Planificación exitosa - por Amadeo

PLANIFICACIÓN EXITOSA

Esta mañana, Eber completa la planificación de su trabajo. Sabe por inteligencia previa, que la viuda de Don Romo, que vive apenas dobla la escalera, guarda en un frasco, junto a la alianza, regalo del finado, un poderoso talismán. Sabe que a la señora le gusta bailar el tango, que de postre come una naranja, que se paraliza si ve un roedor pequeño. Sabe que su espo-so murió un doce de noviembre y que, como secreto propio, ella lo recuerda especialmente cada día doce. Sabe a que hora hace las compras, cuanto demora y los horarios de almuerzo y cena. Sabe, además, quienes la llaman por teléfono.
Eber es un ladrón profesional que domina su oficio, que nunca fue detenido. Una vez retirado piensa dar clases e instrucciones para una buena planificación de cualquier trabajo. El robo del talismán sería su última actividad ilegal. También eso lo tiene bien planificado.
Esta mañana, al comprobar que posee toda la información necesaria, Eber verifica que en su mochila estén, en los bolsillos correspondientes, las ganzúas, los dos pares de guantes, una máscara de payaso, las herramientas preseleccionadas, una botella con agua, fundas de tela para sus zapatos, una botellita con desincrustante, un par de anteojos de repuesto y otros elementos imprescindibles. Revisa todo por segunda vez y satisfecho, deja su vivienda y se dirige al departamento de la víctima.
Repasa mentalmente su plan y toca el portero eléctrico en el departamento B y seguro de no recibir respuesta, accede al hall. Sube por la escalera y se enfrenta con la puerta B. Con la ayuda de una ganzúa, la abre y entra al living, muy limpio y ordenados los muebles y ador-nos. Alcanza a ver un portarretrato donde está ella y su esposo, bailando tango. Los ve feli-ces. Eber tiene información sobre el talismán que pronto será suyo, pero no donde está. Co-noce que Don Romo lo cargó con poderes mágicos y en armonía con las fuerzas universales para así atraer vitalidad y suerte a quien lo tenga cerca.
Revisa meticulosamente la cocina: perfecto orden, salvo una pequeña trampa para al-gún roedor distraído y un trozo de cáscara de naranja, ambos en un rincón cerca del cesto de basura “La vieja es medio ciega”, piensa antes de revisar con atención el living. Hace lo mis-mo con el baño y ambos dormitorios. Saca y controla toda la ropa de los placares. Se detiene y juega, por unos instantes, con la ropa interior de la viuda. Guarda todo. Luego vacía los en-seres del lavadero. Con cuidado desarma el lavarropas y al no encontrar lo que busca, lo vuelve a armar. No le quedan recovecos por revisar. Se desconcierta. El talismán no aparece. “Lo esconde como si fuera un secreto”, se dice y en ese momento, descubre que una de sus manos, no tiene el guante. Con urgencia borra las posibles huellas digitales, con su paño es-pecial. Mientras lo hace y mira el cronómetro, se repite “Atenti. Cuidado. Sos un profesional. ¡Ojo!”.
Preocupado, regresa al living, se sienta, cierra los ojos, deja caer la cabeza, se concen-tra y visualiza, paso a paso, lo hecho. De pronto se yergue, sonríe y vuelve a la cocina. “La cáscara de naranja. La basura”, murmura mientras llega y revisa los dos recipientes llenos. En uno de ellos está el trofeo. Abre el frasco, guarda la alianza en el bolsillo, levanta el talismán hacia la luz y exclama: “¡Oohh…! ¡Qué belleza!”, al contemplar la variedad de colores y brillos exquisitos que emite esa obra de arte mágico. Guarda el frasco y la joya en la mochila. Orde-na la basura, deja todo como originalmente estaba y sale. Con la ganzúa, cierra la puerta del departamento. Se saca los guantes y sonríe triunfante.

Tres meses después, en una de sus primeras clases en el instituto creado por él mis-mo, uno de sus alumnos, de la materia “Planificación exitosa”, comenta que la viuda de Don Romo, había fallecido a causa del robo de su talismán. Eber, con leve mueca, le recomienda no prestar atención a versiones no comprobables, ya que eso no es bueno para una planifica-ción de excelencia.

FIN 686, Amadeo, febrero 2017