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El grito - por Davo

EL GRITO

Se giró al escuchar el grito en forma muy lenta, ya que, por miedo, no quiso darse cuenta de lo que sucedía de manera inmediata, primero quería sentirse vivo. Su experiencia en el pasado cercano, lo hacía diferenciar y conocer muy bien, cuando se trataba de un grito desgarrador de otro sin importancia, era como si el desgarrador se transformara en un cuchillo filoso que le trozaba el corazón, deteniendo su capacidad de reacción, inmovilizándole, pero sin dejar de sustraerse del medio.
Comenzó a buscar, y descubrir con su mirada a través del humo de la explosión, logrando percibir lo que estaba sucediendo; los segundos se transformaron en minutos muy largos. Veía la gente correr despavorida, pasando a su lado como saetas, en comparación de sus movimientos que los sentía tremendamente lerdos.
Se percató que los gruesos vidrios de los ventanales del restaurant, habían sido disparados violentamente hacia el exterior como aguijones de avispas gigantes, directamente contra la avenida principal, mirando con estupor, las muchas personas que se debatían heridos en el pavimento frío de aquella noche.
Instintivamente despertó su ansiedad profesional de conocer la historia, sacando su cámara fotográfica, para inmortalizar a través de su lente la pavorosa y sangrienta caótica situación.
Tomando el valor necesario ingresó al local, el que estaba oscuro, vestido solo por el humo y de algunas llamaradas que se dispersaban por el entorno, transformándolo en un infierno de Dante.
Su instinto, le hacía actuar disparando el obturador hacia todas las más horribles e impensadas imágenes. Sin saber cómo, y por alguna razón desconocida, fue tomado en vilo por una fuerza invisible controladora, que lo llevaba a recorrer el horror de esa desgarradora explosión, mostrando la capacidad destructiva de algún pensamiento sádico o una religión mal llevada, asociado con la mano idiotizada de un ser que no conoce la piedad y menos el amor.
Sus manos temblaban por un dolor punzante que le hería su alma. Retrató los cuerpos mutilados de los clientes del local, que, en su silencio forzado y eterno, pedían a gritos alguna razón lógica del porqué de lo sucedido, y del llamado tan repentino a dejar esta vida.
Sus oídos se agudizaron, sintiendo el grito ahogado de una mujer, que imploraba ayuda. Era un llamado casi imperceptible, que venía de la profundidad del aquel recinto, donde estaba gobernando la oscuridad más absoluta.
Como pudo se desplazó a través de los escombros, esforzándose lo que más podía, ya que aquel agudo llamado de ayuda, resultaba ser un grito casi silencioso y agónico, sintiéndolo más cruento que el grito desgarrador anterior. Éste no le trozaba el corazón, sino que lo traspasaba llevándolo a temer su propia muerte.
Por fin dio con la mujer, estaba herida y en muy mal estado, casi inconsciente, abrazada a una fuerza sobre natural que no la dejaba abatirse; cubriendo con su delicado cuerpo, un pequeño infante ileso, que abría sus ojos vivos, sin emitir llanto.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano, ella tomó al pequeño entregándoselo y rogándole que se lo llevara de ahí, estaba claro que estaba renunciando a la vida.
Él lo llevó a su pecho, sintiéndolo un gran generador de fuerza. Por unos instantes lo observó y vio brillar en esos ojos la vida misma, y sin más, sin saber cómo, levantó a la mujer desvanecida en vilo, sacándola de aquel lugar de destrucción.
Afortunadamente le estaba esperando una ambulancia, llevando al niño, y a la mujer, al hospital más cercano, salvándoles su vida.
Sin saber cómo, y menos teniendo una respuesta a lo vivido, el tiempo volvió a transcurrir normalmente, descubriendo que él seguía en el piso tirado por la fuerza de la explosión, eso sí, viendo la ambulancia como se alejaba con ellos, y sintiendo a la vez, como la luz en aquel niño y aquella mujer, vencía una vez más a la oscuridad.
No sabía explicar lo sucedido. Ya que el tiempo transcurrido y su imaginario accionar lo vivió en el suelo. Mientras sucedía esto, fue ayudado por una persona que vio desde lejos el desastre, y por él supo, que él jamás se levantó del suelo cuando se produjo la explosión, ya que presentaba un grado de desorientación muy marcado.
Unos meses después, sentado en su laboratorio fotográfico, relevando aquellos olvidados negativos, asombrado descubrió que lo vivido en aquel restaurant y la explosión, fueron intensamente reales. Entonces una fuerza de luz y paz interior desconocida, lo inundó.

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3 comentarios

  1. 1. Marcos Sebastiá dice:

    Hola amigo Davo.

    Muy buen texto, me he liado un poco, pero creo que he podido interpretar la historia, aunque hay cosas que no me han quedado claras, creo que ha faltado explicar con más detalle la parte subrealista de la historia.

    Después de leer muchos de los textos de esta edición, me doy cuenta de que solemos fallar en la composición de las frases y el uso de palabras desubicadas. Esta frase: “salvándoles su vida.”, ¿no estaría mejor así: “Salvándo sus vidas” o “Salvándoles la vida.”?
    En esta otra frase: “…su lente la pavorosa y sangrienta caótica situación…”, creo que estaría mejor así: “…su lente la pavorosa, sangrienta y caótica situación…”

    El uso de las comas (,) ha faltado en algunas partes de la historia.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 11:24
  2. 2. Yoli L. dice:

    Hola Davo

    Paso a aportarte como lectora, ya que es el primer taller en el que participo.

    Tu texto muy real, se entiende la trama, se lee bien, si me parece que en la frase:”…fue ayudado por una persona que vio desde lejos el desastre, y por él supo, que él jamás se levantó del suelo cuando se produjo la explosión…” ese segundo “él” estaría sobrando, se asume en la frase.

    Sigue escribiendo!

    El mío es el #174 https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-40/6996

    Escrito el 26 enero 2017 a las 19:54
  3. 3. Laura dice:

    Hola Davo.
    Me encantó tu historia. Tomas un tema muy de actualidad, semejante a mi relato (186, por si te interesa).
    No considero nada que señalar. Ya quienes me han precedido lo han hecho.
    Que tengas un exitoso año

    Escrito el 26 enero 2017 a las 22:36

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