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La víspera de un adiós - por Rigo

Susana esperaba. Se movía lentamente de un lado a otro proyectando una sombra danzante entre las tumbas. La única fuente de luz era un viejo farol que se erguía entre la penumbra. El cielo estaba nublado y de vez en cuando un fuerte viento soplaba entre los vestigios de un árbol produciendo un sonido chillante.

Hacía mucho frío, a pesar de tener su abrigo puesto, sentía que se le helaba el cuerpo. No recordaba que hacía allí, parada en un cementerio entre la oscuridad, sólo sentía la necesidad de esperar por algo, o alguien.

A lo lejos, comenzaron a escucharse cánticos, alabanzas sin significado ni idioma. Susana no comprendía ni una sola palabra, pero esas voces hacían que su cuerpo se estremeciera. Cubrió sus orejas con la palma de sus manos, pero no pudo dejar de oírlos. Su respiración se hizo más rápida, cada vez que exhalaba, una pequeña nube blanquecina salía de su boca. Entonces todo quedo en silencio. No se escuchaba nada más que su respiración. Sintió un calor que subía lentamente desde la punta de sus pies, quiso correr, pero no pudo. De alguna manera sabía que no podía abandonar aquel lugar.

Sus movimientos eran cada vez más lentos, como si estuviera bajo el agua, su respiración comenzó a complicarse y tuvo que abrir la boca para que el aire entrara a su cuerpo y le diera vida. Su visión, al igual que los demás sentidos, empobreció hasta el punto de sólo ver siluetas borrosas, se frotó los ojos y por un momento logró ver mejor a su alrededor. En el horizonte, un bulto más oscuro que la noche misma, comenzó a aproximarse a ella. Los cánticos espectrales empezaron de nuevo.

No pudo sostenerse en pie y cayó sobre sus rodillas, a un lado de ella estaba una lápida que no había visto. Se arrastró hacia ella y vio las letras que habían grabado. Era el nombre de su madre el que estaba tallado sobre la fría piedra. Sintió como su cara ardía y fue entonces cuando un llanto sin control salió expulsado de su alma.

Se levantó de prisa, limpiando las lágrimas de su cara. Afuera seguían escuchándose los mismos rezos. «Ruega por ella» repetían una y otra vez los que estaban en la sala.

Tomo un respiro y se dirigió hacia la puerta, giró lentamente el pomo y salió de la habitación. Al levantar su cabeza observó a su padre parado a un lado del féretro, estaba vestido con un traje negro que jamás había usado, tenía la cabeza agachada y sostenía un pañuelo desechable en una de sus manos.

Una profunda tristeza la invadió de nuevo, sólo que esta vez estaba despierta. Sabía que tenía que seguir adelante con aquello, todo era una celebración para despedirse. Una celebración para los que están vivos.

Caminó despacio hacia donde todos se reunían.

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7 comentarios

  1. 1. susylg dice:

    Hola Rigo, me gustó tu relato. El juego entre el sueño y la vigilia está muy bien estructurado y permite guardar ese suspenso hasta el final. Tienes una prosa clara, sencilla y bien cuidada. Saludos

    Escrito el 19 abril 2017 a las 01:27
  2. 2. Marisa dice:

    Hola Rigo, muy bueno tu relato. Bien estructurado, buen ritmo, suspenso sutil como corresponde a un sueño, excelente final.
    Felicitaciones!
    Por si quieres pasar, soy el relato nº 86
    Saludos

    Escrito el 19 abril 2017 a las 18:10
  3. 3. Gaia dice:

    Rigo:
    Me pareció muy interesante tu historia y sobre todo cuando hay suspense
    Puedes visitar a mi Susana en el 145

    Escrito el 20 abril 2017 a las 00:23
  4. 4. Patricia Luna dice:

    Hola Rigo!!!!
    Muy bueno tu relato, claro, preciso, con buen ritmo. Me encantó
    Felicitaciones

    Escrito el 21 abril 2017 a las 01:35
  5. Hola, Rigo:

    Me ha gustado tu relato. Te mantiene todo el tiempo intentando averiguar por qué no sabe dónde está y más en un sitio poco habitual. A veces, me ha dado la impresión de que fuera sonámbula, estuviera drogada o en estado de shock.
    Solo tengo que añadirte unas sugerencias ortográficas:
    1) Hay varias palabras en las que te falta la tilde: qué hacía allí; cómo su cara; tomó un respiro.
    2) Por otro lado, en la frase “No pudo sostenerse en pie y cayó sobre sus rodillas”, deberías poner punto y seguido, porque cuando sigues “A un lado de ella…” entiendo que es otra frase y al decirla sin punto cuesta comprenderla.

    Estoy en el 43 si quieres leerme: Hola, José María:

    Me ha gustado tu relato, cómo lo has escrito, salvando algunas cuestiones ortográficas que te aclaro, y el tema. He supuesto que eres español por lo de los niños robados, aunque seguro que ocurra en muchos lugares. Creo que por eso el primero que te comenta no lo comprende.
    Después de su extenso comentario con muchas aportaciones, solo tengo que decirte lo siguiente:

    -El coche funerario y la retaíla (no se pone coma delante de y).
    -Pero realmente…, ¿qué esperaba?
    -O mejor dicho, ¿por qué esperaba?
    Cuando estás hablando y se interrumpe el parlamente con una expresión interrogativa o exclamativa que forma parte de la misma frase, se escribe entre comas y la primera palabra con minúsculas, ya que forma parte del mismo enunciado. De no ser así, la frase incial se queda incompleta.
    -Detrás de “Cuando aparecieron” va coma antes de “toda su seguridad…”, ya que es un complemento circunstancial de tiempo que se antepone y siempre se separa con comas del resto de la frase. Simplemente se comprende mejor, porque de no estar la coma tienes que retroceder para comprender qué se está diciendo.
    Me ha gustado mucho la frase “Desde que naces empiezas a morir”. La escuché por primera vez en una entrevista a José Luis Sampedro y no es habitual que se piense así, aunque es la realidad.
    Soy el 43, por si quieres pasarte: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-43/7597

    Un saludo

    Escrito el 22 abril 2017 a las 17:41
  6. 6. José Torma dice:

    Hola Rigo, gracias por pasarte por mi relato. Te comento que sí, es mi creencia que los niños pueden ver fantasmas o espíritus, de hecho es tema recurrente en mis relatos de horror o terror.
    Tu relato me encantó, tiendo un poco a la claustrofobia y tu relato me estaba ahogando, sentía la inmovilidad de Susana y la desesperación de lo desconocido. Respiré hondo cuando despertó.
    Muy bien logrado, te felicito.
    Saludos.
    José.

    Escrito el 25 abril 2017 a las 17:14
  7. 7. lilian ht dice:

    Hola Rigo, creo que tu relato es bastante bueno a pesar de algunas cosas que necesitan pulirse que Leonor ya mencionó.
    Generalmente, cuando leo no tomo en cuenta los errores gramaticales, semánticos, etc. sino que trato de crear las imágenes que describes en mi mente y de sentir lo que tus personajes sienten. Luego, releo y me enfoco en lo demás. Así que me gustó mucho tu habilidad de describir al principio pensé que Susana estaba muerta pero al final no fué así, me sorprendiste, espero leerte pronto y claro que te pases por mi relato y me des algunos consejos soy el Nro.178.
    Saludos

    Escrito el 3 mayo 2017 a las 22:17

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