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La merienda - por Saulo

Don Manuel y Doña María Dolores, matrimonio antiguo, de perlas y mantilla ella, más alta, de sombrero y paraguas él, más bajo, esperan en el descansillo a que el ascensor se digne a parar en su planta, la Principal, que no es bajo ni primero, si no justo la de en medio, la que en lugar de tener cuatro apartamentos pequeños tiene dos pisos grandes, como es debido.
Doña María Dolores hace ruiditos con la boca. Algo se le ha quedado entre dos dientes y tuerce el labio mientras, siempre seria y mirando al frente, con la lengua intenta deshacerse del inconveniente resto de Solomillo Wellington con salsa de trufa. Don Manuel gira la cabeza para mirarla fijamente:
—María Dolores. ¡Ya! Por favor. —Vuelve la vista al frente en movimiento lento.
Doña María Dolores le mira desde arriba, como quien mira al insecto que va a aplastar pero no se digna a contestar. Tan solo hace un último ruidito más alto y evidente.
Las puertas del ascensor se abren raspando herrumbre y el matrimonio da un paso al frente, al unísono, la pierna derecha siempre delante. Con eficacia marcial se giran a la vez para mirar hacia la puerta, dejando detrás a tres adolescentes de ombligo al aire, pantalón de chándal y pendiente orejil; un ama de casa de cabello sucio, ojera orgullosa y churumbel al hombro, y a un hombre con mono azul, escalera y crucifijo al pecho. Doña María Dolores mira a Don Manuel que mira los botones con pereza. Lentamente alza una mano y presiona la B.
—Señor, subimos arriba —dice uno de los adolescentes traseros mientras el ascensor inicia viaje.
—Tchit tchit —dice Doña María Dolores con sonoro chasquido de lengua—. Manolo, aquí huele a paella.
—¿De marisco o de carne? — pregunta Don Manuel.
Doña María Dolores hace gesto de querer mirar hacia atrás, pero no lo cumple. Contesta arrugando la nariz,
—De carne, por supuesto. Qué cosas tienes Manolo. Mira que preguntar que si de marisco.
Uno de los adolescentes abre su mochila y saca un táper.
—Yo tengo paella con conejo. Me la ha hecho mi madre para comer en la biblioteca.
—No me gusta el conejo —dice el hombre de mono azul con escalera.
—Porque no se lo habrán preparado bien —. La que habla con voz de arena es el ama de casa agotada con churumbel al hombro. —Como lo hacía mi abuela era riquísimo.
—Pues yo nunca lo he comido —interviene el otro chaval.
—¿Ves, Manolo, que buen olfato tengo?
—Lo veo, María Dolores. No se te escapa una.
—Pues en inglés Paella se dice Paella —sentencia el hombre con escalera.
—Y en español también —responde un adolescente.
—¿Si? ¡Qué casualidad! ¿Y cómo se dice conejo? —pregunta el ama de casa mientras el churumbel le vomita encima cuarto de leche.
—Pues según esa regla de tres, conejo se dice conejo —ríe otro adolescente.
—Si todavía voy a saber inglés y no necesito un diccionario —suspira el hombre de mono azul.
—Manolo, me quiero bajar.
—Pero María Dolores, si aún no hemos parado.
—Ya. Pero yo me quiero bajar. Me ha entrado hambre. ¿Y dígame joven, a qué sabe el conejo?
—Pues a conejo.
—Evidente. Pero, ¿a qué se parece?
—A la liebre.
—¡Oiga pollo! ¿Se está usted riendo de aquí mi señora esposa? — Don Manuel levanta la nariz al techo poniéndose de puntillas.
El ama de casa de ojeras importantes interviene.
—No, qué dice. Es que lo que más se parece al conejo es la liebre.
—Bueno, entonces perdone usted. ¿Y nos dejaría probar un poco para ver a qué sabe?
—Claro. Tome, sírvase usted mismo.
Don Manuel saca del bolsillo de su gabardina un par de tenedores y le da uno a su mujer. Él coge un poquito de arroz, ella un trocito de conejo que rechupetea con gusto.
—¿Quieren probar ustedes? —ofrece el joven al ama de casa y al hombre de mono azul.
—Yo sí quiero —dice un amigo.
—Tú te callas que no haces más que zampar.
—Pues no sé —duda el ama de casa de pelo sucio y churumbel al hombro—, sería como una traición a mi abuela… Bueno, dame un poco.
—Yo tengo bocadillo de Chorizo de Pamplona —ofrece el hombre de mono azul.
—Y yo galletitas y bollitos de leche, si gustan.
—Manolo, tú qué tienes.
—Yo nada María Dolores, qué quieres que tenga.
—Pues algo, ¿no ves que todos estos señores tienen algo? Anda, dale al STOP que aquí hay merienda.

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9 comentarios

  1. 1. Escritores anónimos dice:

    ¡Buenos días Saulo! Muy curioso si señor tu relato. Me ha gustado bastante esa manera cercana de narrar una historia. Es rápida de leer, con adjetivación justa, palabras adecuadas…
    Sólo pongo pegas a dos cosas: la escasez de puntos que hay (si te fijas en el primer párrafo son todo comas lo que puede dificultar la lectura o, al menos, detener el ritmo del texto) y en la línea 16 una frase en la que se repite demasiado seguido la palabra “mira”. (“Doña María Dolores mira a Don Manuel que mira los botones con pereza”).
    Pero no le doy más importancia a dichos fallitos ya que son casi imperceptibles.
    Gran acierto el protagonismo del diálogo. El reto yo creo que lo has cumplido; y te pondría mención de honor por el ingenio y la creatividad para meter esas palabritas tan curiosas en el relato. DE verdad ¡ENHORABUENA!

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 16:33
  2. 2. A.R.Payán dice:

    Hola Saulo!!
    Raro relato el tuyo pero interesante, que despues de leerlo varias veces no he encontrado la palabra traición, necesaria para cumplir con el objetivo del taller.
    Las descripciones que haces de los personajes sun un tanto raras, sobretodo en el primer párrafo, quizás como ha dicho el anterior compañero, sea debido al uso excesivo de “comas”.
    También he visto que repites en exceso el nombre de los personajes, en algunas ocasiones deberias referirte a ellos con alguna característica o adjetivo que los identifique( haz uso del sujeto tácito) .
    Los diálogos si que los encuentro correctos, además hacen que la lectura sea más fluida.
    Resumiendo; texto raro pero, divertido y entretenido.

    Aprovecho para invitarte a leer mi relato que es el nº98
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-33/5202

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 21:55
  3. 3. Mariaje dice:

    Hola Saulo,
    He leído tu relato y me ha parecido refrescante. La situación tiene un punto extravagante y absurdo que a mí personalmente me gusta.
    Me ha arrancado un par de sonrisas, muy buenas las conversaciones del matrimonio, por ejemplo “Manolo, aquí huele a paella.—¿De marisco o de carne? — pregunta Don Manuel.” y “—¿Ves, Manolo, que buen olfato tengo? —Lo veo, María Dolores. No se te escapa una.“
    Lo único que no me ha gustado la parte de la conversación en la que la mujer pregunta a qué sabe el conejo, a qué se parece, no sé que respuesta espera del joven. Me resulta raro que alguien pregunte a qué sabe algo sin ton ni son. A lo mejor no lo he entendido.
    Si tienes un rato, mi relato es el 189, también tiene un toque humorístico.
    Un saludo.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 12:11
  4. 4. Denise dice:

    Hola! La verdad es que es un relato muy divertido, con un toque absurdo que me encanta. La descripción de la pareja al comienzo es perfecta, me los imaginé como en una foto antigua y muy estirados. Eso de que traen sus propios cubiertos es un gran detalle.

    Como te dijeron los demás, te aconsejaría que revisaras la puntuación. Hay demasiadas comas separando frases que por momentos van cambiando de tema, lo que hace que la narración parezca atropellada. Ya que es un poco descriptivo, podrías hacer que el ritmo vaya un poco más lento colocando puntos o punto y coma donde corresponde:

    “Don Manuel y Doña María Dolores, matrimonio antiguo; de perlas y mantilla ella, más alta, de sombrero y paraguas él, más bajo. Esperan en el descansillo a que el ascensor se digne a parar en su planta, la Principal, que no es bajo ni primero, si no justo la de en medio; la que, en lugar de tener cuatro apartamentos pequeños, tiene dos pisos grandes, como es debido.”

    En otros casos faltan comas, como en estos:

    “…como quien mira al insecto que va a aplastar, pero no se digna a contestar.” Antes de los conectores adversativos (pero, mas, etc.) siempre va coma.

    “…dejando detrás a tres adolescentes…” Creo que sería más adecuado decir “dándole la espalda”, no sólo porque la expresión es más ajustada, sino porque cambia el uso de ese gerundio que, así como está, es incorrecto. Se usa para indicar acción anterior o simultánea a la indicada por el verbo, NUNCA posterior.

    Por otra parte, debo decir que no estoy de acuerdo con Mariaje. Me parece de lo más normal que una persona pregunta qué sabor tiene o a qué se parece una comida que nunca probó antes. A lo mejor Doña María Dolores esperaba que el chico le dijera que el conejo sabe a pollo 😛

    Me gustó mucho el relato, te felicito!!

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 19:21
  5. 5. Caritobel dice:

    Hola Saulo.
    En cuanto a lo técnico, l@s compañer@s ya fueron más que claro.

    Que uno de los adolescentes diga “subimos arriba”, no me gusta, porque es claro que si suben es porque van para arriba. Pero como son adolescentes, y a veces hablan mal -incluso los adultos- no digo nada, y lo dejo sólo como comentario.

    Pareja singular. Me gusta como los caracterizaste, con sus manías y locuras incluidas. Son los que le dan ese aire absurdo a toda la historia, y claro está, el tinte de humor. Es lo que más me gusta de este relato, sus personajes. Siempre me siento atraída por la psique de ellos, y aquí abunda- para mi placer-.
    Más allá de los fallos de puntuación, que le quitan un poco de fluidez a la historia, creo que tu estilo es prolijo y bien llevado. Fue ante todo una historia con dinámica, a pesar que aquí no pasa “nada”.

    Te felicito.
    Saludos.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 21:34
  6. 6. Mariaje dice:

    Me perece que he pecado de visión local con el tema del conejo. En mi entorno es un alimento tan común, que una pregunta como esa solo se justifica si eres un extraterrestre, es como preguntar a qué sabe una patata.
    Meditando sobre el tema del conejo mientras venía en el autobús, he pensado que igual Saulo quería poner de manifiesto que es un alimento demasiado prosaico para un par tan refinado, lo que justificaría su desconocimiento. No lo capté así en la primera lectura.
    Perdona Saulo que utilice tus comentarios para aclarar esta tontuna. Un saludo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 14:27
  7. 7. Saulo dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios.
    La verdad es que son muy muy útiles. Ya me gustaría poder hacer críticas tan constructivas.

    Muchas gracias, de verdad.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 14:51
  8. 8. sergiodammerung dice:

    Hola Saulo, me ha encantado tu relato. Sobre todo los diálogos. Tienes una facilidad pasmosa para ellos, te salen muy fluídos, lo que hace que el relato se sea en un plis. Además, pintas una escena muy ¿española? ¿Almodovariana?. No se, pero me ha gustado. Me ha recordado a los libros de Eduardo Mendoza. ¡Mi enhorabuena!

    Escrito el 23 marzo 2016 a las 18:32
  9. 9. Sergiodammerung dice:

    (Ups, puse “fluídos”, así, con tilde, que despiste. Es “fluidos”, os course…

    Escrito el 23 marzo 2016 a las 18:34

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