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El mentiroso - por Teresa Mateo Arenas

Web: http://teresamateo.blogspot.com.es/

En la vida puedo perdonarlo todo menos la mentira, es superior a mis fuerzas, por eso me siento tan mal, había puesto todas mis esperanzas en él, pero me falló, muy buenas palabras, mucha pseudocultura, siempre terminaba las frases con un latinajo que creí que lo sacaba de algún diccionario de latín que se debía saber de memoria, pero todo mentira al fin y al cabo.
Nos conocimos en la puerta de un cine de moda, nunca había asistido sola a una sesión, pero la persona que debía acompañarme tuvo un imprevisto y yo me negaba a perderme aquella película. Al llegar a la taquilla y decirme la taquillera que me había quedado sin entrada me quedé con cara de boba, si es que siempre me pasa igual, la indecisión me puede, por mucho que me diga que no volverá a pasar… siempre pasa.
Fue divertido cuando se me acercó todo un gentleman y me dijo si quería hacerle el favor de acompañarlo, le había fallado su pareja y le sobraba una entrada, mi corazón dio un vuelco, era un hombre muy apuesto, pero como estábamos en carnaval, llevaba la cara tapada por un antifaz que no me permitía verle los ojos, aunque los adiviné de un verde intenso. Me tragué como pude la timidez y le dije que por qué no, entramos, vimos la película y la verdad no fue para tanto, pero la velada estuvo muy bien, salimos del cine y me invitó a una copa, lo que no entendía era por que no se sacaba aquel maldito antifaz.
Aquel encuentro dio paso a una amistad con derecho a roce, de vez en cuando se presentaba en mi casa, sin avisar, pero siempre con los ojos tapados, un antifaz, unas gafas de sol muy oscuras, no había manera de verle la cara. Llegaba, hacíamos el amor, conversábamos, tenía una conversación de lo más amena y divertida, una voz suave que te acunaba mientras explicaba las muchas vivencias que según él había experimentado en la vida. Nunca quedábamos en domingo, por eso deduje que era un hombre casado, tampoco quería salir a pasear, decía que le gustaba la tranquilidad de mi casa, que ya había pasado demasiado tiempo en la calle, y yo, tonta de mí, siempre lo creí, pero es que en la cama era una fiera, me encantaba la manera que tenía de hacerme el amor, siempre había algo nuevo, a veces era de una forma casi salvaje, otras era tierno como un niño, ese no saber cómo sería la próxima vez me enloquecía, así que hacía todo lo que me pedía, pero él nunca accedió a dejarme ver sus ojos y yo fantaseaba con ellos.
Aquella fatídica mañana me levanté con ganas de pasear, así que me puse cómoda y salí a caminar, me alejé bastante más de lo previsto y quedé encantada cuando al volver una calle en una placita deliciosa había una pequeña iglesia, pequeña pero majestuosa, o a mí me lo pareció, así que entré y paseé por las imágenes, la talla de la virgen de la Esperanza era preciosa y se me ocurrió pedirle un favor, necesitaba saber de quién me estaba enamorando, le pedí que aquel desconocido del que ni siquiera sabía su nombre se quitase esa máscara y me dijese quien era en realidad, si debía seguir enamorándome de él o como mi corazón me decía solo era un farsante y aunque en un principio aquel juego me pareció divertido, ya era hora de poner los pies en la tierra y tomar una decisión.
Llegó la hora de la misa y pensé que no perdía nada por quedarme a escuchar el sermón, no era especialmente religiosa, el sosiego que se respiraba en la iglesia me ayudó en aquel momento, me dio la paz que estaba necesitando necesitando.
Apareció el párroco acompañado de un monaguillo, mientras el cura se arrodilló y rezó en silencio frente a la cruz de cristo, su acólito preparaba todo para la misa, el padre se giró se arrodilló y se persignó, entonces levantó la cabeza y empezó la misa.
En aquel momento entendí los latinajos, entendí el ocultar su cara, en aquel momento quise gritar que era el mejor amante que nunca había pasado por mi lecho, en aquel momento hubiese preferido romperme una pierna y no haber salido a pasear, pero no, la virgen me concedió lo que le pedí mucho antes de lo esperado.
Los ojos como había imaginado eran de un verde intenso.

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6 comentarios

  1. 1. Yoli L. dice:

    Hola Teresa

    Tu relato está entretenido, si agradezco cuando se hace en párrafos, de la forma que lo presentas me pierdo un poco por donde llevo la lectura.

    Ya vendrán compañeros a señalarte sobre la forma, algo en lo que no te puedo ayudar, ya que tengo poco tiempo aquí.

    Sigue escribiendo y practicando.

    Soy tu vecina del #82 https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-42/7393

    Saludos 🙂

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 20:09
  2. 2. Ocitore dice:

    Con las cosas como están, esta historia implicando a un sacerdote en una historia erótica en la que el representante de dios resulta un seductor misterioso, podría ocasionar algunos linchamientos en algunos lugares de América Latina, por fortuna, es sólo un cuento en el cual la primera parte apunta hacía una copia de las miserables cincuenta sombras de Grey. Hubiera sido mejor cambiar al gran seductor por un personaje inesperado, fantástico o real, que pusiera en jaque a la muchacha y al final de la historia quedara sin descubrirse, pero dejando una pista para el lector lo descubriera. De cualquier forma, no está mal. De lo técnico sólo se echa de menos la voz del amante misterioso porque todo lo acapara el narrador que es el mismo personaje principal, lo cual lo hace muy simple. Bueno, hasta pronto y suerte.

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 14:14
  3. 3. Ane dice:

    Hola Teresa, estoy de acuerdo con el comentario con respecto a que también hecho en falta algún diálogo entre los personajes, o si acaso de la protagonista, le daría más dinamismo al relato.

    Por otro lado quizás peque un poco de falta de verosimilitud en el sentido de que me cuesta hacerme la idea de que una mantiene varios encuentros con una persona que, salvo no sea siempre carnaval, se pasee con un antifaz. Ahora bien, es simplemente u puntos de vista personal, nada más.

    Por otro lado, me parece que está correctamente estructurado, presentación, nudo y desenlace.

    No dejes de escribir. Por si te apetece, estoy en el número 90.

    Saludos.

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 19:46
  4. 4. Raymond Carr dice:

    Hola Teresa.
    La primera vez que leí tu texto me llamó la atención esta frase:
    Al llegar a la taquilla y decirme la taquillera que me hab….
    Y ahora al releerlo me sigue impactando. Claro, en la taquilla seguro que nos encontramos (de frente) con la taquillera, quién lo duda.
    En general, en cuanto a la forma, no he visto que destaquen errores importantes o descuidos, aunque alguno hay. Volviendo a la frase, lo primero que pensé es que intentabas utilizar el propio lenguaje del personaje pero después he pensado que es sólo pereza. Da igual. Lo que importa es que he perdido el tiempo y me he puesto en gurdia.
    Para ir al grano, tu cuento es inverosímil. Es ingenioso, eso sí. Pero no me he planteado ninguna pregunta sobre los personajes por que no me los creía. No he podido sacar ninguna conclusión.
    Hasta pronto.

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 22:50
  5. 5. Ludmila dice:

    Hola Teresa!
    En general, te digo que me gustó tu relato. Vi algún que otro error, pero me pareció lo de menos.
    Me gusto porque me dio cierta intriga. No me esperaba ese final, aunque me di cuenta de quien era apenas entró en la iglesia. Según entendí yo, el amante era el cura o padre, pero como tengo entendido que ellos no pueden tener pareja; decidió no darse a conocer.
    También me gustó como utilizaste las palabras del reto, no me parecieron forzadas.
    Lo que si, noté que había varios párrafos largos con una sola oración. O sea eran oraciones largas, y en casos así suele parecer confuso de leer. Trata de enfocar una idea por oración, usa los puntos.
    Pero en general, me gustó.
    Te dejo mi relato por si querés pasarte..
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-42/7383

    Saludos, y nos Leemos!

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 04:52
  6. 6. Ludmila dice:

    Ah, me faltó algo. El final me pareció muy cortante. Me hubiese gustado, como decían arriba, una conversación. O al menos que no termine tan de golpe..

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 04:57

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