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El mentiroso - por Arnia
Web: https://arnialopez.wordpress.com/
El acto más insignificante puede ser el detonante que necesitemos para romper la situación que ahoga nuestro corazón.
La entrada de cine que descubrió en la cartera, no estaba sóla, había otra. Otra que ella no había utilizado junto el, otra que, sin duda, sirvió para engañarle, para hacerla sufrir.
Ese simple trozo de cartón fue el detonante.
La había traicionado, él mismo se había quitado el antifaz. Todo cuanto le había prometido era mentira.
Cuando lo conoció le pareció el ser más adorable del mundo. Sin embargo, con el paso de los días descubrió que no todo era de color de rosa. La amalgama de colores que acompañaba a su personalidad, se fue oscureciendo con el paso del tiempo. Fueron días de lluvia, en las calles y en su corazón. Necesitaba encontrar a una persona bella, que le acompañase en el dolor, o simplemente lo mitigase. Sin embargo encontró todo lo contrario: alguien que la sumió, más todavía, en la negrura del pesimismo.
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LLegó en el momento justo, cuando se encontraba en el punto más álgido del dolor. Y se aprovechó de ello, de ella; para beneficio propio. De tal manera que la hundió más en la depresión galopante que sobrevolaba su existencia misma.
Se preguntaba una y otra vez si también le había mentido al decirle que era guapa, o simplemente había adornado la verdad. Ella sí se consideraba hermosa, mas por dentro que por fuera, aunque la mala época que la acompañaba le impedía arreglarse y estar todo lo espléndida que solía ser
Toda una vida sin él y sólamente quince días para dejarlo entrar en su mundo. Por suerte, pudo sacarlo más rápido de lo que entró. Si algo aprendió de aquella relación, fue el hecho palpable de la maldad que algunos hombres llevan tatuada en el corazón.
Lo conoció una de aquellas tardes de lluvia. Él esperaba el autobús junto a ella; tuvo la valentía, o eso le pareció, de hablarle en un tono que casi la enamoró.
—Tienes un pelo muy bonito —dijo él, mirándola fijamente a los ojos
—Muchas gracias— contestó Marta, sintiendo una mezcla de vergüenza ajena y entusiasmo ante el comentario de aquel extraño.
Ahora dudaba de la sinceridad del comentario. Llegó incluso a la conclusión de que ninguna de las palabras, que habían salido por la boca de esos labios que tanto le gustó besar mientras mantuvieron el idilio, hubiese sido verdad.
Los mismos labios que, ahora, manchados del mismo color que el diccionario de latín, ya no aspiraban vida ni exhalaban mentiras.
—Miénteme ahora —le dijo—. Hazlo de nuevo, ¿qué ocurre, no tienes nada que decir? —continuó—. Claro, ¡debiste pensarlo antes!
Aquellas mentiras la hicieron cambiar, jamas había imaginado poder ser capaz de discutir, de decir lo que pensaba y enfrentarse a sus problemas. Pero esta vez, lo había hecho. Descubrió con ello algo nuevo y diferente. Huyó de la sumisión, del papel de víctima y dejó atrás la etiqueta de “mosquita muerta”. Ahora tenía las riendas. Ya nunca más permitiría ser pisoteada, tampoco volverían a pasarle por encima. Había encontrado el modo de no sentirse inferior.
La urgencia tomó el control, debía darse prisa. Los labios del “mentiroso” estaban empezando a tomar un extraño color amoratado.
¡Uy! ¿Lo mató? Je,je,je… Me gustó mucho el relato. Lo único que sentí que no encajaba muy bien era el diccionario de latín en la historia; no encontré relación de éste con la historia.
Mi relato es el número 135, si puedes léelo y dame tu opinión al respecto. ¡Saludos!
Una historia de pasiones imposibles de controlar. Me gustó.
Me dejó el sabor amargo de la mentira, que la protagonista supo transmitirme. Bien contado.
Mi relato es el 159. Saludos
hola Arnia
El relato está bien escrito. Se entiende bien y tiene un final inesperado. La idea es buena y si lo trabajas un poco más puede quedar muy bien. Se debe de tratar de una chica muy joven, tienes que hacerlo ver colando por ahí un “mi primer amor” y lo más importante, a mi modo de ver, es que no debes anticiparte a los acontecimientos diciéndonos que el amigo que encuentra le hunde aún más, eso lo descubriremos los lectores según vayamos leyendo. Es como si antes de un asesinato te pararas y nos dijeras: cuidado que la va a matar!!
Estoy exagerando pero es para que me entiendas. Una vez en un relato yo escribí que un personaje apretó los puños y en el párrafo siguiente empezó la acción, me corrigieron diciendo que había destrozado la expectación con ese cierre de puños del personaje.
Espero haberte ayudado
Saludos
Hola
En primer lugar, gracias a tod@s por leer el relato y comentarlo.
A Jesus: El diccionario de latín es el arma homicida, aunque supongo que puede ser forzado porque como arma queda un poco flojo. Por otro lado, el mero hecho de tener que aclararlo me deja mal sabor de boca, pues supongo no esta del todo claro.
Para Lila: Me alegra haber sabido transmitir algo a través de un personaje.
Para Paola: Muchisimas gracias por el inciso de la anticipación de acontecimientos. Me pasa mucho, y se que es un gran fallo, creo que es una especie de ejercicio de ordenación de ideas que hago sin darme cuenta. El ejemplo que pones creo que es perfecto, me ha quedado muy claro. De nuevo gracias.
A tod@: me pasaré por vuestros relatos
Saludos
Hola Arnia.
Un gran relato, intimista en su totalidad, hasta el final.
Maravilloso!!!
Hasta el próximo mes
Me gustó la idea del relato, hay unas frases que se leen un poco confusas, pero con una revisión quedarían de lujo.
Saludos.
Hola, Arnia:
Un relato de “crecimiento personal” de la protagonista.
Me agrada que ha conseguido sorprenderme, no me esperaba el desenlace, pensaba que quedaría en el descubrimiento de alguna infidelidad, pero no.
Utilizas expresiones muy poéticas a lo largo de todo el texto, quizás he echado en falta algo más de acción.
Saludos,
Alycia