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San Joaquín 1723 - por Trevor Green

Susana esperaba a la persona que le iba a cambiar la vida. El fin de semana en el suelo de parquet de la entrada de casa encontró una simple nota “Cementerio de San Joaquín. Jueves 23:30”. Había llegado el día y ahí estaba ella, en un cementerio del que no tenía conocimiento hasta hace dos días y esperando a Dios sabe quien desde hacía casi media hora. Este se encontraba al sud y no mucha gente lo conocía. La estampa no era la más idónea para un jueves noche pero la curiosidad le pudo más que el miedo.
Seguía esperando a las puertas del cementerio cuando la alarma sonó con dos simples pitidos para indicar que ya era medianoche. Viendo que ya era hora decidió adentrarse al interior del cementerio, miró su coche aparcado al otro lado de la calle, bajo la última farola, y se dirigió a la puerta. Se acercó lentamente para descubrir que ya estaba abierta. Sin el menor esfuerzo la empujo y pasó al interior. Pensó que a lo mejor la persona estaba dentro esperándola así que saco la linterna del bolso y siguió el paso de adoquines que se extendía delante de ella. A cada lado del camino podía ver las tumbas en el suelo.
Al llegar al final del camino se encontró con lo que parecía ser una pequeña capilla, con una puerta de madera custodiada a su izquierda por una pequeña estatua de metro y medio. En su base pudo leer el nombre de San Joaquín. Tocó la pequeña aldaba que colgaba del medio de la puerta rompiendo el silencio de la noche pero lo que le sobresaltó fue el saludo de una voz a su espalda. Era Jack, el mayordomo de casa de su abuela. Aún y el tiempo que había pasado, él estaba igual a como ella lo recordaba, con su semblante serio y servicial. Cogió a la pequeña señorita del brazo y la llevó hasta una de las tumbas atravesando el jardín. La tumba era una gran losa cuadrada con el nombre de su abuelo, había muerto cuando ella era una cría y ni sabía que allí estaba esa tumba. Jack le pidió que sacara el regalo que le había hecho su abuela. Sorprendida de que él supiera eso ya que fue un secreto, sacó el colgante que está le dio al cumplir los diez años y que le dijo que nunca se separará de él. Según le dijo era el objeto más fantástico que había en la familia, un colgante metálico con unos grabados extraños incluso para ella, una de las mejores filólogas de lengua antigua del país. Él metió la mano en el bolsillo y sacó otra extraña pieza, diferente en forma pero también metálica y con grabados. Se la tendió a Susana y al tener las dos piezas juntas de dio cuenta de que se unían formando una llave. Ella lo miró sorprendida y él le hizo un gesto señalándole la tumba. Con un leve reflejo vio lo que parecía ser una cerradura. Introdujo la llave en ella, encajaba perfectamente y con la ilusión de quien descubre la solución de un acertijo probó de girarla.
Su asombro fue mayor cuando de la losa se abrió una pequeña puertecita y en su interior encontró un libro antiguo, un sobre y lo que parecía ser una especie de engranaje o pieza metaliza con los mismos símbolos que la llave. Su curiosidad le llevó a abrir primeramente el libro, el cual no tenía ningún texto ni en la portada ni en el lomo. Al abrirlo por la primera pagina pudo ver lo que parecía ser una palabra escrita con las letras de los objetos así como una nota al pie que rezaba ‘desde 1723’. Sorprendida se giró para mirar a Jack y aun fue mayor cuando se dio cuenta de que se encontraba sola en la tumba de su abuelo, sosteniendo un libro con unos cientos de años. Guardo todo en el bolso, cerró la losa y se dirigió al coche. Allí abrió la carta para encontrarse con un mensaje de su difunto abuelo, ‘Mi pequeña, se que con este libro encontrarás la chispa que crees que te falta en la vida. Disfruta de la aventura que estás por vivir y de los tesoros que vas a encontrar. Se que serás capaz de llegar al final pero sobre todo, ten mucho cuidado. No estas sola.’

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4 comentarios

  1. 1. Ana Belen dice:

    Me ha gustado mucho, pero es que yo siento pasión por cualquier historia de aventuras y misterios, y esta era un muy buen comienzo para una.
    Me hubiera gustado saber mejor de qué se trataba tal aventura. Quizás hubiera estado bien que al final Susana pudiera descifrar alguna frase reveladora de ese libro, y que terminara el texto con esa frase.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 16:55
  2. 2. M.L.Plaza dice:

    Hola Trevor.
    ¡Qué valiente es tu Susana! Ni borracha voy a un cementerio sola a las once y media de la noche.
    Me da la impresión de que has escrito muy bien el primer capítulo de una historia que, espero, tenga continuación en el futuro.
    Me ha gustado tu relato.
    Saludos

    Escrito el 19 abril 2017 a las 19:54
  3. 3. Sofib dice:

    Hola Trevor!
    Fascinante el comienzo de tu historia. Y digo comienzo porque me quedé con unas ganas terribles de saber más sobre el misterio.
    O tu Susana es muy valiente o es muy tonta, algo que nunca falta en un buen libro de aventuras jajaja
    Felicitaciones!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 01:44
  4. Hola Trevor.

    No me he podido resistir a pasarme por tu relato. Nunca había leído nada y tu ofrecimiento es la excusa perfecta para conocer a más miembros de este fantástico taller.

    Tu relato me ha parecido de un misterio fascinante. De echo, me ha dejado con ganas de más. Si escribes una continuación o una ampliación pásamelo por favor.
    Creo que te falta una pulida, un par de vueltas para acortar frases, para simplificar expresiones… ese tipo de cosas. Pero es fácil de corregir y no desmerece en nada tu relato.

    Enhorabuena compañero.

    Te invito a que te pases por mi relato y que lo despellejes a gusto:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-43/7623

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 9 mayo 2017 a las 22:11

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