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Un embarazo deseado - por Alejandra Romero
En el suelo veo a un roedor corriendo un trozo de queso. No es la primera vez que lo veo zampándose mi comida. Lo cojo y lo coloco en una caja sin tapa, aunque sé que se volverá a escapar. Subo la escalera para entrar en el estudio. Soy fotógrafa profesional, pero tengo mi estudio de fotografía en mi casa, por lo que a veces hago demasiadas horas extras. Me acerco a la ventana, veo que unos hombres llevan a cuesta un ataúd y tras ellos les sigue su viuda. Es joven, por lo que supongo que lo debe estar pasando muy mal. Oigo que llaman al timbre, bajo la escalera rápido y abro la puerta.
– ¡No vas a creer lo que he hecho! – dice mi amiga Malena entrando como un torbellino.
– ¿Qué pasa, Mal? ¿No has ido hoy a clase de baile? – le pregunto con sorna apoyando la cadera en la pared.
– ¡Qué va! Hoy tocaba bailar tango. ¡Y me ha tocado bailar con el instructor! – dice imitando los pasos que supongo que ha aprendido, aunque no creo que se le haya dado demasiado bien por lo que veo.
– Vaya, un regalo del destino – digo riéndome a lo que ella se cruza de brazos y me mira enfadada.
– ¿Has terminado? – dice mirándome muy seria.
– Vale, tranquila, no te enfades
– Bueno, ¿puedo contarte ya lo que he hecho?
– Claro.
– Pues resulta que después de ir a clase de baile, me encontré a una vagabunda en el suelo. Parecía pobre pero llevaba algo en el cuello parecido a un talismán. Me pidió dinero y no le iba a hacer caso, pero me fijé en que estaba embarazada. No era muy mayor, así que le pregunté cómo se había quedado embarazada y me dijo que un día volvía a casa cuando un grupo de hombres la violaron. Cuando regresó a casa, se lo dijo a su novio y este la echó de su casa. No tenía familia ni donde dormir por lo que durante todo ese tiempo estuvo sobreviviendo en la calle y comiendo de la basura. Entonces se enteró que estaba embarazada, pero nadie quería ayudarla. Cuando terminó de contarme todo esto, me dio tanta lástima que la llevé a una asociación de ayuda a mujeres violadas y allí le ayudarán.
– Vaya es increíble. Me he emocionado hasta yo – digo secándome los ojos.
– Pues si la verdad, no entiendo como una persona puede abandonar a otra cuando le ha pasado algo tan terrible, me dijo que todavía guardaba la alianza de su novio, aunque yo le dije que debería prenderle fuego, la verdad.
– Pues yo tengo un secreto que contarte.
– ¿Así? ¿Cuál? – me pregunta con curiosidad
– He pedido cita para hacer la fecundación in vitro.
– Oh, Sonia, es increíble. Me alegro de que por fin puedas tener un hijo. Sé que tenías muchas ganas y estaba segura de que estar soltera no iba a ser una limitación para ti.
– Sé que va a ser difícil pero estoy segura de que voy a ser una gran madre.
– Claro que lo serás. Pero me gustaría acompañarte. ¿Cuándo tienes que ir?
– Mañana tengo que estar en la clínica, pero me hacen las pruebas a las doce. Así que si quieres podemos pasar la tarde juntas.
– Sería genial. Oye una cosa, ¿qué hay en ese frasco en la mesa?.
– Es pis para las pruebas de mañana.
– ¡Pero si es naranja!
– Será que habré comido demasiadas zanahorias – digo sonriendo
Hola, Alejandra.
Eres la segunda lectura de mis tres obligatorias, así que aquí estoy.
En primer lugar quiero felicitarte porque tú sí has incluido las catorce palabras originales que se pedían, no como les ha pasado a algunos de los compañeros.
Al mismo tiempo, también veo que algunas han forzado el argumento de tu historia, como el caso de la “viuda” o del “roedor”, que bien mirado, no parece que aporten mucho al contexto. La verdad es que era difícil hilvanar una trama donde todas las palabras jugaran su papel imprescindible, y que no resultaran imágenes inconexas entre sí.
En general tu relato lo veo un poco plano, aunque sé que solo es una opinión personal (tan buena o mala como cualquier otra), pero creo que le falta un poco de fuerza. Al mismo tiempo, y esto es algo muy interpretativo, no sé si has querido mezclar o relacionar un embarazo no deseado (motivo de una violación), con la idea de una maternidad buscada a conciencia. Es como una idea muy disyuntiva, plantear la maternidad desde dos puntos de vista muy diferentes, pero te ha faltado ese nexo más emotivo que uniera las dos historias.
* EN CUANTO A LA FORMA:
• En la primera frase: “En el suelo veo a un roedor CORRIENDO un trozo de queso”_________Me imagino que querías decir “cogiendo” o “royendo”, porque no le encuentro el sentido. En cualquier caso, se ha creado una cacofonía con tanta “erre”.
• En esta otra frase, “veo que unos hombres LLEVAN A CUESTA un ataúd”___________la expresión correcta es “llevar a cuestas”.
• En esta otra: “– Pues si la verdad,”_______”sí”, acentuado y coma después: “―Pues sí, la verdad”
• Otra cosa muy importante es la representación gráfica y la puntuación en los diálogos. Para no entrar en detalles, te aconsejo revisar el tutorial que hay aquí en Literautas al respecto. A mí me fue de gran ayuda, ya que no has puesto bien la raya de diálogo ni has dejado los espacios correspondientes tras ella.
• “le pregunto con sorna apoyando la cadera en la pared.”______coma después de “sorna”.
• “digo riéndome a lo que ella se cruza de brazos y me mira enfadada.”______coma tras “riéndome”.
• “y me dijo que un día volvía a CASA cuando un grupo de hombres la violaron. Cuando regresó a CASA, se lo dijo a su novio y este la echó de su CASA.”__________En esta frase has usado “casa” tres veces.
• “Pues si la verdad, no entiendo como una persona puede abandonar a otra cuando le ha pasado algo tan terrible, me dijo que todavía guardaba la alianza de su novio, aunque yo le dije que debería prenderle fuego, la verdad.”______Creo que quedaría mejor poner un punto tras “terrible”. Además, repites “la verdad” dos veces muy seguidas.
• Te ha faltado el punto final.
Espero haberte ayudado con mis anotaciones.
Estoy en el 206, por si te apetece dejar las tuyas.
Un saludo.
Gracias Earendil por tus consejos. Intentaré llevarlos a cabo. En cuando a lo de “un roedor corriendo un trozo” me confundí al escribir, quería decir “comiendo”.
Hola Alejandra, espero que estés teniendo un buen día. He disfrutado de tu texto, al leer el título nunca imaginé que ésta sería la trama. He sido gratamente sorprendida. En la forma me ha gustado mucho tu forma de relatar, aunque esa parte del diálogo de la amiga relatando su historia me ha parecido un poco extenso en comparación con los otros.
Me ha gusto mucho el final esperanzador, quizás con lo fuerte de la historia de Malena se podría haber jugado más y entrar en otros niveles de profundidad, pero esa tiene que ver con tu intención para generar una sensación con el lector. Yo me sentí ligera y relajada después de la lectura.
Saludos.
Hola, Alejandra! Primero tengo que decir que me pareció gracioso el final del cuento!
Con respecto a la mujer que conoció en la calle y fue violada no entiendo qué relación tiene con la historia. Quizás quisiste relacionar los embarazos; el deseado y el que no lo fue. Tal vez este relato “pide” una mayor introspección.
Tampoco entiendo la descripción del principio cuando ve a la viuda. Tal vez a este personaje le falte un monólogo interior que conecte las distintas situaciones o que nos haga entender qué conexión tienen (el funeral, los embarazos, la vida, la muerte?)
Bueno, son sólo ideas que se me ocurren al leer tu relato, me parece que se podría trabajar más y profundizar esos temas que están dando vueltas. Espero servirte de ayuda. Saludos!! Soy la vecina del 205 😉
Hola, Alejandra:
Tal vez, como te han indicado algunas compañeras y compañeros, te ha salido lo que una profesora mía llamaba relato matriuska, es decir, varias historias en una, muy corta por otra parte. Aunque en sentido estricto no está bien, para mi gusto no pierden el buen sentido los hechos principales y el contraste que provocas con los dos embarazos, así comoladisparidad de sensaciones. Me encantan estos temas y admiro a quien los toca, dado que, de alguna manera, me puedo sentir aludida. Puesto que ya te han hecho también otro tipo de correcciones, estoy en el 37, si te apetece pasar por el mío.