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La muchedumbre devoró el alarido - por Juan F. Valdivia

Web: https://juanfvaldivia.wordpress.com/

Se giró al escuchar el grito. Sortakii había completado su misión: detectar El Mal y purgarlo con fuego. En teoría ya podía irse. Pero aquella voz…
—¡Padre!
El inquisidor contempló la figura atada al poste, allí en medio. El joven le devolvió la miraba con ojos desorbitados. ¿Brillaba en ellos el pánico, el horror ante el destino al que Sortakii le había arrojado? El inquisidor estaba acostumbrado a ese tipo de reacción. Pero notaba crecer la incomodidad en su interior. Esa palabra: ‘padre’.
Las primeras lenguas de fuego serpenteaban entre los pies del chaval; unas pocas trepaban juguetonas sobre su sari engrasado.
Sortakii había ordenado erigir la pira en el patio central del castillo—colmena. Ahora las balconadas y gradas estaban repletas de curiosos, de morbosos. Les veía por doquier: apretujados en torno a la pira, festoneaban balcones y ventanas, se encaramaban a postes o al mismísimo zaguán circular. Todos acudían a contemplar el espectáculo de la quema del hereje.
Pero el inquisidor notó que el grito del chico había provocado un cambio en la multitud: algunos espectadores se habían vuelto hacia él y le miraban con curiosidad.
—¡Padre! —Repitió el chico. En su grito había algo inconfundible, algo que el inquisidor supo identificar. Él y varios espectadores. Varios más —«demasiados», pensó—dejaron de atender al sacrificio para clavar sus ojos sobre Sortakii.
Las llamas abrazaban el torso del chaval. Unas pocas habían trepado hasta su cabeza y jugueteaban con sus cabellos; conjuraban una corona resplandeciente, casi gloriosa. El chico debía sentir un dolor inaudito, pero aun así gritaba esa maldita palabra de una manera tan sosegada…
—¡Padre!
El fuego empezaba a devorar los rasgos del chico. La piel se derretía borrando todo rastro de parecido con Sortakii. Sin embargo le seguía mirando con ojos enormes.
El inquisidor notó cómo toda la atención del castillo se volcaba en él. El cuerpo ennegrecido del chaval, su piel deshaciéndose, su melena elevándose en brazos de las llamas hacia el cielo nocturno… nada parecía interesarles. Ni siquiera les molestaba el hedor a carne quemada. Sólo parecía importarles esa palabra. Eso y la manera en que el joven la pronunciaba: llena de amor absoluto y servil.
El inquisidor dio un paso de regreso a la pira. Alzó su tridente en gesto acusador, pero de nuevo el chico se adelantó:
—¡Padre! —Los ojos del muchacho, a diferencia del resto del cuerpo, no ardían. ¿Acaso las lágrimas los protegían del fuego? En su mirada había tal expresividad, tal… ¡amor!
«Ese maldito crío», el pensamiento estalló en la mente del inquisidor. «No voy dejaré que me descubras. La puta de tu madre me hechizó obligándome a romper mi celibato. Y ardió. Ahora tú, maldito, ¿me amenazas con difundirlo? ¡Arde! ¡Muere!».
—¡Blasfemo! —Gritó Sortakii, pero su voz surgió ahogada, exangüe. Sentía la presión de la multitud, de sus miradas acusadoras. Sabía lo que pensaban: si son padre e hijo, y el hijo está mancillado por El Mal, ¡ambos deben arder!
—¡Blasfemo! —Insistió. Pero la marea de gente fluía hacia él. Querían limpiar todo mal.
«¿Cómo te enteraste?», pensó Sortakii agitando el tridente hacia la multitud. Ésta se detuvo amedrentada: el metal resplandecía lleno de poder, de Voluntad.
—¡Hermano!
Todos, Sortakii el primero, se volvieron hacia la pira. Se había convertido en una montaña de llamas compactas en cuyo seno se retorcía una forma negra y achaparrada.
—¡Hermano! —El inquisidor boqueó desconcertado. «Has… ¿has pactado? ¿Con El Mal?», pensó horrorizado.
El joven rugía sobre el bramido de las llamas. Su voz sonaba llena de orgullo y lascivia, carente del menor rastro de amor. Las llamas lo habían devorado hasta reducirle a un monstruo de carne carbonizada. Debía estar muerto. Pero no: aquellos ojos seguían acusándole. El golem se liberó del poste y dio un paso hacia Sortakii. Luego otro. Y otro. Salió de la pira con los brazos extendidos.
—Únete a mí, ¡hermano!
Lívido ante aquella acusación, Sortakii esgrimió el tridente. Del báculo emergió un rayo que impactó en la abominación. Tras un aullido de dolor, el golem se desmoronó reducido a una pila de carbones humeantes.
«Ahora sí», sonrió Sortakii. «Muere, mi vergüenza».
La multitud le rodeaba. Le miraban de una manera que él conocía muy bien: había incitado ese odio durante décadas.
El Mal debía ser purificado. El fuego seguía ardiendo y la turba sabía que “donde arde uno pueden arder dos”.
El tridente volvió a refulgir. Un miembro del gentío estalló en llamas.
Había muchos. Demasiados.
—¡Maldito! ¡MALDITOS! —Gritó Sortakii, pero la muchedumbre devoró su alarido.

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20 comentarios

  1. 1. Wolfdux dice:

    Hola Juan,

    un relato excelente, como ya viene siendo costumbre. La atmósfera que creas es perfecta y el ritmo se adapta a la perfección. Hay un par de cosillas que tendrías que revisar:

    En el relato hay cinco incisos, y todos los comienzas con mayúscula, salvo “Los ojos del muchacho…” los demás deben de ir en minúscula: “insistió”, “gritó” por partida doble y “repitió” este último pese a no ser un verbo dicendi, hace referencia a una acción de hablar.

    Por lo demás, nada más que añadir. Un saludo.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 17 enero 2017 a las 17:40
  2. Hola, Wolfdux.

    Tienes toda la razón del mundo en lo de las mayúsculas. Acabo de mirarlo en la RAE http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=kyRrDVgsOD6Xup8Dpt, 2.4. Aunque un verbo de habla esté antecedido de un signo de puntuación con valor de punto, como el signo de cierre de interrogación o de exclamación, el se debe mantener el verbo en minúscula. Me obcequé en que el signo de exclamación obligaba a marcar mayúscula y mi tozudez (y el no molestarme en mirarlo) hizo mayúsculo mi error 🙁

    Al menos, aparte de ese desastre, no te ha disgustado el texto. Algo es algo.

    Para los que les pique la curiosidad, como siempre he escrito un ‘Acerca de’ del cuento: https://juanfvaldivia.wordpress.com/2017/01/16/acerca-de-la-multitud-devoro-el-alarido/.

    Hoy ando muy mal de tiempo. A ver si mañana consigo unos huecos libres y repaso un buen puñado de relatos.

    Un saludo y adiós.

    Escrito el 17 enero 2017 a las 22:18
  3. 3. Gail dice:

    Buenas, Juan.
    Gracias por pasarte por mi relato y por tus observaciones, te aseguro que serán tomadas en cuenta.
    En cuanto a tu relato, me ha gustado mucho. Me gusta como vas adentrándonos a ese mundo, la forma en que describes cada hecho (en especial el fuego, me encantó esa parte).
    Bueno, lo que tiene que corregirse ya te lo han dicho.
    Un gusto leerte. Recibe un abrazo.
    Nos leemos 🙂

    Escrito el 18 enero 2017 a las 22:09
  4. Hola, Gail.

    Espero que mi comentario te haya ayudado en algo. Para eso estamos, para realizar crítica constructiva en la medida de lo posible.

    Me alegro que te haya gustado el cuento. La verdad sea dicha: no me siento orgulloso de este relato, pero da gusto ver que aun con esas hay gente que disfruta leyéndolo.

    La tontería del fuego forma parte de esos recursos visuales que, cuando puedo y tengo espacio, me gusta introducir. Veo que ese pequeño esfuerzo y ‘coste de palabras’ ha valido la pena 😉

    Y sí, hay que darle las gracias de nuevo a Wolfdux por resaltar esos errores míos. Espero no volverlos a cometer. Aunque como animal de costumbres tiendo a tropezar en la misma piedra… 🙁

    Un saludo y nos leemos, ¡sí, señor!

    Escrito el 18 enero 2017 a las 23:11
  5. 5. Edu SC dice:

    Hola Juan F. Valdivia,

    Es un placer leerte. Si por algo me ha sorprendido y cautivado tu relato es por la “cantidad” (y también calidad”) de historia que muestras al lector, con muy poco, 750 palabras o menos. No solo explicas una escena y le das un final, sino que consigues contar de manera convincente todo lo que hay detrás y que lleva hasta el momento presente. Me quito el sombrero.

    La he leído de un tirón y visualizado perfectamente. Por aportarte algo:

    “Ese maldito crío», el pensamiento estalló en la mente del inquisidor. «No voy dejaré que me descubras. La puta de tu madre me hechizó obligándome a romper mi celibato. Y ardió. Ahora tú, maldito, ¿me amenazas con difundirlo? ¡Arde! ¡Muere!”, aparte del lapsus con el “dejaré”, me parece que aquí das mucha información en forma de pensamiento del protagonista. Así como todos los demás pensamientos y el transcurrir de la acción me resultan totalmente naturales, no me ocurre lo mismo en este caso, tal vez por la forma en que se expresa, no se. Me parece ver más al escritor dando información al lector que al personaje realmente. Bueno, es una sensación.

    Como apunte fuera del relato, cuando dices lo de “¿Acaso las lágrimas los protegían del fuego?”, me ha venido a la mente “Miguel Stroggoff” de Verne, que era una de mis historias favoritas en mi juventud. Y me ha traído muy buenos recuerdos.

    En resumen, me ha encantado el relato, me parece muy imaginativo y logrado. Trataré de leerte en el futuro.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 00:32
  6. Hola, Edu.

    Me alegro que te haya gustado el microcuento. Uno hace lo que puede. Y ya he dicho que este micro no es de los que me sienta más orgulloso.

    Has tenido MUY buena vista detectando uno de los errores, quizá más gordo: la frase del padre ‘explicando’ el por qué ajusticia a su hijo. Con más palabras lo hubiera descrito de una manera más fragmentaria, poco a poco, con pinceladas, no con ese chorretón de brocha gorda. Pero con las 750 palabras de marras sólo se me ocurrió hacerlo así. Y hay algún otro detalle similar más, pero no lo voy a decir a menos que me pillen, como has hecho tú 😛

    Lo del ‘dejaré’: en una primera redacción creo que puse ‘voy a dejar’. Por acortar palabras cambié a futuro el verbo… y a la hora de borrar se me olvidó ese ‘voy’. Qué desastre. Soy así 🙁 Pero muchas gracias por destacarlo.

    No he leído Miguel Stroggoff, y de hecho ni me acordaba de esa novela, aunque sí que la conozco de oídas y desde crío sé lo del sable al rojo vivo. ¿Inspiración subconsciente? Lo ignoro.

    Espero que si lees algo más de mi pluma te guste. Y si te gusta agradeceré que lo comentes. Por cada comentario recibido prometo intentar escribir un poco mejor.

    Un saludo.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 08:47
  7. 7. Escritores Anónimos dice:

    Hola Juan!
    Creo que has conseguido crear un relato diferente, con ritmo, que atrapa y no aburre.
    En cuanto a la historia me parece una escena muy bien llevada, no dejas cabos sueltos.
    Si nos fijamos en el aspecto formal además de lo que te han dicho sobre los diálogos, no he encontrado nada.

    Por si sirve de algo, hicieron hace tiempo una entrada en el blog, sobre cómo hacer los diálogos y dónde meter mayúsculas y minúsculas. Te lo dejo aquí por si te clarifica algo más:
    https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente

    Enhorabuena por este pedazo de relato, un besote.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 19:24
  8. 8. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola juan, de nuevo aquí ante un trabajo tuyo que como dice escritores anónimos “es un pedazo de relato”. Este nos mantiene curiosos y tensos; dos emociones distintas difíciles de lograr en un solo texto.

    Todo lo leí de un golpe sólo una expresión me cacheteo de pasada; “no voy dejaré que me descubras… Me imagino que hay un propósito al plantearlo así. Por lo demás un gran trabajo; te seguiré leyendo.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 20:42
  9. 9. Juana Medina dice:

    Hola Juan,
    Gran relato. No hay nada como poder vengarse de un inquisidor, ¿verdad?.
    Muy bien llevado, con un ritmo excelente y que nos hace volver a esa Edad Media a la que no quisiéramos volver, y de la que si bien miramos, no estamos muy seguros de haber salido.
    Más de lo que te han señalado, no encuentro.
    Enhorabuena,
    nos seguiremos leyendo.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 21:44
  10. 10. Miranda dice:

    Hola Juan:
    En cuanto al contenido tengo que decirte que me ha encantado el relato. Esta muy bien escrito, tiene muy buen ritmo y transmite la atmosfera como si estuvieras viendola, mas que leyendola, me parece una ambientación muy real.

    En cuanto a la forma, demuestras el dominio de los signos de puntuación y el único error que detecte ya te lo ha señalado EDU S.C., asi que nada que decir.

    Enhorabuena y un saludo. No seguiremos leyendo

    Escrito el 20 enero 2017 a las 17:53
  11. Hola, Escritores.

    No creo que haya conseguido un relato diferente, tal y como dices. Se trata sólo de una escena a mi entender poco original, sólo que aderezada con pinceladas de fantasía ‘a mi estilo’. De hecho no está *ni de lejos* entre mis cuentos favoritos enviados a este taller. Pero pese a ello me alegro de que te/os guste.

    En su momento leí esa entrada del blog, e incluso en otra ocasión consulté la RAE. Pero en este cuento no sé por qué (no voy a dar una excusa barata) no consulté la norma, como se supone que siempre hay que hacer ante la duda. Y la cagué de lleno.

    Pero para eso está el taller, para que a uno le echen en cara los errores y aprenda de ellos.

    Muchas gracias por comentar y un saludo.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 01:23
  12. Hola, Osvaldo.

    Gracias por tus palabras, como siempre.

    Me alegro de que te guste también este cuento. Espero que cuando leas uno que no te guste me lo digas con total sinceridad 😉

    Esa misma frase errónea ya la apuntó Edu SC, pero de todas formas muchas gracias por comentar y recalcarla. Los errores se deben resaltar para aprender de ellos.

    Recibe un muy cordial saludo.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 18:25
  13. Hola, Juana.

    Aunque uso la palabra ‘inquisidor’ la verdad es que el relato no está ambientado en nuestra Edad Media, sino en un universo mío de fantasía llamado La Voluntad. Ese universo no se puede decir que sea ‘medieval’. Ya he escrito algún relato (como ‘El hundimiento de Mirador’ o ‘Bajo los colosos, el Sol de Acartha’) en el que hay tecnología moderna. Digamos que en La Voluntad hay (y cabe) de todo.

    ¿Volvemos a los tiempos medievales? Está en nuestra mano impedirlo. Ten por seguro que el feudalismo no regresará sin antes tener que enfrentarse a la gente, aunque eso implique sacrificios.

    Pero dejémonos de ‘cosas serias’ 😉

    Me alegra que te haya gustado el cuento. Gracias por comentar.

    Un saludo y espero leer más comentarios tuyos criticando mis textos.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 18:29
  14. Hola, Miranda.

    Me alegra que mis esfuerzos por ‘crear ambiente’ (incluso en estos cuentos cortos que obligan más que nada a ‘tirar para adelante’) surtan efecto. Te puedo asegurar que supone todo un reto dar ambientación con tan reducido número de palabras. Más aún teniendo en cuenta que suelo huir del realismo: pintar un escenario fantasiosos en esas condiciones me provoca quebraderos de cabeza. Pero leer que suerte efecto le alegra a uno el día.

    Te digo lo mismo que a Edu SC y a Osvaldo por destacar ese error: gracias. Por eso y por molestarte en comentar.

    Recibe un fuerte saludo.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 18:32
  15. Juan F. Valdivia, Hola, Me encantó tu relato pude imaginármelo todo; ver la expresiones de los personaje, la candela en escalada devorando la carne hasta bailar en los cabellos, saborear las emociones que afloraban de los personajes. Felicitaciones.Es un relato digno de una tragedia japonesa actual.

    Escrito el 26 enero 2017 a las 14:51
  16. 16. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Juan
    Pues pasaba por aquí y tu cuento me ha atrapado, me han entrado ganas de entrar ahí a poner orden en calidad de Bien Supremo y matar a ese Desgraciado (me refiero a Sortakii, eh? jejeje). Me encantan el detalle de las mayúsculas en los abstractos… Yo no soy capaz de ver fallos con tanta virtud.
    Un saludo
    P.D.: Me ha encantado tu “acerca del cuento”, gracias por compartirlo.

    Escrito el 26 enero 2017 a las 18:27
  17. 17. Peter Walley dice:

    Hola Juan,

    Muy bien creado el ambiente, parece que escuchemos el clamor de la muchedumbre y veamos las sombras de las antorchas al leerlo . Para mí es lo mejor del relato, más incluso que la historia en sí (incluso estando bien). Enhorabuena.

    Saludos,
    Peter

    Escrito el 29 enero 2017 a las 10:40
  18. Hola, María Teresa.

    Me alegra saber que la carga descriptiva que le he puesto al relato no ha caído en saco roto.

    Un saludo y muchas gracias por comentar.

    Escrito el 29 enero 2017 a las 22:39
  19. Buenas noches, Esperanza.

    Qué alegría que pasases por aquí y quedaras atrapada en vez de seguir sin parar a comentar 🙂

    Lo del ‘Acerca de’ alguno ya sabe que forma parte de las ‘tradiciones de la casa’. Siempre procuro acompañar los relatos del taller con una pequeña entrada describiendo cómo llegué al cuento (o cómo llegó él a mí).

    Lo dicho: muchas gracias por comentar.

    Un saludo.

    Escrito el 29 enero 2017 a las 22:44
  20. Hola, Peter.

    Vaya, al final me voy a creer que mis esfuerzos, mi casi obsesión, por aportar ambientación en este caso han valido: cubrir de adornos una historia que (al menos a mí) no me satisface ni me dice mucho. Algo es algo.

    Muchas gracias por molestarte en comentar.

    Escrito el 29 enero 2017 a las 22:49

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