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LA ROCA - por Arameo

El frío y reducido espacio dentro del Rover asemejaba a la prisión en la que James había pasado encerrado los últimos 14 años. Respiró profundamente mientras se recostaba en el asiento del piloto. A un lado, en el asiento contiguo, un pequeño aparato comenzaba a emitir un riff de guitarra. James imaginó que de tener una Budweiser en ese preciso instante, bien podría sentir que estaba montado en su vieja camioneta en alguna de las carreteras de Iowa. A través del parabrisas del Rover sobresalía una imagen que a James le pareció memorable, la Tierra flotaba en la oscuridad.

No pasó mucho tiempo antes de que el oficial en turno recuperara la conciencia e hiciera sonar las alarmas. Luces rojas comenzaron a destellar por toda la periferia del campamento. De los radios incrustados en los cascos de los oficiales, que salían del perímetro armados, comenzaron a emerger voces de alto rango: «¡Encuéntrenlo, maldita sea!», «Se ha llevado un Rover». Los prisioneros del sector comenzaron a golpear las paredes de sus celdas, apoyando el motín.

Mientras tanto, James trataba de recordar la primera vez que había visto la luna. Tenía tres años. Estaba en el patio trasero de su antigua casa. Su madre limpiaba los platos del asado mientras él y su padre yacían recostados en la hierba.

—James, algún día serás una estrella… —dijo su padre, o al menos era la parte que él recordaba. Aquella noche, de todas aquellas luces en el firmamento, sobresalía una luna blanquísima sobre el cielo de Iowa.

Aquel era también el último buen recuerdo que tenía del viejo. Había sido asesinado 15 años después. En los diarios locales circuló el encabezado “JOVEN PARRICIDA ES CONDENADO A CADENA PERPETUA”. Claro que para James la mala relación que se había gestado entre ellos con los años, hacía más creíble toda la ficción que había ideado la prensa y el departamento de policía.

Fue entonces cuando, estando en prisión, escuchó sobre La Roca por primera vez. Un proyecto que se había gestado con sujetos de “bajo perfil” como los llamó la policía. James fue uno de los primeros. Doscientos hombres habían sido transportados más de trescientos mil kilómetros hacia la Luna.

—Tenemos en nuestras manos el futuro del sistema carcelario mundial y la manera de tratar a los descarriados del Señor. —Había declarado ante los medios el alcaide asignado al proyecto.
—Igual que jalar la palanca del retrete para desaparecer la mierda. —Le reprochó alguien entre el público.

Encerraron a los reos en lo que ellos habían bautizado como las Cápsulas, ubicadas en el lado oscuro lunar. Contenedores de cuatro por cuatro metros, y una antecámara más pequeña, con paredes de cristal y divisiones entre celdas para impedir el contacto entre prisioneros. Largos tubos las recorrían transportando desechos y oxígeno. La comida era dada por los guardias mediante sobres que duraban meses. Y tenían permiso una vez al mes de ir, uno a la vez, al centro de mando para asearse.

Un día de abril, James pidió ese derecho. Un guardia le llevó el traje espacial que le daban a los reos, especiales para entorpecer la movilidad. Lo puso en la antecámara. las puertas exteriores se cerraron y la pequeña cabina se llenó de oxígeno. James se puso el traje y una vez fuera caminó frente al guardia, quien lo escoltaba pistola en mano. Entraron al centro de mando. Al momento que el guardia cerraba la entrada, James ya se había quitado el traje. Aguantando la respiración y el ardor en las venas golpeó el casco de su vigilante con un tubo. Lo empujó fuera y cerró la puerta de acceso. Casi apunto de desmayarse James se puso el traje nuevamente y esperó hasta recobrar las fuerzas. Entró al aparcamiento y tomó un Rover, dentro del cual se liberó torpemente del traje espacial.

Recorrió kilómetros para poder ver la Tierra. Después de contemplarla por largo rato, sacó la cinta de la reproductora portátil que había encontrado dentro del vehículo. Le dio vuelta y grabó un mensaje para su padre, imaginando que algún día ambos serían estrellas brillando en el firmamento y que aún sin atmósfera, su voz recorrería el espacio entre ellos para decirle cuánto lo extrañaba. Después volvió a poner la cinta y reprodujo la canción que había estado escuchando. Finalmente, abrió la escotilla mientras contemplaba una hermosísima Tierra flotando en la oscuridad.

♫ …Remember the time you drove all night
Just to meet me in the morning… ♫

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7 comentarios

  1. 1. Bea dice:

    Hola Arameo:

    Bonito y triste relato. Bonito por la forma la que lo has escrito y triste por la forma en la que acaba claro.

    Me ha gustado mucho, la forma en la que describes el pasado del personaje y sus sentimientos, muy bueno.

    Te invito a que te pases por el mío que es justo el que tienes encima.

    ¡Felicidades, nos leemos!

    Escrito el 18 abril 2016 a las 00:56
  2. Muy bien Arameo, ante todo saludos y decirte que estamos en consonancia. Es la primera vez que te leo y me ha gustado. Nuestros relatos tienen algo en común, aunque yo he querido experimentar sólo con diálogo (Núm. 51) y creo, por otro lado, que no he logrado crear la atmósfera de sensibilidad y tragedia que tú logras.
    La injusticia está aferrada en nuestro mundo y verse inmerso en un episodio trágico no es sino cuestión de mala suerte. James simplemente no ha tenido suerte y luego no faltan los mamasantos que hablan y piensan como lo hizo el alcaide. El resto es consecuencia de lo anterior. Muy buen relato. Muy bien escrito y resolución del conflicto de una manera lógica.
    La forma para mí es correcta, muy bien desarrollada y el contenido (traspasado a la fantasía lunar), me parece muy realista. El pobre James no le dio gusto al sistema y su sensibilidad se pone de manifiesto con el mensaje grabado para su padre. Muy bien. Felicidades
    Saludos y nos leemos.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 15:53
  3. 3. Werchy lam dice:

    Muy bien Arameo,
    Aunque vengo de leer otro relato de presos en la luna, el tuyo también me ha gustado. Está muy bien escrito y la estructura va perfecta. Se ve y se imagina bien. Es en la luna, y respeta los criterios científicos a los que está sujeta.
    Solo he visto algunas cosillas de “na”
    En esta frase:
    —James, algún día serás una estrella… —dijo su padre, o al menos era la parte que él recordaba. Aquella noche, de todas aquellas luces en el firmamento, sobresalía una luna blanquísima sobre el cielo de Iowa.
    Ese “o al menos era la parte que él recordaba” ¿Qué exactamente quieres decir con eso? No es una parte, una oreja, o un brazo, es una conversación por lo tanto eso de era la parte, no queda bien.¿O bien era una parte de la conversación¿. El caso es que no está claro o bien definida. O yo no lo he entendido.
    Luego entiendo que es James quién lo asesina. Pero al final le dedica un mensaje y lo extraña un montón. Eso crea un “come-come” en el lector sobre la supuesta relación entre ambos que no está mal, pero hace dudar si lo asesina o no. Quizás esa fue tu intención.
    Hay unas chicas-literautas que revisan los diálogos estupendamente. Les diré que se pasen por aquí.
    Un excelente trabajo Arameo.
    Enhorabuena
    Estoy en el 57, por si quieres leer el mío.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 18:48
  4. 4. Janna dice:

    Hola Arameo 😀

    Me encanto!

    Tu relato transmite muy bien los sentimientos de tristeza y añoranza por su padre y lugar de origen del protagonista. Las descripciones me hicieron ubicarme muy bien en las escenas, que supiste hilar muy bien los cambios. Aunque no participaste en el reto tu historia está perfecta, sucede en la Luna y no encontré fallas gramaticales ni ortográficas.

    Felicidades! y si quieres puedes pasar por mi relato el nro. 52 🙂

    Escrito el 19 abril 2016 a las 23:52
  5. 5. Beatriz dice:

    Arameo…. me encanta que tu Nick sea una lengua muerta…
    El relato muy interesante… quizás te diría que no uses palabras que terminen en “mente” …. (profundamente).. uno de los consejos de S King
    Namasté

    Escrito el 20 abril 2016 a las 10:14
  6. 6. Demetrio Vert dice:

    Hola Arameo. Gracias por pasar leer mi relato y comentarlo.

    Yo veo tu texto bien construido, con un lenguaje sencillo en el que poco a poco vas introduciendo al lector en el contexto.

    Yo suelo comentar sobre la estructura del relato, y este me ha parecido muy correcto.

    Hecharía en falta un poco más de dramatismo en el conflicto. Es decir, aunque se adivina claramente el motivo del suicidio de James, esa soledad, esa añoranza del padre, deberían, en mi opinión estar más marcadas. Una pincelada solamente, pero lo suficiente para sentir el dilema de James. Sus dudas, sus vacilaciones ante la muerte, su isoportable soledad que le empuja.

    En resumen, una presntación perfecta, un nudo bien desarrollado pero al que le falta, según mi criterio, esa tensión del protagonista sobre la decisión a tomar. Y un desenlace estupendo, sin dramatismos, tomada ya la decisión, muy natural.

    Por otra parte, en la escena en que james se escapa, creo que lo complicas un poco. Una puerta cerrándose, alguien aguantándo la respiración (¿y el vacío? ya que el cuento intenta ser realista n cuanto a las condicines del lugar), un tubo, un golpe, echar fuera al vigilante. No sé, creo que tal como va el cuento, con la admirable sencillez de la narración, ahí te has liado un poco. Bastaría con decir que durante el traslado pudo reducir al vigilante y escapar. Sin complicaciones.

    En cualquier caso, es mi opinión, y esto último no resta meritos a un buen cuento, bien escrito, bien estructurado y con un conflicto resuelto.

    Nos leemos.

    Escrito el 25 abril 2016 a las 12:11
  7. 7. Demetrio Vert dice:

    Lo siento es “echaría; “insoportable” “presentación”. Teclear deprisa produce estas cosas.

    Escrito el 25 abril 2016 a las 12:15

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