Jaime y la nave - por Eve

Aquella tarde no era una tarde cualquiera, si bien, los niños salían como siempre a jugar afuera, los coches se paseaban con sus luces de aquí para allá, las madres preparaban la merienda, no había razón para decir que era una tarde cualquiera.
Y no es porque un nuevo niño estaba naciendo porque ya sabemos que los niños nacen todos los días, tampoco porque el cielo se estaba nublando nuevamente como cada vez que la temperatura aumenta apresuradamente. Pero no les voy a dejar una pista para que entiendan un poco más o para que ya se les vaya cayendo las fichas. Porque yo mismo les voy a decir que es lo que estaba sucediendo allí, en aquella ciudad tan normal como cualquier otra.
Eran las vacaciones del 12 de Enero del año 3056 y alguna gente ya se alistaba para viajar hacia alguna ciudad para veranear con sus amigos o tal vez con sus familias, otros en cambio, ya lo estaban haciendo desde el mes pasado; pero en la casa de Jaime, él se quedaba solo, porque se había comportado como un desastroso cuando había ido a jugar al fútbol con sus vecinos la semana pasada, o eso era lo que su padres creían, y era por eso que lo habían castigado, pero la verdad era que Jaime no tenía la culpa de nada. Era un complot de falsas acusaciones que algunos de sus vecinos habían armado en contra de el por besar a la vecina que todos los niños del barrio la llamaban la bonita. Pero no vamos a ir al caso para contar con lujos de detalle de que es de lo que se le acusaba a un niño como Jaime de tan solo 8 años (aunque ya faltaba poco para que cumpla los 9) como para que sus padres no lo quieran llevar a Villa Gesell con ellos, pero de lo que si todos creían ahora es de que Jaime era un niño malo y un revoltoso.
Mamá de Jaime: _Bueno niño, ya tenemos todo listo, nos vamos por dos meses, pero si nos enteramos de alguna manera de que te estás portando bien, tu padre vuelve en febrero para llevarte con nosotros.
Jaime: _Pero mamá…
Mamá de Jaime: _Y sin peros, en la heladera te dejamos provisto de todo lo necesario como para que te alimentes en estos dos meses.
Jaime: _Bueno.
La madre y los hermanos de Jaime suben a la camioneta junto al padre que ya los estaba esperando desde hace una hora, y entonces se van.
Y ahí llegan Matías y Esteban a molestar a Jaime porque ya se enteraron de que él no se va de vacaciones y ellos sí:
Matías: _Así que luego de un año largo y cansador a todos nos viene bien unas merecidas vacaciones ¿No es así Jaime?
Jaime: _Sí
Esteban: _Pero lastima por todos los que están castigados porque no van a poder disfrutar de este hermoso verano y en cambio se van a tener que quedar en sus habitaciones solos y aburridos.
Matías: _Mientras nosotros disfrutamos del mar y las olas, la playa y LA ARENA!
Como Jaime no dice nada se van y lo dejan. Y se queda viendo como todos sus vecinos, para su desgracia justo ese mismo día, esa misma tarde, se preparan con sus valijas para irse a veranear. Cuando se van todos y se queda completamente solo sin más que mirar entra a la casa. Y se diríje hacia la biblioteca, agarra un libro de historia, lo abre en cualquier página y lee: “Pasaron junto a dos campamentos del ejército”, demasiado aburrido, lo cierra lo guarda y agarra otro, ¿El título? “El poeta solitario”, _Esta coincidencia es abrumadora piensa y lo guarda nuevamente.
Entonces llegan los recuerdos de sus últimas vacaciones, felices en la arena… _No esto no me puede estar pasando!, Pero, ¡Qué es eso! ¡Que se oyó! Un enorme estruendo, como un trueno feroz que quiere arrasar con todo. Jaime mira por la ventana hacia afuera, y entonces, los ve: _¡Una nave! ¡Qué extraño! Entonces corre hacia el teléfono lo agarra y llama a sus padres, no hay señal. Mira de nuevo por la ventana, ¡Son dos! ¡No! ¡Tres! ¡Más! ¡Pero no! ¡Son extraterrestres!
Toda la tierra está en llamas, ¡Nos quieren destruir! Pensó Jaime, ¿Dónde está mi mamá y mis hermanos? Entonces Jaime empieza a correr sin rumbo convencido de que una de esas naves lo está persiguiendo…continuará