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Falsa subconciencia - por A.R.Payán

Web: https://m.facebook.com/tintadeletras

—Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, el tuyo, pronto dejará de tenerlo, —dijo Maship haciendo un gesto con la mano a uno de los dos hombres que estaban con él antes de continuar hablando—. ¿sorprendido? No esperabas verme, ¿verdad inspector?

El inspector Joaquim mantuvo unos segundos el ceño arrugado después de que le quitaran una bolsa de la cabeza. Cuando la luz ya no era molestia, observó el lugar donde se encontraba; del techo colgaba una vieja luminaria que mantenía en penumbra una pequeña habitación, los azulejos hacía tiempo que habían dejado de ser blancos y en el suelo faltaban varias baldosas.

—Tantos años persiguiéndome y nos conocemos de esta manera, —La voz de Maship, uno de los narcos más buscados hizo que se fijara en su captor— . Siento no haber elegido un lugar más acogedor para tu muerte. Espero que aceptes mis disculpas, ha sido todo muy abrupto.

El inspector lo miraba confuso y su rostro reflejaba desconcierto. En su recuerdo más reciente, se encontraba en el garaje penumbroso de la comisaría, los recortes habían sido los responsables de tal oscuridad, iba caminando mientras miraba un mensaje que tenía en el móvil.

—Reconozco que eres un hombre consistente. Eso me sorprendió al principio, pero con el tiempo, hizo que despertara en mí la curiosidad de ver hasta donde estabas dispuesto a llegar, —Maship se recostó en el asiento y clavó la vista en el inspector, quien observaba sin decir palabra alguna—. Primero ordené quemar tu casa, aquello pareció no importarte mucho, o no entendistes bien el porqué de tal acción y seguistes obsesionado con mi captura. Pasó un tiempo hasta aquel accidente. —El narco se reincorporó y se quedó muy cerca del rostro del inspector—. Hay te faltó poco ¿eh?. Mis hombres se sobrexcedieron un poco, a veces ocurre que, un trabajo fácil se complica y acaba de forma inesperada a como debía haber sucedido, —terminó diciendo mientras se encogía de hombros ante la atenta mirada de Joaquim.

La sala quedó en silencio. Maship observó desafiante al inspector, quien no daba síntomas de venirse abajo y permanecía impasible ante los acontecimientos narrados por el narco. Sabía que debía ganar la guerra psicológica a la que estaba siendo sometido. No podía derrumbarse, aunque no podía escapar de allí, había algo dentro de él que decía que debía aguantar.

—¿Qué fue lo siguiente? A ver déjame pensar. —Se llevó un dedo a los labios, simulando que hacía memoria unos instantes—. A sí. Recuerdo. A veces me pasa que se me olvidan los detalles más próximos, —dijo mostrando ironía en sus palabras—. Esto fue hace una semana, creo. ¿Recuerdas?

El inspector por primera vez pareció inquieto. Las palabras del narco esta vez sí, consiguieron romper la serenidad que había mantenido.

—¡No vas a llegar muy lejos! —Ladró el inspector agitándose en su asiento.

—Veo que no andas mal de memoria. —El narco volvió a recostarse. Sus labios esbozaron una fina sonrisa.

—¿Dónde están? —Gritó Joaquim desesperado.

—En dónde no las volverás a ver, —afirmó tajante y alzando la voz—. No dejastes de seguirme pese a todas mis advertencias que tú… —Hizo una breve pausa antes de levantarse con rabia y señalarlo—. Que tú ignorastes. ¿Qué has conseguido? Dime, ¿qué? —Los gritos rabiosos rebotaban en las paredes haciendo que el sonido pareciese aún más duro—. Así vas a morir, con el recuerdo de tu mujer y tu hija. —Hizo una pausa antes de seguir—. Gritaron mucho, ¿sabes? Les fallastes. Hasta el último momento esperaron a que su héroe las salvara, —terminó diciendo antes de abandonar junto con sus dos matones la habitación.

Los ojos del inspector se encendieron de rabia. Pasado un tiempo comenzó a agitarse en el asiento, al principio lo hacía con energía, después las fuerzas y el ánimo lo abandonaron dejándolo solo en aquella minúscula sala. Con lágrimas en los ojos, sabía que pasarían días hasta que quedase inerte.

Una voz muy familiar comenzó a llegar a su cabeza. No sabía el tiempo que llevaba allí, no sabía si estaba vivo o muerto. Todo estaba oscuro, pero aquel sonido era cada vez más nítido. Reconoció la voz de su hija, lo llamaba una y otra vez. En un último impulso de fuerza abrió los ojos, frente a él, su hija acompañada de su mujer y un doctor lo observaban.

Joaquim se mostró nervioso y fue el doctor quien hablo:

—Tranquilo, has sufrido un duro accidente de tráfico. Eres un hombre afortunado.

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11 comentarios

  1. Hola A. R: Payán. Tu relato es uno de esos que hacen que uno tenga ganas de pegarle al captor, da bronca. Es bueno eso, lográs transmitir la emoción. La extensión, en éste taller, no ayuda mucho, pero sin embargo, con 750 palabras lográs describir bien una escena de un thriller que tiene contenidos variados.
    Me gustó mucho; con respecto a lo técnico, creo que hay un par de cosas, irrelevantes que se pueden corregir, como en donde decís […]” o no entendistes bien el porqué de tal acción”[…] Si no me equivoco, “entendistes” se escribe sin “s” al final. Pero ya ves, son detalles mínimos de corrección editorial.
    Muy buena historia.
    ¡Exitos y gusto leerte!

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 14:50
  2. 2. Claudia E. dice:

    Hola A.R.Payán:

    Me gusta la tensión que se mantiene entre Manship y Joaquim, el clima de incertidumbre y tal vez una posible esperanza de que al final, el inspector se liberará de esa captura.

    Según entiendo, el inspector sufre un accidente y mientras está inconsciente tiene este “sueño” donde se refleja su miedo de que a su esposa e hija les ocurra algo.

    El giro del final también me gusta, es una combinación de final feliz con resolución no predecible (muy típico hubiese sido que Joaquim escapase mismo McGiver, jijiji, o llegada de un escuadrón antinarcóticos y luego un tiroteo).

    Un saludo

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 17:31
  3. 3. Tatei Jautze dice:

    Hola A.R.Payán: en este texto que has llamado “Falsa subconciencia” has tratado un tema que a mí en lo personal no me gusta nada: narcotráfico, tortura y delincuencia organizada.

    En el mundo del hampa, acostumbran ponerse alias, ¿cuál es el de Maship?

    Hay algunos errores que hacen sangrar la vista, por ejemplo:
    – En el uso del pretérito del indicativo.
    – “Hay te faltó poco” Debe decir: “Ahí te faltó poco”
    También es muy continuo el uso de la palabra “debía”.

    Cabe hacer notar que un “accidente de tráfico” es un accidente al traficar y un accidente de “tránsito” es un accidente al transitar.

    Yo soy Tatei Jautze. Te invito a leer y a mandar tu comentario sobre el texto #96 “Personalidad jazzeada.”
    Gracias.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 05:32
  4. 4. A.R.Payán dice:

    Gracias por vuestros comentarios.
    En cuanto al de Tatei Jautze, decir que el término accidente de tráfico está bien empleado. Por lo menos en España. Yo nunca lo he escuchado como comentas.
    La palabra “debía” solo sale una vez en el texto, imagino que te habrás confundido con otra, la más semejante es sabía, hay tres, dos de ellas seguidas usadas adrede.
    En cuanto al alias, ¿por qué no puede ser Maship un alias?
    En cuanto al gusto de la temática es algo creo que se debe obviar.
    Por lo demás estoy deacuerdo

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 08:52
  5. 5. Tatei Jautze dice:

    Hola A.R.Payán:
    Debía:

    1- “un trabajo fácil se complica y acaba de forma inesperada a como DEBÍA haber sucedido,”
    2- “Sabía que DEBÍA ganar la guerra psicológica a la que estaba siendo sometido.”
    3- “había algo dentro de él que decía que DEBÍA aguantar.”

    Un alias se escribe entrecomillado:
    “pronto dejará de tenerlo, —dijo “Maship” haciendo un gesto con la mano”

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 16:06
  6. 6. A.R.Payán dice:

    Ups!!! Cierto, si no lo dices no lo veo.
    Gracias.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 17:33
  7. 7. A.R.Payán dice:

    Los apodos, salvo que vayan entre el nombre no hay que encomillarlos.
    Eso dice la Rae.

    Parece ser según he leído que, en el español latino si se acostumbra a ponerlo entre comillas.qc

    Al final estamos haciendo un debate.

    Un saludo.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 18:02
  8. 8. Ebea dice:

    Hola A.R.Payán, aquí vengo a devolverte la visita que te debo,

    Bien, me gusta tu relato, creas bastante bien el clima de thriller y el giro argumental del final me ha resultado muy inteligente.
    Y bueno, lo cierto es que poco más, los párrafos están bien distribuidos, las frases resultan cómodas y accesibles y el texto en general es dinámico.

    Lo de la sonoridad… lo cierto es que no puedo decir que sea feo de escuchar, pero tampoco es que los oídos me queden maravillados… supongo que el argumento de este texto tampoco es que permita darle un verso lírico.

    La parte de diálogo es un poco… no sé, reconozco que el hecho de que el narco casi mantenga un monólogo… no me acaba de gustar, intentaría un poco más de feedback.
    Aunque no digo que quede mal. Sencillamente me parece tan… no sé…. “monólogo del malo” que casi lo califico de cliché. Aunque eso no significa que sea malo, a veces los clichés son necesarios y útiles para lo que queremos narrar.
    En este caso, teniendo en cuenta la extensión de la que se disponía y el giro argumental del final, está bien usado y no queda mal. (otra cosa es que no sea la opción más deseada por mí, por lo que este párrafo de comentarios no te vale de mucho…)

    Tal y como comentan compañeros más arriba, hay algunas fallas ortográficas debidamente apuntadas, así que no hago más reseñas al respecto (además que soy la menos indicada para decir nada en ese área)

    De todas maneras, aunque los comentarios puedan indicar lo contrario, tu escena me ha gustado mucho, está muy lograda. Te felicito por ello.

    Un saludo, nos leemos.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 18:22
  9. 9. Leosinprisa dice:

    Hola A.R.Payán,

    he leido tu escrito con suma atención creyendo que al final el pobre inspector quedaría solo, con su familia asesinada por ese villano narcotraficante. Me ha dado una gran alegría ver que habian sobrevivido y solo el trauma del accidente y la ansiedad por perder lo que más quiere en el mundo le habían provocado esa pesadilla.

    En ello me has cogido desprevenido, eso tengo que confesarlo (sé que la cosas no suelen ser como queremos, pero que diantres, escribimos para plasmar nuestros deseos y la vida, pocas veces, nos sorprende con gratas noticias). En ello nos sentimos un poco como un dios, moldeando el destino de cuantos personajes creamos a nuestro antojo.

    Ha sido una lectura entretenida, un tanto angustiosa, pero entretenida. Y no tengo nada que comentarte sobre correcciones, pues los compañeros ya han hablado bastante para ello y no he encontrado nada que pudiera ser digno de mención.

    Ha sido un placer leerte y gracias por tu comentario en mi texto. Espero leer más cosas tuyas. Un saludo.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 21:03
  10. 10. Wolfdux dice:

    Un relato muy bueno. Me ha gustado de cabo a rabo. Sobre todo la forma en la que sitúas al inspector: ” Cuando la luz ya no era molestia, observó el lugar donde se encontraba; del techo colgaba una vieja luminaria que mantenía en penumbra una pequeña habitación, los azulejos hacía tiempo que habían dejado de ser blancos y en el suelo faltaban varias baldosas.” Con esta oración me has ubicado perfectamente en la historia.

    Por otro lado hay un par de cosillas que merecen un tirón de orejas, jeje. Hay un uso erróneo de los tiempos verbales en “segusites”, “entendistes”, “dejastes”, etc… Luego, los diálogos están mal puntuados. Te pongo un ejemplo sencillo:
    -Hola -dijo Alicia-, ¿cómo estás?
    -Hola. -La voz de Alicia retumbó por toda la sala-. ¿Cómo estás?
    Hay muchas más variantes, pero no hace falta ponerlos todos, supongo que la idea se entiende. Por último, cuando Maship le explica al inspector que su mujer e hija están muertas, utilizas dos veces el mismo inciso: “hizo una pausa”, muy próximos entre sí.

    Espero que esto te ayude a pulir el relato, que como he dicho al principio es de por si una maravilla.

    Un saludo.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 10:54
  11. 11. María Kersimon dice:

    Un relato dinámico que engancha y no deja indiferente. Se inicica como la típica escena de thriller – muy bien traída por cierto – y al final sales con un giro inesperado que le da la vuelta a todo el argumento. Uno puede extrapolar que la presencia de su hija y su mujer en el hospital gatillaron en su subconsciente una reacción fuerte, tras el estado presumiblemente comatoso en el que se encontraba, y le hizo sentir la rebeldía ante la posibilidad de no volverlas a ver, todo ello transportado al interior de las vivencias oníricas, como muchas veces pasa, transformado y mezclado con fragmentos de diferentes procedencias. Lo onírico tiene una consistencia sin brechas… hasta que el asunto de la memoria y los recuerdos recientes se abren paso. No sé si fue deliberado pero encaja perfectamente con el paso entre sueño y realidad.
    Lo que no he visto es la presencia de un doble, solo la mención de la palabra por el narco.
    Me pareció una buena historia bien contada. Saludos.

    Escrito el 25 noviembre 2016 a las 21:54

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