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Cualquiera te traiciona - por María
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Llamé al ascensor para llegar de una vez por todas al despacho de esa que me llamaba amiga. No lo podría ni definir como una traición, creo que era algo mucho peor.
Todo había pasado unos días atrás en los cuales celebrábamos mi despedida de soltera. Lucía es mi mejor amiga. Estábamos teniendo una noche magnífica acompañada de muchos chupitos y ningún tipo de vergüenza ante cualquier acto que se nos pasase por la cabeza y decidiésemos realizar. Yo quería volver pronto porque al día siguiente teníamos el ensayo del banquete y si mi cabeza resacosa decidía que no quería oír a nadie, no iba a poder darla el capricho. No sé cómo fue, pero entre una cosa y otra consiguieron liarme y nos quedamos hasta que el local cerró.
Al fin llega el ascensor que parece una lata de sardinas. Me apiño como puedo en su interior, esperando que no pare demasiadas veces antes de llegar a su planta. Un tipo trajeado me empuja y me hace tropezar con la señora de delante. Un "pardon" sale de su boca acompañado de una pequeña sonrisa. Mi cabeza se pone en marcha y acude a mi diccionario mental en busca de un “de nada” en francés. Nada, me limito a sonreír. Tantos años de francés tirados a la basura en tan solo un segundo.
El día siguiente ni me sostenía en pie. Me estaba pareciendo el ensayo más largo de la historia. Menos mal que mi amiga me lanzaba miradas cómplices y se encargó en gran parte de entretener a todo el mundo. Incluso estuvo muy atenta con mi marido el cual me miraba con ojos interrogatorios y me denominó su “mapachín”. Tenía razón, el día anterior ni me había molestado en desmaquillarme. Cuando al fin acabó esa tortura, desfallecí en la cama. Noté como alguien me ponía una manta por encima y se ponía a mi lado con un brazo protector por mi espalda. Era tan comprensivo siempre. La mañana fue muy ajetreada entre los preparativos y el descuadre que había en las mesas por culpa de la gente que confirmaba en el último momento. Quedaban solo unos días para la boda y creo que todavía ni era consciente porque no había tenido ni un momento de tranquilidad. Esa misma noche recibí un mensaje de mi prometido diciéndome que volvería tarde. Él todavía no había celebrado su despedida de soltero, así que hoy era su noche. Me metí en la cama. Empecé a dar vueltas sin conseguir conciliar el sueño. Decidida a dar una vuelta para despejarme un poco, escribí a mi mejor amiga que, extrañamente, no me devolvió el mensaje. La llamé y no obtuve respuesta. Me lo tomé como una señal y me metí de nuevo en la cama dispuesta a dormir.
No sé ni la hora que era pero empecé a notar unos golpecitos en el brazo. Ahí estaba él, con ¿cara de arrepentimiento? Al instante mis ojos se abrieron como platos. Fue entonces cuando me contó como mi amiga había aparecido en su despedida de soltero. Sus amigos no lo vieron mal así que se quedó como uno más. La cosa cambió cuando empezó a decirle a mi futuro marido que estaba enamorada de él y que todavía estaban a tiempo de fugarse.
Y aquí estoy yo. Esperando a llegar a la planta 25 para encararme a esa que antes calificaba como casi una hermana.
Hey! Qué tal, María.
Soy nuevo en esto, así que no sé muy bien por dónde comenzar. . . Al inicio del relato la lectura fluía, pero un poco antes del medio sentí que se hizo confusa, inconexa, como si fuera a trompicones. Creo que esto se debe principalmente a que no logro distinguir las separaciones de los párrafos.
También, en el medio, me perdí un poco lo que tratabas de contar, pero al final creo que el texto vuelve a tomar fluidez y se resuelve de buena manera.
Me gustaría que te pasaras por mi relato y me dieras tu opinión, me serviría mucho.
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-33/5149
Nos leemos pronto.
Hola Maria. Creo que tu historia es interesante. Al final resuelves bien el porqué de la espera. Me gusta
Muchísimas gracias a los dos por pasaros por mi relato. En cuanto pueda me pasaré por el vuestro 🙂
Un saludo
Hola María, la historia es buena pero se diluye un poco en algín párrafo. Lo del francés ese del “pardon”, me parece eun poco forzado, supongo que es para cumplir el reto con la palabra diccionario. Otra cosa que me ha descolocado un poco son los tiempos verbales que utilizas. En la tercera línea dices “Lucía es mi mejor amiga”, quizá debería ser “Lucía era mi mejor amiga”. El segundo párrafo está en pasado pero en el tercero te pasas al presente…y al siguiente párrafo vuelves a cambiar.
Yo creo que con algún retoque el relato ganaría muchos enteros porque la historia tiene gancho, y el hecho de conocer como acaba pero no el porqué mantiene el interés vivo.
Si quieres pasarte por mi relato es el 182.
Gracias por pasarte por mi relato. Los tiempos verbales son así porque da saltos del pasado al presente para introducirnos en la historia. Tienes razón con lo de “era mi mejor amiga”. En un principio lo habría puesto así pero me di cuenta de que delataba al final. Tendré en cuenta todas tus sugerencias y muchas gracias 🙂
Hola María.
Antes que nada te agradezco que te pasaras por mi relato. Tus palabras me animan a seguir trabajando duro en esto de escribir.
Tu cuento es bueno. La historia me enganchó, y el final me dejó satisfecha. Me gusta que, aunque la “amiga” es traicionera, el galán no lo sea.
Entre las cosas que podrían mejorarse, pienso que “Lucía era mi mejor amiga” no afectaría al final del cuento, ya que desde la primera línea “esa que me llamaba amiga” se espera la traición. Creo que el interés de tu historia se encuentra en saber en qué consistió esta traición, y no en dudar si sucedió o no.
Otra cosa es el segundo párrafo. Quizá si lo separas en dos, y dejas a partir de “Al fin llega el ascensor que parece una lata de sardinas. Me apiño como puedo en su interior, esperando que no pare demasiadas veces antes de llegar…” como un párrafo independiente, pueda quedar más claro en qué momento está recordando, y cuándo narra el presente.
Respecto al diccionario, sólo puedo decir que a todos se nos dificultó meter en la historia las palabras obligatorias. Ni modo, se hace lo que se puede.
Un gran relato. Buen trabajo. Saludos.
Gracias por pasarte por mi relato. Siempre es de gran ayuda leer los comentarios 🙂
Hola, Maria,
Gracias por visitarme y comentarme. Es siempre una ayuda. Me gustó tu texto porque los personajes tienen sentimientos y nos haces acercarnos a ellos. Has resuelto bien las exigencias impuestas y te has manejado bien ya que sin salirte del ascensor has metido escenas que tuvieron lugar en otro momento y lugar.
Concuerdo con mis compañeros en diferenciar los párrafos y vigilar los tiempos verbales.
Leí la despedida de los dos mayores en tu blog y me emocioné; confieso que se me humedecieron los ojos. Bravo.
Un saludo, nos leemos.
-mi texto no merecía tu lectura- 😉 ¿eso es un buen resumen?…
el tuyo es un buen texto, ameno y trágico… 😉 sobre los párrafos, me parece que está bien. 🙂
no tengo mas que decir.
saludos y éxitos colosales! 🙂
–
gracias por pasar por mi txt. 🙂
-puse un comentario y no se si se borro o que…-
un buen texto, ameno y trágico.
saludos y éxitos. 🙂
–
gracias por pasar por mi texto. 🙂
Muchísimas gracias a los dos por pasaros a leer mi relato. María, la verdad es que esa historia es muy triste sí pero es tan bonita, me alegro mucho de que te gustase. Y Facundo eres un encanto, muchísimas gracias.
Gracias a todos por pasaros por mi relato 🙂
La historia se sigue de manera fluida y amena hasta que el novio se va de despedida. Aquí, me da la impresión, que anticipas en el final antes de lo necesario. Pese a ello, el relato es bueno y no pierde el encanto. Un saludo.
Hola María, gracias por pasar por mi relato, agradezco mucho leer los comentarios de otros, creo que me han hecho crecer más de prisa que si anduviese sola en este camino de la escritura.
Coincido con Wolfdux, quizás puedas trabajar eso de no anticipar tanto el final. Me gusta mucho la idea del relato y la forma en cómo nos presentas a los personajes. Quizás agrupando de otra manera los párrafos y haciendo los cambios sugeridos respecto a los tiempos verbales nos quedaría más claro que todo el relato son recuerdos de la protagonista.
Camos ánimo, que tienes un excelente relato por pulir en tus manos.
Un abrazo