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Cincuenta años - por Tilly

Cincuenta años
Cincuenta años juntos y aún se querían, eran sus padres.
Ella, después de dos años de boda, estaba a punto de separarse de su marido.
Les iba a preparar una fiesta sorpresa y ellos no podían enterarse.
A punto de entrar en el restaurante donde se iba a celebrar la comida sintió un ligero mareo. ¿Y si todo salía mal? Tonterías, no estaba sola en un desierto con una tormenta de arena y sin agua, pisaba tierra conocida y el propietario del restaurante la estaba ayudando mucho con los preparativos.
La comida preferida de ellos, los sitios asignados a cada invitado, las flores en forma de corazones en las mesas, y la tarta con cincuentas velas.
El otro día, su madre se cayó, y se rompió una muñeca, su padre la acompañaba, le sujetaba las gafas para leer, la miraba con ternura.
Mónica no quería ser envidiosa de la felicidad de sus padres.
La envidia es verde cloro, un veneno para el corazón, y la cara de los envidiosos se agria como un yogurt de limón.
Sus padres se querían y ¿qué? Eran mayores, se habían acoplado, limado diferencias, olvidado rencores.
Ella no sabía perdonar.
Treinta eran los invitados, la mitad de los amigos se habían perdido por el camino. Disfrutarían con los dulces porque no tendrían que masticarlos como la carne, gritarían todos a la vez no pudiendo escucharse por sus sorderas, y se irían a sus casas olvidando el regalo que ella había preparado en la silla de cada uno de ellos. Un sobre con una foto de sus padres recién casados.
El mes pasado, su padre le comentó que todo lo que quería antes de morir era un loro.
— ¿Un loro, papá y eso? Le preguntó Mónica
—Sí, es mi animal preferido desde pequeño, pero ni tu abuelo ni tu madre me han permitido tenerlo nunca.
Ella se lo iba a comprar, sería su sorpresa.
Un loro turquesa, amarillo, oro, lo haría llegar desde Brasil.
Tan bonito que no se encontraría uno igual, ni siquiera embalsamado en un Museo de ciencias naturales.
Hizo el pedido por internet y cruzó los dedos para que llegara a tiempo.
La mañana del aniversario, el cartero le trajo una carta certificada.
La abrió en la misma puerta con la premonición de un desastre inevitable, el membrete era de un abogado, y entre las lágrimas leyó algo así como: separación de mutuo acuerdo.
Se sentó en la butaca de la entrada, primero la volvió a mirar tres veces y luego empezó a sollozar. Justo hoy. ¿Cómo haría para disimular?
Luego pensó que sus padres no se merecían un mal día, se lavó la cara, se arregló y salió a la calle para recoger el loro que había dejado en el veterinario.
Ella y el camarero lo escondieron en una habitación pequeña del restaurante, cercana al comedor.
A la hora precisa comenzaron a llegar los invitados, precedidos por bastones o sillas de ruedas. Mónica había tenido que invitar también a los acompañantes.
La sopa les resbalaba sobre el mentón a casi todos, el segundo, unas albóndigas, se quedaron casi todas en el plato. Ellos se reservaban para los postres. Sus padres, felices, se miraban con cariño y le hicieron una señal para que dijera algo.
Mónica, con voz temblorosa dijo—Nunca nadie ha tenido unos padres tan maravillosos como los míos, gracias a ellos por su cariño, dedicación y su ejemplo de amor y tolerancia. Pido un gran aplauso para ellos y para todos vosotros.
Se acercó a besarles mientras el camarero llevaba discretamente el loro cubierto por un pañuelo.
—Papá, mamá, este es mi regalo de aniversario.
Destapó al loro y vio la cara emocionada de su padre. Un murmullo acompañó la sorpresa.
Su madre se levantó y gritando dijo a su marido—Elige, el loro o yo, siempre te lo había dicho.
Su padre la miró fijamente, casi desafiante y dijo — El loro.
Otro murmullo, esta vez más fuerte, acompañó a su madre hacía la salida.
Desde aquel día, extrañamente, siguieron felices cada uno por su lado. ¿Y Mónica?
Ella se prometió a si misma que no volvería a dar ninguna sorpresa más en toda su vida.

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4 comentarios

  1. 1. GAIA dice:

    Bravo, Tilly. Muy gracioso y sorprendente final!
    Cumpliste con el reto y con sacar sonrisas a tus lectores.
    Estoy en el 114

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 17:18
  2. 2. Cyrano dice:

    Que tal Tilly

    Primero decirte que me ha parecido un relato muy bien escrito, se lee con facilidad sin perder el hilo de la historia, que no siempre sucede. El final te deja una sonrisa de ¿qué ha pasado?. Esta claro que los padres de Mónica necesitaban un loro. Por otra parte creo que has dibujado bien los sentimientos de Mónica mientras esta esperando la celebración de sus padres.
    No entiendo bien el significado de: Elige, el loro o yo, “siempre te lo había dicho”.

    Como resumen me ha gustado, y divertido

    Saludos

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 00:05
  3. 3. barojo dice:

    ¡Hola Tilly!

    Como eres el segundo relato después del mío, voy a intentar hacer el comentario tal y como recomienda Literautas: forma, contenido y opinión personal.

    En cuanto a la forma, veo algunos errores:

    – Nada más empezar falta un punto. Además, según comienza la segunda frase, con la repetición de palabras, yo creo que sería mejor punto y seguido.
    – Igual pasa con la coma antes de “eran sus padres”, yo creo que ahí encajaría mejor un punto y seguido o, mejor, introducir a sus padres en la oración: Cincuenta años. Cincuenta años juntos y sus padres aún se querían.
    – Tanto punto y aparte corta un poco el ritmo de la narración, porque como, además, vas mezclando las historias es un poco difícil seguir el texto, parece poco fluido. Me gusta la idea de mezclar la historia de sus padres con la suya, por eso, creo que sería mejor agrupar la información en párrafos más largos.
    – La información está bastante mezclada y, a veces, hace perder el hilo, por ejemplo, ella desea que el loro llegue a tiempo y entonces llega el cartero, todos esperamos que traiga al loro, pero está ya en el veterinario. Sé que la limitación de palabras complica las cosas, pero yo, como lectora, necesito más claridad en la exposición.
    – En general, creo que se puede pulir mucho en cuanto al uso de la puntuación, que afecta a la estructura del texto.

    En cuanto al contenido he de decir que me ha gustado el relato. Ya te he señalado que me gusta la idea de mezclar las sensaciones que tiene Mónica respecto a la historia de sus padres y a la suya propia, aunque yo hubiera profundizado más en sus emociones y menos en la enumeración de los diferentes preparativos de la fiesta.
    El giro final es muy gracioso y te hace plantearte que las cosas no son lo que parecen.

    Mi comentario personal es, como ya he dicho, que me gusta el relato. Creo que has tenido una buena idea, has logrado el reto fácilmente (quizás arena está un poco metida con calzador) y has conseguido un relato divertido. ¡Enhorabuena! Espero haberte ayudado con mis comentarios.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 09:44
  4. ¡Hola, Tilly!

    Iba a decirte que era un relato entrañable, la historia de dos viejecitos que han estado juntos toda la vida (soy una romántica), pero al final ¡TOMA! “El loro o yo”.

    En cuanto a la forma, creo que está correcta en cuanto a vocabulario, no hay faltas de ortografía y veo claras las partes de introducción, nudo y desenlace. Sí que creo que se puede mejorar la puntuación para dar más fluidez y cohesión al texto. En lugar de escribir frases separadas por puntos y aparte, podrías hacer párrafos. Y para escribir los diálogos te recomiendo que leas las entradas de Literautas al respecto, ya que son de gran ayuda:

    https://www.literautas.com/es/blog/post-1936/dando-forma-a-los-dialogos/

    En cuanto al contenido, me ha parecido una historia entrañable y cotidiana. Me ha encantado la imagen de todos esos amigos viejitos en la fiesta. También me ha gustado el punto de vista elegido para contarla: la hija que, a pesar de sus propios problemas, prepara la fiesta a sus padres.

    Me han gustado mucho frases como “La envidia es verde cloro”. Y también creo que has introducido muy bien las palabras propuestas, incluso el loro ha tomado un papel protagonista, jajajajaja.

    El final es sorprendente. Me gustan mucho los giros finales que te dejan con la boca abierta.

    En general, me ha parecido un buen relato. Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 21 mayo 2016 a las 10:31

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