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TÚ TE LO PIERDES - por CARMEN SERRANO
Pulsó con insistencia el botón. Necesitaba salir de allí y el ascensor no llegaba; la luz de la flecha de subida parpadeaba pero el maldito debía estar haciendo un tour por todas las plantas. Por fin las puertas se abrieron y se coló en el cubículo como el corredor de encierros cuando se introduce entre los palos en el último momento. Dentro apoyó la espalda en la pared y se dejó caer hasta que las rodillas tocaron el pecho; así permaneció unos segundos hasta que las puertas se cerraron y la ira contenida brotó en forma de llanto convulso.
Había sido una estúpida, no vio las señales de la traición: esa afición nueva por la pesca a sabiendas de que ella se aburría y no le gustaba acompañarle, la adicción al móvil del que no se separaba ni cuando iba al baño y cuántas veces le pidió que dejara el chándal aparcado y se arreglara más sin conseguirlo. Pero cuando casualmente le llegó aquel mensaje supo que no era para ella: “No olvides nuestra cita. A las seis en casa de Edu. TQ pecosa”.
Conocía el picadero de Edu en la calle Tribulete; había estado muchas veces con Sergio cuando eran novios y ya casados habían pasado alguna noche después de una cena romántica olvidando por unas horas su condición de padres de dos preciosos niños que les absorbían cada minuto de su vida. Pero ese mensaje no era para ella, no tenía ni una sola peca en todo el cuerpo para atribuirse tan cariñoso apelativo. La verdad se presentó como una traca de fuegos artificiales y las piezas empezaron a encajar en su cabeza, sólo necesitaba la confirmación.
Acudió a aquella cita porque quería encontrarlos en plena faena y que no le pudiera negar lo evidente. Utilizó la llave que su amigo les había dado para prever cualquier contratiempo que pudiera surgir en sus ausencias; al introducirla en la cerradura tubo unos instantes de vacilación e incluso pensó que sus sospechas eran infundadas: “Seguro que todo es un error de fácil explicación. Me estoy anticipando. Bueno, no pierdo nada echando un vistazo, seguro que luego me río contándoselo”. Abrió la puerta, las risas y gemidos que provenían del dormitorio no le dejaron lugar a dudas. Cuando su marido la vio en el quicio de la puerta palideció y su verborrea habitual desapareció, sin embargo ella comenzó a lanzar improperios que hubieran subido los colores al diccionario de la Real Academia; en toda su vida habían salido tales palabras de su boca, ahora al recordarlo el llanto se trasformó en risa. La carcajada fue terapéutica: “No hay mal que por bien no venga”. Se limpió la cara con las manos para no dejar rastro de lágrimas en ella, se incorporó, presionó el pulsador de la planta baja y cuando el ascensor abrió de nuevo sus puertas salió como una mujer nueva decidida a comerse el mundo. “Tú te lo pierdes”.
¡Buen trabajo Carmen! Primero disculparme por no haber participado en el taller de Febrero, pero es que los exámenes me han absorbido totalmente. Dicho esto empiezo mi valoración.
Primero felicitarte porque en muy pocas palabras has contado una historia que a mí me hubiese costado miles de páginas. La adjetivación es sobria y sencilla, la puntuación adecuada. Se lee de manera muy rápida, además de que no se presenta a lo largo de la lectura ningún problema de comprensión, es decir, que dejas todo bien anudado para que al lector no le surjan dudas.
Sólo he encontrado un par de “fallitos”.
*el primero es una repetición que chirría un poco. Es en la línea 5 en la oración: “(…)se dejó caer hasta que las rodillas tocaron el pecho; así permaneció unos segundos hasta que las puertas se cerraron(…)” yo cambiaría uno de los “hasta que…” para mejorar la estética pero esto es cuestión de opiniones.
*Después una pequeña falta que con seguridad ha sido culpa del maldito corrector del Word. Está en la línea 20 y es que pusiste “tubo”, en vez de “tuvo”.
Me ha hecho mucha gracia cómo describes en el primer párrafo ese enfado con el ascensor y es que tienes razón, a vez parece que hace tours turísticos por tocarte las narices!!!
Te recomendaría que las separaciones entre párrafo y párrafo fuesen más claras porque esa estructura de “mazacote” puede echar a algún que otro lector atrás.
Hablando del reto lo has pasado de calle y la historia no puede ser más actual y realista, me ha gustado ese punto positivo que le has dado, esa renovación de la mujer que se cansa de seguir aguantando la humillación, sin duda deberíamos aprender de tu protagonista.
Muchísimos besos, felicidades y sigue escribiendo!!!
Un aplauso por las mujeres de la vida real que se comportan como la de tu personaje.
A pesar de la falta de separaciones claras de los párrafos, no tuve dificultad para comprender y seguir el hilo ya que me parece que el relato está muy bien escrito. Una forma muy clara, precisa y directa que se centra en lo que se quiere contar, creo que eso también ayudó bastante, aunque debo decir que alguna oración me pareció un pelín larga, pero nada que comprometa la legibilidad de la narración.
Sobre el tema, me parece una buena idea contar algo diferente a lo que ya está demasiado revisado, y es que esos personajes femeninos que aguantan de todo y siempre están detrás del hombre ya están demasiado vistos. Ya va siendo hora de que más personas abran los ojos.
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-33/5149
Saludos y a seguir escribiendo.
Carmen me ha gustado tu historia. La veo bien llevada, pero si me lo permites te voy a dar un giro que creo que le dará más realidad. Después de “en toda su vida habían salido tales palabras de su boca” Yo seguiría con “Pulsó con insistencia el botón……..hasta llegar al llanto convulso.(las seis primeras lineas) y ahí es donde ahora “al recordar los improperios, el llanto se trasformó en risa y ya lo acabas”. Creo que le das más credibilidad y más fuerza. Aunque me parece una buena historia. Un saludo. Si quieres comentar algo creo que estoy en el número 57.
Hola Carmen,
Gracias por comentar mi historia de febrero, la tuya me gustó, es un buen principio de novela, aunque yo no descubriría si el protagonista es chica o chico tan pronto.
Tu relato de marzo sobre el desamor y la infidelidad me ha gustado mucho. Se lee y comprende con facilidad. Cumples el reto de sobra.
En cuanto a puntuación, faltas, todo lo formal ya te lo han dicho en los anteriores comentarios.
Nos seguimos leyendo. Saludos
Hola, Carmen:
Felicitaciones por la fuerza de tu descripción y de la tensión del relato; y por el manejo del reto.
Coincido con las observaciones que te hicieron, en especial “tubo”; pero sobre todo, con las observaciones positivas. Mis felicitaciones.
Te invito a leer mi cuento, “Mis musas están de parto”, en ahorayodigo.blogspot.com. Gracias.
¡Hola Carmen!
De entrada gracias por dedicarle un ratito a mi relato y por tu comentario.
Me ha gustado mucho el tuyo. Es rápido y fácil de leer lo que lo hace entretenido. A pesar de tratarse de una historia algo tópica, consigues que no se haga aburrida y el final no és predecible, lo que le da un valor añadido.
Creo que ambas hemos escrito sobre clichés, y a veces pienso que eso no es malo, si se consigue ofrecer algo diferente dentro de usar un tópico. Es dificil encontrar cosas que no se hayan escrito nunca antes, ¿no crees? En fin, que en mi opinión tu lo has conseguido. ¡Enhorabuena!
¡Nos leemos!