado.
– No mucho. Creo que ya te habrás dado cuenta de que me gustas desde hace algún tiempo, pero no tiene importancia.
– ¡Cómo que no! Claro que la tiene…
– ¡Chicos! ¿Estáis bien? – se escucha gritar a Fermín, el de mantenimiento, desde el hueco del ascensor. Justo en el mejor momento… – ¡Ahora mismo os subo!
Nos reímos. La mala suerte me persigue hasta dentro de los ascensores. No hay manera… Quizá no tenga nada que hacer con ella pero cuando salga de aquí voy a invitarla a tomar algo. Lo mismo acepta…
Las palabras del reto se cumplen a a la perfección. Encajan de una manera muy natural, cosa que no era muy fácil. Se enfatiza mucho el sitio donde transcurre la acción. Me hubiese gustado saber algo más de Patricia y Carlos y menos del ascensor (pero esto es un gusto personal). Sobretodo saber el porqué Patricia se había fijado en Carlos. Y quizás la interacción entre ambos quizás sea es demasiado directa, un poco mas de sutileza hubiese mejorado la ambientación.
Un texto muy bueno, que a pesar de describir una situación un poco simple, lo hace de manera graciosa y la manera en narrar todo un proceso de enamoramiento es sencilla y bonita, (¡El amor a primera vista existe!)es muy refrescante, desde mi punto de vista me encantó, además de que justo al comienzo, no parece serlo, me gustó mucho ese ambiente de “traición”, sin embargo debo preguntar, en el segundo párrafo y la tercera línea ¿Qué es bola?, problemas de mexicana, sólo sentí que quizá eso no podría ser entendible para todos, de ahí en más todo bien.
*No parece ser una historia de enamoramiento, eso me resultó intrigante.
Una disculpa, demasiadas ideas y poca organización 🙁
Hola Leslie.
La expresión “ir a su bola” es un término coloquial que en España utilizamos para decir que alguien está centrado en sus cosas y se despreocupa del resto.
Muchas gracias a ambos por vuestras valoraciones 🙂
Hola Miriam.
Aquí otra vez leyéndote. Gracias por la aclaración de esa expresión tan mona. Al igual que Leslie quedé desconcertada (mismos problemas de mexicana).
Tu relato es muy lindo. Es ligero y refrescante. La narrativa es amena y la historia consistente. Por un momento creí que el colega se le adelantaría con la chica, pero me alegra que no haya sido así. Prefiero la demostración imprudente de la amistad.
Respecto a las cosas que se podrían mejorar, te aconsejo que des una revisadita a la puntuación de los diálogos. El resto me gusta como está. Me encanta ese aire tan despreocupado del narrador en primera persona.
Un saludo y nos leemos.
Hola Miriam:
un relato fresco ágil, bien escrito con un aire juvenil desenfadado. Me gusta el planteamiento, pero me parece forzado el daño del ascensor, creo que era suficiente el abandono del amigo, ya que ella tenía los mismos intereses para iniciar una amistad.
Gracias por tu comentario en el mio.
Nos leemos.
Hola Miriam:
Un texto muy refrescante y sencillo aunque tengo que decir que estoy de acuerdo con Voldo y me parece demasiado rápido. Una interacción tan directa le resta realismo a la escena, una pena porque el resto me parece genial, la traición del amigo, la avería del ascensor…
Muy bien introducidas las palabras del reto, no era facil!
Un saludo.
Hola Miriam: de nuevo comentando tu texto
A la parte gramatical no le he dado mayor importancia. En general creo que tu relato está bien escrito. Tiene la frescura de la juventud y el narrador en primera persona y los términos coloquiales que utilizas le da credibilidad. El narrador es un joven estudiante extremadamente ”miedica” que, pienso yo, delante de Patricia se bloquea, cosa nada rara y que a pesar de los tiempos que corren le sucede a gran parte de jóvenes, cuando se sitúan ante la muchacha que les gusta.
El amigo es el típico “tocapelotas” que como no tiene nada que perder se puede permitir el lujo de comportarse de forma más desinhibida.
Cosas que no me quedan claras: Sale el amigo del ascensor y a continuación, este, aparece detenido entre dos pisos.
Patricia parece dispuesta a la amistad y sin embargo Carlos, el “enamorado”, a pasar de decirle que le gusta no alcanza a definirse. Parece un exceso de prudencia o de timidez. No entiendo lo de la traición del amigo. Simplemente los deja para que hablen
Me parece un relato muy juvenil y tal vez demasiado ingenuo para chicos que ya están en la universidad.
De todas maneras felicidades por haberlo escrito.